El pequeño Tomás y su tío Julián III; el primer viernes.
Julián tenía todo preparado para tener un viernes delicioso..
El pequeño Tomás y su tío Julián III; el primer viernes.
Jueves, Julián está ansioso, había comprado unos días atrás una tanguita diminuta, una faldita plisada rosa minúscula y un top de manga larga que apenas cubriría el pechito de Tomás, compró lubricante y una pequeñita jeringa para llenar el recto de su sobrino con el lubricante. Por la noche no logra dormir, tiene la verga parada de pensar que tendría a su sobrinito a solas todo un día. Pensaba en la boquita de su nene la lengüita y como jugaba con la cabeza de su pito, su culito que ya se come su dedo índice hasta el fondo, con un poco de esfuerzo seguro se comerá su verga entera, era tanto su delirio por el menor que casi podía sentir su ligero cuerpo, el cual “tiene forma femenina” reflexionó Julián “Casi como una niña… Debería ponerle un nombre de mujer”, sumido en esos pensamientos, Julián pudo pegar los ojos.
Tomás no sabía cuándo vería a su tío, fue su madre la que le dijo que mañana pasaría por él su tío “debes portarte bien, hacer todo lo que te diga y no vayas a romper nada” aconsejaba la madre al pequeño sin saber que las cosas serían diferentes, es a Tomasito a quien le romperían algo, su culito.
El nene durmió con una sonrisa pensando en el día de mañana y su tío, toda la mañana en el Kinder se la pasó jugando con sus amiguitos, no se acordaba que hoy era el día especial, era un niño normal con una memoria selectiva que solo pensaba en el momento presente.
A las 12pm en punto Julián esperaba a su sobrino en el Kinder, su hermana estaba ahí también, le daba consejos e instrucciones, al salir el menor vio a su tío y recordó que día era, corrió a su salo gritando “tío Juli”, el hombre cargó en brazos al menor y lo besó en su mejilla, la hermana feliz de ver a su hermano menor e hijo quererse tanto se despidió de ambos y se fue por su cuenta.
Julián sentaba en el asiento de seguridad a Tomás, con los vidrios polarizados y asegurándose que nadie los ve, le dio un beso en la boca al menor metiendo su lengua, el chiquillo no supo que hacer, solo se quedó quieto sorprendido incapaz de reaccionar “así besa mi papi a mi mami” pensó Tomás que sonreía emocionado porque estaría a solas con su tío y porque lo había besado como mujer.
El camino fue de plática sobre el día del pequeño, las actividades que hizo, qué jugó, su desayuno, finalmente “¿Estás emocionado?” a lo que el mejor contestó con un largo “síiiii”. Julián ya lo tenía todo planeado, quería entrenar a su sobrino para que fuera su puta personal, eso también lo había planeado.
Llegando a su departamento, dos varones entraron, pero uno de ellos cambiaría su propia percepción para siempre.
De rodillas, Julián besaba con amor a Tomasito, la lengua hasta el fondo, casi tocando su garganta, el pequeño se mantenía rígido, incapaz de moverse, sin saber que hacer “escucha, aquí, en mi casa, no tienes que ser quién no quieres ser, aquí, si quieres, puedes ser una niña, ¿Quieres ser una niña mi amor?”
Julián había comenzado su plan, buscaba el consentimiento del menor, lo había besado profundamente en su boquita con la intensión de confundirlo, pero el niño no estaba confundido, el niño lo había disfrutado, el pequeño Tomás quería ser niña, deseaba sentir el dedo de su tío en su culito, desde aquel día, cada vez que hacía del baño, podía sentir las mismas cosquillas que sintió con el dedo de su tío, se moría de ganas de que eso pasara.
“Si quiero tío” el menor solo sabía que quería sentir algo, él, en realidad ignoraba lo que esto implicaba o significaba para su vida, el perverso de su tío si, pero era eso, un pervertido al que no importaba que el menor fuera su sangre.
El niño no entendía por qué su tío lo desvestía, sus 4 añitos no le daban para entender lo que pasaba y sentía miedo, el estar totalmente desnudo le incomodaba.
Su incomodidad y miedo no duraron mucho, las manos de su tío sobaban su cuerpo, pero principalmente nalguitas de nene que se dejaba hacer por lo bonito que sentía, Julián se deleitaba con el cuerpecito del nene, pensaba en lo mucho que disfrutaría meter su pene en el culito que tenía en sus manos, pasaba su dedo por el pequeño anito, con movimientos circulares y una suave presión que tenía como efecto a un nene mas relajado y con una carita de placer de ensueño con la boquita abierta de lo rico que sentía. El adulto de inmediato beso de nuevo al nene que recibió la lengua de su tío.
El pequeño Tomás gemía por las ricas sensaciones que su tío le causaba, se dejaba hacer olvidando todos sus miedos, Julián noto esto y sabía que el nene estaba listo, detuvo el manoseo y tomo a encueradito sobrino de la mano llevándolo al cuarto.
La puerta con seguro, algo de música, ventanas cerradas, cortinas corridas y aseguradas, aire acondicionado prendido a 25 para que no le de frío al nene que paradito en la cama esperaba a su tío que tenía algo para él.
-Mira mi niño, te tengo una ropita para que puedas ser una hermosa nena, te traje estos calzoncitos, esta faldita y esta playerita, con esto te vas a ver bonita como niña – el hombre ayudaba al nene a vestirse de puta, la tanguita le quedo perfecta, al ser elástica y con vía libre al rosado anito del nene, la faldita ajustada a la cintura apenas cubría las nalguitas a la mitad, al quedar flojos los pliegues, era fácil moverla a un lado, el top por su parte era de manga larga, blanco, cubría las manos del nene, pero no pasaba lo mismo en el pecho, donde apenas si tapaba medio pectoral infantil, dejando despejados los pezones, la mejor parte del vestuario era la parte de enfrente de la tanguita que envolvía los genitales del menor.
Tomás estaba soñado, ahora parecía niña, no podía ver sus genitales y eso lo hacía más feliz, imaginaba que tenía bollito como su mami.
Julián devoraba con la mirada al infante, con esa ropa parecía nena, no es que a Julián no le gusten los nenes, pero le excita mas sodomizar a un nene vestido de mujer, un pequeño travesti.
Al inicio de la historia se hablo de las facciones de Tomás, que son mas bien femeninas, con un culito de nene paradito, presagiaba un hermoso par de nalgas a futuro, las herencia de su madre.
En una silla cualquiera un hombre de 25 años paseaba su dedo por el culito de un nene de 4 años sentado en sus piernas. El nene le daba la espalda al hombre que lo sostenía por su pechito pellizcando con mucho cariño sus pezones diminutos causándole cosquillas. El hombre corría el hilo de la tanga a un lado con su pulgar y con su dedo medio masajeaba el culito del nene que suspiraba, los besos no faltaban, cuello, oreja, mejillas, mentón, ojos, labios. Para el nene era el paraíso, una sobredosis de placer, incluso, sentir el pene de su tío en sus nalguitas era delicioso, caliente y daba brinquitos, para el hombre era el inicio de su diversión, su dedo lubricando el exterior del anito, su mano tocando su pechito y degustando la piel del nene que se comería en un rato. Su pene de fuerza era presionado por las nalguitas, punzaba ansioso de entrar en las entrañas de ese culito que palpitaba en su dedo.
Tomás no entendía por qué no se le metían el dedo como la vez pasada, así que con toda naturalidad el pequeño preguntó “¿Tío, por qué no me metes el dedo? Siento rico también con eso.
Julián emocionado pasó a la segunda etapa.
-Mi niño, si vas a vestirte como niña, actuar como niña y sentir rico como niña, entonces tienes que tener nombre de niña, así que, a partir de ahora, cuando estemos los dos solos, te vas a llamar Tina, vas a ser mi putita personal, mi travesti chiquito favorito, pero me tienes que prometer que vas a aguantar todo, y nunca, pero nunca, se lo vas a decir a tus papás, ¿porque si no?
-Voy a tener muchos problemas – dijo el menor serio recordando lo que le dijo su tío.
-¡Muy bien mi amor! Entonces, cuando estemos los dos solos eres Tina.
Tina, qué bonito nombre, me gusta, esos eran los pensamientos de la ahora nena – Sí tío, ahora soy Tina –
Maravillado por la respuesta, Julián movía en círculos su dedo haciendo un poco de presión, poco a poco el anito fue cediendo con los gemidos y pujidos del pequeño anito que cedía a la presión e insistencia del dedo invasor.
El primer nudillo del dedo adentro y Tina se estremecía de placer, la pequeña travesti se dejaba besar por su tío que aguardaba a que la nena se calmara para iniciar la 2da etapa.
Gemidos largos de placer hacían eco en la boca de Julián que bebía de su boquita toda la saliva que podía a la par de su lengua que exploraba el interior, poco a poco el menor se acostumbró al dedo metido en su ano.
La respiración de la nena travesti de 4 años se calmó, pero eso no sería por mucho, su tío, un maestro rompedor de culitos, inicio un movimiento circular con su dedo incrustado mientras con un movimiento casi imperceptible subía y bajaba su dedo.
El culito besaba al dedo y se negaba a dejarlo salir, seguía el movimiento del dedo, ajustado a su contorno, el pequeño profería soniditos de queja y placer, Julián exhalaba en la boca de la nena que sentía el aliento de su tío.
Julián lo estaba consiguiendo, el culito cedía, se aflojaba y permitiendo ingreso-salida del dedo que ahora metía un poco más. El movimiento del dedo aceleraba, poco menos de la mitad se aventuraba en el culito del nene, restos de popo manchaban el lubricante anal que usaba su tío, el aroma era un afrodisiaco para el perverso adulto que pensaba “le estoy sacando la caquita”.
Los besos seguían y la nena ya contestaba torpemente, el satisfecho hombre sabía que era momento de cambiar – Tina mi amor, es hora de darte algo mas rico, pero tienes que aguantar hermosa –
-Sí tío, voy a aguantar – dijo el travesti de 4 años sin saber que seguía.
En la cama del hombre, acostado sobre unas almohadas, un nene de 4 años yacía acostado boca arriba con su culito parado, sus nalguitas separadas y una jeringa metida en su culito disparando frío lubricante en su interior.
-Está frío tío- Se quejaba la nena con su minifalda levantada y el hilo de su tanguita hecho a un lado.
-Aguanta mi amor, lo necesitas, es para que me puedas hacer sentir rico a mí también.
10 mililitros de lubricante anal recorrían el canal rectal del nene, lubricando todo a su paso, Julián de rodillas frente a su tío le daba a probar verga por segunda vez al nene, que obediente, se metía la cabeza en su boquita y degustaba como si fuera un caramelo.
El cerradito culito de la nena mantenía el lubricante en su interior, la pequeña quería sacarlo, pero esa espeso, se había esparcido y la gravedad hacía el resto. Pujaba y pujaba, pero burbujitas formadas por sus peditos era lo único que salía.
-Deja de intentar sacarlo, lo necesitas – decía el tío disfrutando de la infantil e inexperta mamada de verga que le daba su sobrino vestido de mujer, con sus manos sobaba las nalguitas expuestas por la falta que se subía, con su dedo jugaba con las gotitas que salían de su culito, estaba tentando a meter sus dedos de nuevo, pero lo siguiente sería su verga, con su otra mano guiaba la cabeza del nene en la mamada, poco mas del glande había profanado la boquita de su sobrino que soñaba con ser sobrinita, poco a poco se acostumbró a tener el lubricante dentro y dejó de luchar, el tío lo noto cambiando su mano a los huevitos y pitito que, oculto bajo la tela, dormía.
El hombre masajeaba el perineo y los huevitos del nene esperando una erección, pero nada pasaba, solo gemidos de su travesti chiquito anunciaban el placer que sentía.
Eran las 2 de la tarde y el nene ya había probado a conciencia la verga que le rompería su culito, su sabor, textura, forma, grosos, largo, ¡Todo!
– Muy bien Tina, ahora me vas a hacer el hombre más feliz y tú vas a ser una niña completamente, pero tienes que aguantar, puedes llorar, pero no te puede mover, tal vez te duela un poquito, pero si no hacemos esto, no serás una niña completa – Julián ya quería meterle la verga al nene, ya había aguantado mucho y consideró que ya se había cerrado el culto de nuevo, listo para recibir una verga sin nada de dilatación previa, desvirgándolo desde 0, cómo debe ser, así le gusta a Julián.
Un nene travesti de 4 años nervioso e inmóvil sostenía sus nalguitas abiertas exponiendo su rosado culito a un hombre de 25 años que se masturbaba lubricando su verga erecta y babeante lista para desvirgar el rozado, diminuto, pero bien lubricado ano.
-¡Aah! – esa fue la reacción del nene ante el primer contacto de ese pene con su culito, el experimentado hombre lo movía en círculos, poco a poco el círculo era menor a la vez que asediaba con pequeños empujes, similar a lo que hacía con su dedo.
Gemidos se escapaban del menor vestido como puta, la verga del tío es enorme en comparación de las nalguitas y el cuerpo en general del nene, el hombre con una mano sobre su espalda para que no se levante y con la otra ayuda al menor separando las nalguitas con sus dedos, preparado, porque sabe que lo que viene le va a doler al menor, pero ese dolor, será su placer.
Para los que siguen la historia tienen una idea de como termina esto, pero no nos adelantemos a los hechos y así como Julián vayamos despacio.
El glande comienza a abrir el anito, apenas la uretra y un poco mas se alojaba dentro, pequeños empujones y el movimiento circular, parecido a lo que hace un roto martillo, pero era la cintura del tío de Tomás el aparato y la broca esa su pene.
Tina, la travesti de 5 años, gruñía con sus ojitos, rojos apretando con fuerza sus dientitos, incapaz de quejarse, quería ser niña y no quería tener problemas, con sus manitas separaba sus nalguitas que ahora tenían medio glande incrustado. La penetración era suave, el lubricante hacía su trabajo, sumado a esto la presión, Julián calculaba bien, se deslizaba poco a poco, como una boa asfixiando a su presa, con cada exhalación, la boa presiona, en este caso, cada que el culito cedía, un fragmento de verga entraba hasta donde se le permitía.
Los ojos del nene que aspira a ser nena lloraban lágrimas como cascada, los gruñidos pasaron a ser un llanto sofocado por la misma criatura de 4 años que se aferraba con fuerza a la almohada, hace mas de 20 minutos que había comenzado todo y tres cuartas partes de la cabeza habían conseguido avanzar.
Para Julián era el cielo, esa presión ridículamente exquisita, ninguna mujer te puede dar eso, solo el culito de un niño, ni las niñas son capaces de apretar así. Con el mismo ritmo su verga se abría paso en el culito de su sobrinito de 4 años vestido de puta, su llanto ahogado lo excitaba más, el nene la está aguantando, es todo un hombrecito.
Julián disfrutaba con el sufrimiento del nene que ignoraba cuánta verga tenía metida, su inocencia lo hacía creer que ya faltaba poco, con lágrimas levantó la vista y de reojo pudo ver que casi toda la verga estaba afuera, el nena ya no pudo mas y comenzó a llorar, pero la música impedía que su llanto se escuchara fuera de la habitación.
-¡Aaaaaaaaaaaah qué delicia! ¡Qué rico culito tienes mi amor! ¡Ya se pudo comer la cabeza mi niña! ¡Falta poco para que seas una mujercita! – Julián animaba a su pequeña putito travesti, desistió en su asedio y aguanto con la cabeza de su verga enterrada en el tierno culito de 4 años.
Con sus brazos se inclino y sostuvo su cuerpo sobre el nene que lloraba, el asedio cambio de lugar y ahora se comía a besos a Tina que se calmó un poco y disfrutaba de los besitos que le daba su tío.
En un punto su tío besó la boca del menor y este correspondió con su lengüita, el hombre aprovecho para chuparla, esto le gusto a la pequeña Tina y poco a poco se fue relajando, su culito se amoldaba al glande que tenía dentro, de nuevo, la gravedad hizo lo suyo y poco a poco, a medida que se cansaba el hombre, la verga ganaba terreno en el relajado y lubricado recto.
La nena lloraba mientras su tío la besa y le dice que aguante, que es parte de ser niña, lo rico que sentía, cuando le gustaba culito mas que el de su novia, Julián bufaba y resoplaba ante el esfuerzo de no dejarse caer.
Entre llanto y con gritos el pequeño gritaba que sí, que aguantaría, que ella era niña, temblaba del dolor, su culito trataba de expulsar al invasor pero solo le daba mas placer a la verga que lo penetra, el adulto que lo violaba bufaba de placer con las contracciones del recto animando a su mujercita a aguantar.
Julián cambió su punto de apoyo y ahora se sostenía con sus piernas haciendo un movimiento circular con presión suave, el nene seguía llorando ahogando sus gritos en la cama, lo mismo que pasaba con el dedo ahora era con el pene, el culito se «jalaba» cuando sacaba y «sumía» cuando entraba a causa de lo ajustado de su interior.
Poco a poco en un lapso de 20 minutos el nene dejo de llorar mientras el culito se dilataba. Ahora entraban y salían unos centímetros sin mucho problema, unas ligeras muecas de dolor del travesti putita de 4 años le decían a su violador que poco a poco el dolor era más tolerable.
Bufando y con sonidos guturales de placer y victoria el hombre de 25 años le decía al travesti de 4 que aguantará más – Estás deliciosa mi amor, mi Tina, mi putita personal… Esto es parte de ser niña… Las niñas comen verga por sus huequitos… Si no te la meto no serás niña… Recuerda a tu mami, hazle caso en todo al tío… No quieres problemas ¿Verdad?… ¿O mejor le digo a tus papis?- decía disfrutando del culito de su sobrino de 4 años que se comía más de media verga «unos 5 centímetros más» pensaba el extasiado Julián.
Tina sufria de nuevo, su tío arremetía de nuevo contra su culito sujetándolo de su cintura con una mano y de su cabecita con la otra «ya falta poco, ya falta poco» escuchaba a su tío, pero no veía fin a esta tortura.
250 de la tarde.
Casi una hora que inicio el asalto anal, con lubricante, paciencia y maestría, Julián a estado violando el culito de su sobrino de 4 años. Por los últimos 30 minutos no ha conseguido avance, sus huevos y pene le duelen, necesita eyacular, pero el sabe que la primera vez siempre es así, sobre todo en nenes tan pequeños, de sus 17 centímetros de verga, 12 desaparecieron en el diminuto culito del infante que hace muecas con el meter y sacar de su tío, sobre todo cuando llega a lo que la nena piensa es el final.
«¿Que debería hacer?» Pensó Julián, «me lo cojo así con 12 centímetros, o debería darle un empujón fuerte y terminar con esto arriesgándome a no poder cogerlo más hoy»
En lo que llegaba a una solución, bombeaba el culito repitiendo la fórmula para ensancharle.
Tina por su parte aguantaba el dolor y dejaba a su tío hacer, gotas de sudor de su violador caían en su pequeño cuerpo, el culito le ardía, tenía calor causado por el cuerpo de su tío, pero no sé quejaba más, se dejaba hacer y pensaba en cuando le metía el dedo y sentía rico, quería volver a eso pero sabía que no podía protestar o tendría problemas, su tío le diría a sus padres.
Julián tomo su desición, con cuidado retiro una almohada y el culito quedó más bajo saliendo la verga más de 8 centímetros, estiró sus piernas, acomodó sus brazos con sus codos en la cama y sus manos en la nuca del nene, se había acostado sobre el infante que sentía el peso y calor del cuerpo de su tío, el pene hacia presión en su culito y se deslizaba hacia adentro, de nuevo, hasta el tope que le causaba dolor, Julián le respiraba en la nuca, Tina mordia la almohada, la diferencia de tamaño entre los dos forzaba al hombre a arquear su espalda, pero eso le permitió seguir con la faena, con amor se cogía a su pequeño travesti de 4 años que es su sobrino, el nene notaba que su tío no llegaba más lejos, de hecho, ya no llegaba a dónde le cuasaba dolor y se relajó.
Dejando a su tío hacer respiraba agitadamente al ritmo de las arremetidas de su tío, poco a poco el nene relajado disfrutaba de su violación.
-¡Eres mi putita favorita!… Te prometo que hoy en la noche te voy a terminar de hacer mujer… Aguanta mi amor… Siente mi verga en tu culito de putita… Eres la mejor… Tienes el mejor culito del mundo… Te lo voy a llenar de lechita mi niña- una y otra vez el hombre adulaba al nene que disfrutaba de la penetración con gemidos, pujidos y uno que otro gruñido.
Ambos sudaban a chorros, el pequeño calmaba su sed congotas de su sudor de su tío, con la vista nublada y dificultad para respirar intento decirle a su tío que lo aplastaba, pero no lograba decir nada, el nene perdía el conocimiento y sin que el adulto se diera cuenta, se desmayó.
El ano de su putito travesti de 4 años se relajó al perder el conocimiento, entrar y salir era delicioso, pero también muy fácil, sin detenerse reviso a su presa, el niño estaba desmayadó, lejos de asustarse comprobó si respiraba, con los ojos en blanco pero respirando, el nene desvanecido aceptaba sin problemas el pene de su tío.
«¿Será que puedo?» El experimentado Julián sabía que un nene desmayado es un culito dócil, tomando a su nene lo jalo hacía el venciendo la resistencia empalando con toda su verga al nene que seguía inconsciente.
«¡De puta madre! Este culito es mío» cantó de jubilo el violador que sin mayor reparo hizo lo suyo. Con todas libertad metía y sacaba su verga del relajado y dilatado ano, el nene no tenía expresiones en su rostro, no sufría, pero no importaba, culito dormido, culito perdido pensaba Julián que al fin lograba disfrutar como le gusta, sacaba toda su verga hasta el glande y metía toda la hasta las bolas, le encanta que sus huevos se estrellen conos huevitos del putito que se coje, estimula su eyaculación, por tal motivo había sacado los huevitos de su sobrino que colgaban y recibían el impacto de sus huevones, gordos, peludos y llenos de leche de macho.
El nene recuperaba la conciencia por las sacudidas y la facilidad para volver a respirar, estaba confundido y desorientado, algo le causaba un malestar y cosquillas al mismo tiempo.
Con los ojitos abiertos identificó el cuarto de su tío, giro hacia su espaldita y se encontró con su tío que metía y sacaba toda su verga del culito con una velocidad moderada pero constante.
El nene asustado comprendió que tenía toda la cosa de su tío metida, quiso llorar de nuevo pero el tío lo impidió con un beso, pudo sentir claramente como la verga de su tío llegaba hasta el fondo y sus huevones chocaban y aplastaban sus huevitos, ya no le dolía tanto, era más la sorpresa y el susto que el dolor.
Escuchaba el sonido de sus nalguitas y huevos chocar con el cuerpo de su tío, los gemidos de placer, los gritos, su tío disfrutaba de meterle la verga en el culito «¡Ya soy niña!» Pensó la inocente travesti de 4 años y se llenó de orgullo.
315 en el reloj, un hombre descarga una cantidad gigantesca de espera en el culito recién desvirgado de su sobrino de 4 años que confundido y aturdido no alcanzó a disfrutar del todo del asalto que quedó más como el recuerdo de una violación.
-¡AAAAH! ¡AAAAAAH!¡AAAAAAH! – Grito a grito el hombre vacía a sus pesados huevos presa del violento orgasmo que contuvo por tanto tiempo «Así es siempre la primera vez» pensaba el extasiado macho que sonreía aliviado de la presión con su verga aún clavada en el culito retacado de leche de macho del pequeño travesti de 4 años.
-Ya terminamos mi amor, ya eres una niña completa- eso le susurro Julián a Tina en su orejita que asustada por los gritos de su tío se quedó inmóvil.
La verga de 17 centímetros perdía volumen, poco a poco se achicaba, al alcanzar su tamaño normal el culito la expulsó en acto reflejo, restos del lubricante, heces, un poco de sangre y grandes cantidades de semen salieron junto con la verga.
Julián se paró detrás de su sobrino, el culito totalmente dilatado rebosando semen color marrón, revisó con cuidado y parecía que el culito estaba bien, un poco adolorido pero nada más.
Cargo a su sobrino al baño y le pidió que hiciera poco, parecía diarrea, una descarga insólita de semen salió del culito, pedos y al final excremento, antes de bajar la cadena si fijo en el inodoro, nada de sangre «aguanta otro palo en la noche» pensó Julián que se incorpora a con su sobrino en la regadera para bañarlo a consciencia.
Continuara…
Califica, comenta!
Julián va a darle estrogeno a Tina para hacerla trans?
Vamos a ver qué va pasando.