El niño del edificio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola amigos, este es un relato real, el cual me he animado contar luego de leer infinidad de relatos en esta pagina que se ha vuelto mi favorita. Espero les guste, disfrútenlo.
Después de terminar mi servicio militar, salí al mundo sin trabajo, tenia 22 años, mi familia estaba en provincia y no tenia donde vivir en la gran cuidad; Lima era por ese tiempo una ciudad que empezaba a crecer aceleradamente, habíamos acabado con el flagelo del terrorismo y después de años de reconstrucción social y económica, la economía estaba creciendo a pasos agigantados y por doquier se veían construcciones, y muchos nuevos negocios; entonces un amigo, promoción de la escuela militar me ofreció su casa hasta que yo consiguiera trabajo y pudiese establecerme solo.
Después de mucha búsqueda encontré un anuncio en el diario que decía se que necesitaba vigilante para edificio de departamentos en el turno de la noche, así que al día siguiente me levante temprano y me presente a la dirección mencionada en el anuncio; la verdad me sorprendió el lujo de la zona, el edificio quedaba en el distrito mas lujoso de la ciudad: San Isidro, había cantidad de edificios, al que me presente tenia 18 pisos, aun olía a nuevo. Al llegar, como lo hice temprano fui el segundo de la cola, el primero en la mencionada cola era un señor como de unos 60 años. A las 7:00 AM llego una mujer madura como de unos 45 años, elegante y muy guapa en un auto del año, bajo apresurada y echo una mirada rápida a la cola, que para ese momento tendría unos 26 aspirantes al puesto; entro rauda y después de unos minutos un vigilante empezó a llamar a uno por uno; el primero en entrar fue el señor que estaba primero, luego de un par de minutos salio y acto seguido entre yo; debo decir que en ese entonces tenia 22 años, mido un metro 85cm, de raza negra, mi cuerpo estaba duro y bien formado por los ejercicios de la escuela del ejercito, delgado, pelo corto y agradable sonrisa; al entrar a la sala donde estaba la señora, esta me miro de pies a cabeza, esbozó una pequeña sonrisa y me invito a tomar asiento, le entregué mi file y lo ojeo rápidamente, entonces comento sorprendida lo de mi recién salida del ejercito, acto seguido me pregunto si tenia licencia para portar arma, a lo que conteste que si, cerro el file rápidamente y no lo miro mas, lo guardo en su cartera y me dijo: empiezas mañana a las 8pm hasta las 8 de la mañana, tu compañero te mostrara lo que tienes que hacer y donde esta tu zona de descanso, estiro su mano y se despido y salio apurada, no sin antes indicar a Rubén – que así se llamaba el chico que me hizo entrar – que despidiera a todos los que estaban afuera.
Salí feliz de ahí, ya tenia trabajo y por fin con el tiempo me podría establecer solo en la gran Lima – Ciudad de los Reyes – el sueldo era buenísimo y el trabajo fácil, pero no me imagine que también seria placentero.
El primer día llegué tempranazo, como una hora antes, Rubén me explico como funcionaba el edificio, vi salir mucha gente, hombre y mujeres elegantes, muchos de ellos tenían chóferes, niños y niñas con sus nanas, y hasta un bebe, que salía con su nana, chofer y guardaespaldas, impresionante, el primer día transcurrió tranquilo, había algunas empleadas que estaban como para romperles el culo; yo siempre he sido bien arrecho, y a veces me he mas turbado varias veces al día en el baño imaginándome cogiendo a algunas de las empleadas y patronas que pasaba delante mío.
Pero llego alguien que se convirtió en mi obsesión y deseo, no se si por curiosidad o por que sabia que era virgen: un niño que vivía en el piso 7, este niño era finito de cara, blanco de piernas y brazos largos, bonito rostro, unos labios carnosos y bien rojos como si se los pintara, lindos ojos café y lo que mas me impresiono fue el culito duro y apretadito que se manejaba, era mas grande que el resto de su cuerpo, siempre lo veía temprano antes de irme, esperaba la movilidad de su colegio al lado de mi escritorio, me sonreía con amabilidad y yo lo saludaba.
Una noche cuando llegue, le pregunte a Rubén como se llamaba el niño del piso 7, el volteo y con una sonrisa picara y me dijo: – se llama José María, y creo que le gusta la verga, que le has echado ojo compañero? hay varios que le quieren reventar el culo, tiene 12 añitos, ya esta para aguantar pichula y has visto esa boca, cuantas veces me la he imaginado chupándome las bolas, no sabes -.
Después de esa conversación empecé a mirar a ese niño de otra manera, era muy callado, casi no hablaba, solo con la empleada y con el chofer de su mama, su papa había fallecido y su mama trabajaba todo el día, y paraba solo en casa, la empleada era cama afuera, venia temprano y salía como a la 4 PM, según mi compañero, cuando yo llegaba por la noche a veces lo veía llegar de sus clases de básquet, por que para su edad era altito. También coincidíamos por las mañanas a la hora que se iba al colegio. Una mañana bajo mucho antes de la hora, y le pregunte: – hola, por que tan temprano por abajo? – me contesto: – No podía dormir, hoy tengo examen final de literatura y esta difícil. Asenté la cabeza y me pregunto si podía estudiar un ratito en mi escritorio, a lo que accedí con gusto, se puso a mi lado y se quedo parado, le ofrecí mi asiento pero no acepto, cuando yo estaba sentado en el escritorio casi no se me veía, solo un poco la cabeza, era bien alto, el parado apoyaba su libro sobre la parte alta de este y así estudiaba, como yo estaba sentado podía observar sus piernas, estaba con una licra color azul apretada que mostraba la forma de su culito apretadito y bien redondo, era casi mejor que el de una mujer, tenia puestas zapatillas blancas y un polo blanco, estaba como para clase de deporte, así que le pregunte: – hoy vas hacer deporte? – a lo que me contesto que si – juego básquet y hoy tenemos torneo después de clase- lo seguía observando sus piernas eran largas y no tenían pelos tampoco sus extensos brazos, lo tenia tan cerca y tenia unas ganas únicas por acariciar ese culo. La pichula se me puso dura como un fierro, me dolía por debajo del pantalón que ejercía presión;
Derepente salio un señor del ascensor y necesitaba ayuda con un bulto, me levante rápido, y tuve que pasar por detrás de José María, rocé sin querer mi paquete contra su culo, el dio un saltito y se pego mas al escritorio, luego de ayudar al señor hasta su auto, regrese y pase, pero esta vez a propósito pegando mi verga al culo del niño, no dijo nada, demore el paso por detrás de el para que sintiera mi herramienta, no note ni fastidio ni nada en su rostro, segundos después volteo, me miro sonriente y me pregunto mi nombre, a lo que conteste: Rolando, – bonito nombre – dijo volteando y concentrándose otra vez en su libro, me estaba excitando cada vez mas, me pare y pase otra vez tras de el, demorando el paso y sobando mi pichula por su culo, me fui al ascensor para que regrese al primer piso como de costumbre, y al volver note como su culito era quebradito, al pasar lo tome de los lados; es decir de sus caderas y pase pero esta vez empujándolo hacia mi, – disculpa pero el espacio es muy estrecho – ; le dije al oído, entonces el contesto – si quieres me siento en la sala de espera – no te preocupes le dije, – me pongo acá por que si no me es imposible ver el bus de la movilidad – contesto, – quédate ahí nomás no molestas precioso -. Al decirle así sonrío como una niña, clavo su mirada sobre mi paquete que era evidente estaba al palo y se volteo, cerró su cuaderno y dijo: ya llego mi bus, nos vemos mañana Rolo, estire mi mano y le di unas palmaditas en el culo – cuídate chiquito – me volvió a sonreír y se fue.
Tuve que entrar al baño a darme una buena pajeada, estaba a mil y la leche estaba por salir sola, ese niño tenia algo que me ponía a mil, era una criatura, no lo se explicar, en mi pueblo había tenido relaciones con chicos, y en el ejercito también, pero no así de tan pequeños.
Al día siguiente bien temprano bajo, aun no bajaba nadie, me sorprendió, y otra vez me pidió permiso para pararse a estudiar a mi lado en el escritorio, a lo cual accedí, tenia la rodilla vendada – que te paso? – pregunte, – me caí ayer – me dijo, – es que estamos en campeonato toda la semana – pobre le dije y te dolió? – Un poco – contesto, le comente que yo sabia hacer masajes, que en el ejercito nos habían enseñado, entonces empecé a sobarle la rodilla como dándole masaje despacio, – te duele? — no – me dijo – se siente rico -, así fui haciéndole masaje, baje hacia la pantorrilla, casi hasta el talón, acariciaba despacio su piel que olía a colonia de niño, otra vez subía a la rodilla y así por varios minutos, podia sentir su piel tersa y suave, el se veía que disfrutaba, pero fingía concentración en su libro; yo tengo las manos grandes y los dedos bien largos, ellos casi rodeaban su piernas, luego pase a la otra pierna – esa no tiene nada – me dijo, y yo le dije – es que no quiero que se ponga celosa – se río y me dejo hacerle el masaje, mi verga estaba recontra dura, quería salir del pantalón, empecé a subir mas hasta el muslo, y luego pase al otro, no recibí rechazo alguno, un rato uno un rato otro, pensé que podía ir aun mas allá, le subí un poquito el polo y pude ver ese maravilloso culito, redondo, duro y virgen, por encima de la licra masajee los glúteos, como amasando pan, así por varios minutos, hasta que no me aguante mas, mientras amasaba esas carnes empecé a besar la parte baja de su espalda, dio un saltito, pasaba mi barba un poco crecida por su piel y este pequeño se arqueaba mas y trataba de hundir un gemido que mostraba el placer que sentía, fui mas allá, baje la licra y me quede asombrado, estaba usando hilo dental rojo, casi me corro de la excitación, empecé a masajear sus nalgas, eran blancas y olían a bebe, suaves, al tacto y duras; el las contraía, pero igual se dejaba acariciar sin decir nada. Ya empezaba a bajar gente, no todos bajaban en el primer piso, muchos bajaban al sótano y salían por las cocheras con sus autos; quería ir mas allá, empecé a besar sus nalgas, pase la lengua, mordí despacio y por fin pude sentir los gemidos de ese niño que estaba entregado a mi gozando, abrí sus glúteos y metí mi dedo mojado en saliva, toque esa entrada oculta entre dos grandes cachetes de carne blanca tersa y muy suave, urge pero el apretaba duro, casi mordía mi dedo con su anito,
Entonces abrí bien los cachetes y le metí la lengua, y poco a poco fue cediendo, relajando todo y gozando, metí mi lengua y me comí ese botón rosadito y cerradito, chupe y chupe largo rato, el se dejaba, trataba de meter mi lengua y ensalivaba mas y mas, cedía ante mis requerimientos, ese culito ya pedía a gritos verga, y seria mío, pase mi lengua por todo su culito desde abajo por todo su raya hasta la cintura, pude notar como el se agarraba duro del escritorio, yo escupía y chupaba mas, era lo mas rico que me había pasado, mi verga botaba litros de liquido pre-seminal, derepente la bocina del bus, reaccionamos con susto , se subió rápido la licra y salio corriendo. Y yo al baño otra vez, pero feliz, por que sabia que ese culito pronto seria mío
Amigos, ya viene lo mejor, espero sus comentarios
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