el papá de mi amigos y otras tres delicias.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por alanleon21.
– Buenas tardes, señor. ¿Max está listo?
– Max está enfermo. No está, su mamá lo llevo el doctor. – abrió la puerta completa y pude ver su torso desnudo. Un pecho peludo y en sus manos un botella de cerveza.
– Ok. Entonces…um… me voy.
– Espera te. – me tome del antebrazo y me detuvo. – ¿no quieres entrar a tomarte un cerveza?
– No… no tomo. Tengo 14 años. – intente zafarme de su mano pero apretó mas fuerte.
– Entra, te digo. – dijo casi gritando y me metió con un jalón a la casa, luego cerró la puerta. – te tomas una cerveza y te vas.
– No… señor, yo – no me escucho y me hizo entrar a un cuarto. Adentro había dos hombres más. – no. Debo irme…yo…
– Ven, siéntate. – se sentó en un viejo sillón de cuero e hizo que me sentara en su piernas. Me sentí incomodo e intente levantarme, pero él me lo impedía. Podía sentir su verga erecta contra mis nalgas. Los otros hombres reían mientras bebían.
– Déjeme ir.- dije enserio. Luche por zafarme del papá de Max. Él nunca se había comportado así. El forcejeo un poco conmigo y entre los movimientos mi short se bajo. Quede solo un bóxers. Me sonroje.
– Siéntate, te digo. – volvió a jalarme hacia él y de nuevo me hizo sentarme entre sus piernas. Sentí su verga, ahora más dura y grande. Me excite. Estaba sometido por su fuerza superior a la mía.
Uno de los dos hombres que miraban se paro y romo mi short para oler la parte trasera. El papá de Max empezó a moverse de atrás para a delante. Podía sentir su trozo rozándome el cuelo y me gustaba. El otro hombre se acerco y empezó a acariciarme los muslos. Tenía las calcetas largas de fut bol aun puestas. Siguió sobando mis muslos mientras el papá de Max seguía envistiendo. El otro solo miraba mientras se jalaba la verga; era muy grande y gorda.
– ¿así que este es el amiguito de tu hijo? Tenías razón; es una delicia. . dijo el sujeto que tenía el pecho cubierto de pelos, como sus brazos.
– Por favor, déjeme ir. – suplique y de nuevo intente liberarme. Braulio (el papá de Max) me sujeto con más fuerza por la cintura. El otro hombre empezó a sobarse el paquete.
– ¿y es igual de tragón que tu hijo?
– No se… – Braulio me soltó y me puse de pie, dándole la nalgas. Antonio (el segundo hombre) se saco la verga y la agito.
– ¿tienes hambre? – pregunto con una enorme sonrisa. Yo estaba muy excitado y al ver esa enorme cosa cabezona no pude resistirme más.
– Sí, señor.
– ¿quiere verga, puta? – dijo y me dio una pequeña bofetada en la cara que me hervía.
– Sí, señor… por favor. – volvió a agitar su trozo duro. Estaba jugosa y yo me moría de ganas por metérmela en la boca. Mientras Braulio me bajo los bóxer y empezó a morderme las nalgas para después lamerme el culo. Sentía que mis piernas se quebrarían al sentir la sensación de su lengua mojada entrar.
Sentí la pinche vergota de Braulio rozarme el canal de las nalgas mientras tenia la boca llena. Braulio embestía con fuerza y me dolía, me dolía mucho porque era la primera vez que me penetraban. Seguía mamándosela a Antonio. Él hacía que me la comiera toda empujando mi cabeza contra su pubis lleno de vello que olía a semen seco. Sentía la verga de Braulio dentro de mi; era un calor doloroso y placentero que me hacia gemir y pedirle que la metiera más adentro. Antonio termino; se vino dentro de mi boca y no me permitió sacarme su verga de la boca así que tuve que tragar sus mocos para no ahogarme. Te igual manera Braulio termino; su leche se rego por todo mi ano. Me viene también salpicando mis calcetas. Braulio saco su verga mojada y aun dura. Sentía dentro de mi culo como toda esa gran cantidad de leche regresaba hacia la punta del ano y saldría, así que abrí y culo y puje un poco. El semen empezó a salir. Sentía como escurría por mis muslos para luego caer al suelo. Sentía el culo abierto y caliente. Quería más. Quería que me la metieran los tres.
Se sentaron en el sofá con las piernas abiertas y la verga dura y lista para recibir mi culo glotón. Me daba rápidos sentones sobre uno para luego pasar a otro hasta que todos se vinieron y termine con el culo lleno de la leche de los tres. Volví a cagar los mocos. Antonio tomo un poco del suelo y me la embarro en las nalgas con un masaje tosco. Yo quería más verga, así que suplique. Ellos estaban cansados, a mi me palpitaba el culo. Pedía más. Más verga.
Antonio me tomo bruscamente y me aventó con el sofá. >> Te voy la verga que quieras, perra >>
Me tomo de las piernas y la abrió para llevarlas hacia sus hombros. Una que vez que quede con el ano abierto me la metió y empezó a sacarla y a meterla; la sacaba lentamente y la metía brusco. Se acerco el papá de Max. Estaba erecto. Antonio se detuvo y como yo estuviera hecho de goma me arrojo sobre una mesa. Él se acostó sobre ella y me ordeno subir para sentarme en trozo gordo y venudo. Me senté sobre su verga y entro más profundo. Braulio se acerco al borde de la mesa, donde estaba la verga de su amigo sambutida dentro de mi hoyito hambriento. Sentí otra verga intentado entrar. No sabría si era posible, pero Braulio lo intento y después de un rato logro entrar aun que yo me dolía de dolor. Empecé a gemir como un animal. Antonio sacaba y metía la verga rápidamente y después de escuchar mis gritos de puta se vino. Sentí ambas vergas explotar adentro. Mi ano estaba destrozado. De nuevo volví a cagar todo la carga de leche. Regué la mesa de semen. Antonio tomo lo que pudo y me embarro en la boca.
Alguien tocaba la puerta. Todos nos sorprendimos. Empezamos a vestirnos desesperados y torpes. Volvieron a tocar la puerta. Yo seguía caliente, quería que me la volviera a meter. Antonio me ayudo a ponerme el short y se dio oportunidad para meterme su dedo medio por debajo. Braulio salió a abrir la puerta. Yo tome mis cosas y Salí del cuarto. Había un hombre en la puerta. El y Braulio me miraron; el nuevo hombre se lamio los labios tocándose el paquete.
– ¿no quiere más verga? – pregunto el padre de mi amigo. – me acerque a ellos. Empecé a frotar el paquete del hombre. Se le paro de inmediato. Le baje el cierre del pantalón y le saque su verga; era cabezona y larga, muy larga. ¿me pregunte si m cabria todo eso? Tendría que descubrirlo. Me baje el short junto con el bóxer y me empine. Antonio salió junto con su amigo, del cuarto. Estaban erectos como Braulio y el nuevo compañero de juegos.
Yo estaba listo para otra ronda.
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