El niño de la plaza 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Siempre que estaba con Pelusa, me decía que le gustaría que venga con un amigo y lo cojamos entre los dos, que ya tiene bien abierta la cola como para comerse otra pija.
En la agencia de remises donde trabajo entra un pibe nuevo, enseguida nos hicimos amigos.
Todo el día se pasaba hablando de sexo, y que se había cogido a tal o cual mujer, que también le gustaban los maricas, que se cogía todo lo que se le ponía por delante.
«Che Gastón, tengo un pibito que me estoy volteando, y me pide que traiga un amigo y lo cogemos entre los dos», le dije, «joya José y que edad tiene el pibe?», me dijo interesado, «13 años, una colita de nalgas bien chiquitas y un ojete bien abierto, aparte es completito, te hace unos petes que te mata y se traga toda la leche», le dije sonriendo viendo la cara que ponía Gastón.
«Si loco, conta conmigo, cuando lo vemos?», me dijo entusiasmado.
Lo llame al Pelusa y le dije que tengo un amigo, que cuando podía.
Me dijo que ahora mismo,.
que estaba en la plaza.
Le dije a Gastón y nos fuimos a buscarlo en mi coche.
Pelusa cuando vio mi coche vino corriendo y se subió atrás, saludando con la simpatía que lo caracteriza.
Llegamos a casa y le dije al Pelusa que le muestre la colita a mi amigo.
Se bajó el pantalón dejando que Gastón le acaricie las nalgas.
Gastón sacó su pija que es un pocomas grande y gruesa que la mía y Pelusa se agacha y se le mete en la boca mientras Gastón le metía un dedo en la cola, y enseguida le metió otro, moviendo los dedos dentro de la cola de Pelusa mientras Pelusa le chupaba la pija.
«Que hijo de puta que sos, como le tenes bien abierto el ojete al pibe», dijo metiendo y sacando sus dedos de la cola del Pelusa mientras el pibe le hacia un muy buen pete.
«Vamos a la cama?», dijo Pelusa dejando de chupar la pija de Gastón.
Nos desnudamos los tres, nos acostamos y Pelusa en medio nuestro nos chupaba la pija, un poco a mi y otro poco a Gastón.
«Vení pibe, ponete con la colita para arriba», le dijo, haciendo que Pelusa se ponga en cuatro en el borde de la cama, levantando la cola, yo me puse frente al Pelusa metiendo mi pija en su boca y Gastón se acomodó entre sus nalgas, haciendo que el pibe de un gemido cuando Gastón se la metió toda por la cola.
«Que rica cola que tenes Pelusa», le dijo Gastón agarrando la cintura del pibe y sacaba y metía toda su pija en la cola del pibe, mientras Pelusa seguía chupando mi pija.
«Veni José, cogelo vos ahora que quiero que me chupe la pija», dijo mi amigo sacando su pija de la cola del Pelusa, mientras el pibe esperaba que cambiemos para seguir chupando y que lo sigamos cogiendo.
Ahora era yo el que lo cogía, notando lo abierto que tiene el ojete, y Pelusa le chupaba la pija a Gastón.
«Che José, que mantequita te estas comiendo, bien dijiste, hace unos petes de loco y tiene una colita tragona que mete miedo», decía Gastón acariciando la cabeza de Pelusa mientras yo le cogía la cola y Gastón gemia de placer disfrutando el pete que le estaba haciendo Pelusa.
«Veni putito, dejame cambiar», dijo haciendo que yo lo deje de coger y Pelusa de chuparsela.
Se sentó en el borde de la cama, lo alza al Pelusa y lo sienta de una en su pija, clavandolo por la cola hasta los huevos, haciendo que Pelusa gima placer, yo me acomode y le metí la pija en la boca, sintiendo como el Pelusa la chupaba.
«Divina la colita del pibe José, y si nos acabamos los dos en su boca y que se trague toda la leche?», dijo Gastón.
«Pelusa, vos que decís, queres tragarnos la leche?», le pregunté acariciando su cabeza mientras el seguía chupando, «si, no hay drama, me trago toda la lechita», dijo Pelusa.
Gastón se la saca de la cola, haciendo que Pelusa se ponga de rodillas con la boca abierta mientras Gastón y yo nos hacemos la paja, hasta que Gastón empieza a gemir, metiendo su pija en la boca de Pelusa, agarrando fuerte la cabeza del pibe y gimiendo fuerte, llenando la boca del Pelusa con su leche, hasta que por fin terminó.
Pelusa había tragado todo y le limpiaba la pija con la lengua a Gastón, hasta que lo agarro y le meto mi pija en su boca, empezando a acabarme yo también, tenía la cabeza del Pelusa agarrada con mis manos y mi pija casi en su garganta.
Que manera de acabarme, parecía que me moría echando leche y el pendejo tragando.
Uffff, quedé echo mierda, me temblaban las piernas mientras Pelusa me limpiaba la pija con su lengua.
«Soy un putito tragaleche», dijo riendo, dándonos besos en nuestras pijas.
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