El niño del edificio III
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Luego de que se fuera Cristian, el chofer de la mama de José María, subí a la recepción del edificio, entre a mi baño y encerré, me pare frente al espejo y vi mi rostro, la verdad, si estaba pálido, sudaba frío, y mi corazón palpitaba a mil, tenia a su vez una excitación que no me dejaba caminar, me dolía la pichula, y decidí corrérmela, por que si no me iba a morir, gire hacia el wc y comencé mi ritual favorito en los últimos días, corrérmela pensando en ese niño que me tenia loco, el calzoncillo estaba mojado, como si me hubiera orinado, pero no era orín, no, al contrario, era abundante liquido pre-seminal; no tarde mucho en correrme, y de manera abundante, otra vez no había podido reventar ese culito que me tenia obsesionado.
Eran pasadas las 8 cuando salí del baño, me senté en mi cubículo a tratar de distraerme que se yo viendo la tele. leyendo alguna revista o periódico, pero nada, se venían a mi mente imagines de esos momentos tan calientes con mi bebe, veía pasar a los residentes del edificio y algunos hacían gestos como diciendo: Ey despierta, Rolado que pasa, y me hacían volver a la realidad, en momentos notaba como se me paraba otra vez la verga; y así pasaron como 3 horas, ya sabia que habían pasado todos los residentes, incluida la mama de José María, una señora muy guapa, con un cuerpo espectacular, alta y de lindo rostro, al observarla pude dar fe el parecido que tenia con su hijo, pensaba que cuando creciera mi niño se parecería mucho a su mama.
Eran ya pasadas las once cuando entre a mi baño para ponerme mi buzo y estar mas cómodo para pasar la noche, acomode mi uniforme tras la puerta y la abrí para ir a mi lugar, cuando derepente vi a mi niño sentado en mi silla, pensé que mis deseos de comérmelo me estaban jugando una mala pasada, me sobe los ojos para despertar y no, no era un sueño, José María estaba sentado en mi sillón giratorio, con un polo verde agua y un short pequeño descalzo, tenia las pies subidos en el sillón y jugaba a girar en el, lo mire y le sonreí, el me miro y también hizo lo mismo, mire para todos lados y avancé hacia el muy despacio – hola que haces aquí? – le pregunte – no podía dormir, estaba aburrido y baje para conversar un rato contigo – pensé: este no quiere conversar quiere terminar lo que no pudimos terminar temprano en su departamento, – y tu mama no te ha visto salir? – le volví a preguntar mientras me acercaba mas a el y ponía casi frente a su rostro el bulto que se notaba por debajo del buzo, por que en las noches no usaba calzoncillo – no, salí por la puerta de servicio, además ella toma pastillas para dormir – me contesto mientras observaba el bulto que tenia frente a el con mucha extrañeza – estas molesto por que baje? Interrumpo? Quizá ya ibas a dormir? Me pregunto – no, para nada yo tampoco podía dormir, estaba con un poco de dolor de – no me dejo terminar cuando dijo – que tienes aquí? – señalando ni pichula que ya estaba en todo su esplendor, – a eso es mi verga – y note una sonrisa picara en su rostro – quieres verla? – y su rostro se ilumino totalmente – puedo? – y sin contestar me baje la parte de adelante del buzo, el elástico del pantalón facilitaban la tarea,
Ell niño se quedo asustado al ver esa pichula larga, no tan gruesa, morena, con venas que estaban llenas de sangre y semen, con poco bello pubico, bolas grandes que colgaban y una cabeza redonda media puntosa circuncindada y babeante de mucho pre-cum, note como se saboreaba los labios y le brillaban los ojos – y donde duermes? – me pregunto, – en el sótano hay un cuarto donde descanso, generalmente me retiro como a las doce le dije – falta poco – me dijo, mientras hablaba cogi su mano y la pose sobre mi verga, el la tomo con miedo le mostré como acariciarla y moverla como haciéndome una paja, la contemplaba y tragaba saliva, yo sentía la gloria absoluta, sus manos era suaves, como de mujer, trataba de pensar en otra cosa por que la sensación hacía que me excite mas y podía vaciarme en cualquier momento y quería prolongar lo mas posible el disfrute y el placer que estaba sintiendo, – quieres conocer mi cuarto? – pero no me dejo terminar cuando se paro de golpe y me dijo: – OK donde es? – me subí el buzo, acomode lo mejor que pude mi cipote, y hice bajar el ascensor, subimos y nos fuimos al primer sótano. Cuando se cerraron las puertas de este, lo abrace, agachándome un poco, lo rodee con mis brazos y lo cargué, el me rodeo con sus piernas y sentí la punta de mi verga tocar la entrada de su culito, quería atravesar la tela y metérsela toda mi pichula hasta el fondo, lo quería violar, mi cerebro estaba quemándose con pensamientos malos y crueles, solo quería reventar ese culito que se había vuelto mi obsesión, lo besaba frenéticamente, nuestras lenguas jugaban, sabia como besar, se aferraba a mi, me estaba pidiendo verga, sexo, y placer; ese niño quería sentirse mujer, quería un pedazo de carne dentro de el, quería verga por todas partes, al abrirse las puertas del ascensor lo baje, podía encontrar a alguien aun estacionando su auto, o esperando el ascensor para subir, una vez visto el panorama lo deje salir, caminamos unos metros y por fin solos, el cuarto donde podríamos estar solos y donde su culito seria mío, no prendí la luz, el reflejo de los focos de la cochera iluminaban el cuarto, lo senté en la cama y lo volví a besar largamente, – espérame que ya vengo – cerré la puerta salí hacia la recepción a esperar unos minutos hasta que sea mi hora de bajar, poniendo todo en orden para poder bajar a disfrutar de mi niño y darle lo que me pedía a gritos: pichula-
Mientras llegaba al sótano me imaginaba como me lo iba a coger, mi corazón me latía, mi pichula estaba dura y me dolía, todo lo que estaba viviendo me parecía un sueño, al llegar al sótano, camine hacia mi dormitorio, y sabia que esa noche seria diferente a las muchas que he vivido en mi vida, ninguna mujer me había puesto así, ninguno de los cabritos que me comí en mi tierra cuando era adolescente, ni los que cogi en el cuartel, y eso que algunos tenían el culo virgen; José María tenia algo que me ponía a mil, que me hacia sudar frío, que me excitaba en demasía, seria quizá esa inocencia que parecía tener, la edad o un no se que me ponía al borde de la locura. Al llegar al cuarto abrí la puerta, y mi sorpresa fue inmensa, el niño del edificio estaba echado boca abajo sobre mi cama totalmente desnudo, a través de la penumbra se podía ver ese cuerpo delgado, fino, con un potito redondo, perfecto, unos cachetes juntitos, donde jamás nadie se había atrevido a entrar, unos brazos largos finos, lo mismo que sus piernas, largas torneadas y unos pies preciosos, parecía dormido, me acerque despacio y mi verga reventaba, se movía tiesa entre mi buzo, mis bolas estaban duras, llenas de leche, me arrodille frente a la cama, pose mi mano sobre su espalda a la altura de su cuello y después con un dedo recorrí su columna y baje despacio por todo ella hasta donde su espalda se convertía en un surco por donde encontraría ese botoncito rosado estrecho esperando su verga, mientras hacia eso empecé a besarlo, mis labios y mi lengua recorrían cada centímetro de su espalda, sentía como ahogaba un gemido de placer, respingaba el culo cuando sentía mi dedo hurgar su anito cerradito, lo ponía a mil, bese toda su espalda, lo jale y abrí sus piernas, su culito era blanquito, nunca le había dado el sol.
Era casi rosadito, olía a bebe, mordí cada glúteo mas de una vez, escupí en el varia veces para hacer mas placentero el beso negro, me hundí en su culito con ganas, empuje mi lengua en su botón y lo hice por mucho rato, el niño gemía como una mujer, se agarraba duro del colchón, hundía su rostro en la almohada, mis manos trabajaban con su espalda, con sus cachetes sus caderas y sus piernas, llego un momento en que buscaba mi cabeza y se aferraba de mis cabellos, ese culito estaba casi listo, me subí a la cama y nos acomodamos uno sobre el otro, el de espaldas y yo sobre el, lo bese mucho y bastante, me adueñe de sus tetillas, y succione duro, José María se retorcía de placer, hubo un momento que tuve que taparle la boca para hundir en el silencio su quejido, mi verga estaba entre sus piernas que formaban una seudo vagina, ahí hundía mi pichula, que botaba harto precum, baje hasta su ombligo y me lo comí con al lengua, el niño se cogia de mis cabellos duro, tanto que me dolía, entonces había que ir por partes, tenia que aprender a chupar verga, me senté en la cama y le dije que se arrodille en el suelo, puse una pequeña toalla y le dije – ahora bebe vas a aprender a mamar la verga, a tomar lechecita caliente, lo vas a hacer despacio, usa solo los labios, como si fuera un chupete, OK? – me escucho detenidamente y con atención, mientras lo tenia cogido con ambas manos del rostro, pero sus ojos observaban mi cipote moreno, luego lo solté y lo deje hacer. Tomo mi verga con sus manitos suaves, y la agito despacio subiendo y bajando la piel , las sensación era tremenda, me excitaba mucho, después se fue acercando despacio. – anda bebe dale un besito en la cabecita – le dije, y así lo hizo, lo beso con miedo, y en sus labios quedo el liquido viscoso que salía de mi pichula, lo saboreo algo extrañado pero no le hizo asco,
Así lo hizo varias veces mientras su mano continuaba su labor masturbatoria, entonces despacio se agacho y se lo fue metiendo en la boca, que delicia, era una boquita caliente, suave, su chupada era pausada y yo la dirigía para que poco a poco sea mas profunda, acariciaba sus cabellos su cuello, sus mejillas, su espalda, y así poco a poco fue entrando mas y mas, yo marcaba el ritmo, a momentos rápido en otros lento, después le enseñe a chupar todo el tronco y las bolas, el placer era divino e inimaginable, le entraban las dos en la boca, así lo tuve por mucho rato, le fui metiendo mi dedo grande lleno de saliva por el culito, solo logre que entre un pedacito, el se quejaba, cerraba duro el anito, hasta parecía que mordía con el culito, por momentos le sacaba la pichula de la boca y le daba cachetaditas en el rostro con ella, se la pasaba por los ojos, por su cuello, por la puntita de las tetillas, y como gozábamos los dos, estábamos entregados al placer, me acariciaba todas las piernas enroscaba sus brazos en ellas y se las ponía sobre sus hombros mientras veía como le entraba toda mi verga en su boca, ya sentía su campanilla en mi glande y algunas arcadas por lo profundo que entraba mi cipote, en una de esas veces reventó mi verga en su boca, note susto en su rostro y deseos de zafarse pero no lo deje – tómatela papito, es la leche de tu primer hombre, tómatela – y así el niño se la fue pasando toda,
Fueron varios chorros, espesos y abundantes, lo tenia tomado de la cabeza para evitar que dejara de tomársela, esa situación era las mas excitante para mi, que se tomen mi semen, cuando note que se la había pasado toda lo solté despacio, sus ojitos tenían algunas lagrimitas producto de la lucha pero no me reprocho nada, lo levante lo atraje a mi y lo bese intensamente, podía sentir aun en su boca sabor a mi leche, lo subí a la cama y seguí besándolo acariciándolo y sintiendo su piel, se apoyo en mi pecho y descansamos un rato – me gusto lo que me tome, que era? – , me pregunto y empecé a explicarle, no recuerdo nada después, un ruido me despertó, y OH Dios! era mi despertador, nos habíamos quedado dormidos, ya eran las 5 de la mañana, lo desperté a José María y lo mande a su depa – bebe ya tengo que subir a la recepción y tu a tu casa, vamos levántate rápido – se despertó mirando mi verga que estaba recontra dura, se arrodillo en la cama y me la empezó a chupar como le enseñe, lo hacia rico, rápido, profundo y con sus manitas jugaba con mis bolas.
Era lo mejor, echado en la caca con mis manos apoyadas debajo de mi cabeza viendo como este niño se comía toda mi verga, acelero el ritmo y yo lo ayude a que entrara toda en su boca hasta que reventó mi cipote y boto otra vez cantidades de semen dentro de la boca de mi niño, se lo tomo callado con gusto disfrutando el momento, yo ayudaba tratando de que salga hasta la ultima gota y el pasaba la lengua limpiando todo. Se vistió y se fue y me prometió bajar esa noche, le di una palmadita y salio raudo hacia el ascensor que lo llevaría a su depa-
Solo faltaba un paso para que sea totalmente mío
comos igue