El párroco pecador
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
No hice la comunión y esto me ha traido muchos problemas a la hora de mi boda. A la hora de preparar
los papeles he recordado cierto suceso que se aconteció cuando yo tenía solo 11 años, estaba esperando a hacer la comunión con mi hermana Irene que era un año menor que yo.
El padre Baltasar regía la iglesia del barrio, yo nunca asistía a misa, pero como estaba haciendo la catequesis, pues me veía obligado a asistir cada 2 días a misa y posterior clase de catequesis. Era un hombre moreno con canas en las sienes, que tendría alrededor de 40 años. Mis tías decían que estaba muy bueno, sinceramente no lo recuerdo. Si recuerdo que olía muy bien, y siempre iba vestido de negro (la sotana, imagino) y unos pantalones vaqueros debajo. A todos nos quería mucho y jugaba con nosotros. Tenía predilección por los juegos de niños, que por los de la niñas. Normal es un chico, pensaba yo. Más tarde y pensándolo de mayor entendí cual era su motivo.
Javier era el niño más guapo, las niñas (y entre ellas mi hermana) estaban loquitas por él. También era el más aplicado y listo de la clase. D. Baltasar tenía predilección por el ("descaradamente") Siempre pedía que se quedara alguien a recoger la parroquia, siempre era Javier el elegido.
Finalmente, por motivos que actualmente no recuerdo, decidí que no iba a hacer la comunión (después de 2 años de catequesis) y mi madre le pareció buena idea ¿?¿?¿?¿?¿? Mi hermana si la hizo.
Años más tarde, ya siendo yo consciente de todo (tendría 17 o 18 años) volví a aparecer por la iglesia. Fui elegido como padrino de mi sobrina y por tanto tuvimos que pasar algunas tardes por la parroquia. Concretamente una tarde para ensayar la ceremonia, quedamos mi hermano, su mujer y madrina en la parroquia. Llegué puntual a la cita (me hacía mucha ilusión ser padrino de la niña) y allí no había nadie. Entre a la sacristía (¿se llama así?) a esperarlos (llovía a mares). Cuando ya estaba a punto de irme oí ruidos en una habitación adyacente. La puerta estaba entreabierta, y asomé la cabeza. Lo que ví me asustó. D. Baltasar estaba de espaldas a mi con la sotana un poco subida y los vaqueros por los suelos, alguien estaba arrodillado delante de él. Enseguida comprendí que se la estaban mamando (¡¡qué fuerte!!)
Decidí no perder detalle y me introduje en la sala (era una sala de actos, en penumbra) me acomodé entre dos asientos (tipo de cine) y comprobé que no me iba a perder detalle. No conseguía ver la cara de la persona que estaba haciéndole el trabajito, tenía la cara hundida en la entrepierna. Enseguida me di cuenta que era un chico joven, y de muy buen ver a tenor del cuerpo semidesnudo del "comepollas". Tras una larga chupada, separó su cara del vientre del párroco y pude verle la cara. Diosss que sorpresa, era mi amigo Javier, el de la catequesis y que seguía siendo amigo mío. No se por qué, pero en ese momento mi polla se puso a palpitar y sentí una necesidad imperiosa de tocarme (dicho y hecho). Me sorprendió Javier, pero más mi cura, peazo de pollón que calzaba el amigo. Era gorda, larga, carnosa y venosa y además hasta bonita.
El cura le pedió que le comiera el culo, y efectivamente así fue. Se puso a cuatro patas y Javier hincó su lengua en el ano del santo. Le debió de encantar, la cara que puso Baltasar fue muy descriptiva, creo que incluso gimió de gusto. Pasado un rato, Javier se dedicó de nuevo a los huevos y posteriormente al pollón. A Javier se le veía muy hábil con el tema.
Cuando se hubieron cansado, Javier se terminó de sacar los pantalones y se puso a cuatro patas. Su polla dura como roca, quedó apuntando al suelo, una polla que yo había visto varias veces, pero en estado de reposo cuando nos duchábamos en el Gym. El cura se levantó la sotana dejando ver un hermoso torso, musculado e imberbe (más bien parecía el cuerpo de un joven gimnasta. ¿Pecaba de Vanidad?) Estaba dispuesto a taladrarle el culo a mi amigo, pero como podía ser eso posible. Que dolor, Diossss. Efectivamente Javier la recibió con gran dolor, pero el chico no se retiró al contrario, apretó su duro culo contra el vientre del cura.
Este a su vez agarró las caderas de Javier y lo atrajo más hacia si. Tras un momento de quietud, empezaron unas sacudidas cada vez más violentas hasta que de repente el cura estalló de placer y un chorro de santo semen cayó hasta el suelo, después de salir del culo de mi amigo a presión. Tras ello, se la sacó todavía dura, Javier se la limpió con la lengua hasta dejársela impoluta. El cura agarró la polla de Javier y se la empezó a menear, hasta que Javier cayó de rodillas y chillo de placer. El párroco no perdió ni un segundo y acercó su culo hasta el pene de mi amigo y dejó que su líquido chocara con su agujero, el cual durante el acto había permanecido intocable.
Estuvieron un ratito así hasta que el cura le dijo:
—Javier, como me gustaría sentirme penetrado por ti, pero mi condición no me lo permite. — Será cabrón, y ¿si le permite encular a mi colega?
Después de esto se vistieron y salieron por la puerta que daba a la iglesia. Yo me limpié la polla del semen y comprobé que me había puesto perdido la camiseta. Salí de la sala y comprobé que allí no había nadie. Me fui a mi casa y mi hermano me dijo que estuvo en la iglesia, pero que no había nadie, ni siquiera yo.
Cuando bautizaron a la niña, os pedéis imaginar. Yo delante del cura, pensando en el pollón que se escondía tras la sotana y en mi amigo Javier enculado.
Con Javier me sigo viendo, no tiene novia ni nada parecido. Nunca le he hablado del tema, pero sinceramente, cuando hemos estado a solas más de una vez me han dado ganas de decirle:
—Amigo, bájate los pantalones que me apetece follar.
Actualmente estoy casado y no he tenido relaciones homosexuales, pero puedo decir que me he masturbado con dos tíos follando. ¿Se puede considerar homosexualidad)
Saludos.
Fascinante