El panadero
Dominación .
Cada noche era lo mismo, ya sabía que tenía que hacer, me estaba convirtiendo en un experto panadero. Él no necesitaba decirme nada, una sola mirada suya me bastaba para saber lo que quería que hiciera. Aveces se me ponía detrás y mi corazón se me subía a la garganta. Un roce, por muy sutil que fuera y mi corazón daba un salto. Un empujón y me quedaba esperando, pero no había tiempo, teníamos que trabajar rápido, los tiempos son precisos y las masas tienen su tiempo. Finalmente terminamos, ya está amaneciendo, primero a los locker a desnudarnos y después a la ducha, a recibir mi merecido premio. Durante el día, cuando no duermo, me pregunto qué estará haciendo. Tendrá novia o novio, alejaba esos malos pensamientos, nunca le he preguntado ni lo haría. Me daría rabia que tuviera a alguien más. Talvez no sea suficiente lo que le doy. Pero qué más puedo hacer. Ninguna mujer me llamaba la atención en la calle, ningún hombre tampoco, tengo que serle fiel. Sueño con dormir una noche con él, aunque sea una noche. Nadie puede saberlo, estoy enamorado. A la noche voy a hablar con él, si eso haré.
A pesar de la rutina los movimientos son rápidos, cargar la revolvedora, preparar las bandejas, sacar la masa y tirarla a la soñadora y se ahí al mesón, cortar y a las bandejas mientras la revlverdora prepara otra masa y así toda la noche.
No tuve tiempo de decirle ni una palabra. En la ducha no tengo nada que decir, el me dice que me arrodille y lo hago sin decir nada. Pone su miembro en mi boca y hago todo lo que mejor puedo para que le guste. Me inclino contra la pared para que sea más fácil la penetración y ayudo con mis nalgas a que sea más rico para él. Para mí es los suficientemente rico como para tener dos eyaculaciónes y podría tener más si el quisiera.
Pero comienza a llegar el personal del día. Nos vestimos y nos vamos, sin un adiós. Pero yo me voy feliz, nunca imaginé la felicidad que iba a tener en ese trabajo.
A fin de año tomé mis vacaciones. Los primeros días fueron terribles, lo echaba tanto de menos que caí en una depresión. No quería levantarme en todo el día.
Mi hermana me preguntó qué me pasaba, nada le decía yo. Me atendía, me cuidaba, aveces se acostaba a mi lado.
– Qué te pasa ? – me preguntaba. No podía contarle.
Una mañana me preguntó si quería comer algo, le dije que no, se metió a mi cama y me abrazó cucharita. Ése abrazo por detrás me produjo una erección instantánea. Mi hermana no se dió cuenta al principio y yo rogaba que me tocara. En un momento lo hizo y se dio cuenta de mi erección.
– Y esto? – me preguntó dándome unos apretoncitos. Mi miembro saltaba con cada apretón.
– Lo que pasa contigo es que te falta sexo – dijo comenzando a masturbarme. Estaba rico, sólo faltaba que me penetrara.
Y si compro un consolador de ésos de silicona ? Me pregunté. Pero como le digo que me penetr. No, tendría que ser un amigo, no, éso está descartado, un desconocido.
– Espera – le dije a ella.
– Voy a manchar la cama – dije. Estaba a punto de eyacular. Se levantó y volvió con papel higiénico.
– Date vuelta – me dijo tirando de mi brazo hasta quedar de espaldas. Se montó en mis piernas y con su mano derecha me masturbaba y con la izquierda sostenía el papel higiénico.
Comencé a eyacular profusamente, el papel no fue capaz de contenerla y goteó sobre mi estómago y mi pelvis. Chorreaba por su mano y me estrujó hasta la última gota.
– Vamos a ducharnos – me dijo.
Nos metimos a la ducha y ella me bañó todo el cuerpo. Puso especial énfasis en mis genitales logrando otra erección, me secó y en el dormitorio me vistió, una camiseta y calzoncillos. Ella también se vistió con un peto y bragas pequeñas, nos fuimos a la cocina a tomar desayuno.
Yo estaba feliz, me sentía relajado. Me había sacado un gran peso de encima.
– Éso te hace falta – me dijo durante el desayuno.
– Te falta una amiga para tener sexo, te voy a presentar a mis amigas – dijo entusiasmada. Y no será mejor un amigo? Pensé, pero qué tonteras dices – me dije a mi mismo.
Después del desayuno me ayudó a hacer la cama y me acosté encima de la ropa. Ella se fue a hacer las cosas de la casa.
Si, creo que voy tener que masturbarme todas las mañanas. No lo puede hacer ella, pero lo hizo muy bien.
Qué linda es mi hermana. Fue lo último que pensé antes de quedarme dormido. Todavía tenía los horarios cambiados.
Bien, me gustaría un perro..