El niñero
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Trabaje como niñero desde los 15 ahora tengo 21, cuide a infinidad de niños que iban desde los 7 años hasta los 12, les sorprendería lo calientes que pueden ser algunos carajitos, no sé si ellos lo veían como un juego o algo así pero yo era joven y muy caliente así que no desaproveche ningún hueco donde meter mis 17cm. Me describo, mido 1.69, mi piel es morena clara, soy de contextura normal con unos hombros grandes, algunas personas me han dicho que soy bastante guapo. Recuerdo la primera vez que tuve la oportunidad de conocer uno de estos carajitos calientes, tenía en ese entonces 17 años, contaba ya con experiencia cuidando niños pero siempre había sido muy maduro y nunca podría haber imaginado lo que ese nuevo niño cambiaria en mi. Al momento de que sus padres me contactaron hice todas las preguntas rutinarias que me competían: — como se llama el nene? — Ricardo pero todos lo llaman roy— contesto su padre. — cuántos años tiene? — 8 — alguna alergia de la deba estar enterado? — no, no tiene ninguna alergia y por la cena no te preocupes su madre y yo dejaremos comida preparada en el horno solo la calientas y ya Sus padres y acordamos que llegaría a las 4pm, así lo hice, llegue puntualmente toque el timbre y la puerta se abrió. Entre la casa era muy bonita, el padre me recibió, me dio unas últimas indicaciones: báñalo. Que no se acueste tarde… al terminar me guía hacia el cuarto del nene para que lo conociera. Cuando entre en su cuarto me di cuenta que era un niño muy lindo, estaba acostado en su cama viendo televisor, era un niño muy lindo, su piel era como la de su padre, de un color parecido al trigo, su cabello era de un rubio bronce, era pequeño y un poco rechoncho pero lo que más me llamo la atención fueron sus ojos era grandes y azules (luego me daría cuenta que los había heredado de su madre) y unos labios carnosos y muy rosados. Era un niño de revista. — roy! — dijo su padre. — el es Juan te cuidara hoy — Hola roy — dije yo alegremente El niño se paro con una cara de vergüenza, me dio la mano pero no dijo nada solo sonreía y dejaba escapar risitas nerviosas — es muy travieso, no se nota pero espera que tome confianza Me reí. Pasaron unos minutos hasta que sus padres se fueron, me indicaron que volverían al medio día del siguiente día. Al irse el pequeño se fue corriendo a sus cuarto, ahí fue que me di cuenta por el pequeño short que tenía unas nalgas redondas y muy grandes, que nalgoncito esta el nene, el nene se quedo en su cuarto mientras yo calentaba la cena. La cena se estaba calentando pero antes de comer tenía que bañar. Así que fui a su cuarto — nene, anda a bañarte —le dije. — Juan!! — escuche que grito cuando iba por el pasillo hacia la cocina Corrí a su cuarto, estaba vacío, volvió a gritar mi nombre y me di cuenta de que provenía del baño, al acercarme escucho el agua correr, podría estar ahogándose, corro al llegar no era nada de lo que me había imaginado. Estaba bajo la regadera con toda la ropa puesta, de espaldas tratando de alcanzar un embace de champú que estaba en la repica muy por encima de él, observe como las nalgas que antes había apreciado grandes y gordas ahora me parecían enormes y muy lindas, su short azul claro ahora mojado se pegaba a él como una segunda piel, se podía observar cada una con detalle, redondas, suaves, lamibles. La tela suave se había metido por toda su raja y las gotas de agua caían por sus glúteos bajando por sus gruesas piernas. Saque esas ideas de mi cabeza, me estaba excitando un niño, baje mi cabeza y mire con asombro la gran erección que mis bermudas no intentaron ocultar. — Que haces bañándote con ropa—dije tratando de que mi conciencia volviera, de que la sangre volviera a la otra cabeza — Es que así es más divertido- dijo inocentemente – podrías pasarme el champú que esta ahí arriba – te puedes resfriar- le reprendí – ven aquí ahora mismo Le comencé a sacar la ropa, le dije que alzara los brazo para poder sacarle su franela, luego baje lentamente su short y ropa interior al mismo tiempo, descubriendo esas nalga blancas como la nieve, en comparación con sus pierna que estaban bronceadas en un color dorado sus nalgas blancas resultaban atrayentes. Ahora déjame enjabonarte, le dije. Estaba fuera de mi, no pensaba solo quería tocar esas nalgotas, quería tocar el tesoro que se encontraba entre esas dos bolas de algodón. Comencé a pasar el jabón por todo su cuerpo, sus brazos, sus tiernos pies, dejo lo mejor para el final. Cuando comencé a tocar esas nalgotas me sentí en la gloria, era un niño!!! No me importo nada, comencé a pasar la barra de jabón por todas sus nalgas, mi pene palpitaba en mi apretado cierre, presiona el jabón en esos cachetones blancos viendo como dejaba la piel un poco rosada, pero lo mejor fue cuando pase mis manos enjabonadas por toda su raja… El niño dejaba escapar risas nerviosas, y unos extraños gemidos, los niños saben de sexo?. Pese mis dedos por toda su raja explorándolo, sintiendo su pequeño esfínter… No aguante mas, quería verlo, lo voltee y abrir sus regordetes cachetes y fue cuando lo vi por primera vez… Era hermoso, un ano rosadito, cerradito, virginal Luego recordé donde estaba y cuál era la situación, o no, este niño hablara, dirá que lo toque de esta manera… Le dije lo primero que se me ocurrió para que no dijera nada, algo muy poco original, lo sé, pero me salvo muchas veces. — te gusta, este juego —algo muy cliché — sí, me da mucha cosquillitas — dijo entre risitas El niño seguía con los ojos cerrados, veía que su penecito está parado, respire, este juego debía de terminar… Fui a cerrar el grifo, mi pene formaba un gran bulto en mi apretada bermuda — wow ese es tu pene— dijo señalando lo obvio — si —dije— no lo veas, no le digas a nadie sobre el juego — enséñamelo siiiiiiiiii!!!! — no -—le solté — tu me has visto mi peno yo quiero ver e tuyo — los niño no pueden ver los penes de los adultos — anda, si, no le diré a nadie, será como el juego Lo pensé, estuve a punto de dedearlo, si dice algo igual iré a la cárcel así no le haya ensenado mi pene… Abrí el cierre de mi bermuda y metí la mano sacando mi pene moreno de 17cm con esa cabezota rosada de la que me enorgullezco —es enorme —gritos sorprendido— la mía es muy pequeña— dijo al mismo tiempo que corría para verlo más de cerca Las gotas que goteaba su cabello, mojaban todo mi bermuda y mi pene —sabes —comenzó— mi padre la tiene mas pequeña —como lo sabes- pregunte —una vez estaba durmiendo en el cuarto de mis padre, ello pensaron que estaba dormido y vi como mi padre se bajo el pijama y mi madre se metió su pene en la boca Eso me dejo atónito, el había visto ya una mamada, podría aprovecharme de eso — yo sé porque tu mama se lo metió en la boca —mentí — porque —porque el pene del hombre da la leche más rica del mundo —.como las vacas?? —pregunto sorprendido —si pero más rica, te hace crecer mucho — yo quiero probarla —lo tenia… —bueno tienes que meterte mi pene en la boca —guacala pero por ahí hacemos pipi!! —entonces no quieres probar lo más ricos del mundo? Vio mi pene con cara de asco, lo agarro con una mano, y acerco su cara poco a poco a mi pene, abrió su pequeña boca y se metió la cabeza de golpe… Uff era lo más rico del mundo, su pequeña boca eran tan húmeda, pequeña y suave, su labios envolvían mi glande como si de una chupeta se tratase, le tuve que decir que no mordiera y que abriera mas la boca, era inexperto pues era solo un niño de 8… Pero sus labios envolvían mi glande magistralmente, le explica como tenía que usar su lengua y que tenía que besar todo mi tronco para que la leche más rica del mundo pudiera salir, a los segundo ya estaba dando lamidas expertas a mi cabeza rosa y baja y subía por mi tronco lamiéndolo. Termine de desbrochar mi bermuda y lo baje completamente, le dije que chupara mi huevos y los hiso, ni siquiera se asqueaba por los pelos, ese niño era candela pura. El carajito ya no necesitaba indicaciones de como chupar, mamar o lamer, lo hacía todo como si hubiera nacido para eso, por eso mientras seguía trabajando en mi pipe comencé a masajear sus nalgotas que seguían mojadas por su baño, yo estaba sentado en el inodoro con una mano manteniendo el ritmo de la mamada y con la otra masajeando y dedeando poco a poco su culo… Uff estaba en la gloria, estaba a punto de acabar —-aquí viene tu leche… —jadeaba Y puff chorros y chorros de semen salieron disparados a sus carita rubia Yo gemía como nunca, mi semen estaba en toda su cara, en su boca, y chorreando de mi pene… —te gusto — si señor, sabe raro, pero me gusto!! Dicho esto siguió chupando el semen que quedaba en mi pene, pasaba sus mano por su cara para luego lamer el semen que se quitaba con las manos… Continuara? Quieren saber la historia de todos los niños que cuide y se volvieron mis juguetitos sexuales Todo este relato, como todo lo de esta página es ficción es mi primer relato, tengo 16, díganme en que debo mejorar
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