El niño hombre
Todo blanco.
Aquella tarde, después que Esteban y yo regresamos a su casa de haber cuidado al niño hombre, cenamos, vimos algo de tv y nos acostamos temprano, ninguno decía nada, como a la media hora de estar acostados Esteban rompe el silencio y me dice. Yo cuido cada quince días fijo al niño hombre, como lo denominamos, cuando su mamá va al mercado y algunas veces cuando tiene una urgencia y debe ausentarse.
Yo no aguantaba la curiosidad y pregunté desde cuando lo tocaba y Esteban suspiró y comenzó a contarme desde el principio.
«Cuando llegamos a esta comunidad, la primera persona que se acercó a nosotros fue esa vecina, le traía a mamá y a papá café por las mañanas, muchas veces nos traía parte de lo que preparara para el almuerzo. Un día llegó a la casa muy alterada y le comentó a mamá que si me dejaba que le cuidara al niño porque tenía una urgencia familiar, no sabíamos que edad tenía su niño, ya que nunca lo mencionó. Subí con ella y me presentó al niño, mi asombro fue tremendo, su niño tenía mas tamaño que yo, blanco como la leche, corpulento por la falta de movimiento frecuente, acostado en una cama de hospital, eso si, muy limpio, él y su aposento.
Pero dime como empesaste a tocarlo, como fue aquel momento.
Esteban continuó: Cuando su mamá salió, me quedé en el cuarto con el niño viendo tv, después de un rato noté que tenía parado algo a la mitad de su cuerpo y sin pensarlo me acerqué y descubrí su cuerpo, no tenía ropa interior, solo estaba cubierto por las sábanas, pero mi sorpresa mayor fue lo que le ví, aquella enorma tranca que se gastaba el niño. Quedé con la boca abierta, lo volví a tapar pero no dejaba de pensar en lo visto, seguí viendo tv y veía su erección por debajo de las sábanas, mi curiosidad fue mas fuerte, lo volví a descubrir y se lo agarré, él solo me veía y se reía, entendía lo que estaba haciéndole, se lo comencé a pajear mirando como quedaba al descubierto su cabeza cuando bajaba mi mano hasta tocar su vientre, él niño se reía y comenzó a mover su cadera, hasta que explotó en un derramen de semen, aquello me asustó y como pude lo limpié y lo volví a tapar con sus sábanas, al rato noté que ya estaba descansando, el niño me veía y se reía, hasta que lo escuché decir, mas. En eso llegó su mamá y me viene a mi casa, desde ese día lo pajeo cada vez que estamos solos».
Su mamá una vez me comentó que por su edad biológica su cuerpo se comportaba de esa manera y que a veces amanecía eyaculado, creo que ella pensaba que el niño se experimentaba eyaculaciones expontaneas.
Lo menos que ella sabría es que yo le hacía la paja cada quince días e incluso se lo mamaba. A veces mojo mis dedos cuando lo estoy mamando y con lo que corre por sus bolas le meto el dedo en el culo, la primera vez lo vi apretar los puños en las sábanas, ahora mueve sus caderas, cuando estamos solo lo ayudo a levantarse y lo acuesto en una corchoneta en el suelo donde le hacen los ejercicio, un día se me ocurrió levantarle las piernas y me saqué el pene y lo puse en su orificio, él solo me veía y se reía, creo que su riza es la aceptación de lo que le hago. He tenido ganas de sentarme en su falo, pero me da miedo su reacción.
Cuando mi amigo me confesó aquello, planeamos para la quincena siguiente lo que trataríamos de hacer con el niño hombre.
Llegó el sábado de aquella quincena y las mujeres se fueron al mercado incluso la mamá del niño hombre. Yo le dije a Esteban, que no perdieramos el tiempo, entramos al cuarto y fuimos directo a su miembro que al vernos se le empesó a parar, como sabiendo lo que haríamos, lo levantamos de su cama y lo acostamos en la corchoneta, comenzamos a mamar aquella tranca, cuando estaba bien exitado, hice lo que me dijo mi amigo, coloqué las piernas del niño en mis hombros y puse mi mástil en su agujero y lo metí completo, pude ver una lágrima caer de un ojo, apretaba los puños, pero en ese momento Esteban lo comenzó a mamar, así estubimos hasta que yo llegué en aquel culito tan blanco y lampiño, luego le tocó a Esteban, limpiamos lo que salía de aquella cueva y mi amigo entró de un golpe pués ya lo había abierto mas yo. Esteban llegó mas rápido y el niño se hizo de leche en mi boca, cara y manos. Lo sentamos en su baño, lo hicimos botar todo el semen de su tripas lo bañamos y lo acostamos nuevamente, cuando su mamá llegó estaba bien dormido. Así se lo hicimos al niño blanco, el sábado siguiente, solo se lo pudo meter Esteban, porque cuando yo quise ya era tarde, preparamos nuevamente al niño en el suelo, lubricamos bien su pene y mi amigo puso una crema que tenía la mamá para el cuerpo y se puso agachado encima del niño, mientras yo sujetaba el falo erecto del niño, Esteban se fue sentando poco a poco, cuando entró la cabeza pude notar como la piel de mi amigo se le erizó, se le puso piel de gallina, del dolor, se aguantó un momento y luego arqueó sus rodillas y se dejó caer poco a poco, me decía que ya no le cabía mas y solo le había entrado la tercera parte de aquel miembro, comenzó sube y baja poco a poco y como yo lo estaba viendo de costado podía ver alguna línea de sangre en el blanco pene. Esteban llegó sin tocarse y el niño hombre llegó igual, al sacarse aquel palo mi amigo, dejó en aquel mounstro, rastros de sangre y algo de caca, lo limpiamos y cuando me disponía a montarme nos dimos cuenta de la hora, era tarde y faltaba poco para que llegarn del mercado las mujeres y lo dejamos para otra ocasión.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!