El obrero apretó al colegial en el metro repleto
Siempre quise buscar un adulto que me apoye en un metro o tren repleto, esa tarde se me hizo y terminamos en un callejón abotonados….
Hola, hoy quiero contar lo que me pasó una tarde en el metro repleto a hora pico regresando a mi casa luego de ir al centro después del colegio a comprarme unos zapatos nuevos en la tienda que los tenía en pleno centro. Era la primer semana del colegio ese año, yo tenía 16 años y salí rápido para tomar el tren y metro para llegar a la tienda adonde me compraría unos zapatos nuevos, mi padre me dejó pagados para que vaya a elegir, probar y retirarlos. Así que llegué a la tienda a eso de las 18 hs. El vendedor era medio amanerado pero muy amable y eficiente, así que me probé los «Kickers» modelo kazar colegiales de cuero color negro número 40, me quedaban muy bien y cómodos, así que los tuve. El vendedor me preguntó si los quería llevar puestos, en caja o solo con una bolsa, así que me gustó la idea de estrenarlos ahí mismo y llevarlos puestos de regreso a casa. Así que salí de la tienda metiendo los viejos zapatos en una bolsa y en mi mochila colegial, me quedaban hermosos los kickers 0km con el uniforme, que era de camisa blanca, corbata escocesa en tonos de verde y azul, pantalón gris claro y los zapatos negros al tono del cinto negro también, me sentía como emocionado, más bien excitado diría… Cuando bajé al túnel del metro a solo 100m de la tienda, noté que estaba repleto de gente regresando de sus trabajos, claro porque eran las 18.30; la hora «pico» de regreso a casa. Encima esa era la principal estación de combinaciones que concentraba tres líneas en 1 sola hacia una de las estaciones centrales de trenes de Buenos Aires, quizás la más popular hacia el sur, «Plaza Constitución». Así que me abrí paso entre la multitud hacia la cabecera de plataforma, para subir en la primer puerta del tren, y así bajar primero en la cabecera final. Casi no se podía ni caminar, parece que había atrasos y cancelaciones, por eso estaba tan repleto, aparte de la hora pico. Cuando llegué al extremo sur del andén, estaba repleto de obreros volviendo de sus trabajos, lo que -no se bien porqué- me hizo excitar otra vez, creo que quería ser apretado entre tantos muchachos y señores mayores tan atractivos con sus físicos trabajados por el esfuerzo físico diario y quemados por el sol del verano en las obras. Me ubiqué bien cerca del borde del andén, me abrieron paso varios, como asombrados y sorprendidos de verme tan distinto a la mayoría, no era usual ver un colegial rubio y de uniforme a esa hora y en ese lugar del centro, ya que no había colegios cerca… Miré a mi alrededor estudiando a los compañeros de viaje, y me llamó la atención uno adulto, como de 30 a 35 años, morocho y fornido, vestido con ropa sucia de obrero, jeans manchados de materiales y pintura, rasgados y desflecados, una remera negra sin mangas, también manchada de materiales de obra, y al mirar sus pies noté unas zapatillas (tenis) de lona negras «converse», muy sucias y gastadas por el trabajo, con algunas roturas de la lona; no se porqué pero me pareció muy sexy. Además el me miraba como devorándome con la vista, mientras con su mano derecha el el bolsillo del jean se notaba que se masajeaba el bulto, estaba a escaso 1m a mi derecha y se me acercó forcejeando con otros para quedar a mi lado y seguro subir pegados… cuando estuvo a mi lado me miraba los pies, claro que le llamarían la atención mis zapatos nuevos y mi uniforme, en contraste con todos los hombres que nos rodeaban vestidos con ropa de «fajina» propia de trabajadores de la construcción… se masajeaba el bulto cada vez más, yo lo miraba y eso se conoce que lo excitaba más… Entonces se escuchó al tren entrando a la estación, empezaron a empujar todos para quedar en la marca de la puerta pintada en el piso con amarillo, así que quedamos todos apretados, y él se acomodó detrás mío pegado apretándome y empujando para entrar al coche, que ya estaba detenido ante nosotros y abría las puertas, ya venía casi lleno desde las 3 estaciones anteriores, por lo que me subieron con los pies sin casi tocar el piso, y él atrás pegado a mí me levantó y me hizo subir apretado entre todos los demás, no cabía un alfiler, yo sujetaba mi mochila entre mis piernas para evitar arrebatos y hacer lugar, así que cuando ya no entraba un solo ser humano, las puertas se cerraron tras varios intentos hasta que arrancó el tren. El hombre me tenía bien calzado con su bulto duro en mi raya, hasta me agarró de la cintura y caderas con ambas manos para ubicarme bien a su merced. Otro señor al frente mío estaba pegado respirándome en la cara, y también sentí su bulto duro pegado al mío que estaba por explotar ya ante tal apretada entre hombres rudos y calientes… pensé como estarían debutando mis flamantes zapatos entre pisotones porque sentí varios al subir, de hecho el de enfrente mío tenía uno encima mío al no encontrar lugar adonde pisar sobre el suelo, lo que me calentaba de veras, era el debut soñado entre hombres calientes. El de atrás me tenía atrapado entre sus pies bien apretados por afuera de los míos que estaban juntos al medio, así que era imposible moverse en ese apretado grupo sudoroso y caliente… El señor de atrás me respiraba en la nuca y jadeaba al ritmo de las sacudidas del tren en los desvíos y curvas de las vías, aprovechando para acompañar bombeando su bulto contra mi raya, se sentía muy rico y excitante… en un momento en que se oscurece el tren al pasar por un túnel sin luz, me murmuró al oído algo así como… «te gusta pendejoooo, que lindo que sos, quieres venir conmigo por ahí? Daleeee vamos!»… Yo me sentía como extasiado, y me atraía la propuesta, aunque no sabía adonde me llevaría este señor para seguir con la refregada y posible cogida… Así que el tren llegó a la terminal de Plaza y otra vez me bajaron en el aire entre empujones, pisotones y apuros, parecía como que iba a explotar el coche por el apuro de todos por bajar rápido. Así que una vez en el túnel escaleras arriba, giré la cabeza y vi que mi señor estaba pegado atrás mío pisándome los talones casi, y aprovechando la aglomeración para meterme una mano en la raya, lo que me terminó de calentar mucho. Entonces ya entrando al salón de la estación para ver el tablero electrónico de las salidas, me preguntó adonde viajaba, le dije y se sonrió diciendo… «uy yo también tomo ese ramal porque voy 3 estaciones más allá…, vamos juntos dale así te sigo dando bomba? conozco un callejón oscuro junto a la estación tuya, podemos ir y te cojo quieres?»… A lo que asentí con temor y curiosidad a la vez… sabía de que callejón me hablaba, era uno paralelo a las vías que iba para la barrera al norte de mi estación, que a esas hora estaría desierto porque comunicaba a los colegios cercanos, que ya habían cerrado a esa hora cerca de las 19.30 y oscureciendo… Nos subimos al último vagón y última puerta del primer tren por salir al ramal «G..W» que nos llevaría allá… Estaba tan repleto como el metro, y otra vez al ser el sector «sex» del tren, lleno de tipos buscando apoyadas y agarradas de bultos, o sea el sector gay bien caliente… Subimos casi sin encontrar lugar y quedamos en la puerta, el detrás mío pegado, otra vez metiendo su bulto duro bajo los jeans rotosos, en la raya de mi pantalón del uniforme, y sus pies atrapando los míos para que no me mueva de esa posición… El viaje duró 30 minutos y en cada estación era una lucha para mantener el sitio, bajaban 10 y subían 15, cada vez más apretados y rodeado de otros que querían pegarse a mi, el «distinto» del tren repleto de trabajadores… Llegamos a destino y bajamos entre empujones, y él me dijo…» seguime pero separado para no despertar sospechas eh? vamos allá al callejón norte eh? dale seguime lindo!»… Y eso hicimos, yo disimulando y mirando a mi alrededor por si algún conocido me veía en esa dudosa acción, pero por suerte nadie estaba a tiro… A poco que nos acercábamos al callejón se hacía desierto el panorama, ya en el medio de los 200m que tenía, había como un receso al costado, entre un cerco alambrado con plantas no podadas, una cueva ideal para no ser vistos… Él se metió en ese hueco y cuando llegué me agarró del brazo y me metió junto a él, me abrazó de frente y empezó a besarme la cara y el cuello, para llegar a mi boca y meterme la lengua con sabor a mate mientras me pegaba a su cuerpo refregándonos los bultos a través de la ropa, me empujó contra el cerco y me inmovilizó del todo al pisarme ambos pies, lo que le gustaba y nos calentaba más aún por el desvirgue de mis pobres kickers que ya estarían llenos de huellas de los pisotones recibidos en esa última hora… Ahí me dijo que me arrodille para besarle el bulto, mientras se bajó el cierre del jean y sacó una verga enorme negra que pude ver en la penumbra, como de 20 a 22 cm, venosa t curva tipo banana, me agarró de la nuca y me dijo …» abrí la boquita lindo pendejito! trágamela toda y lubricala con tu dulce saliva nene, daleee así te la meto después…» Me la introdujo tan a fondo que al pasar la garganta me produjo arcadas, se sentía salada y húmeda por el lubricante que había segregado esa última hora de apoyadas en los trenes… La sacó ante mis arcadas y gemidos, me hizo parar y darme vuelta buscando desabrochar mi cinto y cierre del pantalón del uniforme colegial, luego se arrodilló y metió su cara entre mis nalgas, buscando meter la lengua y abrirme el hoyo que estaba muy cerrado ya que yo era virgen aún… estuvo unos minutos haciendo eso, sentía mucho placer y me estaba excitando cada vez más, a lo que le pedí que me la ponga ya, se hacía tarde y no quería despertar sospechas en casa… Se paró y comenzó a puntearme mientras me abrazaba por la cintura y el pecho con ambos brazos, entonces la acomodó con una mano en mi ano, y gimiendo fue empujando para penetrarme, me dolió cuando metió la cabeza y gemí pidiéndole que vaya despacio que era mi primera vez! Se detuvo y me besaba la nuca y el cuello, y tapándome la boca mandó la embestida para metérmela toda, yo lancé un gritito ahogado por su mano, pero al sentir su pelvis pegada a mis nalgas se calmó el dolor un poco, él se detuvo y me besaba las orejas diciendo cosas, como que le gustaba desvirgar al pendejo rubiecito colegial, que se le había cumplido la fantasía más imposible de su vida cogiéndose a un pibe rubio y con uniforme de colegio «cheto» (o sea, «fino y caro» para mi país…), Luego aceleró las embestidas, sonaba el «plaf plaf…» de sus nalgadas con cada embestida, jadeaba como un perro y de golpe la metió a fondo, sentí que se le hinchaba más dentro de mi recto, y que comenzaba a sacudirla cuando comenzó a acabar en mi colita (a «correrse», como dicen en otros países…) Y gimiendo a mi oído descargó su leche caliente en mi cola, yo sentía como ganas de hacer «popó», pero me encantaba y quería que siga… pero ya era de noche, me asusté un poco por el dolo y ardor de mi ano desflorado por el obrero morocho, así que bajando los gemidos la fue sacando despacio, a lo que sentí que me chorreaba líquido del ano por las piernas, me quedé quieto asustado y pensando como habría quedado mi cola y mi uniforme en ese callejón oscuro y sucio. Él me habló entonces, que me quería seguir cogiendo, que le pase mi número de whatsapp para encontrarnos otro día, que me iba a invitar a ir otra tarde a una obra en construcción de su barrio abandonada… Como pude me levanté el slip y el pantalón, me arreglé la ropa y luego de abrazarme de nuevo y besarme con todas sus fuerzas, me dijo…» bueno salí vos adelante que no nos vean juntos, anda para casa y cuidate, otro día nos vemos cuando salgas del colegio y vamos a esa obra querés lindo?…» a lo que asentí y salí caminando hacia la punta del callejón, me costaba caminar porque me dolía mucho, y sentía como salían líquidos de mi ano… así que fuí por calles desiertas hasta mi casa para no encontrarme con nadie, llegué bien de noche ya, y por suerte no había nadie, mis padres y hermanitos no estaban, así que corrí arriba a mi pieza y me mandé al baño, me miré al espejo y estaba todo sucio y transpirado, me miré los zapatos y estaban llenos de huellas de sus converse como testigo de la cogida de estreno que me había dado el obrero… Nos escribimos y otra tarde, después del colegio y volviendo él del centro, fuimos a esa obra, pero eso va en la parte 2 de esta historia…
Buen relato!.
Espero más.
¿No estarás hablando del ramal g3 del belgrano?
No. Roca electrico ramal Glew! GBA sur. El más repleto siempre. Esto fué hace 5 años eh?
Ah! Y el subte era línea C de Diagonal Norte a Plaza C. Hora pico repleto todos pegados apretados!
No. Roca electrico ramal Glew! GBA sur. El más repleto siempre. Esto fué hace 5 años eh?
Hola tommy eso fue real?
Hola Colo. Si 100% real!