El niño hetero
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por VonD_mr.
Esto fue hace unos días, mi hermana y yo fuimos invitados por el chico con el que está saliendo ella y que es mi amigo desde hace tiempo, a una tipo reunión pequeña en su casa…
Todo iba normal, fuimos al súper a comprar lo que consumiríamos, en el camino íbamos platicando, -éramos cuatro- e ibamos en parejas, como siempre, dos adelantando el paso y dos más atrás, mi hermana y el chico de la casa iban por detrás, y yo, iba adelante con el niño de quince años (que llamaré roberto) Él me hacía plática de mi trabajo y de cosas irrelevantes, a mi hasta hace poco se me hacía poco simpático y nunca pensé relacionarme con él bajo ninguna circunstancia, ni como amigo, ni nada, pero por cordialidad y porque iba con él caminando decidí abrirme un poco a la situación y seguimos charlando hasta llegar al súper.
Haré un paréntesis aclarando algunas cosas, soy bisexual, de 22 años, alto, delgado, algo agraciado, simpático y un poco excéntrico y arrogante; desde hace algún tiempo no he sentido atracción por algún hombre y mucho menos deseo de estar con alguno… hasta hace días, esa noche.
Pasado el tiempo y con las cosas ya compradas, regresamos a su casa, ahora iba yo platicando con mi hermana de cosas de hermanos, llegamos a su hogar y empezamos comiendo botanas y oyendo algo de música, empezó a llover y el ambiente se sentía más a gusto, ahora estábamos 6, 3 parejas de hermanos y mi hermana era la única mujer, yo el único bisexual, y los otros 4 chicos -hombres- se supone, son heteosexuales.
Al paso del tiempo, decidimos jugar un juego de cartas, donde el que perdía debería beber de un sólo trago un vaso de tequila muy cargado y sin hacer pausa… mi hermana perdió la vez primera, y así, hasta que yo perdí y me cayó de golpe, yo estaba al lado de Roberto, y de repente, él perdió ahora y así seguimos jugando por un buen rato, naturalmente todos empezamos a marearnos, nos empezamos a dispersar y Roberto y yo, quedamos platicando de nuevo, me empezó a hacer pláticas de amor y que si yo me había enamorado y esas cosas, a mí ya se me había subido el alcohol, y Roberto se metió a la habitación de mi amigo, y yo lo seguí, quería recostarme, pues estaba muy mareado, y Roberto, como ya dije, de 15 años, cuerpo delgado en desarrollo, moreno y de ojos grandes, se acostó en un sofá, yo en la cama y seguimos charlando con la luz apagada, ahora la plática se tornó un poco roja, y yo, sin pretender nada le pregunté en tono de broma, ¿Entonces te la jalas pensando en la chica que te gusta? él se rió y me dijo, a veces, sólo a veces, cuando se me pone muy dura… y yo le dije, ah, ya veo, y me dijo ahora mismo se me está endureciendo un poco y hubo un silencio incómodo, después entró mi hermana y otro chico buscando no sé que…
Roberto se quedó medio entrado y me dijo en voz baja, no te salgas, y cuando mi hermana y el otro chavo salieron, Roberto cerró la puerta y se acostó a mi lado en la cama, y me dijo, ¿tu también la tienes un poco dura, verdad? y le dije, ¿por qué dices? y me dijo, se te ve por la luz de la ventana algo levantado, y le dije, no, así se me nota con este pantalón, si quieres toca, y él, ni tardo ni perezoso, llevó su mano a mi bulto, un pedazo de carne de uno 19 cm, no muy grueso, pero muy cabezón, y me dijo, lo tienes grande, y le dije, no tanto, pero si sigues tocándolo se pondrá duro, y dijo, no importa, nadie nos ve.
La verdad yo estaba sorprendido, pues nunca le vi rastros algunos de gay o bisexual, pero aquella situación me estaba gustando, poco a poco yo bajé su pantalón y bóxer y quedo al descubierto su miembro de unos 14 cm, muy grueso y con algo de vello púbico muy leve, se lo jalaba lentamente y el gemía muy despacio, el tomó mi pene con sus dos manos y me dijo, ¿quieres que te penetre? y le dije, no, quiero que me la mames, y me dijo, nunca lo he hecho, no sé como se hace, y le dije, sólo llévate mi pene a la boca, lo hiso, y para ser la primer vez, me excitó tanto que me bajé los pantalones y el bóxer hasta los talones y le dije, ¿tu quieres que te la meta? y dijo, sí, pero tengo miedo de que me duela, le dije que se pusiera tranquilo y se volteara, me hiso caso, y se lo meti suavemente, y me dijo, me duele, me duele mucho, le dije, relájate y disfruta, y me dijo, me gusta mucho, mucho, y le dije, ¿que pasa? ¿por qué estamos así? y me dijo, será nuestro secreto, dame más duro…
Yo no podía de tanta excitación, lo abracé, le acariciaba las bolas y los pezones y el gemía mucho, me dijo, coges bien rico, dame más, más, bombié muy duro y tiró un grito, pero le tapé la boca y me vine en su culito virgen, los dos terminamos cansados y me quedé un buen rato encima de él, hasta que se oyó que alguien se acercaba, me subi los pantalones y me quedé boca abajo, simulando que dormía y el se volteó, pero nuestro amigo lo vio abrochándose el cinturón y le preguntó que que hacía, y le dijo, es que me estaba cambiando de pantalón, pasó el rato y me levanté y me dijo, no le vayas a decir a nadie por favor, y le dije, tranquilo, le besé la mejilla y se sonrojó…
desde entonces no he hablado con él de nada, pero recuerdo la noche y se me dibuja una sonrisa en el rostro, una sonrisa muy juguetona….
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