El papá de mi amigo, parte 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Historia
La primera parte del relato aquí: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-48325.html
La verdad que me calenté mucho recordando y escribiendo la primera parte, así que iré con la segunda.
Un día después de mi encuentro con Pedro, el papá de mi amigo Luis, le pedí a Luis que me diera el número de su padre porque me iba a ayudar con una entrega de la escuela (Pedro es abogado), Luis no sospecho nada y me paso su número.
Le empecé a hablar por mensajes, hablábamos todos los días, la mayoría del tiempo nos poníamos calientes y nos decíamos obsenidades o nos mandábamos desnudos del otro.
A un poco más de una semana del encuentro, un miércoles para ser exactos, Luis y yo hablábamos casi siempre, y si bien si nos poníamos calientes y nos mandábamos fotos muchas veces hablábamos de cosas variadas porque como dije en el relato anterior nos llevamos muy bien como amigos.
Ningún día nos habíamos podido ver porque no quería ni que Luis nos viera y en mi casa tampoco se podía.
Me masturbaba todos los días pensando en él y yo sé que el también se masturbaba pensando en mí.
Ese día me dijo que me tenía una sorpresa, me mando foto de una reservación que había hecho en uno de los mejores hoteles de la ciudad, era para la noche del viernes.
Pedro me dijo que le diría a Luis que saldría ese día de la ciudad para que no hubiera sospechas.
Estaba muy emocionado y excitado de saber que tendría ese cuerpo en mi cama una vez más, y que sería solo para mí.
Al día siguiente Luis me comenta que hará algo en su casa el viernes por la noche, porque su papá no estará.
Luis: Nacho haremos una pequeña fiesta el viernes en la noche, será tranquilo, no estará mi papá.
Ignacio: Pues, no podré ir wey.
Luis: ¿Por qué?
En ese momento no sabía que excusa decirle pues era de esperarse que yo fuera, lo único que me pudo salvar era que ya había quedado con una muchacha el viernes por la noche y que había posibilidades de coger con ella, y le dije que si podía los alcanzaría más noche.
Luis se trago todo el cuento tanto mío como el de su papá todo estaba listo para vernos ese viernes por la noche.
Todo el jueves estuve muy caliente pensando en Pedro y la tremenda cogida que le había dado, trataba de no pensar mucho en eso porque tenía una erección cada vez que pensaba en eso y eran muy notorias en público.
El viernes le dije a mis padres que me quería a dormir en la casa de Luis, sin ningún problema accedieron porque ya me había quedado ahí varías veces.
Pedro me dijo que llegara al hotel a las 7 p.
m.
, me arregle más que de costumbre, no me rasuré nada del cuerpo, pues a Pedro le gustaban mis bellos, solo la cara y me arregle un poco mi vello púbico, me puse camisa formal, un pantalón y zapatos de vestir, me quería ver bien aunque fuera solo un momento antes de que Pedro me arrancara la ropa.
Pedí un taxi y me fui al hotel.
El camino se me hizo eterno, no quería pensar mucho en Pedro porque no quería que se me parará la verga al lado del taxista y pensara mal.
Cuando llegué fui directo al lobby y le hable a Pedro me dijo que pasara al 15vo piso (el último) y me dio el número de habitación.
Fui para allá toqué la puerta, en unos segundos Pedro atiende la puerta.
Al parecer él había tenido la misma idea que yo, estaba vestido muy bien, como si fuera a una cita, entre y le di un beso, se había dejado la barba más larga como le dije, le quedaba bastante bien, traía una camisa con los botones abiertos que dejaban ver su musculoso y peludo pecho y sus brazos bien torneados parecían que apenas cabían ahí.
Ya con la puerta cerrada le empiezo a agarrar el culo mientras nos besamos, el se quita y me dice, que primero quería que cenáramos, no me había dado cuenta que había reservado una suite, muy grande, con sala, cocina, jacuzzi y una cama muy grande.
En la sala había una mesa puesta con vino, velas y la cena.
Cenamos y bebimos vino, como no tomo mucho con dos copas ya me sentía mareado pero Pedro como si nada.
Terminamos de cenar y todavía seguíamos hablando de todo, teníamos muy buena química y eso hacía que en la cama nos lleváramos aún mejor.
Me sentía muy cómodo con él y eso creaba un ambiente muy relajado.
Pedro empezó sutilmente a decirme que ya quería que me lo llevara a la cama, mientras hablaba pasaba su pie por abajo de la mesa rozando toda mi pierna.
Poco a poco se me puso dura, hasta que ya estaba totalmente erecta, sentía mis 21 cm en todo su esplendor queriendo salir de mi pantalón.
Me pare de la mesa para que Pedro pudiera ver erección, el también se levanto y también la tenía dura caminamos al lado de la mesa para empezarnos a besar.
Sentía nuestras vergas atrapadas en nuestros pantalones chocar mientras nos besábamos.
Mientras nos besábamos se acerca a mi odio y me dice, “Quiero que me cojas en cada rincón de esta suite.
” Nos fuimos moviéndonos besándonos y quitándonos la ropa, llegamos primero a la cama, ya cuando nos tiramos en ella no teníamos la camisa puesta, ni los zapatos.
Mientras fajábamos acostados en la cama el me quito en cinto y me bajo el pantalón, yo procedí a quitármelo junto con mi boxer, dejando libre por fin a la gran verga que me cargo.
Hago lo mismo con él pero cuando le quitó el pantalón traía un suspensorio puesto.
Se lo deje, me lo quería coger así.
El rápido me la empezó a mamar como el sabe hacerlo, el estaba acostado boca abajo levantando la cara y yo estaba de rodillas.
El chupaba como nadie, con una habilidad que me había suspirar más de una vez.
De vez en cuando lo agarraba del pelo y le penetraba la boca moviendo mi cadera, eso a él le gustaba, le encantaba que lo hiciera mi perra y ya me lo había dejado más que claro la otra noche.
El parecía que jamás se iba a hartar de mamar de mi pedazo, todo se resumía en mis gemidos, sus sonidos de garganta profunda y una que otra frase obsena.
Si le sacaba mi verga de la boca el rápidamente se la volvía a meter, y de vez en cuando se la sacaba para pegarle en la cara con ella, él solo dejaba la boca abierta lista para metérsela de nuevo a la boca.
Hasta me dolían las rodillas de todo el tiempo que duro mamándomela, por lo que me acosté boca arriba en la cama y él puso su culo encima de mí y al mismo tiempo me la siguió mamando para hacer un 69.
Le chupe su hoyo, me encantaba darle los lengüetazos y sentir como apretaba la boca mientras me la mamaba por el placer que le hacía sentir, su verga dura se salía por un lado del suspensorio pero ni él ni yo quería que se lo quitara.
Dure un buen rato dilantándole su ano, metiéndole dedos y chupándole el culo, llegó un punto en que dejo de mamármela y nos enfocamos en su placer anal, nos movimos para estar más cómodos, el se acostó boca abajo, mientras yo le chupaba y le metía los dedos para que estuviera listo para recibir mi verga.
Los gemidos que salían de su boca eran los de un macho, pero le encantaba que le dieran por detrás.
Cada que le metía un dedo o mi lengua dentro de su orificio soltaba un gemido fuerte, con solo escucharlos mi verga se mantenía muy dura.
Cuando ya su ano estaba listo fui por uno de los condones y el lubricante que yo había traído, Pedro me quito de la mano el condón y me dijo: “Hoy no”.
Nunca había cogido sin condón por lo que me puse entre nervioso y emocionado pero nada me quitaba la erección tan fuerte que traía.
El se quedo recostado boca abajo, yo me puse encima de él, poniendo mi verga en su culo, aún sin metérsela le bese el cuello y la espalda.
Me recargue con mis brazos en sus hombros para someter a tremendo macho y con solo el movimiento de mi cadera le metí mi verga.
Mientras se la metía lentamente un gran sonido que parecía de alivio, pero sabía perfectamente que era de placer, ese sonido resuena en mi cabeza cuando me masturbo pensando en Pedro.
Poco a poco subí la velocidad, hasta sin darme cuenta, me lo estaba cogiendo lo más rápido que podía, la cama tronaba de tan fuerte que le estampaba el culo, sentí que me vendría pronto entonces le di más lento.
Pedro: ¿Qué haces quiero que me rompas el culo?
Ignacio: Calmado no quiero venirme tan rápido.
Pedro: Hoy te vas a venir las veces que quieras, si te vienes ya no hay pedo me vuelves a coger y ya.
El contacto directo se su ano y mi verga sin condón se sentía tan rico que cuando volví a cogérmelo duro como el me pidió sabía que me vendría pronto.
Le pedí que se pusiera de perrito y esta vez que agarre de los tirantes de su suspensorio, que aún traía puesto, y me lo cogí lo más fuerte y rápido que pude.
Mis piernas chocaban con su culo bien formado, eran una combinación de sonidos entre sus gemidos y los míos, el choque de nuestros cuerpos y la cama que parecía que íbamos a romperla, no duró mucho.
Cuando me vine solté el gemido más grande que he hecho y le llené todo su culo de mi semen.
En cuanto le saqué la verga note como su culo estaba lleno de mi Pedro automáticamente se acostó boca arriba y yo me tire encima de él para besarlo y fajar en lo que me recuperaba de tremenda venida que había tenido en el culo de Pedro.
Después de besarnos un rato, le fui dando besos y chupadas en diferentes partes del cuerpo.
Primero su cuello, después su pecho lleno de bello que tanto me prendía, sus axilas que me fascinaba el olor que tenían a macho, su abdomen cubierto de bellos también, su pubis hasta llegar a su verga.
Pedro no tenía una verga nada mal, unos 18 cm.
, le quite el suspensorio que aún traía y le chupe el pene que nunca mis labios habían tocado.
No soy tan fan de chupar vergas, pero Pedro me prendía tanto que aún después de venirme quería saborearmelo todo, incluso su verga.
Le chupe su verga y después sus huevos, después de un rato de mamar y fajar mi pene ya estaba erecto de nuevo por lo que decidí de sus huevos ir más abajo, mientras el estaba acostado boca arriba le levante las piernas para descubrir ese hoyo que estaba en ese momento chorreando de mi semen.
Lo vi y le metí un dedo, salió manchado de semen, lo metí a la boca a Pedro, a él le fascinaba el sabor.
Tomé el lubricante y puse en mi verga y en su culo para seguírmelo cogiendo como a los dos más nos gustaba, de misionero.
Puso sus piernas en mis hombros y se la metí rápidamente, sentía que jamás me iba a venir, me lo cogí lo más duro que pude por bastante rato, como ya me había venido esta vez dure mucho más y a Pedro le fascino.
Después de estarle dando duro a su agujero de misionero, besándonos y disfrutando, aún sin venirme Pedro me dice que quería que me lo cogiera en toda la suite.
Nos levantamos de la cama, nos vamos hacia la mesa donde habíamos cenado y el se recargo con las manos en la mesa y inclinándose un poco levantando el culo y yo parado le di por detrás.
Le daba nalgadas con todas mis fuerzas, lo tomaba del pelo, le lamía la espalda y atrás del cuello, el solo gemía mientras yo me lo saboreaba y mi verga entraba y salía de su culo.
Se la saqué y me senté en una de las sillas, el automáticamente se sentó en mi pito viendo hacia mí.
Mientras me montaba, nos besábamos, yo pasaba mis manos por todo su cuerpo.
Pedro subía y bajaba su cuerpo, aunque la vez pasada que me montó no me había gustado mucho, está fue más íntima y nos gustó más a los dos.
Con todas mis fuerzas cargue a ese tremendo macho en mi cadera, aún con mi verga adentro, a penas podía a ese tremendo cuerpo sin embargo mi excitación era tan grande que no quería moverme sin sacarle la verga de su lugar.
Lo lleve para la cocina y ahí me lo cogí yo parado y el colgado de mí, después me contó que nunca lo había hecho sentirse tan perra.
Él se colgaba de mi cuello con sus dos brazos y yo lo tenía de frente.
Después de pocos minutos el se bajo de mí y se volteó recargándose en la barra de la cocina para que le diera más de mi verga.
Su culo parecía un molde perfecto de mi verga, estaba totalmente dilatado para tenerla, se la podía meter y sacar fácilmente y aún así se sentía apretadizo.
Seguí cogiéndomelo duro, dándole nalgadas y agarrándolo del pelo o del cuello, a él le gustaba sentir como lo dominaba y como lo hacía mío, porque toda esa noche él era totalmente mío, y el sabía que yo le iba a seguir dando lo que su culo más quería.
Verga.
Ahí venía lo sentía en esa posición me lo estaba cogiendo demasiado duro y sentía como ya me iba a venir, Pedro sintió como cada vez mi ritmo era más y más rápido.
Sabía que pronto llegaría el climax, lo agarre de la cadera, le daba tan duro que me costaba mucho esfuerzo físico, mis gemidos se convirtieron en gritos y él no se quedo atrás, el cuarto se torno lleno de algo parecido entre gemidos y gritos cuando un de repente frene y le di duro dejando toda la verga adentro, en eso sentía como mi verga palpitaba dejando su culo lleno de leche, por segunda vez.
Yo no me había dado cuenta que él se estaba masturbando y poco después de que me vine él lo hizo, dejando un charco de semen en el piso impresionante.
Cuando se vino yo todavía tenía mi verga adentro y sentía como su ano palpitaba mientras la leche salía de su verga y él soltaba un gemido de placer como el macho que es, era impresionante como esos sonidos tan masculinos salían de una boca que le encantaba tener una verga dentro de cualquier orificio.
En cuanto se la saque el se volteó y parados nos besamos, poco a poco ambos perdíamos la erección, pero sabíamos que no era por mucho tiempo.
Esperen la tercera parte del relato, aún tengo acción con Pedro esa noche y la mañana siguiente pero lo que me dijo en su borrachera fue lo que hara de la siguiente parte muy entretenida.
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