El Mototaxi
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Para empezar debo decir que soy un hombre de 44 años, de poblada barba y expresión seria (así me dice todo el mundo) vivo al oeste de Caracas en una zona no muy buena, pero es el único lugar que conseguí para alquilar un apto. Donde vivo hay problemas de transporte y los buses trabajan hasta las 9:30 pm por la inseguridad, después de eso hay solo taxis y moto taxis. Una noche llegué muy tarde eran las 11 pm y ya los taxis se habían ido y solo quedaba un mototaxista, le pregunté cuanto cobraba y acordamos el precio, antes de eso le dije que no sabía "parrillear" (así le dicen aquí al que anda de acompañante en una moto) y que debía sujetarme a él. El muchacho me dijo tranquilo "maestro" vamos.
Mi casa queda un poco lejos de la estación del metro en la que había tomado el mototaxi y bueno el chico aceleró yo por instinto me agarre a él fuertemente y me dijo: tranquilo pure que nos vamos a caer los dos, ponga las manos en mi barriga y apriéteme con las piernas. Yo lo hice y pegué la cara a su espalda porque la brisa no me dejaba ver, en ese momento sentí la barriga de aquel chico de unos 22 años, alto y fornido que me decía entre gritos que esa era su ultima carrera y que iba a dormir que el día siguiente iba a su otro trabajo. No se porque pero sentí una especie de corrientazo en ese momento y mi pene empezó a levantarse, con miedo (estos muchachos muchas veces andan armados) cambié de pensamientos y decidí quedarme tranquilo el trayecto de unos minutos que quedaban hasta mi casa.
Al ir a llegando a casa escuchamos una serie de detonaciones (muchas para decir la verdad) eran como ráfagas de ametralladoras que se escuchaban detrás de nosotros. El chico aceleró y ahí si me agarré fuertemente de él, la moto parecía que volaba en la oscuridad de la noche el muchacho me gritó: se están matando entre bandas, yo aterrorizado y pensando que alguna de esas balas nos diera, no atinaba a decir nada. Por fin llegamos a donde vivo y él se bajó de la moto y se metió debajo de la escaleras de la entrada, yo no sé porque lo abrace y le dije que se tranquilizara. El muchacho alto fornido y con expresión de malandro estaba llorando y me abrazo. Me dijo que a su hermano lo habían matado hacia unos meses de esa manera y él no quería morir así.
En ese momento mi pecho se pegó contra el suyo y le di un beso en la frente y le dije que se tranquilizara, a lo lejos seguían las detonaciones ahora mas esporádicas pero igual de perturbadoras, me dijo temblando que él no iba a pasar nuevamente por ese sector y que no sabía que hacer. Le dije que llamara a alguien y me dijo que no tenía saldo, le di mi teléfono y llamó a la mamá explicándole lo que estaba pasando, del otro lado se oía la voz angustiada de la madre y en ese momento se me ocurrió decirle que se quedara en casa un rato hasta que pasara todo, el muchacho alzó la cara y me dijo: si va pure.
Al entrar a la casa el muchacho todavía temblaba y me decía que los tiros lo aterrorizaban desde la muerte de su hermano mayor, yo le di un trago de ron y le dije que se sentara y se relajara, el chico se sentó y vio una foto de mi madre y me preguntó por ella, le dije que había muerto y que ella me cuidaba a mí. En ese momento pude detallarlo: mediría como 1.80 moreno claro y ¡oh! unos ojos verdes hermosísimos, el muchacho sudaba copiosamente y le dije que se quitara la chaqueta, el se la quito y la camisa también, se quedo en franelillas. Yo entré al cuarto y me quité la ropa y me puse un short y también quede en franelillas.
Al volver a la sala el chico ya estaba un poco más tranquilo, estaba viendo mis libros y los cd´s de música, encontró uno que le gustaba y me dijo que si podía ponerlo, yo encendí la computadora y puse el cd, él me pidió otro trago y yo le di la botella y le dije que se sirviera lo que quisiera. Ya en ese momento había olvidado los tiros y todo, solo pensaba en ese hermoso chamo que estaba en mi sala. Le pregunté que si había cenado o si quería algo más y él sencillamente me miró a los ojos y me dijo que lo que quería le daba pena.
Al oír estas palabras le pregunté que era y me dijo: Ud se parece mucho a mi papá que está muerto y quisiera un abrazo suyo. Lo tomé entre mis brazos y lo apreté fuertemente él se dejó y nos sentamos en el mueble, comencé a acariciarle el cabello, a decirle que estaba muy grande, que era hermoso y que estaba orgulloso de él. El muchacho cerró los ojos y se dejaba hacer, en un momento noté que sus labios se entreabrieron y sin poder contenerme, besé sus labios. Esperando una reacción violenta de su parte me retiré un momento y sentí como era él el que buscaba mis labios, me beso larga y tiernamente, acariciaba mi chiva y decía que era lo más hermoso que le había pasado, metía la nariz en mi cuello buscando mi olor, yo estaba que volaba.
Después le quite la franelilla y él me quitó la mía, desabroché su pantalón y él se lo bajó, pero primero se quitó las zapatos y las medias y pude ver los pies más bellos que he visto en mi vida, los toqué, los acaricie y el solo abría la boca y soltaba suspiros, acto seguido lo agarré de la mano y lo llevé al cuarto, ya éramos uno solo, nos besábamos, nos acariciábamos, nuestros penes a reventar entre los interiores, todo era morbo, sexo, olor, éramos dos hombres cachondos a punto de tener sexo.
Al llegar a la cama me dijo algo que me sorprendió: yo soy un macho y es la primera vez que estoy con un hombre, por favor no me haga nada malo. Al escuchar la inocencia de esas palabras lo que hice fue besarlo profundamente, y comencé a pasar mi lengua por todo aquel bello cuerpo fibroso y esbelto, mamé sus tetillas, bajé hasta el ombligo y metí mi lengua, pase por sus costillas su cuerpo se arqueaba, y gemía. Luego bajé hasta el interior lo quité y salió un hermoso pene (no voy a decir de 25 cm para exagerar) era un pene normal de unos 16 cm bello y con un hermoso aroma que embriagó mis sentidos, lo mamé largamente, lo introduje en mi boca y tocaba su vello púbico con mi nariz, sentía su glande en mi garganta. Estaba en el cielo.
En ese momento sentí que el cambiaba de posición y me quito el bóxer, mi pene moreno, grueso y largo salió como un mástil, el se sorprendió con el tamaño y me dijo: que grande es. Sin pensarlo dos veces lo metió en su boca torpemente, los dientes rosaban mi glande y me molestaba. Se lo dije y le expliqué como hacerlo, el chico aprendió rápido y empezó una buena mamada. Yo mientras tanto seguí mamando su pene y esas hermosas bolas con un cortísimo bello que parecía más bien pelusa de maíz, seguí en busca del tesoro que buscaba. El ano y ahí estaba, cerradito y puse mi lengua en él. El chico salto y me dijo que qué hacía, le dije que se relajara, que me dejara hacerle y que le iba a gustar, volvió a ponerse sobre mí y yo metí mi lengua en el ano mientras él mamaba mi pene, sentí como en un momento cuando mi lengua hurgaba lo más profundo de sus entrañas soltó mi pene y empezó a gemir. Ya lo había llevado a donde quería.
Poco a poco fui saliendo de debajo de él (estábamos haciendo un 69) y lo puse en 4 mientras seguía mamando ese culito rico, mi dedo toco esa hermosa entrada y el dijo algo entre dientes pero no cambió de posición, mi dedo entró y él arqueo la espalda y soltó un fuerte bufido, mi otro dedo seguía al primero y el jadeaba mientras yo lo besaba en la oreja y pasaba mi lengua por su cuello. El chico volteo y me dijo: cojeme papá. Yo saque un poco de lubricante de la mesa de noche y le llené el culito al igual que mi pene y poco a poco fui introduciendo mi pene en ese hermoso culito, el chamo me decía: dame pure, dame duro, dame como le dabas a mi mamá. Yo extasiado se lo metí hasta lo más profundo y el chamo gritó. Tenía a ese chamo rudo de barrio ensartado hasta el fondo, el mete y saca era impresionante le daba y el gemía, en ese momento volví a tocar su pene y noté que estaba por acabar y yo no quería que esto pasara antes de tiempo. Bajé el ritmo y le dije que se sentara encima, el chamo lo hizo y sentí como mi pene penetró hasta lo más profundo de su ser, vi su cara y vi el placer hecho persona, los ojos extraviados y los ruidos que soltaba su boca, estaba en el cielo.
Seguí dándole, luego lo tumbé y subí aquellas hermosas piernas velludas a mis hombros y lo volví a penetrar ahora con más fuerza, le daba como que el mundo se fuera a acabar en ese momento, lo empecé a besar y él me abrazó nos juntamos y sentía como ese culito se contraía y expandía ante cada una de mis embestidas, ya el chamo no gemía, el chamo gritaba y yo no pensaba en mis vecinos sino en la cojida que le estaba dando, en unos minutos mi pene no aguantó más y me descargué en él, mientras sentía como mi barriga se llenaba con el semen de ese hombrote. Lo besé y sentí como mi pene perdía fuerzas mientras de sus ojos salían unas lágrimas.
Y ahí estaba yo con ese chamo en mi cama que había sido cojido por mi hacía unos minutos, el se voltea y me da un beso en la frente y me da las gracias y que lo perdone por llamarme papá en el momento del sexo, que no sabía que le había pasado y que por favor no fuera a pensar que él era marico, que a él le gustaban las mujeres y tenía varias y que no se lo contara a nadie. Yo simplemente lo besé, lo acaricié y lo estreché entre mis brazos mientras le decía: hijo no te preocupes.
En ese momento la realidad volvió a nosotros, el se acordó de la mamá y corrió a buscar el celular, tenía 5 llamadas perdidas y yo tres, la mamá angustiada lo estaba llamando. Yo le di mi teléfono para que llamara y calmara a la mamá y ahí fue cuando le dijo: vieja no voy a ir a la casa hoy me quedo con unos convives y me llego temprano. Después me abrazó y nos fuimos a la cama.
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