El pequeño Liam me demuestra lo que sabe
Liam no pudo evitar abrazarme al verme desnudo y besarme el cuello.
Hola príncipe!!! Muakkk!
Recuerdas la peli de La bella y la bestias?, sí, aquella de dibujos animados. Cuando el padre de Bella entra en el castillo y dice, todo asustado: Hoooooola! Me entra la risa recordando su tono. Fíjate el tiempo que ha pasado y yo entonces era un niño y ya me gustaba en primitivo Gaston tan chulo.
Pablo, cariño, seguro que estabas inquieto esperando la respuesta, porque es importante, sin duda, pero no te asustes si a la primera es que no. Ya tendrás la respuesta y mi deseo mayor es que digan que te necesitan y te cojan en ese puesto. Pero habrá muchas más oportunidades, tus estudios están muy solicitados ahora. Fíjate, de mis amigos y amigas son muy pocos los que trabajan para lo que estudiaron.
Bueno ya están vacunando a la población, a los padres del amigo de Liam, que son médicos, ya los han vacunado, es lo normal ya que están muy expuestos.
Sabes?, me gusta que lo que te cuento te anime, al menos sirve para algo.
Ahora paso a contarte mi vida, el viernes a la tarde nevaba, teníamos preparadas las bolsas de fin de semana, esperando la llegada de Oliver que iría con Miles, y de Eistein que nos llevaría a nosotros, Eis opinaba que era mejor que un coche fuera detrás del otro, como posible ayuda si pasaba algo.
Faltaba poco para que Eis llegara y Liam dijo encontrarse peor, yo no lo veía mal pero se metió en la cama, El viaje ya estaba preparado pero alguien tendría que quedarse con Liam si es que no podía ir, el caso es que después de hablar entre nosotros decidimos que sería yo quien me quedara con él, necesitaba recuperar el tiempo no trabajado durante la semana y así tendría unos horas para dedicarle.
Marcharon los cuatro un un coche, yo también estaba más tranquilo si era Eis el que conducía y no Oliver, ya sabes, siempre pensamos que los jóvenes hacen las cosas mejor. El caso era que Liam no había siquiera bajado a despedirles y pensé si yo me equivocaba y realmente estaba peor como decía, hasta se me ocurrió llamar al padre de su amigo médico, por si podía darse una vuelta; antes subí a su habitación a preguntarle.
Liam estaba dormido, con aire tan plácido que descarté llamar al médico. Me acerqué a la cama y le observé, es un muchacho precioso, un hermoso adolescente. Respiraba con suavidad emitiendo un ligero silbido, me senté al borde de la cama y luego me tumbé mirándole. Observaba detalles de su rostro, se parecía a Eis, pero menos que su hermano, y a la vez era distinto, el tono de su piel era más clara, tenía un lunar negro arriba del hoyuelo, que le salía al sonreír en la mejilla derecha, con su brazo izquierdo doblado hasta que la mano pegaba en su barbilla. Desde luego era de la familia pero también me recordaba mucho a su madre a la que tenía perdida en mis recuerdos.
Y así debí quedarme dormido, me despertó el sentir algo cálido apretándose a mis labios, abrí los ojos y era Liam que me estaba besando, en un suave beso que ahora rompía sobresaltándose al abrir yo los ojos.
Oh, qué haces Liam?, debo haberme quedado dormido.
Te besaba, parecías un bebé sonrosado e inofensivo. Dejé salir un ruido de pretendida risa.
Y te aprovechaste?
Oye que solo ha sido un beso, y muy pequeño! Volví a reír divertido, ahora si me salió la risa.
No me ha molestado Liam, tranquilo, pero por qué lo has hecho?
Me apetecía. Ahí decidí cambiar de conversación.
Te encuentras ahora mejor? Pensaba llamar al médico, al padre de tu amiguito y así quedarnos tranquilos.
Estoy bien, no tienes que llamar a nadie. La verdad que hablaba muy animado, nada que ver con la escena donde dijo sentirse peor para volver a meterse en la cama.
Me alegro, será mejor para mi estar con un sano y no con un enfermo el fin de semana. No habrás simulado que te encontrabas peor, verdad? Le miré con ojos acusadores y despiadados.
Crees que soy un tramposo!? Me respondió airado, luego inclinó la cabeza y cerro los ojos. Cuando volvió a abrirlos brillaban de divertida picardía.
La verdad es que os he mentido, no me encuentro para nada mal.
Oh Liam! Podíamos haber estado en el viaje y pasarlo bien en la granja con todos, ver a tu abuela, a tus tíos y a tu primo Ryker, seguro que te echará en falta.
Liam pasó su brazo izquierdo por encima de mi hombro, sin levantarse aún.
Quizá yo prefiera estar contigo…, solos. Sus ojos brillaban a la vez que se brazo hacía presión sobre mi cuerpo. Empecé a ponerme nervioso sin saber el motivo.
Vale Liam, lo hecho no pude ya deshacerse, vamos a comportarnos bien este tiempo y pasarlo bien, ahora que ya estoy tranquilo voy a marchar a la sala de estudio, debo adelantar algunos trabajos. Aflojó el brazo y salté de la cama.
Yo llamaré a mi compañero para que me cuente como han ido las clases, quizá pueda venir y traerme apuntes. Se levantó de la cama, únicamente llevaba puesto un pantalón de tela fina de pijama, mostraba su ancho pecho desnudo, ya ligeramente marchado de músculos. Antes de marchar le advertí.
Recuerda que para Luis Enrique sigues enfermito, te subirá la cena, o sea que no hagas tonterías andando por la casa, y ya ponte algo de ropa para no coger frío. Me hizo un gesto displicente quitando importancia a mis palabras mientras yo salía.
Pude centrarme en mi trabajo, además de que tenía una enorme cantidad de mails en la bandeja de entrada, habían transcurrido 90 minutos y me dispuse a cerrar el último documento, entonces sentí que alguien se encontraba a mi espalda y se apoyaba en mis hombros sin hablarme, no podía se otro que Liam.
Has hablado ya con tu amigo?
Vendrá mañana para traerme los apuntes de lo que han dado, así podré echarlos un vistazo antes de volver al colegio el lunes. Apagué la lámpara mientras Liam abría unos de los cajones del escritorio.
Tenia curiosidad sobre esta tarjeta. Me dice mientras me enseñaba una postal que recibí de mi hermano, de un viaje reciente a la India. Se trataba de varias vistas del Fuerte Amber en Jaipur.
Bonito lugar, se nota que tu hermano te quiere mucho “soñaba que estabas a mi lado cuando caminaba admirando estos lugares queridísimo Lu”. Leyó un pequeño párrafo de la postal y se quedó pensativo.
Por qué se refiere a ti llamándote Lu? Me puse en pie sonriéndole y retirándole la postal de las manos.
En realidad mi nombre completo es Jaime Luciano, se le ocurrió ponérmelo a mi padre, así se llamaba un gran amigo suyo que le salvo la vida en Argelia, hace ya muchos años, fue un homenaje a su recuerdo.
Pero Lu puede ser cualquier cosa. Insistió volviendo a cogerme la cartulina.
Que no tiene importancia Liam, nunca me ha llamado nadie por ese nombre, solo mi hermano me llamaba así y no llegué a conocer a ese señor.
Liam se quedó un instante pensativo fijando la mirada en las imágenes. Es un diminutivo bonito, Lu, también se le puede llamar a un perro, a un gato, a cualquier mascota que se tenga.
Hizo un gesto gracioso con la boca y exclamó: Vamos Lu, busca, busca…, el chico se reía de mí y lo tomé como una broma soltando una carcajada, también él arranco a reír, y sin darme cuenta estaba apoyado en su pecho, muerto de risa imaginándome ser el chucho al que su amo manda a buscar el palo que ha tirado para que se lo traiga.
Cuando nos calmamos me di cuenta de que se me habían saltado las lágrimas.
Vale, vale, ya es bastante Liam, ahora me voy para abajo, estará a punto de subir Luis Enrique con tu cena, sin dejar que me separara me besó el pelo y luego me soltó.
En el comedor anexo a la cocina, Luis Enrique tenía preparada mi cena, una sopa de calabaza calentita, un huevo frito con patatas como solo él los sabe hacer, y un poco de piña natural.
Me estaba hablando algunas cosas que no escuchaba, mi cabeza estaba en el piso superior, recordando y riendo por dentro el humor de aquel muchacho que no dejaba de sorprenderme, aunque ahora más, ya que descubría en él valores que ni sospechaba que tuviera.
No había motivos para pasar a la sala y ver las noticias como era habitual con Eis, lo cierto es que ya pasaba de escuchar lo mismo cada día, noticias de como el virus avanzaba y que la única posibilidad de sujetarle se reducía a las vacunas, me despedí de Luis Enrique y me fui a mi habitación. Se me ocurrió, por un momento, subir y desear las buenas noches a Liam, hubiera sido lo más apropiado para un buen padre, no?, pero también pensé que con las ganas de hablar que tenía no me sería fácil despedirme, así que lo mejor era quedarme en mis terrenos y leer alguna pagina del libro que tenía empezado desde hacía días: “El buen sirviente” de Carmen Posadas, escritora uruguaya y cuyo tema me tenía ligeramente inquieto, por el misterio que encerraba, aunque bastante truculento, pero bien llevado.
Pasé al baño dejando abiertas ambas puertas, me apasiona sentir los ruidos de la casa, el movimiento casi silente y apacible de Luis Enrique mientras recogía la cocina antes de bajar a su habitación, y no se, yo, al contrario que otras personas, me siento más seguro, cuando estoy solo abriendo las puertas que cerrándolas, como si las puertas abiertas me dieran más oportunidades de poder escapar ante el peligro.
Me lave como siempre, sin darme cuenta de que Eis no estaría a mi lado esta noche, costumbrismo diría mi madre. Y me fui a la cama, allí me esperaba el libro abierto por el capítulo dieciocho “La grandísima estupidez”.
En un momento comenzó a entrarme el sueño, pero no deseaba dejarlo sin terminar el capítulo, los movimientos de Inés, y las conversaciones mentales entre Martín y su hermana Flo me tenían atrapado. Al fin terminé sin enterarme demasiado, o lo suficiente, debería repetir la lectura me dije, baje la intensidad de la luz moviendo el reostato, porque igual que dejo las puertas abiertas, las ventanas no, por el frío que me congelaría, también necesito no estar completamente a oscuras. Así, sin darme cuenta, tumbado en la enorme cama de Eis, 2X2, donde me perdía sin remedio, el sueño se me llevó.
No había escuchado nada, en realidad presté atención sin abrir los ojos, no se oía el menor ruido, pero algo inconsistente me hizo abrir los ojos. Sentado en el borde de la cama, muy lejos en aquel mar de esponjoso edredón permanecía él, quieto, en silencio.
Sentí un respingo de inquietud que me hizo saltar en el mullido colchón.
Me asustaste, te pasa algo, qué haces aquí? Una afirmación, dos preguntas en un solo paso.
Lo siento, no puedo dormir, me gustaría seguir hablando. Tres respuestas.
Es muy tarde Liam, mañana debo trabajar un poco. Me revolvía inquieto mirando hacía la puerta que ahora estaba cerrada.
No te preocupes Luis Enrique hace tiempo que bajo a su dormitorio. Igual a un pequeño brujo me había adivinado el pensamiento.
Le miré de hito en hito, estudiando la expresión de su cara para cerciorarme de la sinceridad de sus intenciones, su expresión mostraba la desolación palmaria de la abrumadora soledad, en cierto modo el mismo estado en que yo me sentía en este momento.
Me retiré del centro de la cama, como si no tuviera suficiente espacio para él y le sonreí conciliador.
De acuerdo Liam, pero será solo un ratito, de verdad que tengo mucho trabajo pendiente y quiero madrugar mañana. Saltó como si tuviera un muelle en su culo, y se plantó en medio de la cama, justo en el lugar que yo había calentado con mi cuerpo hasta ahora. Sin hablar, pero riendo de bajines, pareciendo un chico pequeño al que han concedido su deseo se quitó la chaqueta del pijama quedando desnudo de medio cuerpo, se cubrió con el edredón solo hasta la cintura y se giró hacía mi con la boca abierta y jadeando.
No está mal la camita que tenéis, aquí cabe una familia entera. Empezó a dar saltitos forzando los codos. Le miraba divertido, Liam parecía que terminaba de levantarse después de muchas horas de haber dormido. Creo que cuando vio que no le decía nada, y me reía de sus actos de gracia se apaciguó y otra vez se me quedó mirando.
Dice el abuelo que tu fuiste amigo de mama, cuéntame cosas de ella. Por un segundo pensé en que cosas podría haberle contado Oliver, lo que yo viví con su madre no fue mucho, además, aunque nos apreciábamos, los dos peleábamos por el mismo hombre, mucha simpatía no nos teníamos entonces.
No se que decirte Liam, yo la conocía poco, pasé dos veranos viviendo en esta casa, tenía 14 y 15 años y no la recuerdo muy bien. El primer verano aún no estaba casada, yo era muy joven entonces, solo me llevaban algunas veces con ellos, para enseñarme la zona. El segundo año ella solo se preocupaba por su hijo, tu hermano, no salía de casa. Pensé que el chico esperaba que le dijera algo bueno de su madre
Era muy guapa, eso sí, muy buena persona.
En fotos la he visto, no me digas lo que ya se. Guardamos silencio los dos.
Papá la amaba? Tu y él, ya entonces… Le detuve antes de que continuara, no quería que hiciera preguntas que no querría responder.
Para, para. Pareces un fiscal chico. Reí para calmar el momento, risa falsa para darme tiempo a pensar.
Se caso con ella, no? Eso te da la respuesta, Y lo que pudo haber entre Eis y yo poco importa, tu mamá salió elegida, eso ya es bastante para que tu encuentres contestación a tus preguntas. Liam parecía pensar, o bien mi respuesta o la siguiente pregunta. Permanecía pensativo, a veces mirándome a mi y otras veces al fondo de la habitación.
Bueno, entonces tu perdiste…., y a pesar de todo sigues amando a papá? Aún le amas? Me parece increíble después de lo que te hizo.
Oh! déjalo ya Liam, la vida da muchas vueltas, y la verdad, te seré sincero, ya no lo amo como entonces, le quiero, nos llevamos bien, suficiente para intentar convivir, quizá nuestra desdicha nos une, vete a saber. Y no me hagas más preguntas sobre tu madre, ni quieras saber lo que pasó, es abrir heridas ya curadas. El futuro es lo importante.
Oye, no se, yo pienso que…
Te he dicho que no hay más preguntas sobre el pasado.
Ahora es sobre el presente, pienso que me encuentro, nos encontramos los dos muy a gusto a tu lado, No se Ryan pero yo estoy muy contento de tenerte con nosotros.
Leí la sinceridad en sus ojos, la franqueza con que me lo decía era irrefutable, pero también había algo más allá, algo que no terminaba de decidirse a decirlo.
Parecía que todo estaba dicho, la conversación terminada él no se movía de su lugar para marchar a su cama.
Te gusta vivir con papá, lo que él te hace? sin motivo aparente mis sensores dispararon mil alarmas.
Si que me gusta estar con él, eso es patente, y no hacemos nada que otras parejas no hagan, no crees?
Bueno si, pero quería decir si no te hace daño cuando…, ya sabes…, te la mete.
Liam, este no un tema del que debamos hablar.
Por qué no? Los padres deben instruir a sus hijos, tu no eres mi padre, pero eres su pareja, tienes una responsabilidad y yo necesito saberlo.
En fin Liam, tu aún eres un niño, no pienso que yo sea la persona idónea para darte explicaciones sobre este tema.
Te equivocas en todo, primero porque pienso que eres la persona adecuada para enseñarme y segundo, no soy un niño, no te equivoques, tengo 13 años, de acuerdo, pero también estoy preparado para recibir más información de la que se. He estado con chicas, sabes, quizá he podido equivocarme y es lo que deseo evitar para otras veces.
El chico me estaba dejando asombrado, lo cierto es que los jóvenes ahora saben mucho más que en mi época, diecisiete años de diferencia, en algunas cosas, es como una eternidad.
Liam, de verdad has estado con chicas, en la cama con ellas? La cara se le había puesto colorada a pesar de notársele el orgullo de poder presumir de su experiencia.
Bueno la verdad es que una compañera de mi edad me la ha chupado, varias veces, no se dejó montar cuando se lo pedí, pero ella le habló a su hermana mayor que tiene dieciocho, le dijo lo que yo deseaba y luego le explico lo que tengo entre las piernas, a ella le daba miedo pero la hermana aceptó.
Yo iba de asombro en sorpresa con lo que me contaba, se que no debía ser así, yo comencé más temprano, en fin que me tenía atontado escuchando lo que decía. Liam estiro una pierna y con su pie tocó los míos. Yo no dejaba de dar vuelas en mi cabeza a lo que dijo que tenía entre las piernas.
Estas helado. Me dijo.
Soy friolero. Repuse
Y quién sabe de esto además de tu y ellas?
Nadie, salvo tu, se lo iba a contar a Ryan pero no me pareció prudente, él es uña y carne con mi primo Miles y esa chica es su novia, o sea que es mejor callar.
O sea, que te has llevado a la cama a la novia de tu primo? Cada vez aumentaba mi asombro.
También ellos piensan que soy un niño, pero no puedo descubrirlas, se lo prometí.
Sin darme cuenta había comenzado a frotar mis pies con los de Liam, también con sus piernas enfundadas en el pijama, buscaba su calor antes de que me dieran calambres.
Bien Liam, ya has hecho de todo, ya tienes una vida sexual completa. Le hablaba queriendo dar por finalizada la charla, mis alarmas habían vuelto a activarse al colocar su mano sobre mi cadera.
Lu?
No me llames así, ese no es mi nombre. Solo faltaba que ahora el niñito quisiera ocupar el lugar de mi hermano.
Te llamaré Lu, me gusta más que Jaime.
Por favor, no me gustaría que los demás sepan esto. Me miró esbozando una sonrisa de triunfo.
Será nuestro secreto Lu. Lentamente me iba llevando hacía él o era él quien se me aproximaba, ya estaba recibiendo su aliento en mi cara. Olía su aliento a menta, aún se le notaban las hierbas que Luis Enrique suele ponerle en sus postres. Deseaba que me besara, igual que había hecho mientras dormía, pero ahora siendo totalmente consciente y sintiéndolo.
Y es que Luis Enrique siente predilección por el chico, lo noto en pequeños detalles, la mayor parte de las puntas de espárrago, se aparecen entre sus huevos revueltos, la parte más tierna de una verdura siempre para en su plato, la ropa que Liam deja tirada él la recoge sin sentirse ofendido, la lleva a lavar sin inmutarse, eso no lo hace con su hermano, a este se la deja sobre la cama o una silla y lo mismo hace con el primo.
Vale, quizá exagero un poco, pero lo cierto es que todos lo disculpamos, quizá por ser el pequeño, yo pienso que más bien por lo bello que es, porque a la belleza, como dice Carmen Posadas para su personaje Martín, pues bien, a la pura belleza no se le niega nada.
Soltó mi cadera para alisarme el pelo, me peinó las cejas pasando las yemas de los dedos en una sutil caricia que luego bajó a los párpados, mi respiración se agitaba y entonces me besó, nos besamos ya que yo respondí más rápido que lo que el rayo sigue al estruendo del trueno.
Sentí la calidez de sus labios, la lengua apretando para abrirse camino, saqué la mía para que se tocaran en la punta, él la empujó atropellándola para buscarse su lugar, solté la risa en su boca.
Estas loco Liam! No me respondió ni permitió que continuara hablando, bastante labor tenía explorando mi boca, buscaba ansioso mis sabores, de pronto sacaba la lengua para lamerme los labios, como volvía a introducirla deseoso de mi saliva, de mi aliento, y me lamía las encías, los dientes, todo era una pura explosión, una necesidad imperante de sentirme, pero el caso es que yo sentía esa misma fiebre.
Sujeté su cabeza entre mis manos, cuando me lo permitía besaba lo que podía encontrar de su rostro, acariciaba su nuca, bese su cuello, la alegría me desbordaba acompañada de mis risas, me abrazó y nos revolcamos en la cama inmensa, trabando nuestras piernas, abrazados mientras nos besábamos, dando vueltas en un tierno juego, yacíamos en distintas posiciones, tan pronto me tenía bajo él como me colocaba encima.
Liam, Liam Ya vale, me vas a volver loco.
Ya estamos locos Lu. Y vuelta a empezar de nuevo, hasta que agotados nos quedamos quietos, pero con las bocas unidas, sin importarnos la falta de aire, la fatiga no importaba.
Separamos la cara un instante para mirarnos a los ojos, el ardiente aire que expirábamos se estrellaba en nuestras bocas de nuevo. Cogió mi rostro entre sus manos aplastándolo, lo llevaba hacía él para darme pequeños besos en los labios.
Necesito hacerlo con un hombre, contigo Lu, por favor, te necesito. Deslizó la mano hasta mi culo y la aplastó sobre él empujándome para que nos uniéramos más, entonces pude sentir la dureza de su virilidad aplastarse sobre mi vientre, el ruego se le leía en la mirada, pero también la decisión de hacerlo como fuera, ahora estas a tiempo de consentir o…, deseché de mi pensamiento la idea.
Para Liam, la cosa no es así, no es lo mismo hacerlo con una chica como tu sabes, que por detrás, tengo que lavarme, estar preparado. Me acarició la cara con la otra mano sin dejar de apretarme contra él.
Se lo que puede pasar, no me importa, estoy que no aguanto más, no me lo notas? Jolines! que lo notaba, aún no le había visto la polla, pero por lo que anunciaba tenía que ser muy, pero que muy grande. Y claro que tenía ganas, como no tenerlas, como no desear que una belleza de tal magnitud me tomara? Tentaría a la suerte y esperaba que no me pasara como con David en tiempos lejanos, desde entonces siempre había sido cuidadoso con mi limpieza.
De acuerdo Liam, haremos lo que deseas. Y pensé para mi, “después veremos como arreglamos los desperfectos que cause”
Me dejó suelto y comencé a quitarle el pantalón de pijama, era de esos ajustados y no podía, además del impedimento de la tremenda cosa que se le veía marcada. Levantó las piernas y rápidamente se deshizo de la prenda, cuando volvió a bajarlas yo, que expectante de no dejaba de mirarle, me llevé la mano a la boca para ahogar mi sorpresa, la verga del niño era tremenda, de grande, de bonita, de limpia. Un cilindro de prodigiosa carne, los testículos no eran muy grandes, dos nueces que a veces se movían en su nido.refugio, cada vez que el falo daba una sacudida.
Desvié la vista con dificultad para mirarle a los ojos, Liam me miraba a su vez, jubiloso por la impresión que me causaba.
Qué te parece? Es de niño?
Es casi más grande que la de tu padre Liam!. Iba a añadir que también lo era más que la de su abuelo, pero corregí a tiempo y me salió:
o al menos igual!
Acerqué la mano para tocarla, me inspiraba respeto, en realidad siempre he sentido respeto por las vergas, grandes o pequeñas, respeto hasta ya tenerlas dentro, entonces, ya siendo conocidas lo único que sentía hacía ellas era amor, las amaba por puro egoísmo, sabía que me harían gozar y eso lo agradecía.
Pero aquella polla, además de inspirarme respeto, se hacía querer sin haber cumplido, vamos, que ya antes de tiempo me sentía agradecido, así que me incliné para adorarla, para pasar la mano en toda su longitud, que larga Dios bendito, la cabecita tan suave, tiré del pellejo y la dejé expuesta a la luz suave de la habitación, me sentía arrobado y con ganas locas de lamerla, de chuparla, de sentir su glande rosado en la lengua, en mi paladar.
La di un beso y otro beso, y más, y más mientras la ceñía en la mano y me acariciaba las mejillas con ella, escuchaba los gemidos que le salían a Liam de la boca, con cada gemido una gota de sabia preciosa le brotaba, la lamía, dulce, pegajosa, miel transparente que yo goloso recogía.
Liam me sujetó la cabeza y me elevó para unir nuestras bocas otra vez.
Así no voy a aguantar Lu. Lo mire con dulzura, estaba que no podía más mi lindo muchacho, le di un beso en la comisura de los labios.
A qué esperas, ya soy tuyo, desnúdame. Porque, por una razón extraña aún llevaba puesto mi traje de dormir, mientras me quitaba la chaqueta hubiera continuado acariciando aquel instrumento de placer del chiquillo, pero lo abandone intentando que se enfriara en su excitación y pudiéramos alargar el momento.
Liam no pudo evitar abrazarme al verme desnudo y besarme el cuello, mi dichoso cuello que me obligó a gemir y sentir como mi pene se erectaba con fuerza. Me tumbé para que me retirar el pantaloncito, también para que dejara en paz mi cuello tan peligroso él.
Fue fácil para él retirarme la última ropa, Liam se me quedó mirando, me cogió el pene ya húmedo con la mano, lo acaricio hacia arriba y abajo y me pidió que me diera la vuelta y me pusiera boca abajo, la primera idea que me vino a la cabeza fue que, lo mismo que le pasaba a su padre le sucedía a él, la querencia a tomarme de espaldas.
De rodillas ante mi, miraba las dos redondas esferas que componían mis nalgas, hasta que se decidió a pasar las manos por ellas, sin apretar, no siendo que fueran montones de arena y se convirtieran en minúsculos granos al deshacerse por la presión, cuando se convenció de que no iba a ser así, de que resistirían sus caricias las acaricio de verás, mejor dicho las amasó sorprendido de que, al soltarlas de sus manos recuperaban la misma apariencia que le dejó encandilado.
Son preciosas Lu. Pero no se detuvo ahí, me abrió las piernas tipo compas, sin llegar a los 180 grados, pero obligándome a que elevara ligeramente las nalgas, y separó la carne que cubría a su vista el ansiado tesoro de mi ano. Limpio, rosado, con algunas estrías carmesí, le pasó un dedo y el ano respondió cerrándose sobre si mismo, y a nuestro investigador le podía la curiosidad, se inclino hasta meter la nariz en el valle de las dos montañas y aspiró. Si él supiera de mi sufrimiento. Que le huela bien Señor, por favor que le guste lo que huele. Volvió a aspirar otra vez. Gracias señor, eso es que le ha gustado, bendita previsión que me hizo prepararme para su padre. Y seguido se inclinó más para depositar un beso de bien llegado en la puerta, no se conformó y sacó la lengua, la pasó con delicadeza, volvió pero ahora con más fuerza, las barreras estaban superadas, la prueba había sido un éxito.
Gemí con los siguientes lametones. A él le gustaba lamer, a mi recibir el regalo de su lengua paseando por esa parte delicada y sensible de mi anatomía, cada vez gemía más fuerte, pero era por su culpa, no mía. Aprendía a la velocidad de la luz, para él era un faro de aviso mis gemidos primero, después mis gritos, y murmullos de agrado también. Y no te digo lo bien que me metía el dedo, era grande? era pequeño? Lo importante era que me sentía volar siendo follado por la magia de los dedos y la lengua del chiquillo, Joven hecho para el amor y dar placer, una maravilla de niño, una joyita preciosa encontrada sin buscar.
Se detuvo un momento, me dispuse a lo que adivinaba se me venía, pero me hubiera gustado que me tomara mirándome a la cara…, y Oh! milagro. Me ayudó a darme la vuelta, bueno lo hice yo, pero porque él me lo mandó.
Me dio un montón de besos, nos los dimos los dos, besos de locura sin mirar lo que besas, todo te sabe bien, cualquier lugar es apropiado, y supe que debía abrir las piernas todo lo que pudiera, para que él se sintiera acogido, deseado, llamado por mis brazos que tiraban de los suyos para atraerlo.
Ya Liam, mételo. Yo pidiéndolo cuando unos minutos antes era él quien suplicaba. Era un chico obediente, y ágil, vaya que si. Lo tenía todo, todo, todo. Se apoyó sobre un codo, todo para estar más cerca y poderme besar, preocupado?
No te haré daño?
Tranquilo Liam, te aviso, pero mételo ya o me muero de ganas.
Con la otra mano se sujetó su machete con fuerza, con ganas, y lo llevó al lugar deseado por los dos.
Dolor? bueno un poco, yo tenía las manos en sus muslos, para contenerlo si sentía el ataque muy brusco y no hubo nada de eso, todo lo contrario, mi culo se abrió deseoso de recibirlo, goce la suave penetrada de la verga, claro que solo hasta el final porque Liam se entusiasmo y me la metió hasta los huevos.
Ahhhhhhh!
Auggggggg!
Él grito de placer como un jinete vencedor de la carrera, mi grito fue de dolor al sentir como su pito empujaba al final de mi recto. Es que vaya pollón que tiene el nene.
Liam me miró alarmado por mi grito y las lágrimas que me salían a borbotones, el pobre no esta acostumbrados a capear estas lides, pero a esas alturas no deseaba que parara, ni para resoplar tan siquiera.
Vamos Liam, no pasa nada, fóllame con fuerza amor, mete hasta el fondo la verga. Todavía seguía asustado y para animarle pase mis piernas por detrás de sus muslos, coloque las manos en su lindo culo y empujé con todas mis fuerzas, su verga volvió a invadir mis rincones más profundos pero ya era diferente, lo gozaba aunque hubiera un pequeño dolor, sin importancia en ese momento.
Liam resultaba un potrillo salvaje, follaba mi culo como si su vida dependiera de darme gusto, terminé por gritar llevado por el placer que me daba mi joven macho.
Te gusta Lu, te gusta como te hago? Soy un niño aún?
Sí mi vida eres increíble amor, siento tu verga en mi estómago, dame, dame dame más vida mía. Vaya que me daba, los gritos que me arrancaba los hubiera escuchado Luis Enrique si no llega a ser porque mi chico, previsor, cerró la puerta cuando entró.
Eres muy hombre cariño, pero no pares, no te detengas ahora que me voy a venir, ya me viene amor. Comencé a descargar leche que no veas, tiritaba y también me sacudían los espasmos, mi ano apresaba su polla evitando que entrara y saliera. Terminé rendido, postrado, adormilado de tanto placer, hasta que Liam notó que ya no le apretaba tanto y volvió a comenzar el bombeo.
Yo tumbado miraba al nene gozoso disfrutando a su hembra, y yo que pensaba que no duraría ni segundos. Su alegre sonrisa solo se enturbiaba cuando se mordia los labios, y en esos momentos se apretaba contra mi metiendo la polla hasta lo imposible, fue en una de estas que se quedó clavado y estático, para dejar la primera simiente en mi vientre y luego llegaron los demás disparos. No sabía si gozaba más recibiendo su leche o por el fenomenal orgasmo que tuve.
Se descargo y cayó rendido sobre mi, sudaba y temblaba con fiebre, la que da el esfuerzo tremendo que había hecho. Mi nene, lo abracé con piernas y brazos y no sabía donde poner mis labios para llenarlo de besos.
Ya estamos más tranquilos, aún me siento clavado, mi culo no termina de expulsar al extraño, será que ya tanto lo quiere? hasta que se deja caer a mi lado.
Tenemos que ducharnos e intentar dormir un rato Liam.
Y así lo hicimos, una ducha rápida, yo aguantando que no se me saliera el semen que me había metido, pero la ley de la gravedad es imperiosa, despiadada.
Así se termino la noche, luego dormimos, abrazados a pesar del calor que él sentía, yo encantado.
Le desperté cuando escuche los ruidos que anunciaba que Luis Enrique se había levantado. Despertó o pensaba que despertaba, asombrado en el primer momento al ver donde estaba, cuando recordó comenzó a reír como un loco, yo también cuando me abrazó y así de loco me besaba.
Durante la mañana trabajé, me costaba concentrarme, abstraerme de los hermosos recuerdos de la noche, una sonrisa bobalicona me adornaba la cara, o no?, eso no lo se bien, la verdad.
A media mañana llegó su amigo Jace con los apuntes, como habían quedado, hablaron, no me enteré de nada, solo escuchaba sus risas en algún momento. El niño estaba feliz y era lo que importaba.
Su amigo no quiso quedarse a comer, y bueno pues Liam ya dio como concluida su enfermedad y comimos abajo. Cuando dije que Luis Enrique sentía una preferencia espacial hacia el chico, creo que me equivoqué, ahora los platos estaban iguales. Soy muy mal pensado.
A la tarde trabajamos los dos, cada uno en lo suyo, bueno, que a veces se daba una vuelta para cambiar unos besos?, que aprovechaba para acariciarme las nalgas cuando me podía de pie, pues también, que todo no va a ser trabajar. Yo me sentía feliz de ver contento al muchacho. A la tarde llamó Eis, la llamada fue hecha al teléfono de Liam, hablaron, tuvo que notar que su hijo ya no estaba mal y así tranquilo me paso el móvil, le desee que lo pasaran estupendamente, él me dijo lo mismo.
No habíamos hablado de lo que pasaría a la noche, pero ya era diferente, cenamos, preventivamente dije que iba a lavarme la boca, y me lavé todo, vimos una peli que no se de que iba en la tele, era imposible seguir las escenas, como puedes suponer por sus besos, me metía mano con un descaro que no veas, como si yo fuera ya suyo, de su entera pertenencia.
Cuando se cansó de estar allí me cogió en sus brazos, sabía lo que debía hacer, aunque fuera por imitación. me llevó a la cama, de su padre y mía. Esta vez para no ser diferente a su progenitor, me sodomizó de espaldas, me montó estando de perrito, que rico me sabía recibir su pene, esa verga rica que me vuelve más loco que las demás.
Lo hace muy bien, esto debe aprenderse muy rápido y lo que importa son las ganas y resulta que a Liam le sobran, me tenía entero clavado, a punto de eyacular, sentía que se iba a correr pero se detuvo y me cogió la polla, apoyando el pecho en mi espalda y pasando su mano por debajo, primero tenía que ser yo el que llegara al orgasmo, después él, ya sintiéndose de libre para follarme a su entero gusto.
Otra noche de lujuria que nos dejó exhaustos, al final quería chupársela pero la tenía dolorida de tanto follarme, lo dejamos para otro momento porque el sueño nos rendía.
El domingo a la mañana bajamos un rato al gimnasio, y también trabajamos, Liam tenía mucho material pendiente, igual que yo. En la comida Luis Enrique nos dijo que saldría, tenía una reunión de files de la congregación a la que pertenece, no se que de una Iglesia Evangelista, o algo así.
Nos quedaban pocas hora para que los demás volvieran y había que aprovechar, entonces se la pude mamar, que buen sabor tiene su polla, que placer meterla en mi boca toda ella sorprendiéndole por la exquisitez que, según él, aquella chica compañera no le daba, Su leche joven me supo a manjar de dioses, pero es cierto que no tira tanta leche como su padre, menos aún como el abuelo, pero es más rica, a mi me lo sabe que ya he probado las tres.
Hablamos de lo que había pasado, teníamos que disimular, por el bien de todos, él no quería dañar a su padre, yo tampoco como tu sabes, sería difícil soportar vernos sin caer el uno en los brazos del otro. Me dijo lo mucho que le molestaba que su padre me besara y me llevara a la cama como si fuera de su propiedad, él hace lo mismo y no se da cuenta.
Llegaron del viaje, creo que nadie se percató de la euforia que invadía a Liam, si parecía drogado, bueno nadie, no. Oliver debió darse cuenta de algo, pero Oliver no me preocupaba, es más, pensaba hablarle de ello. El es un hombre apacible que me ayudará a solucionar los problemas que ruego porque no surjan.
Empezamos la semana como es habitual, el colegio la Uni y el trabajo, yo continúo en casa, el horno del virus no está para bollos a pesar de que dicen que la vacunación va viento en popa.
Liam sabe comportarse, respeta la vida sentimental de su padre, aunque le duela como él dice, se marchó a la cama antes de que sucediera, yo sufro por él, pero a su pesar, y pensaba que no sería así, cuando Eis me folló, con enormes ganas esa noche, lo gocé y disfrute de él, de su verga, de su madurez, de sentir que me quiere.
Ya termino cariño, pienso que esta vez me he excedido, y además y quizás te ha dado detalles en exceso.
Perdóname. Dime qué piensas, sin tapujos, sabes que no me voy a ofender, y al final haré de mi capa un sayo como se dice por nuestras tierras.
Mil besos
Besitos para ustedes y gracias por leerme.
Mi correo:
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Por si alguno de ustedes quiere hablarme sobre cualquier cosa que se les ocurra.
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