El niño del edificio II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Después que nos pillara la bocina del bus del colegio, José María salio corriendo subiéndose al vuelo la lycra de su uniforme, yo quede excitadísimo, tuve que entrar al baño para corrérmela pensando en como seria reventar ese hermoso culo; una vez terminada mi pajeada ocupe otra vez mi lugar en la recepción, llego mi relevo y me fui recaliente a mi casa, había momentos en el día en que soñaba despierto con el culo de ese niño, su aroma, su tersura, su tamaño y las ganas locas que tenia de mas, quería que llegara ya el día siguiente para verlo y saber si podía hacer algo mas, al llegar la tarde del día siguiente, mientras estaba en el bus camino al edificio, tenia la verga dura de solo pensar que quizá este era el día en que estrenaría un culito de un bebe de 12 añitos, pero que culito, sabia y estaba seguro que ese huequito ya quería un pedazo de carne dentro; al llegar al edificio Rubén mi compañero de la mañana estaba listo para irse tenia un plancito con una empleada de ahí, así que rápido me quede solo, derepente lo vi llegar a mi bebe, entro raudamente al ascensor, casi ni me miro; tuve miedo pensé que quizá había ido demasiado lejos, y que podía estar en problemas, así quede de intranquilo por el resto de la noche, de repente se abrió la puerta del ascensor, y ahí estaba, mi niño, con un short, bien pequeño, un polito también pequeño que dejaba notar sus tetillas, medias blancas y zapatillas, al verme sonrío y salio apurado hacia la puerta, pero antes me miro bien, sus ojos decían todo, le había gustado lo que paso en la mañana; paso como una hora y regreso con un helado en las manos, era de puro chocolate, de 2 bolas; yo estaba distraído cuando sonó el vidrio de la puerta, alcé la mirada y lo vi a mi niño, era una imagen única, ver a ese pequeño chupar el helado,
Lo relamía por todos lados, abría la boca a mas no poder, me pare para abrirle la puerta y ya tenia la verga a mil, mientras avanzaba a la puerta lo miraba a los ojos y alucinaba que el helado era mi pichula, el me miraba fijamente, como queriendo decir mira como chupo, era un espectáculo, me distrajo por un momento una de las señoras del edificio que bajaba del ascensor diciendo – Josecito cuidado te ensucias – y el casi no podía pronunciar palabra por que tenia una bola casi metida del todo en la boca, el nene al avanzar hacia el ascensor dejaba ver como su culito se comía parte del short, entro al ascensor y me miraba a los ojos fijamente, mientras seguía chupando el helado, entonces perdí el descaro, mientras se cerraba la puerta me empecé a estrujar el paquete, cosa que vio y me sonrío mientras la puerta del ascensor nos alejaba a uno del otro. Cuando estuvo completamente cerrado me rasque la cabeza, me tenia loco, no sabia que hacer, no quería esperar a mañana, deseaba avanzar mas con ese pequeño. Empecé a arreglar mis cosas, de repente alguien me llama – Rolando, por favor puedes subir al departamento? hay una caja muy pesada que debes bajar al sótano, la Sra. Ángela quiere que la bajes para que su chofer la recoja y la lleve a la oficina mas tarde – la orden de la Sra. Peta, que así se llamaba la empleada de José María me sonó a gloria, pero como haría para avanzar un poco mas con mi nene si la empleada estaba ahí? Mientras me rompía la cabeza pensando doña Peta decía – hijo yo ya me voy, Josecito te va abrir – bingo ¡!!!!! Sonreí feliz a la ves que pensaba: yo le voy a abrir otra cosa a el.
Acomode todo rápido para subir, lo hice corriendo, me monte en el ascensor y al piso 7, mi numero favorito, estaba muy nervioso, excitado, con la pieza dura y con el corazón a mil, entraba en terreno peligroso, a la casa de mi niño, que podía hacer? Una vez en el piso toque el timbre, y rápidamente se abrió la puerta, OH por Dios, Josecito estaba parado, sin zapatos, sin medias, con un polo blanco sin mangas, de tela muy delgada, y un short chiquitito – que deseas? – me dijo volviéndome a la realidad, lo estaba contemplando atónito, tenia unos pies lindos, una piernas contorneadas, parecía una niña, y en sus labios restos de chocolate; reaccione y el dije que doña Peta me mando para bajar una caja – así, esta en la sala, pasa sígueme y cierra la puerta – que rico culo tenia, paradito, redondo, y como se comía la tela de short que era bien delgado – es esta – me dijo no le tome importancia, mirándolo a los ojos le dije – te gusto lo que hicimos en la mañana? – Si, muchísimo – me contesto, mirándome la verga, me acerque a el tímidamente, le tome las manos y lo jale hacia mi, hice que sus bracitos rodearan mi cintura, me agache un poco y lo bese suavemente, como disfruté ese beso, el se dejaba, le metí la lengua y jugué con la suya, se la chupe , le relamía los labios, por momentos se los mordía, y mientras mis manos amasaban ese culito que seria mío, lo bese largo rato, casi no lo dejaba respirar, por momentos quería alejarse de mi pero yo se lo impedía
De pronto lo cargué, se agarro de mi cuello y puso sus piernas al rededor de mi cintura, mis manos acariciaban su espalda por debajo de su bibidi, que piel mas suave, lo tumbe sobre el sillón de la sala, la adrenalina fluía por el espacio, echado sobre su espalda le levante el bibidi y me comí sus tetillas, las succione como queriendo sacar leche, se arqueaba de placer, mis manos masajeaban una mientras le chupaba la otra, así por bastante rato, baje por su ombligo y jugué con el, este niño sabia volverte loco, me acariciaba la cabeza con sus manitas, me jalaba el pelo y se retorcía de placer; como a un muñeco le di vuelta, le pase la lengua por toda la espalda, por entre las axilas lampiñas blancas, suaves y tersas, ahogaba gemidos, la barba crecida hacia muy bien su trabajo, empinaba el culito, el cual dejaba para el final, mis manos iban masajeando esas carnes, que pronto yo gozaría, así en esa posición boca abajo doble las piernas y abrí su culito, me hundí en lo mas hondo de esa cuevita, chupe como loco, metía mi lengua lo mas que podía, este pequeño se aferraba al sillón, lo esta disfrutando como loco
Mojaba con saliva ese botón, me concentraba en ese cultillo virgen y por un momento me olvide que podía ser pillado por alguien, éramos el y yo, me desabroche el pantalón, solté la correa, baje el cierre y salto esa verga hambrienta, enhiesta, lista para perforar ese ano que pedía pedazo ya, pensaba en la manera en que me lo iba a coger, quería que sintiera cada centímetro de mi pichula morena, alucinaba como entraba en esa cueva blanquita, estrecha y virgen, me sadiqueaba pensando si quizá brotaría una lagrima mezcla de dolor y placer; en ese momento era un pulpo, mis manos trabajaban todo su cuerpo, mi lengua en culo y mi verga luchando con salir ya del calzoncillo, me dolía de lo parada que estaba – ringgggggggg . el intercomunicador, todo se corto de golpe, saltamos al unísono del sillón, y corrió a la cocina – alo? – Josecito, donde esta la caja que tu mama necesita? – ya la están bajando Cristian, espera que Rolando la esta bajando – OK – contesto el chofer; mientras mi bebe decía todo esto me acomode la verga que no quería entrar en mi pantalón
Abrí rápido la puerta pedí el ascensor, entre nuevamente por la caja al depa y salí corriendo, cuando entre a este pude ver a mi niño como se despedía de mi con un beso volado y muy sonriente, otra vez la puerta del ascensor nos alejaba, al abrirse nuevamente en el sótano, lo vi a Cristian extrañado – que paso compadre?, pensé que la caja ya estaba aca abajo, hace rato que la Sra. Ángela ordeno que la bajen – tome aire y le conteste – perdona es que estaba subiendo unos pedidos al piso 18, al penthouse – me miro extrañado agarro su caja, la monto al carro y se fue, no sin antes decirme – que pasa compadre? estas pálido, como asustado, anda toma algo, chau viejo – y salio raudo de la cochera; otra vez me habían cortado la viada, pero ya faltaba poco, mi premio estaba a punto de llegar.
Espero sus comentarios amigos, hasta la próxima; Feliz Navidad !!
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