EL NIÑO VENDEDOR DE DULCES
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Andru76.
Esta historia paso hace ya varios años, es parte de los deseos que siempre se reprimieron y esa tarde de un sábado se hicieron realidad.
Venia de un viaje en bus como parte de mi trabajo y llegue a la terminal de transporte en la mañana.
Antes de salir tenia algo de hambre y me compre una torta y me la fui comiendo mientras llegaba a casa, que la cual estaba a algunas cuadras de donde me encontraba.
Al salir un chico se me acercó y me dijo que si le compraba dulces o le daba la liga (dar dinero).
Era un chico de piel trigueña, llevaba tenis, un jean y una camisa de manga corta, con un par de botones en la parte de arriba sin abrochar lo cual dejaba ver algo de su pecho marcado a pesar de su corta edad.
Tenia una cara linda y se veía de esos niños que biológicamente se sabe que tendrán un cuerpo marcado sin mucho esfuerzo.
No soy de los que busca aventuras en la calle, pero algo paso ese dia, le mentí y le dije que no tenia dinero, pero que le daba media torta que aun me quedaba.
El la recibió con ansias, vi que tenia hambre.
Ya iba a continuar mi camino y se me ocurrió decirle que tenia dinero en mi casa, que si quería me acompañara y allá le daba.
El no dudo en decir que si, nos fuimos caminando y conversando.
Su nombre era Jairo, me dijo que tenia 11 años, y vivía en uno de los barrios mas pobres de la ciudad, y trabajaba para ayudar en la casa.
El me pregunto con quien vivía, yo le dije que solo.
Antes de llegar a casa pasamos a una tienda y le ofrecí algo de comer y pidió un par de cosas y llegamos a la casa.
Cuando entramos saludo los perros, y lo lleve hasta mi habitación donde tenia mi computadora, y le dije que podía jugar mientras yo me daba un baño, así que le puse un juego y yo me di un baño sin saber hasta donde seria capaz de llegar.
Me vestí con una camisilla y una pantaloneta no mas y me senté en la cama a ver como jugaba.
Luego le dije que saliera del juego y lo fui guiando hacia una carpeta donde tenia fotografías de chicos desnudos.
Al principio no sabia hacer doble clic con el mouse así que le enseñé tomándole la mano y haciendo los movimientos, el parecía saber que algo mas pasaría y no se notaba nervioso.
Volví a sentarme en la cama y finalmente llego a la carpeta y al abrir se sorprendió.
Volteó hacia mi y me dijo, usted es cacorro? Es una manera mas grosera de tratar a un gay, pero no le di trascendencia, le dije que si, y que si se quitaba la ropa como esos chicos pues le daría un billete que le enseñé.
El me dijo que si pero que como uno que había en una foto con bóxer, pero yo me negué y le dije que el negocio era como el que estaba totalmente desnudo, que el decidía.
Pensó unos segundos, y me dijo, ya me lo hiciste parar, se desabotonó la camisa y se puso frente a mi.
En ese momento supe que quizás no era su primera vez en una situación similar y además que entendía que el negocio no era verlo desnudo, sino tener algo con el porque no se desnudó, solo se fue donde mi.
Vi su camisa abierta y su pecho marcado y poniendo mis manos en su pecho las deslicé hasta terminar de quitar su camisa la cual tiré sobre la cama.
Acto seguido lo acerqué, yo estaba sentado en la cama y el parado frente a mi, se sentó en mis piernas y yo por instinto llevé mi boca a su pecho.
Comencé a saborear su tetilla izquierda, a dibujarla con mi lengua, mientras mi mano derecha acariciaba su vientre y su otra tetilla.
Metía en mi boca tanto como podía, alternando entre una tetilla y otra mientras el me contaba que con su hermano de 18 años se desnudaban y se hacían la paja, cosa que hacia medio cerrando sus ojos expresando puro placer por lo que yo hacía.
No podía creer que eso lo hiciera un chico de 11 años, pero tampoco me detuve a pensar, estaba disfrutando de ese manjar.
Luego de unos minutos, desabroche su cinturón, desabotoné su jean, y baje la cremallera, lo puse de pie y baje los pantalones hasta las rodillas.
Tenía unos bóxer verdes que se ajustaban a su cuerpo.
Dibujaban unas nalguitas paraditas y provocativas, se marcaba su pequeño pene en el bóxer, y se veían los muslos de sus piernas que ajustaban en los bóxer, y que eran bien musculosas para ese pequeño cuerpo.
Baje mi mano por su pierna y le dije, huy que piernas tan lindas tienes, y luego la subí por encima del bóxer tanteando su penecito, estaba duro, el se notaba bastante emocionado, y luego de tantearlo le dije….
Jummm si era verdad que se te había parado.
Yo ya también tenia una erección monumental.
Volví a besarlo en su pecho y vientre mientras con mi mano derecha acariciaba sus nalguitas sobre el bóxer, lentamente mentí la mano entre el y apretaba las nalgas y tanteaba su orificio, y el hacia movimientos de placer, lo cual me excitó mas.
Sin sacar las mano del bóxer fui bordeando su cuerpo y llegue a su pene, lo toque y baje sus bóxer.
Tenia un penecito para su edad, unos 7 centímetros, delgadito, pero súper tieso, estaba en éxtasis ese niño.
Le tome su pene y con una media movida saltó y me dijo que así no, que no tan duro, pero yo medio lo toque.
Eso seguramente le paso por su gran erección.
Le dije que se tranquilizara y lo acosté en la cama con los pies saliendo de ella hacia el piso, me arrodille, y comencé a besárselo, lamerlo y meterlo junto con sus dos bolitas completas en mi boca mientras dentro cubría todo con mi lengua y saliva, y lo miraba, y mis manos se desplazabas desde sus piernas hasta su pecho yendo y viniendo.
Mientras seguía besándolo, intente desamarrar uno de sus zapatos y se paro de un salto y dijo que no.
Hasta el día de hoy pienso que son de esas personas que odian estar descalzos frente a otro, o quizás tenia las medias feas, pues nunca lo sabré.
Respeté lo que me dijo, no iba a hacer nada que el no quisiera, pero si le recordé como era el trato y me fui por algo para tomar.
Mi sorpresa fue mayor cuando regrese y lo encontré sin pantalón, solo en bóxer, pero seguía con sus zapatos y medias puestas.
Eso no me importó, de hecho me pareció mas sexy.
Yo me senté en la silla del computador y puse a rotar algunas fotografías que me encantaban.
No le dije nada, asi que el solo se fue y se sentó entre mis piernas a mirar la pantalla conmigo y comentar sobre algunas imágenes.
Yo volví a calentarme, y el sintió mi bulto en su cola.
Empezó a menear su cintura, y no sabia si seguir adelante o que.
Me decidí y comencé a masturbarlo sobre el bóxer con mi mano derecha, al mismo tiempo le comenté que así me hacía yo mis primeras pajas, y sentí a través de el exactamente la misma sensación.
Con mi mano izquierda acariciaba su pecho y piernas, mientras su espalda estaba contra mi pecho, y el seguía haciendo sus movimientos de cadera.
El era muy sensual, definitivamente no era tan inocente, después de unos minutos comenzó a arquear su espalda y aceleró su respiración, y tomo mi mano con la suya y me dijo que ya.
Obviamente no se notó ningún tipo de eyaculación, pero según eso este niño había tenido su clímax.
Yo seguía sin entender, mi niñez fue mucho mas diferente.
Así que se levanto y comenzó a andar por la habitación y hacer preguntas sobre otras cosas, pidió que le regalara mi reproductor de mp3, pero le dije que no, y para convencerme fue y me dio un beso en la boca.
Fue tierno y delicioso, pero aun así no asentí.
Ya era como la una de la tarde, y me dijo que ya pronto se tenía que ir, entonces que siguiéramos con el negocio.
Aun así no se desnudó del todo, sino que volvió a sentarse en mis piernas y dijo que me ayudaba, y se bajó un poco el bóxer, y comenzó a masturbarse, aun sin tener totalmente erecto su penecito.
Yo lo senté bien sobre mi, aun en la silla del computador y subí sus piernas al escritorio.
Lo acariciaba detalladamente y minuciosamente por todos lados, disfrutaba de cada musculo marcado en su cuerpo, de es piel tierna y suave; y cuando baje con mis manos desde su pecho, bordeé su cintura y llevé conmigo su bóxer por sus piernas y los saqué del todo.
Tenia un niño casi desnudo sobre mi, con un cuerpito delicioso, y que se estaba prestando para lo que quisiera.
Comencé a besarle la nuca, el cuello mientras mis manos se enfocaron en sus nalgas y su huequito.
Ambos andábamos super excitados, asi que lo paré frente a mi y le pregunte si quería besarme mi pene.
Su respuesta fue….
Casi que no, yo me bajé mi pantaloneta y salto mi pene, normal para mi contextura, 17 centímetros, grueso, y el con toda la experiencia el mundo se agachó y comenzó su mamada combinada con el movimiento de su mano por todo mi pene y mis testículos.
Nadie hasta ese momento me había besado tan rico.
Me excitó mas rápido y esperando no ir a terminar sin culminar todo ese momento, me paré y tome bastante crema de manos que me froté en todo mi pene y luego en su culito, metiendo un dedo dentro de el, a lo cual no hizo reparo.
Estando yo sentado nuevamente, abrí un poco mis piernas y aun mas las de el y lo senté de espaldas hacia mi con mi pene apuntando a su orificio.
El comenzó un movimiento especial, y fue entrando poco a poco, el se quejaba y templaba todo su cuerpo, lo cual lo hacia ver perfecto y mas provocativo.
Yo con una mano en su pecho y otra en una pierna me movía, mientras el se apoyaba sobre mi pecho ya desnudo tratando de no ir a caer del todo.
Una vez estuvo en la mitad y el casi diciendo que hasta ahí, hice un movimiento tomando sus piernas que entro del todo el gritó, mas de susto que de dolor, y comenzamos un a balancear nuestras cinturas y gemir de vez en cuando.
Me paré sin soltarlo, lo cargue y lo puse boca arriba sobre la cama, alcé sus piernas y volví a embestir con mis dos manos sobre su pecho, y ya ambos sudábamos, sin sacarle mi pene lo cargué y me senté en la cama y ya con mis manos en sus nalgas llevando la cadencia del acto, volví a besar su pecho desesperadamente, mientras el con gozo y ya con dolor de todo mi miembro entrando y saliendo casi por completo dentro de el, recibió una descarga descomunal de semen que no demoro en comenzar a salir antes de sacárselo de su culito.
Caímos sobre la cama con el pulso a mil, mientras volvíamos a la realidad.
Luego de unos minutos y de confirmar lo mucho que nos gustó, fuimos y tomamos una ducha rápida, el se vistió y lo llevé a la parada del bus luego de cumplir mi parte del trato.
Esa tarde se dio por una retribución monetaria, que jamás pensé hacer en mi vida, y que ha sido la única vez que he pagado por ello.
Pero el sexo que un chico de 11 años me regalo ese día, tardo demasiado en ser superado… pero eso es una historia para otra ocasión.
Espero les haya gustado este relato, de gratos recuerdos.
Y NO, jamás volví a saber de ese chico, por mas que le busque en las semanas siguientes….
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