El Niño quería trabajo… Y pues se lo dí (Fermín y Yo)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Pero apesar de mis negativas, Fermín me suplicaba que lo ayudara, pues a diferiencia de mí, a el no le hiba muy bien, sus abuelos habían fallecido y a su madre la habían ingresado en un hospital psiquíatrico, allí la cuidaban por caridad, pero le dejaron saber a Fermín que tenía que conceguir un trabajo donde le ofrecieran seguro medico, de lo contrario dejarían de cuidarla, ante esa historia que Fermín me contaba, no tuve otra opcion que darle trabajo, Fermín había dejado atras su infancia para convertirse en un apuesto joven, su cara era afilada, su cabello ya no era rubio, Se había tornado en castaño oscuro, su curpo era delgado era el típico Chico "twink" que a muchos les exita.
Yo era todo lo opuesto a el, yo ya era un hombre de 30 años con pelo oscuro barba de candado muy bien cuidada, mi torzo seguía en forma, abdomen y pectorales marcados, cubierto ligeramente por vello oscuro.
Fermín empezó a trabajar, junto a cuatro empleados mas dos mujeres y otro hombre, pero Fermín se esforzaba para sobresalir de entre los demas, ponía mucho empeño en el trabajo, en unos meses Fermín, ya conocía a la perfeccion como caminaba el negocio, Fermín cuidaba cada centavo del supermercado como si fuera suyo, peleaba como una fiera con los clientes que no pagaban a tiempo el credito que les ofreciamos, y eso lo hizo convertirse en mi empleado de confianza, hasta allí todo hiba bien, pero en ocasiones yo me daba cuenta como Fermín me miraba mientras trabajabamos, el me miraba con ojos lujuriosos, Fermín me miraba descaradamente el bulto entre mis piernas, bulto que el había manoseado cuando era niño, eso me incomodaba, pues si yo me daba cuenta como el Chico me miraba era probable que otra persona tambien lo notara, pero aún así nunca le dije nada.
Cada tres meses los empleados y yo nos quedabamos en el super despues de cerrar para hacer inventario, y ese día solo nos quedamos Patricia ( otra empleada) Fermín y yo, pero el inventario fue interrumpido por el novio de Patricia, que había llegado por ella, yo le dije a Patricia — No te preocupes Paty, puedes irte con tu novio, estamos algo atrasados y ya es hora que te vayas, Tú tambien puedes irte Fermín, yo puedo terminar solo.
— No señor, deje que Paty Se vaya y usted y yo le seguimos — No Fermín de verdad yo puedo solo.
Pero Fermín insistía en acompañarme.
No quise seguir negandome delante de Patricia, asi que acepte que Se quedara, cuando Patricia se fue Fermín y yo seguimos con el inventario, y todo transcurría normal, pero Fermín se encargaría de romper el hielo.
— Y como le va con su esposa señor? — Muy bien nos queremos mucho.
Despues salió de mí una pregunta espontanea — Y tú tienes novia? Cuando le hize esa pregunta, inmediatamente me arrepentí, pues eso nos llevaba a entablar una conversacion mas intima, pero era demasiado tarde, ya había hecho esa pregunta.
— No señor no tengo novia, ni nada, no estado con nadie usted ha sido el unico.
— Fermín sera mejor que dejemos ese tema y sigamos trabajando, pero Fermín se acerco a mí y me dijó — Yo no he olvidado lo que hicimos señor, fue entonces que Fermín pusó su mano en mi bulto, inmediatamente yo respondí y le retire su mano con un fuerte manotazo, pero Fermín intentó incarse para desabrocharme el pantalon, yo lo sujete de los brazos y se lo impedí — por favor Rafa dejame mamarte como lo hacía antes, te acuerdas a tí te gustaba mucho.
Yo no quería caer en las probocaciones del Chico así que le dijé.
— Sera mejor que me vaya, Tú sigue trabajando.
Me dí la vuelta y salí del almacen del supermercado, yo quería salir del super pero me sentía muy alterado hací que tome una cerveza del refrigerador del super y me la tomé de un solo trago, tomé otra cerveza y mi mente comenzó ha viajar al pasado, recordando todo lo que había vivido con Fermín, esas deliciosas mamadas que yo le había enseñado a darme, en ese momento yo me odiaba a mí mismo por pensar en esos recuerdos, el Chico había logrado despertar en mí un cosquilleo familiar que años atras había sentido, era el cosquilleo del deseo a lo prohibido, yo seguía tomando cerveza, quería que el alcohol enfríara la calentura que estaba sintiendo, pero no daban resultado, me dirigí a la farmacia del supermercado y me quede mirando fijamente a los condones, los miraba y caminaba de un lado a otro, sabía que si tomaba un condon era para usarlo, pero algo me hacía dudar, al final la calentura me ganó, agarre un condon y regrese al almacen, donde Fermín seguía trabajando.
Entre silenciosamente al almacen, Fermín me daba la espalda, y yo lo miraba en silencio, contemplando su delgada figura, me fuí asercando a el mientras me manoseaba el bulto, que me molestaba en mi pantalon, pues ya mi verga pedía salir, sin previo aviso llego hasta Fermín y lo tomo fuerte de la cintura pegando su apretado trasero a mi bulto, Fermín al sentirme da un reparo de susto, all girar la cabeza y percatarse que era yo, soltó unas caja que traía en sus brazos y se quedo inmovil sin decir una sola palabra, igual yo no decía nada solo repegaba mas su trasero a mí, mi respiracion entre cortada resoplaba su nuca, fue allí que lo volteo para que me de la cara, Fermín me miraba fijamente a los ojos, pero yo no soportaba mas esa mirada, así que con mis manos lo tomé de sus hombros, obligandolo a incarse, fue entonces que Fermín empezó a desabrochar mi pantalon desesperadamente, como si fuera un niño que desenvuelve un regalo, Fermín por fin tenía frente a el lo que tanto tiempo había deseado tener de nuevo, mi verga estaba frente a el esa verga peluda, como el la llamaba estaba entre sus manos de nuevo.
Fermín no espero mas y comenzó a deborar mi verga como si fuera un naufrago hambriento que come despues de tantos días sin comer carne — mmmmmjjjj, mmmjjj, Fermín gemia con mi trozo adentro de su boca, el no desperdiciaba ni un solo centimetro de mi verga, para despues bajar aún mas su cabeza y comenzar a mamarme los huevos que colgaban como si fuera un delicioso racimo de uvas.
Mientras Fermín se engolozinaba de semejante manjar, yo con una mano sujetaba la cabeza de Fermín mientras con la otra me llevaba la cerveza a mi boca disfrutando del sabor de esa fría cerveza al mismo tiempo que Fermín hacía lo suyo.
Al terminarme la cerveza, tiro la lata y levanto a Fermín, sin cruzar palabra con el, le empiezó a desnudar y lo empíno en un banco que estaba al lado, dejando a mi merced su trasero, entonces me agacho y separo sus nalgas para contemplar de nuevo su culito, pero ese culito no era como yo lo recordaba, ahora era un culo poblado de bellos que se enrredaban entre si, comienzo a escupir varias veces su culo y comienzo a dilatarlo con mis dedos esta vez sin ningun cuidado, — Haaaaay, Haaaaayyy, sin mucha espera me pongo el condon y comienzo a enbonar la cabeza de mi verga en el anillo de su culo — Uuuuyyy, Uuuuuuufffff despasitoooo por favor, pero yo le respondí con una fuerte nalgada, dejandole mi mano marcada.
La cabeza ya había atravezado el anillo de su culo y fue entonces que sorpresivamente empujó con todas mis fuerzas el tronco de mi verga hacía adentro —Haaaaaay despasitoooo por favor!!!
Pero yo volví a nalgear a Fermín diciendole.
— Callate el oscico CULERO querías Verga pues ahora te aguantas.
Por fin había conseguido lo que hace diez años no pude, había rompido el culo de Fermín.
Y fue entonces que comenzé con mis despiadadas embestidas, Plaz!!! Plaz!!! Plaz!!! El golpeteo de mis huevos en el culo de Fermín se escuchaban por todo el almacen en cada embestida que le daba Fermín reparaba hacía delante, como queriendo safarse, pero yo no lo dejaba lo tenía bien agarrado de la cintura, para no dejar ni un centimetro de mi verga afuera de su culo, mientras yo veía con algo de furia, como el cuerpo de Fermín se sacudía gracias a mis embestidas, esas embestidas hacían ver el cuerpo de Fermín como una fragíl marioneta, — Haaaaaaay, Haaaaaay como DUELE, pero yo no paraba de meter y rempujar mi fierro, Fermín se quejaba mucho y eso era lo que yo quería, que sintiera dolor, quería castigarlo, quería que ese miembro Viril que me había pedido fuera el que le probocara dolor y sufrimiento, ese sería su castigo por haber probocado que le faltara a mi Esposa, yo estaba incontrolable, rapidamente me bañe en sudor, sentía que el almacen ardía en llamas.
—Aaaaagggghhh, Yaaaa me voooooy a veniiiiir HIJO DE PUTAAAAAAA!!!!!
El condor se emezaba a inflar, mi semen comenzaba a buscar salida, era tanta la leche que estaba sacando que terminó saliendo por el borde del condon embarrandose en mi vello pubico.
Saque mi verga de Fermín dejandole un boquete en su trasero, Fermín y yo respirabamos agitados por el cancancio, y yo fríamente me subí los pantalones me seque el sudor y me fuí sin decirle una sola palabra a Fermín, llegue a mi Casa y ví que mi esposa ya dormía, con cuidado de no despertarla me metí a la ducha para bañarme, al terminar me acuesto y abrazo a mi mujer, Ella se despierta y pudo notar que yo me había acostado desnudo.
— Hay amor no me digas que quieres hacer el amor ahorita? Me preguntó mi esposa.
No mi amor no te preocupes sigue durmiendo solo quiero dormir mas comodo, pero en realidad me vine durmiendo esa noche a las cinco de la madrugada, pensando en lo que había sucedido.
Al amanecer fuí como todas las mañanas al supermercado y Fermín ya estaba haciendo sus labores como de costumbre, pero yo notaba que Fermín no caminaba como normalmente lo hacía, era obvio que lo había lastimado, en un momento que Fermín estaba solo, me acerque a el y le dije.
—No tengo el valor de dejarte sin trabajo, pero si quieres seguir aquí, lo que pasó anoche no puede volver a pasar.
— No te preocupes Rafa, solo dejame trabajar mientras consigo un nuevo trabajo, no puedo seguir aquí, si tu no vas a querer nada conmigo.
Esa respuesta me desconcertó.
—Fermín entiende que esto no esta bien yo amo a mi esposa.
—Sí lo se Rafa pero yo no puedo estar aquí, teniendote tan cerca y que tu no quieras nada, desde mi infancia sueño contigo, tengo fantasías contigo.
Yo decidí retirarme y dejar que el se fuera, si así el lo decidía.
Pero pasaron los días y el no se hiba y yo le daba vueltas al asunto pensaba en todo lo que implicaba tenerlo tan cerca, un día le pregunté si ya había buscado otro trabajo.
— No Rafael aún no encuentro.
Yo me quede callado por unos segundos, y mirandolo a los ojos le dije en voz baja.
— Ya no busques trabajo, esta noche tu y yo cerramos el super y nos veremos de nuevo en el almacen, te voy a cojer de nuevo.
Ya había tomado una decision seguiría con esta aventura, Durante el día Fermín se mostraba contento y entuciasmado, se llegó la hora y nuevamente nos encontramos en el almacen, esta vez sería diferente, yo ya no estaba molesto con el decidí cojerme a Fermín, sin intencion de lastimarlo y asi lo hicimos acomodamos unos cartones en el piso y allí nos hechamos a dar rienda suelta a la pasion, si, porque aunque yo no quería lastimarlo, ese encuentro tuvo mucha pasion y cachondería — Haaaaay asssiiii Rafa metemela todaaaa uuuuyyy que Rico aaaaggghhhh, — Te gustaaa Fermín? Te gustaaaa mi vergaaa? Uuuuyyy siiii papasitoooo damela todaaaaa.
Fermín seguía siendo uno mas de mis empleados y cada vez que podiamos nos dabamos nuestros buenos rebolcones en el almacen llenos de lujuria y vulgaridad —Essssooo asíííí Fermín cometela todaaaa!!! — Haaaaaay que Rica vegaaaa.
— Tomaaaa putoooo, tomaaaaa no dejes de cojerte mi vergaaa Aaaaaahh.
Estubimos así por varios años, yo intentaba organizar mis encuentros con Fermín, sin sacrificar los días que me tocaba hacer el amor con mi mujer, no quería que mi mujer sospechara nada, la verdad mi mujer me tenía mucha confianza, y es que yo me esforzaba mucho para que mi mujer quedara satisfecha cuando le hacía el amor, ademas me gustaba darle a mi mujer todos los lujos y las comodidades que ella se merecía, algunas veces mi esposa me visitaba en el almacen, y ella saludaba de beso a todos los empleados, incluso a Fermín, pero Fermín besaba y abrazaba descaradamente con mucho cariño a mi mujer.
Eso a mi no me gustaba pues no quería que Fermín tuviera mucho contacto con mi mujer, Fermín y yo empezamos a tener algunas discuciones, El ya estaba cansado de que cojieramos en el almacen, el quería que le dedicara mas tiempo, incluso me pedía que pasaramos la noche juntos.
Pero yo le hacía ver que no podía, no tenía como justificar una noche fuera de mi casa, le pedía que no me hiciera elegir entre el y mi familia, porque yo me decidiría por mi familia, cada vez nuestros pleitos eran mas frecuentes y yo no me sentía agusto cuando peleabamos trataba de encontentarlo dandole arrimones de bulto resoplaba su nuca mientras le daba sus arrimones, el siempre caía ante esos arrimones y siempre terminabamos reconcilandonos en el almacen, esas reconciliaciones eran muy placenteras para ambos.
Pero aún así Fermín seguía excijiendome mas tiempo con el.
Tenía que hacer algo, temía que un día Fermín se cansara y se fuera o que probocara que mi esposa descubriera lo nuestro.
Y si un día decidí dar un paso mas y hacer algo para tener contento a Fermín.
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