el muchacho que me hizo mujer
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Con la llegada de Ernesto se hizo mas grande el semicirculo de chavitos sentados como a las cinco de la tarde, de regreso del colegio, en una cantera abandonada, al medio Fernando con sus dieciseis años, a sus lados los chicos de quince mientras que yo de diez años cortos años quede al final.
Todos con la bragueta abierta, las pollas grandes con sus cabezas asomadas al exterior miraban con su unico ojo y curiosidad el mundo circundante . El se pajeaba de lo lindo junto a los mayores luciendo con orgullo los pendejos negros que oscurecian la base de sus vergas grandes , tomaba mi verga diminuta con dos dedos escuchando a los grandes decir “Me estoy culiando a la Irmita” otro mas adelantado decia “Ya voy a acabar dentro de la Nenita”, cada uno expresaba lo que sentia. El juego me gustaba mucho no porque pensara en las chavas de la colonia sino que me gustaba ver la expresion de sus caras cuando les venia el orgasmo y los chorros de semen que brotaba de sus miembros erectos adivinando que estaban muy duros y humedos.
A mi solo me salian unas gotitas de agüita transparente que formaban filamentos si trataba de sacarla de mi verguita pequeña. Terminada la sesion todos nos ibamos a casa. Un dia cualquiera camine casi una cuadra cuando me di cuenta que se me habia caido mi caja de lapices de colores, me devolvi corriendo y felizmente la encontre pero no solo eso. Sobre una caja de carton descubri el semen de Fernando, varios chorros cubrian la tapa, habia luz suficiente como para que al levantarla pudiera observar que el semen era blanco con partes cristalinas mas acuosas. Senti irresistibles deseos de tocarlo, como era verano aun estaba caliente, ahora los deseos fueron de olerlo, mire a todos lados, estaba solo con el silencio de la cantera sin uso por años. El olor me produjo un estremecimiento de placer que no habia sentido jamas en mi vida, nada comparable con ello, era un olor que me parecio a yerbas pero desconocidas para mi, el siguiente paso fue probarlo, con la puntita de mi lengua lo probe, era dulzon y rico, golosamente pase toda la lengua y lo saboree a mi antojo, ¡Pero que rico era!, no como golosina sino que como si una parte de Fernando entrara en mi cuerpo, olor y sabor jamas he podido olvidar esa primera experiencia que cambio mi vida para siempre.
Varias veces a la semana repetiamos el ejercicio y yo regresaba a comerme el semen de Fernando o de cualquier otro si este faltaba a la cita. Siempre iba primero a preparar el terreno para que los mocos que salian de sus vergas quedara sobre algo y pudiera ser rescatado, use sacos, cartones, diarios, tablas y cuanto pude imaginar, siempre recogia el semen de mis amiguitos.
Pero el paso siguiente era que Fernando me vaciara su semen a mi solo, algo muy dificil porque no queria que me llamaran puto o maricon.
Llegaron las vacaciones todos se fueron a pasear menos Fernando y por supuesto que yo porque mi madre estaba enferma. Cuando nos juntamos le pregunte si nos pajeariamos juntos y el dijo muy entusiasmado “Por supuesto que lo haremos”.
Al llegar al sitio de costumbre nos sentamos uno al lado del otro, me propuso que como estabamos solos era mejor que yo le hiciera la paja y el me la hiciera a mi, pero sin contarle a nadie lo que habiamos hecho.
Era lunes, mi dia de suerte, yo me hubiera conformado con que nos masturbaramos como siempre, pero esto de tocarsela me lleno de una sensacion de hormigueo en el estomago y me dolieron las piernas de gusto.
Me tomo mi pollita con dos dedos y empezo a pajearme, primera vez que manos extrañas me tocaban con deseos sexuales, se me paro muy bien recuerdo, sensaciones raras y extrañas recorrian mi cuerpo De pronto decidio, soltando mi polla dijo, “Ahora me toca a mi”. Tenia la verga parada y le salia esa agüita que yo conocia por el hoyote que tenia en la cabeza de su miembro cubierto con una capucha de color oscuro como su piel, era dura como si fuera de goma solida y mas caliente que mis manos, le eche el forro hacia atras y aparecio una cabeza oscura con el borde de su cabecita de color rosadito, con ambas manos lo empece a pajear, mire cuando la cabeza se puso muy brillante con la piel estirada al maximo, el agujero de su cabeza se dilato al limite y note cuando venia el semen que me mancho la cara y la ropa. ¡Cuidado me dijo te voy a ensuciar!, el no sabia que yo esperaba eso, con mi pañuelo me limpie suavemente la cara, las manos y la ropa guardandolo secretamente para que no se diera cuenta. En mi casa guarde celosamente ese pañuelo, lo olorosaba mientras me tomaba mi pirulito y me metia una vela por mi culito. Cuando se secaba lo humedecia con agua hasta que se fue todo el olor y sabor.
El viernes siguiente nos encontramos y sin decirnos palabra nos fuimos a nuestro refugio en la cantera, descubrimos una pequeña hondonada que nos daba mayor intimidad, ahora me propuso “juguemos a las cambiaditas”, yo te monto y tu tambien. “Primero me monto yo” le propuse porque queria comerme todo el semen que quedara entre mis nalguitas y disfrutar totalmente de su montada.
Me subi sobre el pensando en lo que me tocaria despues, el compromiso era no meterlo, sino que refregarlo solamente en el canal que forman las nalgas. Mi actuacion fue pobre, estaba haciendo tiempo para que no se notara que yo ya me habia transformado en joto y solo esperaba por su majestuosa verga. Cuando Fernando dijo “Ahora me toca a mi”, crei morir de gusto, le espie su verga aparecia mas grande que nunca, la tomo de su base y la abanico varias veces cayendo gotas de liquido sobre mis nalguitas, se trepo sobre mi y empezo a moverse, de repente me rozaba mi culito con deseos de meterla y yo que me la metiera pero sin hacerlo, senti que jadeaba señal que venia la eyaculacion, me apreto mas fuerte, yo tenia apoyada mi cabeza en mis dos brazos y el respiraba en mi oido. Se quejo cuando salio el primer chorro de semen, sus quejidos se fueron apagando a medida que el orgasmo terminaba. Cuando se bajo baje mi mano derecha y haciendo una cucharita sin que me viera recogi por tres veces una cucharada, me eche varias veces el semen golosamente en mi boca, no fue orgasmo el que tuve pero si senti que mi culito se abria y cerraba, mis pequeños pezones se pusieron tan sensibles que no soportaba la camisa.
Pasaron varios de estos ejercicios en las semanas que estuvimos solitos hasta que un dia sorpresivamente Fernando me dijo “Lolito quieres que te abra”, asi me decian de sobrenombre por cariño en la colonia, ¿Que es eso le pregunte”, el me aclaro que cuando estuvo vacacionando en una caleta de pescadores donde solo habia hombres solitarios se culiaban unos con otros “jugando a las cambiaditas” y alli habia aprendido a hacerlo, a el lo habian abierto en la caleta hombres mayores y desde ese tiempo le gustaba que se lo hicieran por el culo, pero nadie sabia entre los muchachos, “Abrirte significa meterte mi verga con mucho cuidado para que despues podamos follar sin problemas”. Yo le veia su aparato tan grande que estaba muy lejos de las velas y pepinos que me habia metido, “No me va a caber” le suplique, “No hay problema” me respondio “Mira lo que traje” y me mostro un pote de vaselina, “Tu quedate tranquilito y muy suelto y no te dolera”.
Mas pudieron las ganas de que me abriera y me lo metiera que el dolor que pudiera ocasionarme, acostado bocabajo sobre mis pantalones esperaba mirando con curiosidad y muchos deseos que me la mandara a guardar en mi pequeño orificio anal. La verga de Fernando se veia grande y fuerte, sabia que estaba dura, la habia tomado muchas veces, me echo vaselina con cuidado en el ano, me relaje y senti su dedo grueso que se introdujo sin dolor, era solo gusto. Le mire la verga embadurnada con vaselina cuando estaba lista para la penetracion, empezo con unos brochazos arriba y abajo, yo levante por instinto mi colita y entro suavemente su cabeza, ahora entendi lo que era “abrir” mi culito se fue abriendo y llenando con la polla de Fernando, un pequeño dolor acompañaba la penetracion, si me queje con algunos … ay … ay … fue mas de placer que de dolor, alli estaba Fernando galopando sobre mi, ¡Que feliz fui!, no hay placer mayor en la vida que el sexo, desperte a el con poco mas diez años con un chico de dieciseis.
Se acabaron las vacaciones llegaron los muchachos, pero no hubieron mas pajeos colectivos, Fernando y yo nos arrancabamos y solos nos ibamos a la cantera pero ahora a culiar a destajo ya estaba abierto, nos mamabamos mutuamente la verga cosas que el me enseño, finalmente pude tragarme su semen saliendo directamente de su verga hermosa.
Fernando se fue al Servicio Militar por dos años, yo no pude esperar tanto, me habia puesto muy caliente y me puse a follar con los chicos de otras colonias lejanas, pero todo se sabe, cuando regreso ya no estaba, se dieron cuenta en mi casa que yo era joto y mi padre me hecho de mi hogar. A los catorce años llegue a vivir a una casa de putas del puerto, alli aprendi mucho, las chavas me enseñaron a vestirme como mujer a pintarme y todo lo que debe saber una puta para ganarse la vida. Ahora soy Lolita de 20 años
Para intercambio de consejos, experiencias y comentarios escribanme a
Por favor a lolitareyes@yahoo.com.mx
Autor: Anonimo
Que hermoso relato, me encanto, a pesar de que hace tanto tiempo que fue publicado, quise poner Mi Comentario. Besitos.