El pequeño Catrín.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por capicapicapicapi.
Después de que Doña Conchita me presentó a Doña Tere (la que asea la casa) ha estado al pendiente de mantenerla limpia mientras yo estoy fuera por motivos de trabajo.
Regresé a casa un par de días antes de Halloween.
Aproveché para ir a USA a comprar dulces y unas cuantas decoraciones para la casa.
Le comenté a Doña Tere que si podía venir a casa para ayudarme con unas cosas y cuando fui por ella se trajo a 3 de sus nietos.
Me dijo que ella festeja el día de muertos, que es en Noviembre 02, pero que le gustaba eso de dar dulces, comenzamos a decorar y antes de llevarla a su casa me dijo que le gustaría venir ese día y traer aunque sea a su nieto más chico, le dije que no había problema y que de igual manera yo iba por ellos ese día en la tarde.
Ya con un poco más de confianza me dijo Doña Tere que para el día de Muertos necesitaban una camioneta y que si podía ayudarles porque el tractor se les había descompuesto.
Como en esta vida todos ocupamos ayuda me ofrecí a prestarles mi camioneta ya que yo quería descansar y no conducir más.
El día 31 de Octubre pasé por ellos a las 3:00 de la tarde y me dijo Doña Tere que necesitaban la camioneta por dos días y que si no había problema porque el carro alegórico lo harían en un rancho no muy lejos de aquí, me saqué un poco de onda porque no suelo prestar mis autos y yo creía que era por un par de horas nada más, de igual manera al ver a toda la familia emocionada no pude negarme.
Esa noche Doña Tere, su hija y sus tres nietos se quedaron en casa dando dulces en Halloween y más tarde llegó el esposo de su hija que también se quedó en casa, se acomodaron en dos habitaciones y al siguiente día se irían muy temprano al rancho.
Cuando yo desperté al siguiente día ya tenía Doña Tere el desayuno, la verdad es que ese detalle es genial, levantarte y tener comida casera es delicioso, me sentía parte de su familia y ella hizo unas deliciosas tortillas de harina.
Kevin, su nieto más chico, es un niño muy travieso y demasiado platicador, decía que él iba a ser un catrín y quería que ya lo pintaran.
Tania, la hija de Doña Tere, me dijo que estaba muy preocupada por Kevin ya que el niño es muy vago y que tenía que estar al pendiente para que no le diera problemas, y así entre otros detalles que me mencionaba, Kevin es el único hijo de su actual esposo, los otros dos niños son de su antiguo novio.
Y poco a poco sentía que me insinuaba algo hasta que le dije que si ella quería podía dejar a sus hijos en casa, total iba a ser nomas una noche, me tomó la palabra pero dijo que nada más Kevin, los otros ya estaban un poco más grandes y sabía entender pero Kevin de 6 años no.
Toda la familia de Doña Tere se fue después del desayuno, quedaron de regresar el día 2 ya por la noche, Kevin con su pequeña mochila de ropa se quedó en casa contento porque quería hacer otra noche de Halloween.
Atendiendo mis asuntos y platicando con él me contaba como era lo que haría su abuela, el carro como lo decorarían y esa bonita tradición familiar.
Le dije que más tarde iríamos a comprar unas pinturas para que fuera catrín como había pensado.
Fuimos a comprarlas en la tarde, aproveché para pagar algunos servicios de la casa y compré una pizza para cenar.
Soy malo en eso de la cocina.
Después de la cena le dije que podía comer un par de dulces más y que de ahí a dormir.
Tanía me había hablado por teléfono para preguntarme si el niño no me daba lata pero todo estaba tranquilo y me dijo que no lo dejara comer tantos dulces pero eso ya lo había hecho, hasta yo me comí unos chocolates con él.
Lo llevé a un cuarto y me fui al mío, como todo buen hombre me puse a ver unas pornos y jalarle el pescuezo al ganzo.
Cuando estaba casi en el climax escuché unos pequeños pasos y era Kevin, como pude me cubrí la verga dura que traía y apagué la tele
-¿Qué andas haciendo Kevin?-
-Me dio sed don Capi-
Me levanté y salí del cuarto, la verga aún dura y le dije que ya era tarde para que anduviera despierto y que se fuera a su cuarto mientras yo bajaba a traerle agua de la cocina.
No se quiso ir y fuimos los dos, yo aproveché para comerme otro pedazo de pizza algo fría y el niño también, cuando subimos a las habitaciones me dijo que no se podía dormir porque no sabía si su perrito había comido o no, le dije que ya era muy tarde para ir a su casa y que aparte no teníamos llaves de ahí pero que era seguro que su mami le había dejado comida, luego se metió a mi cuarto y se arrimó al balcón y me preguntaba que por qué no había niños jugando en la calle, era casi la media noche y nos quedamos sentados en el balcón, contando unos cuentos de terror.
Era curioso las cosas que él contaba y lo que le daba miedo, pero divertido.
Nos metimos a dormir y me dijo que si podía dormirse conmigo porque ya se había asustado.
Lo dejé dormir ahí con la intención de cambiarlo en la noche a el cuarto donde se quedaba.
Cuando lo vi que ya estaba muy dormido la cargué, al dejarlo en la otra cama se movió un poco y le di unas cuantas palmadas en su pecho para que se calmara, me fui a mi cuarto a seguir viendo las pornos, cerré con seguro la habitación siendo que nunca la cierro.
Estaba viendo unos ricos videos de embarazadas y estaba excitadísimo cuando escucho que tocan la puerta, Era Kevin que no quería dormirse solo.
Total le abrí la puerta y nos acostamos.
En la madruga me desperté y me levanté al baño a masturbarme, ni prendí la luz ni hice ruido.
Estaba rico dándole movimiento a mi verga y viendo porno en el cel cuando me dice Kevin
-¿qué haces? Ya llevas mucho rato en el baño-
-Nada, solo vine al baño-
-¿Estás puñeteándote?-
-No, nada de eso ¿por qué preguntas eso?-
-A veces mi hermano se levanta en la noche al baño y eso hace cuando se tarda mucho, yo lo he visto-
Me guardé la verga dura en el bóxer y me di la vuelta, luego nos fuimos a acostar, estábamos tapados con la misma cobija y sentí su mano agarrarme la verga, rápidamente se la quité y me levanté, hasta la erección había perdido
-¿pero qué haces niño?-
-¿Por qué la tienes dura? Si te puñeteabas ¿verdad?-
Me quedé callado y no dije nada.
Jaziel eso hace
-¿Quién es Jaziel?- le pregunté
-Es mi hermanote, el más grande y mi otra hermana se llama Tania igual que mi mami-
-Bueno vamos a dormirnos porque ya es tarde-
Nos acostamos y al poco rato volví a sentir su mano, esta vez lo dejé que siguiera, mi verga estaba dormida pero al sentir sus manitas se me empezó a poner dura.
-¿Le gusta señor?-
me preguntó Kevin pero no le respondí nada, luego volteo a verme y seguía moviéndomela como masturbándome
-¿Quién te enseñó eso Kevin?-
-Jaziel-
-¿y te gusta hacerlo?-
-Sí, también se hacer otras cosas-
-Me imagino que sí, que sabes hacer muchas cosas más pero ya vamos a dormirnos ¿de acuerdo?-
-Pero señor aún no le sale la lechita y dice Jaziel que si no se la saco le duelen los huevitos-
-Pero a mi no me duelen- le quité las manos de mi verga – vamos a dormirnos que al que no se duerma temprano se le aparece un muerto-
tan pronto le dije eso y corrió a subirse en mi pecho y se me abrazó, lo abracé y le dije que era broma, mi verga durita quedó rosando su pierna y él se bajó con su culito a frotarla, hacía movimientos como si estuviéramos cogiendo.
Ahí ya no pude resistirme, mi verga estaba babeando y palpitando, agarré su pequeño culito
-¿qué más sabes hacer?-
-Se mamar verga-
-¿y no la muerdes Kevin?-
-No, nada de eso señor-
-Ya no me digas señor, dime Capi, como todos me dicen así-
-Enséñame lo que sabes hacer- le dije a Kevin
Él se sentó sobre mi verga, se recorrió a la mitad de mis piernas y comenzó a bajarme el bóxer hasta que de un brincó salió mi verga bien dura y goteando, se asombró al vérmela grande y gorda y muy peluda
-Mi hermanote no la tiene así-
-¿vas a enseñarme lo que sabes hacer?-
Kevin se me quedó mirando, sonrió y se inclinó a mi verga, con su lengua recorrió de la base a la cabeza de mi verga, así un par de veces, yo sentía ganas de ponerlo a mamarmela ya pero tenía que dejarlo que hiciera lo que el quería y de pronto sentí sus labios húmedos cubriendo la cabeza de mi vergota, casi estallo en ese momento, abrí los ojos y veía como él apasionadamente intentaba chuparme la verga aunque por su tamaño casi no podía mucho, lo dejé que hiciera lo que sabía, que lo disfrutara y llegara hasta donde él deseaba, luego se la sacó de la boca pero sin soltarla con sus dos manos
-¿Le gusta como lo hago Capi?-
-Lo haces genial Kevin, por favor no te detengas-
Y así ese pequeño me daba una de las mejores mamadas de mi vida, veía su rostro con el brillo de la noche, su pequeño cuerpo entre mis dos piernas, acostado boca abajo y disfrutando mi vergota, la sacudía con sus dos manitas, esperando a que me vaceara, lo tomé del cabello con mi mano izquierda y con la derecha le arrimé mis huevos.
Ya no ocupaba decirle más, él sabía perfectamente como hacerlo.
Supongo que su “hermanote” le había dicho como mamar una buena verga, luego él dejó de mamarme los huevos y apenas cuando sentí de nuevo su boca cubriendo mi glande le dejé caer todos los chorros de leche que tenía guardados, a pesar de haberme masturbado y haber tenido sexo en días anteriores no pude evitar soltar enorme chorros que salieron disparados hasta su garganta provocándole ganas de escupirlos, lo agarré de su cabeza y lo hice que los bebiera, casi logró comérselos todos y unos cuantos más se le salían de su boca rodando hasta mis huevos que traía bien duros y mojados de su saliva.
No podía creer lo que acababa de hacer, me puse demasiado nervioso y con un gran remordimiento de conciencia.
Una parte de mí estaba feliz por esa gran rica mamada y la otra sintiéndome culpable por permitir que ese niño hiciera lo que acababa de hacer con mi verga.
Nos dormimos y al siguiente día me desperté muy temprano, fui a darle de comer al perro y a comprar algo de desayuno.
Kevin bajó en puro calzoncito y al verlo mi verga se ponía dura, pero no permitía que nada pasara, desayunamos casi sin hablar, aunque él decía muchas cosas y preguntas y yo no le respondía, me fumé un cigarro y evitaba estar con él.
Kevin me preguntaba que si no quería hacerlo otra vez y cada que se me acercaba me tocaba mi verga, yo ya no podía pensar en eso aunque la verdad lo había disfrutado demasiado.
En la tarde me metí a bañar y cuando estaba masturbándome observé que Kevin había entrado al baño, lo corrí de ahí, me apresuré a jalármela porque andaba demasiado caliente tan solo de recordar esa mamadota que me había dado y con la intención de quedarme sin ganas de coger pero mi verga parecía que tenía vida propia, no la podía controlar, me masturbé 4 veces y seguía dura pensando en Kevin.
Le dije que se bañara y cuando salió se cambió y lo pinté como el catrin que quería ser.
Más bien parecía un panda porque realmente no pude pintarlo bien, pero él se veía al espejo y estaba super feliz.
Salimos a pedir dulces en el fraccionamiento y algunos me peguntaban que si era mi hijo, yo nomas sonreía, luego tomé el auto y salimos a pasear un rato y fuimos al centro de la ciudad a pedir dulces y regresamos a casa antes de las 6.
Cuando ya estábamos en casa volví a sentir esa calentura de recordar esa mamada, mis huevos estaban elevados y muy duros, mi verga palpitante y babeando, fui al baño a masturbarme cuando Kevin tocó la puerta
-Quiero hacer pipí Capi-
-En tu cuarto también hay baño Kevin-
-Pero no quiero ir allá quiero hacer aquí-
Era un niño demasiado terco, me guardé mi verga dura y me subí el pantalón.
Abrí la puerta y me salí
-no puedo hacer pipí-
-¿Por qué no Kevin?-
-No lo sé, mira mi pipirrín como está-
Me metí al baño y pude ver que tenía su verguita dura
-¿Estás enojado conmigo? Me preguntó Kevin
-No ¿por qué habría de estar enojado?-
-Porque ya no me dejas tocar tu pipirrín, cuando me acerco te enojas-
-Esas cosas no se deben hacer Kevin-
-¿Quién dice que no?-
-¿Y quién demonios dice que sí?-
-Mi hermanote, el siempre me dice que se lo haga-
-¿y a ti te gusta?-
-Sí, pero la tuya está más grande y no huele feo-
Entonces se acercó y me la agarró, le quité la mano y lo volvió a hacer, me molesté un poco y entonces lo agarré con una mano y lo llevé a la cama, él se asustó un poco al verme enojado, lo bajé de la cama, lo paré frente a mí y me desabroché los jeans, me bajé junto con los boxers y le dije
-¿Te gusta Kevin? ¿Es lo que quieres? ¿Eso quieres verdad? ¿quieres mamarmela? O mejor aún ¿quieres que te la meta por el culo? ¿Es eso lo que quieres? Que te la meta ¿verdad cabroncito?
Kevin no decía nada, no ocupaba de agacharse mi verga quedaba a a la altura de su boca, loa agarré del cabello y lo puse a mamar, sólo veía lo blanco de su esclerótica con el contraste de sus ojos verdes, se le pegó a mi verga como becerrito chimuelo a mame y mame sin parar, yo lo empujaba de su nuca contra mi verga, ya no me importaba sentir sus dientes cuando no podía abrir más la boca.
Le quité su ropa, me quité la mía, lo acosté en la cama, así desnudo y con mi verga dura fui a cerrar las cortinas de la enorme ventana de mi recámara, lo puse boca abajo y le di una mamada de culito, ese olorcito que tenía me volvía loco, le abrí sus ricas nalguitas redonditas, le metí la lengua, lo escupí y le metí el dedo pulgar de mi mano que lo hizo pegar tremendos pujidos, luego le metí dos dedos y se le iban como agua, me acosté boca arriba, lo subí en mí y le dí la vuelta para hacernos un rico 69.
Después lo senté en mi cara y me comí su culito, fui por crema me unté en la verga y le puse en su hoyito dilatado, lo puse de perrito y con mucho esfuerzo entró mi cabezota en él, Kevin no dejaba de pujar muy rico, me decía que le dolía un poquito, le dije que si quería que se la sacar e intentáramos otra posición, y me dijo que sí.
Me acosté boca arriba, le puse más crema en su culito, lo dedíe y lo dejé que se entrara en mi verga, poco a poquito el se iba montando y a bajar más y más hasta que casi le cabía la mitad de mi verga de 20 cm y gruesa, su culito estaba bien dilatado, sentía rico al verlo subir y bajar, hubiera deseado que su hermanote me mamara los huevos mientras me cojía a Kevin pero vaya que puta fantasía era eso como si su hermano se prestara para eso, ya parece.
, me bajé de la cama y lo puse en la orilla, acostado boca arriba, patitas al aire lo abrí y se la dejé caer hasta donde aguantó, pujaba demasiado rico, yo estaba insaciable, le dama duro y eso le gustaba.
Entonces loa abracé y me puse de pie, así le empecé a dar más y más, lo levantaba y lo bajaba.
Yo quería ver como entraba mi vergqa, se la saqué y lo puse de perrito, ya no tenía un hoyito, ya estaba bien dilatado dejando entrar más mi verga aunque de la mitad no pasábamos.
Tomé la silla de un escritorio que tengo y la puse frente al espejo, lo puse su espalda contra mi pecho, los dos viendo al espejo y el se iba sentando en mi verga, traía los huevos bien hinchados, mi verga bien dura y un poco sucia de lo que salía del culito de Kevin pero se veía tan rico como se daba sentones en mi verga, sentir su cuerpecito contra el mío, le daba más y más duro y Kevin sonreía y pujaba, ya entraba la mitad de mi verga, lo empecé a besar y eso le gustaba más, era algo curioso verlo pintado de la cara y sus brazos como el catrín que tanto quería, me excitaba a la vez.
Cuando me fijé en el espejo yo estaba manchado con su pintura, sobre todo mis labios pero era rico besarlo, de pronto sentí que ya me iba a vacear, lo apreté contra mí, intenté metérsela más pero no se podía, lo bajé, lo inqué frente a mí, le pedí que abriera la boca y se los eché en su boca y cara, ésta vez me salieron mucho más, tanto que se tragó una parte y otra caía en su cara, rodando hasta su pecho y terminando en su verguita parada, fue demasiado rico el sexo, Kevin estaba adolorido y feliz.
Nos metimos a bañar, sentía ganas de volvérmelo a coger pero no sabíamos exactamente a qué hora llegaría su mamá y doña Tere, salimos, nos cambiamos, no necesité decirle nada porque cuando estaba poniéndole su ropa se me paró y él de inmediato se puso a deslecharme, otra rica mamada aunque no olvidaré la primera, lo limpié, nos vestimos, aaromatizamos la casa para que no oliera a sexo, salimos comer, regresamos a casa, lo volví a pintar de catrin y esperamos a que llegará su familia, él quedó agotado y se quedó dormido después de un día tan largo.
Se quedó dormido en la sala, el pequeño catrincito dormía mientras llegaba su familia.
Eran casi las 11 de la noche, subimos sus cosas a la camioneta y los llevé a su casa.
En el camino Doña Tere me contaba maravillas de su nietecito Kevin, mientras yo sabía que su hermanastro le había enseñado a hacer otras maravillas mucho mejores, y se me paraba un poco la verga, Tania me preguntaba que como se había portado Kevin y yo le decía que de maravilla y que cuando quisiera podía dejarlo en casa, que yo se lo cuidaría muy bien.
Llegamos a su casa y nos despedimos y Doña Tere estaba muy feliz por el favor de prestarles la camioneta, imagínense que yo estaba casi 10 veces más feliz que todos ellos juntos.
Kevin el pequeño catrín que me dio una noche con bastante festín.
P.
D.
¡No uso whatsapp y tampoco me tomé ninguna foto cogiendo con Kevin! Los mejores recuerdos quedan en nuestras memorías y en este relato, compartan las suyas.
Por eso la página es sexo sin tabues.
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