El padre Rolando II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando desperté el padre Rolando no estaba en la cama, di un vistazo desde mi ubicación en la cama a toda la habitación , y nada el padre no estaba, derepente entro el seminarista que la noche anterior me había llevado a la habitación del padre, se llamaba Thomas; con una sonrisa muy agradable y una voz muy tenue me pregunto que tal había dormido, yo conteste que muy bien, acto seguido me pregunto que tal me parecieron los juegos con el padre Rolando, y un poco avergonzado conteste que me gustaron mucho, me acaricio el cabeza desordenando mi cabello y me dijo, esto es secreto, no debes contarle nada a nadie, ni a otros niños y mucho menos a gente extraña de la calle, por que sino nunca mas volverás a jugar con el. Y acto seguido me llevo de la mano a mi dormitorio.
Una vez en mi habitación, fui a bañarme, mis compañeritos de cuarto se estaban vistiendo para ir a clase, rápidamente hice lo mismo, pero mientras tanto, me hacían preguntas sobre los juegos de la noche anterior, mis respuestas fueron muy generales, tenia miedo por lo que Thomas me había dicho anteriormente, una vez listos salimos del cuarto con Thomas que llego a recogernos para llevarnos al comedor donde desayunamos, al terminar salimos al patio, donde nos esperaba otro seminarista, que nos haría cruzar en fila una seria de pasillos hasta llegar a un gran edificio al lado del convento donde estaba el colegio, en el estudiaban niños del internado y niños de fuera, era muy grande y lleno de chicos de todas las edades. El día transcurriría normal, después de clase iríamos al comedor para almorzar y luego a nuestros cuartos a realizar las tareas asesorados por un seminarista que nos ayudaba y explicaba lo que no comprendíamos, por la tarde casi noche cenábamos, orábamos y a la cama. Cuando creía que esa noche dormiría en mi propia cama, sentí abrirse la puerta, Thomas asomo solo su cabeza y con los dedos me hizo una seña con el dedo en señal de que debía salir, despacio baje de mi cama y lo seguí, algunos de mis amiguitos ya dormían, salí despacio y de su mano, como la noche anterior lo acompañe al cuarto del padre Rolando.
Los pasillos eran oscuros, estrechos y algunos muy pequeños, y como la noche anterior, bajamos por un sótano casi obscuro, Thomas toco aquella pared cubierta por un mural y con otro golpe de respuesta el empujaba esa espacie de pared y entrábamos a los aposentos del padre Rolando, una vez dentro pude notar que por el otro lado había un mueble que simulaba un librero.
Una vez adentro, todo estaba en penumbra, en el sillón de siempre el padre Rolando en su bata azul, estiro su mano con una sonrisa afable invitándome a acercarme a el, y así lo hice, avance despacio y una vez en sus brazos me beso la frente en forma muy tierna, me miro a los ojos y me dijo: mi niño, que bueno que has venido, hoy jugaremos un poco mas, esas palabras me encendieron los sentidos, bajo sus brazos y los paso por mi espalda, una corriente inexplicable se apodero de mi, se detuvo en mis glúteos y los apretó suavemente, y nuevamente se acerco a mi y me beso profundamente, ya el beso no era extraño para mi, las lenguas jugaban, se entrelazaban, y la saliva se mezclaba y casi que me tragaba con su boca, me mordía mis labios despacio pero de forma muy intensa y me invitaba a hacer lo mismo, toda esa escena erótica que me estaba gustando me hizo olvidar a Thomas, toda esa magia sexual que estaba conociendo me tenia loco, sentir las manos del padre Rolando rodeando mi cuerpo, acariciándolo y apretándolo a su antojo, todo eso me gustaba mucho, cuando abrí mis ojos, el padre estaba con la bata abierta, dentro no había nada, es decir estaba totalmente desnudo, su cuerpo era muy bien formado
Luego me entere que hacia mucho deporte, y lo que me dejo mudo, asustado y en shock fue ver esa enorme herramienta sexual, era un pene enorme, grueso, lleno de vellos, y una cabeza bien roja, redonda, prominente, y lo que pensé que era orín, era liquido preseminal, que colgaba desde ese agujero que tenia en la punta hasta el suelo, como una baba transparente, nunca en mi corta vida había visto algo así, luego otra sorpresa, al querer saber que fue de Thomas, lo busque con la mirada y lo encontré sentado en otro sillón mas pequeño, es decir de un solo cuerpo, estaba sentado, atónito mirando lo que el padre Rolando hacia conmigo, me asuste un poco, sentí vergüenza, pero el padre me dijo que no me preocupe, que Thomas jugaría con nosotros esa noche, con una seña, Thomas se levanto de donde estaba y se acerco a nosotros, se sentó al lado del padre y le dijo: enséñale al pequeño el siguiente juego. Sin decir una palabra y delante mío que estaba parado frente al padre, Thomas se inclino sobre el padre, abrió su boca lo mas que pudo y poco a poco fue introduciendo el pene del padre en su boca, era increíble como semejante herramienta podía entrar en su boca, Thomas hacia grandes esfuerzos para que todo eso entre hasta el fondo en su boca, se ponía rojo, sudaba y por momentos se atoraba, cuando entraba hasta lo mas profundo de su garganta, incluso algunas lagrimas brotaban de sus ojos azules como el cielo, el padre Rolando echaba la cabeza para atrás, se arqueaba en el sillón y gemía de placer, le sobaba la cabeza de Thomas y por momentos le hundía su pene hasta el fondo, al abrir el padre sus ojos le dijo a Thomas que me enseñe a hacerlo, tomas me tomo de la mano y me la puso sobre la herramienta del padre, la cogi, casi no entraba en mi mano, la mezcla de la saliva y liquido preseminal era rara, me enseño a masturbarla, el padre me acariciaba mi espalda, mi cabello, y poco a poco me fueron desnudando, luego me hizo arrodillar y aprendí a pasarle la lengua por todo ese pene enorme, solo entro en mi boca el glande y parece que lo hacia rico, por que se retorcía de placer
Así estuvimos por un buen rato, cerraba mis ojos y disfrutaba lo que hacia, me estaba gustando mucho, luego mientras estaba arrodillado, sentía las manos de los dos acariciando mi cuerpo, era una sensación rica y muy placentera, derepente fuimos interrumpidos por unas palabras del padre Rolando, indicándonos que vayamos a la cama, que por cierto era bastante cómoda y grande, el padre se echo de espalda, su miembro era un poste apuntando al techo, ahí nos inclinamos Thomas y yo y seguimos chupando la herramienta del padre, arrodillados lo hacíamos gemir como loco al padre Rolando, por momentos los labios de Thomas y míos se juntaban y nos hundíamos en un profundo beso, los labios de Thomas era ricos, suaves y su lengua pequeña pero muy juguetona, otra vez fuimos interrumpidos por el padre Rolando, esta vez puso de espaldas a Thomas y me indico que le chupe su pene, la herramienta de Thomas era mas pequeña, larga,, blanca, mas blanca que la del padre Rolando y con un glande rosado, pocos vellos y los que tenia eran casi rubios, así que me aboque a mi nueva tarea, empecé a chuparsela como acababa de aprender
Lo hacia bien creo yo, por que Thomas gemía de placer, me cogia del cabello y me hundía toda su herramienta en mi boca, lo mismo que le pasaba a el con el pene del padre Rolando instantes atrás me pasaba con el, me daban arcadas y tosía, pero lo disfrutaba, por primera vez en mi vida sentía el sabor raro de el liquido preseminal en mi boca, derepente, el padre se apodero de mi espalda, me besaba la espalda, me metía la lengua por las axilas, me chupaba toda mi columna, me masajeaba los glúteos, los mordía, y los abría, escupió dentro de ellos y se hundido en mi ano, su lengua parecía un taladro intentando entrar, así estuvo por mucho rato, era increíble como puedes recibir tanto placer, era tantas las sensaciones que por momentos pensé que me desmayaría, me pasaba su pieza por mi entraba, escupía y me la sobaba, igual que la noche anterior, la metía entre mis nalgas y se sobaba entre ellas, luego me levanto como a un muñeco, me echo sobre mi espalda y me empezó a besar, frenéticamente, sentía su pene duro, caliente, tieso rozando mis ingles, lo metió debajo de mi penecito y cerro mis piernas, sentía el calor incandescente de su herramienta entre mis piernas, se adueño de mi cuello, de mis tetillas, que las chupaba y pellizcaba, bajo a mi ombligo y nuevamente subió a mis labios, se sentó sobre mi pecho y puso su pene por mi cara, me lo pasaba por mis ojos, por mis pómulos, los palmeaba con mis cachetes, por mi cuello y por mi pecho, le echaba saliva y lo sobaba con mis tetillas, su rostro se trasformaba, parecía poseído, la lujuria y el placer estaban escritos en su rostro, mientras pasaba todo esto
Thomas me había levantado las piernas, y me estaba chupando mi culito, el era tierno, dulce, suave, pero igual me gustaba, la sensación era excitante, por instantes sentía como intentaba meterme un dedo, yo instintivamente ajustaba mi ano, luego sentí algo extraño, una punción fuerte, como si algo mas grande quisiera entrar, ahí fue que oí una voz fuerte indicando que aun no era el momento, me asuste un poco, lo note un poco molesto al padre Rolando, entonces le indico a Thomas que se eche sobre su propia espalda, el padre me cargo y me puso sobre Thomas, de tal manera que tenia su pene a la altura de mi boca y el acceso a mi culito, se la empecé a chupar y el hacia lo propio con mi nalgas, así empezamos lo que después sabría que era un riquísimo 69, ya había agarrado la maña de como se chupa un pene, y Thomas hacia maravillas con mi culito, luego me detuve al ver al padre levantar la piernas de Thomas, jalo de ellas y con todo nos coloco al borde de la cama, apunto su enorme pene al huequito de Thomas, lo escupió y apunto a esa entrada rosadita, casi roja del adolescente, estaba asustado, en shock, y de muy cerca pude ver como ese gran trozo de carne iba entrando en ese agujerito tan pequeño, en mi vientre sentía los latidos acelerados del corazón de Thomas, sus manos se aferraban a las sabanas
Un sonido de mezcla de dolor y placer se hundía en el silencio de la noche, el rostro de placer del padre Rolando era increíble, todo se detuvo, yo deje de chupar el pene de Thomas y el de chuparme el culito, solo el padre era quien trabajaba ese ano, lo iba abriendo despacio, lentamente, sin prisa, por momentos lo sacaba un poco y dejaba caer baba de su boca, y nuevamente empezaba a empujar, así pude ver a centímetros de mis ojos como entro todo ese pene en el culito de Thomas, el padre se inclino un poco y me beso, era como si hubiesen puesto stop a una película, una vez todo ese pene dentro de Thomas el retomo su tarea en mi culito, chupaba, mordía y jugaba con mis nalgas, y el padre empezó a meter y sacar esa herramienta, le daba despacio, yo chupaba el pene de Thomas, pero mis ojos estaba absortos mirando esa increíble escena de placer, como una cosa tan grande entraba y salía de algo tan pequeño, luego un sonido invadió la habitación, el sonido de los cuerpos chocando, las bolas del padre que era grandes y colgaban bastante, chocaban contra las nalgas de Thomas, el dejo de chuparme mi anito, el padre Rolando puso un pie sobre la cama y levanto mas una de las piernas de Thomas, los golpes que le profería con su pelvis eran cada vez mas fuertes,
Thomas se arqueaba de dolor y placer, el padre empezaba a ponerse cada vez mas rojo, yo estaba asustado, de pronto, Thomas me jalo y puso mi cabeza en su pene, supuse que deseaba que se lo chupe, así lo hice con miedo, por todo ese movimiento, perecían poseídos, note la herramienta de Thomas súper dura, pero igual hice lo que debía hacer: chuparsela, derepente sentí un liquido extraño que brotaba del pene de Thomas, quise alejarme creyendo que era orín, pero Thomas me lo impidió, el gritaba, todo su cuerpo temblaba y el sudor corría por todo su ser, para no ahogarme me lo tuve que tragar todo, era de un sabor raro y olía muy fuerte, y luego el padre Rolando, hundió en una toda su herramienta hasta el fondo del culo de Thomas, parecía que quería que entraran las bolas también, y se quedo quieto, yo deje la herramienta de Thomas y el padre Rolando cayo rendido sobre el, se quedaron abrazados, el padre Rolando me jalo hacia ellos y nos besamos los tres, nuestras lengua jugaron hasta que creo que nos quedamos dormidos, por que desperté en mi cama.
Por las mañanas era como si nada hubiese pasado, nadie mencionaba nada, pero cada día se aprendía algo mas.
Hasta la próxima lección amigos
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