El padre de mi amigo Nick 4

Pasa casi en los mismos días de mi primer desfile..
Cuarta parte, El padre de mi amigo Nick.
Habíamos ido a la feria, con Nick y Cheys, amigo de Nick. El padre de mi amigo nos llevó, consintiendo a mi amigo y a mí un poco más que de costumbre, y yo sabía porqué.
Unos días después me invité solo a su casa, los ayudé a pintar una habitación de la parte de arriba y luego comimos. En ratos me miraba Trent, viendo mis shorts cortos. Yo estaba nervioso y a mil, me sujetaba la pinga con la mano en el bolsillo para que Nick no se diera cuenta.
Luego llegó Cheys y casi casi jaló a mi amigo a la calle para jugar con la pelota, yo solo los veía aburrido en la banqueta. Y ví al papá (Trent) subir a su camioneta, me llamó y me dijo que si ya quería irme, que me llevaba. Dije (si) como un tonto, pasandome a la parte de atrás. Cuando me despedí con la mano de mi amigo, él ni me notó. Eso me puso un poco triste, y enojado con Cheys por acaparar su atención. Me parece que Trent adivinó muy rápido mi estado, porque quiso hacerme reír en el camino. Cuando desviamos a una carretera que no conocía supe que no me llevaba a mi casa.
-Es una sorpresa- me dijo cuando le pregunté.
Movía los pies algo inquieto, más o menos sabía lo que me esperaba al parar. Sentí muchas ganas de orinar, y mi culito también se apretaba nervioso. Íbamos por una parte con lagos con lama a los lados, luego por maizales y ya al final pasamos por veredas feas. Tardamos como tres horas. Nuestro destino final era una granja con corrales de caballos y ganado. El papá de mi amigo Nick me dijo que era de su padre, ví a sus empleados dándo de comer a los animales y saludaban. Él me llevó a la casa que estaba al centro de los terrenos. Estaba vacía. Me invitó a tomar algo, un jugo y fruta.
Me dijo que me iba a regalar unas cosas, que estaban arriba y subimos. Él me indicó la habitación donde mi sorpresa me esperaba, y me pidió buscarlo al terminar en la de junto. Pasé a la habitación que dijo, en la cama había tres pelucas bastante realistas de color negro, rojo y amarillo. También vestidos largos y cortos, de diferentes colores, ropa interior de niña. Y algunas muestras de maquillaje.
Recordé que aquella vez en su auto iba vestido normal, así que me imaginé que ese era otra oportunidad para el padre de Nick para tenerme. Me quité la ropa y me vestí cada conjunto, pero me convenció más un vestido cortito de color vino, con la peluca negra y maquillaje de rubor y labial rosa. También me puse unas bragas transparentes que me molestaban un poco, mis genitales y mi pene estaban apretados allí.
Salí, con medias blancas y entré a dónde Trent me esperaba. Lo ví acostado en una gran cama, bajo una ventana cubierta por cortinas blancas. Las voces de los sujetos que ví antes eran bastante claras, me dió miedo pensar que podrían oírme.
Él también se cambió, vestía de mezclilla, camisa abierta mostrando su pecho musculoso y tenía un sombrero vaquero. Me reí un poco porque no lo había visto así, pero no le molestó.
_te vez muy bonita- me dijo.
No supe qué decir y no me atrevía a hacer nada. El padre de mi amigo me invitó a la cama, me abrió espacio en su lado derecho y me abrazó con cuidado. Estuvimos así un buen rato, sin decir mucho. Más bien Trent me decía que muchas veces se estuvo imaginando el día que me cogería, pero pensaba que yo nunca me iba a dejar. También me contó de su primera vez follando a un chaval, aquel vecino caliente, rra bastante alto y delgado, con unas nalgas pequeñas. Fue cuando su mano se movió por mi cuerpo, buscando por debajo del vestido y parando sobre mi pequeña pinga apretada en las bragas. Contuve el aliento. Movía sus dedos despacio, luego se puso a intentar quitarlos. Yo alcé mi cintura y fue más fácil. Con 12 años ya tenía erecciones con el mas pequeño toque.
Trent empezó a rodear y mover, sacándome gemidos un poco tímidos.
-te traje aquí porque mi mujer estaba en casa, y los animales ayudan a cubrir el ruido- me dijo. Tomó mi pierna y la separó, pidiéndome que siguiera yo con el asunto, mientras él buscaba con los dedos mi ano. Tocó con sus dedos gruesos, llevaba saliva y presionaba hasta meter la punta.
Pero me soltó para decirme que debía ayudarlo a desvestirse, me levanté con las piernas y brazos sin fuerzas de lo nervioso que estaba. Quité el botón de su pantalón y bajé el cierre, y muy despacio lo bajé cuando él levantó la cintura. Su cosa se marcaba mucho en los calzones negros.
Me animé a acariciar sus piernas musculosas, subiendo hasta su pelvis y metí la cara a los lados de su paquete, oliendo y lamiendo. Lo oí respirar pesado y se estiró más. Y cuando ví su axila peluda me arrimé a oler y lamer un poco. En todo momento me las arreglaba para no torcer la peluca.
-Quiero probar leche de un becerro bonito como tú.
Me dijo Trent, agarrando mi cintura y llevando mi pene a su boca, él acostado y yo encima. Metió mi pinga ya un poco flácida y se puso a mamar con cuidado, lamía mis genitales, desviándose de vez en cuando a mi agujero. Pero cuando ya estaba durito no se separó, creo que grité algo fuerte cuando me vine en su boca. Trent me separó y me tomó de la cara para besarme. Su boca me supo muy rico, a tabaco, mentol y saliva. Me tuvo comiendo la boca bastante, hasta volví a estar durito.
Empezó un juego que me dijo sería solo nuestro, se recargó y abrió las piernas, su polla se levantaba apuntando su ombligo. Me dijo que debía hacerlo venirse, con las manos o con la boca, y si ganaba podía pedirle desde un celular hasta un Xbox nuevo. Si perdía, bueno, era soportar el resto de la tarde de lo que quisiera hacerme. Primero usé las manos, notando como sus genitales iban subiendo cuando jalaba la piel morena. Intenté mamar un buen rato, escupiendo para humedecer pero nada, Trent estaba tranquilo y su polla nada que se vaciaba. Pero intenté algo, pasarla entre mis nalguitas y precionar con mi mano para pegarlos más, fue que su respiración cambió. Me ayudó cuando me cansaba y sentí como daba tirones y su semen corrió, pasando por mis manos y también entre mis nalgas.
Me ví abajo de ese hombre, atrapado entre sus brazos mientras me pasaba la lengua contra la mía, mordiendo mis labios. Él apretaba su pelvis, su pene flácido contra el mío, volviendo a la vida al mismo tiempo. Me quitaba el aliento, dando lamidas a mi cuello y buscando mis pezones. Luego me volteó boca abajo, con las piernas separadas. Besaba todavía mi cuello y con las manos daba masajes duros a mis nalguitas.
En ocasiones la peluca se separaba pero la volvía a colocar rápido. Trent se daba tiempo de bajar a comerse mi oyito, enterraba la nariz, moviendo mis genitales cuando empezaba desde más abajo.
-ya quiero entrar otra vez aquí- me dijo alzando mi cuerpo, los dos boca arriba y yo encima de él. Mordía mi oreja con cuidado. Adiviné que yo tenía que hacerlo. Tomé su gruesa verga y la puse en el lugar, bajando la cintura para precionarme con más fuerza cuando mi culito se resistía. No sé qué pasaba, pero no quería entrar. Trent me levantó de la espalda, para usar mi propio peso, y su polla se fue adentro todavía con trabajo.
Fuí yo el que empezó a subir y bajar, apretando los ojos y labios. Trent reía en voz baja mientras usaba los brazos como almohada.
-Volteate- me dijo Trent. Me ardió al abandonar mi orificio, pero sentí alivio cuando me senté de nuevo, y fue cuando prácticamente me quería aventar con la cintura, como un toro queriendo apartarme.
-Si nena, traga mi verga- oía yo.
-aah- oyó Trent.
Seguimos más rato, no sé cuánto. Yo rodeando su miembro de hombre, él perforando al chaval vestido de niña. Cambiamos a ponernos de lado, con mi pierna echada atrás de las suyas y las manos enormes jalandome a él.
Cuando terminó quiso otra ronda, pero yo ya estaba lastimado. Pero como lo ví con verdaderas ganas, le pedí descansar y continuar.
Me enseñó el baño y me dejó tomar una hora en la tina, con agua caliente. Él creo fue a orinar y a dar indicaciones a los hombres, quien sabe de qué o para qué, pero se tardó lo que yo tardé en salir.

Hasta aquí esta parte, comenten si quieren que pase a otra experiencia o si esta debe continuar.