El novio de Dalia
Aclaro que ésta historia no me pertenece, es de un amigo cercano. .
El novio de mi amiga.
Fue una circunstancia difícil, había terminado la preparatoria. Mi amiga se llama Dalia, ambos de 19 años. Desde hace mucho qué somos buenos amigos, los mejores.
Vivimos cerca de la playa, nos gusta ir cuando hace un buen tiempo.
Mi nombre es Paul, y ya soy algo conocido en ese lugar. Me gusta ir en short por las orillas, mojando mis pies. Por ello tengo mi piel algo bronceada y con pecas en pecho y cara, tengo ojos cafés y cabello ondulado hasta las orejas. Recuerdo que hace un mes Dalia me había presentado a Tommy, su nuevo novio. Al principio estuve sorprendido de lo alto qué era aquél, de unos 1,98 si no me equivoco. Tenía el cabello teñido de un rubio muy claro, era de piel muy blanca. No recuerdo su edad, pero aparenta de unos 22 años; la edad a la qué mi amiga le gustan.
Era ya tarde cuando decidí regresar a casa, habían pocos ahí en la playa, regresando a la orilla empapados.
Vivía a pocas calles, lo cual me facilitó llegar rápidamente. Era un departamento en el quinto piso, al entrar vi la ropa tirada de mi amiga; ella vivirá conmigo durante unas semanas hasta encontrar un lugar. Me gustaba tenerla cerca pero en ocasiones era difícil. Mi novio solía venir con menos frecuencia gracias a eso. Soy gay activo, salí del closed hace dos años.
No había nadie en casa, pero la televisión estaba encendida. Estuve limpiando casi por una hora hasta que llamaron a la puerta, era Tommy. Entró dándome un golpe en la cabeza sin fuerza, ¿Tendría hermanos menores? Porque me trataba como a uno.
Era usual su comportamiento desvergonzado, tomando todo lo que quisiera del refrigerador. En ocasiones se paseaba en ropa interior y una ocasión incluso en pelotas. Recuerdo que no tenía vello en ninguna parte de su cuerpo, tenía una piel de bebé y un culo aparentemente duro. Su polla.. bueno ¡Monumental!
Eso me enfureció un poco, pues mis 17 cm se veían opacados por su arma.
Como sea, lo dejé viendo televisión mientras limpié mi habitación. Condones usados y algunas envolturas de dulces en el suelo (a mi novio le gustan las golosinas, se llama Andy). Mi frente y espalda estaban sudando a través de la playera oscura que recogí, seguramente también estaba sucia antes de eso.
Cuando terminé, estaba tan cansado que me acosté y no quería levantarme, ni siquiera cuando el novio de Dalia se asomó. Se había quitado la camisa; otra cosa qué me molestaba: tenía un torso marcado prominente, yo por el contrario estaba delgado, con la V marcada únicamente. Él comía una paleta de hielo, viéndome fijamente desde la puerta.
—Hagamos algo, estoy aburrido.
¿Qué pretendía? Se acercó y apartó mis piernas para sentarse. Luego me empujó a un lado para acostarse también. Estuvo en silencio masticando ligeramente el palillo restante. Yo era atractivo según Andy, y todos los chicos a los que eh cogido, pero ese cabrón tenía una mandíbula marcada, labios rojos naturales, una nariz respingada e incluso una voz ronca muy agradable. Comenzamos a charlar de trivialidades, el tiempo pasó sin darme cuenta, ya estaba oscuro. Aún tenía pereza para levantarme e ir a preparar la cena.
En un momento escuché la pregunta que ya había tardado en salir en el tiempo de conocerlo:
¿Qué se siente estar con un hombre?
Intenté responder con precisión, pero era difícil de hacerlo. Le dije lo mucho que me gustaba cuando besaba a un chico por primera vez, era delicioso, especialmente a mi Andy: a él le gustaba cuando metía mi lengua y probaba su saliva. Su cabello me gustaba, de un oscuro intenso y de corte algo parecido al hongo, pero con su rostro delgado le venía muy bien. Era el primer novio de mi edad que tenía, los otros habían sido menores a mí.
Tommy pareció interesado cuando hablé del beso negro, lo dije para hacerle incomodar y que se fuera de mi habitación, pero creo que lo imaginó muy bien, pues en sus pantalones se hizo visible la erección: una bastante grande por lo que ya había visto hace mucho.
La primera vez con Andy fue interesante, él era virgen y estaba asustado, pero después de besos, mamar su pene por largo rato hasta hacerle venir, y por supuesto: lamer su ano, permitió dejarme entrar en ese lugar tan rico. Usualmente no me gustan vírgenes, pues son muy llorones pero él fue muy obediente, vi que le dolió pero aguantó mi verga entera. Me encantaba su culo, era suave y se veía hermoso con las piernas completamente abiertas (es muy flexible). Él era un poco extraño, solía hacer berrinches y enojarse muy fácilmente, pero me gustaba esos momentos porque a mí me gustaba calmarlo con besos y acariciando su trasero. Luego cogiamos, nunca me aburría verlo con esa mueca de dolor mientras su culito era abierto.
Thomas rió cuando terminé, seguramente ya había visto mi verga levantando mi short.
Con las almohadas alzando nuestra cabeza, sugirió masturbarnos, no me pareció tan mala idea así que accedí. Metí mi mano para sacar mi pene, como dije de 17 cm pero era bastante grueso y moreno. Pero Tommy se quitó por completo el pantalón y la ropa interior, abrió sus piernas marcadas y empezó a acariciar de arriba abajo los 25 centímetros, las venas eran visibles sobre la piel blanca, la cabeza era Rosa y bonita.
¿Has recibido tú? Verga me refiero. Dijo él, aumentando el ritmo. Era difícil no sentirme incómodo por ver que me superaba en casi todo.
«NO, nunca»
Tommy me sonrió, y escupió sobre su mano para darse lubricación. Cuando se vino; su pene escupió varios disparos de semen espeso. Yo me vine al verlo. Pero no era lo mismo a cuando lo hacía dentro de mi novio.
Nos limpiamos y le pedí irse para bañarme, pero dijo algo que no me esperaba:
«¿Te gustaría que yo te la metiera? Para que ambos sepamos lo que nos perdemos»
Me molestó mucho eso, pues era el novio de mi amiga y además yo no estaba interesado en recibir por el culo (mucho menos su polla tan grande).
Hicimos como si no hubiera pasado nada de lo anterior, y pasó otro mes. Hasta que un día se quedó a dormir con Dalia, ya era madrugada cuando me desperté al oírlo orinar al fondo del pasillo. Recuerdo que tenía insomnio esa noche, por esa razón fue sencillo despertar con el chapoteo de su orina contra el agua. Intenté dormirme de nuevo, y estaba por conseguirlo pero entonces mi puerta se abrió, estaba muy oscuro pero no tanto para no saber que era él. Le pregunté qué quería, pero se acercó hasta apartar la colcha que me cubría. Estaba por mandarlo al carajo pero me cubrió la boca, me encima y empieza a chupar mi cuello. Estaba muy sorprendido, demasiado para saber qué hacer. Me gustó la forma en qué lo hacía, justo como a mí me gustaba hacérselo a Andy. Pero volví a inquietarme cuando intentó quitarme el pijama con la otra mano. Lo logró pero oí la tela romperse. Me quedé con la camisa de dalmata, y luego él se quitó la ropa con aparente facilidad. Su pene duro se huntó en mi pierna. ¿Realmente me haría esto sin yo quererlo?
Levantó mis piernas sobre sus hombros, casi obligándome a juntar mis rodillas a ambos lados de mi cara. Estaba asustado, aunque también excitado pues tenía mi verga rascando mi pecho.
Oí que dijo algo, pero no entendí. Quise gritar por todo el dolor, mi ano fue apuñalado y dolía mucho. Aunque estaba seguro que no avanzó más de unos centímetros, faltaba lubricación. La sacó y usó su saliva para lubricar. Entonces la punta volvió a juntarse a mi culo lastimado, y está vez entró más fácilmente. Cada que avanzaba era un infierno, algunas lágrimas salieron cuando sentí su pelvis tocar mis nalgas. Me había cogido por completo. Por suerte el grosor era uniforme, de lo contrario me hubiera destrozado mucho peor. Mi cuerpo era literalmente alzado por él, únicamente mi cabeza tocaba la cama.
Escuché que dijo «Ya estás listo»
Su polla resbaló fuera, pero volvió a juntarse a mí una y otra vez, lento. Escuchaba su respiración con el esfuerzo, además de lo que yo sé que debe estar sintiendo. Mi culo ya estaba recibiendo los 25 centímetros más fácil.
Me preguntó: «¿No vas a gritar? No quiero cubrir tu boca todo el tiempo»
Negué con un sonido, por lo que me soltó no muy convencido. Pero no grité, ¿ya qué importaba?, además no importaría. Sentí cómo sus labios buscaban los míos en la oscuridad, me besó primero de forma superficial, probando si le gustaba, luego su lengua se metió y empezó a comerse mi boca. Ahora ya me penetraba sin compasión, esperaba que mi amiga no supiera de esto, no era mi culpa.
Al separarse me dijo que me pusiera de lado, él se acostó atrás, levanté mi pierna al aire cuando su polla buscó mi ano. No sé cómo, pero me convence para cooperar, me subo para dejarme caer varias veces, ya no me importa Andy al menos durante ese momento. Me vengo rápidamente, es demasiado. Pero Tommy me cambia nuevamente, ahora los dos estamos boca abajo. Tiene muy buena condición física porque no se detiene por mucho tiempo. Me dice que está por venirse, y yo por segunda vez. Escucho su respiración cuando me llena de leche.
Cuando se separa toma su ropa y se va sin decir nada, supongo que ya tuvo lo qué quería. Y a la mañana está conversando sin preocuparse en nada más qué comer su cereal. Dalia no parece saber qué su novio me violó, y yo no le diré. Ellos se van al medio día y entonces aparece Andy, se ve muy guapo con ese conjunto deportivo naranja. Debería sentirme mal, pero en realidad es algo excitante ocultar qué le eh engañado hace unas horas.
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