El papá de mi amiga
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Todo comenzó cuando conocí a Brenda en 4 de primaria.
Era muy linda y se volvió amiga de todos al instante.
Siempre tuvo una relación más cercana conmigo que con cualquier otra persona y me invitaba muy frecuentemente a su casa.
Me encantaba ir.
Su casa era muy grande y podíamos hacer mil cosas.
Su mamá era muy linda y se preocupaba mucho por nosotros.
No tenía hermanos o hermanas y su papa casi nunca estaba, ya que trabajaba mucho.
Así siguió la cosa, hasta 2 de secundaria, cuando ya tenía 14 años.
Su cumpleaños se aproximaba y decidió invitar a todo el grupo.
La cita era a las dos de la tarde un sábado, pero yo llegue alrededor de las 11 de la mañana ya que mis papás tenían un compromiso y no me podían dejar más tarde.
El padre de Brenda abrió la puerta y me recibió muy amablemente diciéndole mi mamá que que no se preocupara que nos iba a cuidar a todos muy bien.
Cuando mis padres se marcharon, note que no había nadie más en la casa más que el señor y yo.
Me dijo que Brenda se había ido con su mamá a hacer los últimos preparativos para la fiesta.
Recoger el pastel, etc.
me dijo que podía quedarme en la sala y ver la televisión, ya que no tardaban en llegar.
También, que tenía que subir a cambiarse, que no se tardaba.
Como casi nunca lo veía, nunca note lo guapo que era.
Tenía la piel muy clara, incluso más clara que la mía y el cabello muy muy negro.
Los ojos los tenía cafe claro y era muy muy muy velludo.
Tenia ciertos músculos, pero nada exagerado y olía delicioso, a loción para hombre.
Me empecé a excitar, pero me senté para que no notara mi erección.
Subió las escaleras y prendí la televisión.
Pasaron alrededor de 20 minutos y ni Brenda ni su mama llegaban.
Entonces escuche que el señor me llamaba.
Apague la tele y subí algo nervioso ya que nunca había entrado a su habitación.
Entre y estaba el señor con los pantalones puestos pero sin camisa.
Me dijo que no sabía cuál usar, y me mostró su closet.
Tenía muchísimas y yo de lo excitado, no podía pensar claro.
Así que saque una verde y le dije que esa me gustaba.
Se la puso, se abotonó y me pareció el hombre más guapo de la tierra.
Noto en el espejo que yo le veía las grandes nalgas sobre el pantalón de vestir y me dijo Ey! Que miras? Jajaja.
Me puse muy rojo y no respondí.
Se volteo y me dijo que si no prefería ver lo de adelante, señalando su bulto, el cual se notaba enorme.
Me puse aún más rojo, el se acercó y me dijo -Siempre supe que eras putito, te gusta?- Tomó mi mano y la puso encima de su paquete.
Se sentía delicioso.
Luego puso mi mano debajo de su bóxer y sentí su masculinidad en todo su esplendor.
Se bajó el pantalón y me dijo agáchate.
Lo hice, y cuando se bajó sus bóxers, pude observar su enorme verga parada y sus huevos peludos.
Comencé a chupar, y me costaba mucho trabajo, pero el gemía y gemía.
No sé había vendió cuando me levanto, me volteo y me bajo el pantalón y los calzoncillos.
Me dio una fuerte nalgada y yo grite.
Me la empezó a meter muy lento.
Me dolió demasiado, incluso solté in chillido.
Cada vez, lo hacía más rápido y el dolor se convertía en placer.
Yo gemía y gemía.
Luego de una rato sintiendo su aliento en mi nuca, se vino dentro de mi.
Y me encantó.
Jamás me divertí tanto en mi vida.
Nos bañamos muy rápido juntos y compartíamos caricias y besos y en la fiesta, rozaba accidentalmente su verga sobre mis pantalones.
Fue una experiencia maravillosa.
Y así, continúe chupandosela y el metiendomela hasta que salí de 3ro.
Jamás lo olvidaré.
Ya casi no lo veo, pero cuando me lo topo en fiestas en su casa, me sigue guiñando y dando nalgas ocasionales.
Un hombre de todos lados.
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