El plan
Por amor, uno hace todo por amor.
Verano
10:00
Yo: Buenos días, por favor necesito hacer una cita con el doctor, si se pudiera por la premura del caso, el día de hoy, necesito que haga un chequeo completo a un conocido, pero es demasiado tímido y esperaríamos ser los últimos de su lista en la atención
Recepcionista: perfecto, yo te agendo, pueden venir a las 18:30, ya solo esperaríamos para poder atenderlos; por cierto, ¿solo se atenderá su amigo, o tú también?
Yo: solo mi amigo, me pidió acompañarlo, es muy tímido
Recepcionista: perfecto, ¿qué edad tiene?
Yo: prefería que los datos personales se lo pregunten a él, pero nos gustaría ser privados, como le comenté, es muy tímido
Recepcionista: listo, entonces los esperamos hoy en la noche, buen día
Después de despedirme, me entro la duda si estaba correcto lo que hice, si nos meteríamos en problemas, si es que nuestro plan no resultaba como queríamos, ¿se debería hacer algo más?
Conocí ese centro de salud una fecha por una aplicación de citas (grindr), sé que no me pareció muy confiable al inicio, pero ir a un centro de salud y escudriñar mi pasado, me sentí vulnerable, y fue mi solución rápida, y por qué no decirlo acertada.
El doctor y recepcionistas ambos extranjeros, venezolanos; supongo llegaron con la oleada de inmigrantes en tiempos de pandemia, otra cosa que me pareció curioso que varias veces encontré usando la app al recepcionista y en su opción era de activo, porque no decirlo, me pareció simpático por el porte que se maneja, y me producía morbo cada que lo veía. Por otro el doctor, igual de porte ancho, en alguna ocasión que me atendió, sentí mas que una revisión, un juego de caricias y alguna oportunidad de un insipiente beso negro; en definitiva, fueron las causas de mi decisión de poner nuestro plan en marcha.
Llegamos a tiempo a la cita, yo nervioso y mi acompañante, pues como decirlo, muy suelto y despreocupado por el pasado o futuro, simplemente viviendo el presente, dónde se le fue lo tímido? , es lo que me gustaba de él, lo que me llama la atención, lo que me hizo atraer, lo que me volvió loco por él, ¿estoy enamorado?, no lo sé, lo que si es que me produce morbo su inocencia, y su despreocupación de las cosas, me toca ser el maduro de esta relación, debo serlo por ambos, y estar pendiente de cualquier indicio de peligro, estar avispado a distintas situaciones, a que no nos descubran y nos separen, me envíen lejos y tal vez, nunca volver a verlo, que haría sin él.
Como es posible que con solo ver esos labios me produzca querer comerlo a besos, el ver esos ojos brillantes produzcan ternura, el ver esa piel y cada forma corporal me produce lascivia, y por último ese comportamiento de ser nada temeroso y nada preocupado, me produce morbo; es lo que me llevo a concretar mi plan, su plan, el nuestro.
El morbo, es lo que me lleva despertar, a buscarlo, es mi droga, es mi grado de nicotina, él me produce morbo, cuando caminamos agarrados de la mano por la calle veo que sus ojos se van directo a los bultos que producen los pantalones de los hombres que nos cruzamos, algunos con respuesta de buscar con su mirada el eje de esa búsqueda en sus ojos, lo que él tiene es a lo que yo llamo, la mirada braguetera, fue como todo empezó.
Yo acostumbro a estar casi siempre en shorts, joggers o busos, muy pocos pantalones de vestir, por lo que siempre el bulto que produce mi verga bajo las prendas es notoria; no es que sea pingón, humildemente soy comercial, jajaja no pasa desapercibido, recto, colorado, en forma de lápiz , con un grosor aceptable y un poco mas en la parte central, venas incipientes, me gustaría decir que soy peludo, pero no, los pocos pelos que tengo son en las piernas y muslos, de ahí pues escaso de vellos, soy de tez blanca, me dedico a un oficio que me permite estar en constante movimiento por lo que me permite estar flaco, en buen estado físico, ya con mis 40 primaveras puedo decir que tenia mi vida realizada, que solo me quedaba encontrar una pareja y establecerme, pero pues, un día lo conocí, desde que lo vi, despertó en mi un instinto olvidado, pero no; sólo estuvo durmiendo, esperando a mi otra presa; si, hubieron más, pero son partes de otros recuerdos.
Lo primero que hizo al verme fue saludar con los ojos directo en mi ingle, no se si sólo fui quien lo supo, o es que con todo mi historial simplemente lo deduje, estuve nervioso porque no estábamos solos, sentí mi sangre querer dirigirse al punto de su eje, a mi pinga, para evitarlo, sólo lo abrecé y decirle, mucho gusto hijito, que bello y grandote estas, viendo a mi hermano con una sonrisa en su rostro por la presentación y por que su hijo, sí, mi sobrino, congenio conmigo desde el primer momento de la presentación, soy el ultimo de todos mis hermanos, el cconcho como le decimos por mi zona. Y ahí el tema de confianza que me tienen, con la excusa que yo tenia mas tiempo libre, me ofrecí a llevarlo a sus clases de futbol, quería conocerlo, saber si era capaz de obtener mas que un cariño del tío, y si por supuesto esa mirada braguetera estuviera ahí, en los entrenamientos, él estaba feliz, porque veía esos bultos que alegraban su vista, que aunque imperceptible a la vista de otros, pues yo más que pendiente, es un buen jugador, se desempeña muy bien, aclamado por sus amigos y entrenador; celos, no, eso me produce morbo y con ello la sangre que se dirige a mi pinga.
Es cierto que dicen que uno puede encontrar a los de su especie, o al menos intuirlo, y es lo que hice, mucha veces observe miradas más allá de un alago a las formas de mi “hijo” a su culito paradito que jalaba más de una mirada, costumbres similares al mundo swinger, y es que si, también soy bisexual (no me muero de hambre jajaja), me gusta el sexo, me gusta el morbo, lo disfruto, y es lo que me hace levantar y esperar que el día fuera productivo ….para mi morbo!!!., como empezamos a jugar y cambiar de un soft swing a un full swap.
18:35
Esperamos cinco minutos para llamar, quería confirmar si en el consultorio estuvieran el recepcionista y el doctor; teníamos un libreto hecho, las claves para levantar el telón y cambiar de escena; lo hicimos antes, pero esta ocasión, los actores eran nuevos a mi investigación, no sabría cual fuese el resultado; sin embargo, el arriesgarse es un paso más a nuestro plan y ….mi morbo. Cuando me detendría, no lo sé, pero algo aprendí de mi “hijo”, el presente se disfruta, es lo que quiero, lo que me hace despertar, lo que me hace trasnochar y rememorar lo que hice y disfrute durante el día, el solo hecho de oler y sentir mi pinga en mi cama cada noche, si es que duermo solo, me lleva a sobarla acariciarme y recordar cada detalle y momento feliz.
Me confirma la llamada y pronto estamos en la puerta del consultorio, voy con los nervios y la pinga parada, estoy en short y se lo hago notar a mi “hijo”, él está feliz, quiere empezar con todo, está impaciente.
La puerta se abre y los ojos sorprendidos del recepcionista son únicos, cruzamos miradas y solo me queda decir, ya comprendes mi preocupación, él sigue consternado, lo siento nervioso, lo siento en su voz
Recepcionista (Carlos): hola nene, ¿Cuántos años tienes?
Hijo: tengo 4 años señor, pero mi cumpleaños es en agosto, falta mucho, pero ya soy grande.
Carlos sigue consternado y continua las preguntas divagando entre mi hijo y a mí, a todo esto detallo que Carlos está vestido en un pantalón jeans delgado y un poco ceñido al cuerpo, por lo que sí, mi hijo esta con su mirada braguetera, aún no se sienta en su escritorio, un hombre de 180 y tantos robusto de 90 y tantos kilos, es más alto que yo, soy de 173 con 72 kg; Carlos de tez trigueña oscura, con barba en candado y cabello oscuro corto, labios y muslos gruesos y manos grandes. Mi hijo no quita la vista de su bragueta que rojo de nervios decide sentarse, mostrando esas piernas anchas y antes su timidez, iniciamos el plan.
Carlos: ¿quieres que realicemos una consulta con él? ¿no es muy pequeño… para….? (su mirada sigue divagando, va de mi a mi “hijo” y viceversa.
Yo: si, y es que mi hijo me confesó que tuvo “juego” (es lo que le enseñe a decirle a los manoseos, besos, lamidas, intercambio de fluidos y otros juegos pedagogos) con un amiguito y temo y estoy preocupado por él.
Carlos: comprendo, entonces desea que se le haga un chequeo detallado, pero el doctor no es pediatra
Yo: lo sé, pero hay temas que no podría conversar con un pediatra, y si el chequeo es necesario (suena mi alarma a tono de llamada) disculpe debo contestar esta llamada (me pongo el hands free mientras veo la pantalla de mi celular)
Hijo: tengo ganas de orinar (viéndome, yo levantando la mano y siguiendo el plan de la tan urgente llamada)
Yo: ¡por favor podría indicarle donde están los servicios!
Al pararse el Carlos está acalorado, se suelta el polo, pero, el ojo braguetero también se me da y veo que esta algo animado, se le marca el paquete más de los normal, suelto una sonrisa y veo su rostro acalorado y sonrojado, nos encontramos a los ojos
Yo: cuídelo por favor (él esta acalorado, percibo una mirada de lascivia, pero mi “hijo” más travieso que nunca le ve el paquete, se tapa la sonrisa con las manos, me mira y como si tratara de tomar su mano, roza su paquetón lo que lo termina de ponerlo rojo, me mira nervioso , mi hijo rompe el momento cuando lo toma de las manos, seguido de unas traviesas “disculpe señor”, y pide lo lleve al baño. Los veo de reojo Carlos voltea a cada rato hasta desaparecer en ruta y mi “hijo viendo hacia su verga que está despertando”, los sigo sigilosamente, sin que me vean
Carlos: ahí está nena
Hijo: ¡¡¡¡nooooooo…!!!!, ¡¡¡me da miedo que haya cucarachas, por favor no me deje solo…!!!
Carlos: ahí no hay insectos, si quieres te acompaño. (mi hijo asiente con la cabeza y la mirada braguetera que continua, Carlos asiente tocándose el bulto que no pasa desapercibido por mi hijo)
Hijo: (Mi hijo le da la espalada y se baja el short y trusa a la altura de las rodillas mostrando su lindo y lampiño duraznito, se queda un tiempo mientras lo menea y gira mostrando su penecito erecto , chiquito, blanquito, paradito, cabeza coloradita; mi hijo de poco más de 1 metro y 25 kg, delgadito, blanquito, si mi hijo es blanquito, labios rosaditos, cabello lacio castaño claro en forma de honguito, ojos color caramelo traviesos y mejillas coloradas, creo que pude describirlo bien) me ayudas a ponerme para que no me caiga por favor.
Carlos lo levanta de su diminuta cintura con sus tremendas manazas en comparación a su diminuto cuerpecito y viéndolo a los ojos y una sonrisa de excitación lo puso sobre el inodoro y se paró en frente sobando su marcado paquete…. ¡uno de los míos y si, uno menos, falta uno, por cierto, aun no hace su aparición, hasta el momento no me puse a pensar donde está el doctor) su verga esta parada haca un lado. Él lo ve a su carita y se toca la verga, mi hijo no quita la mirada de su pinga, la que se mueve bajo la tela suave, tiene vida propia, se ve grande se ve inquieta, mientras yo estoy lubricando siento la excitación en la punta de la pinga, siento que si me toco eyaculo, pero sigo ahí, mi boca esta seca, estoy feliz, estoy demasiado excitado. Carlos recibe una alarma en el celular, y apresurado lo levanta y le dice que lo limpiaría, mi hijo sigue viendo al frente, lo ve sonriendo, lo levanta y le masajea el culito con esa manaza negra, buen contraste con el color de su culito, lo acerca para limpiarle el culito con algo de toallitas húmedas que están en los servicios y pega su carita a la altura de su ingle donde se le marca la pinga sobre la delgada tela del pantalón, mi hijo más que alegre al sentir esa verga para limpiarle el culito, sube su ropita y salen, yo estoy con la pinga parada, se nota me voy a sentar pero con una clara vista de la ruta de los servicios, sigo viendo el celular mientras los veo de reojo, mi hijo adelante sonriendo y Carlos con las manos cruzadas sobre su verga, no puede cubrir su paquete, me ve y sonríe, somos correspondidos.
Normalmente el procedimiento de las consultas se identifica, se llenar un historial con lo que se deriva al consultorio atendido por el doctor, se realiza la consulta del caso, genera el reporte, el recepcionista sigue en su escritorio cierra reporte con los gastos necesarios y se despide. Entonces, desde que entramos no siguieron ningún protocolo, solo veo que responde su mensaje y nos pide lo acompañemos al consultorio, lo seguimos tomo la mano de mi hijo y lo llevo a mi verga, estoy más que animado todo a espaldas de Carlos, se detiene en la puerta y gira a nosotros, me ve y sonríe, se soba la verga y toca la puerta, ingresa primero, yo de la mano con mi hijo y el recepcionista con la pinga erecta claramente visible en sus pantalones. El doctor, Luis, está en su escritorio, cuando entro percibo su cara de recriminación por la situación, al ver a Carlos y a mí, ambos con la carpa sobre nuestros pantalones, Luis en son de amargado se para y es cuando jalo a mi hijo a nuestro lado y si, lo ve, se detiene en reprimendas, ¿Qué paso?
Carlos: la consulta es por este nene, por eso él(yo) pidió que se haga todo con privacidad, me dijo que ya había jugado antes (viéndome a la cara y regresando al Luis) está preocupado por si le paso algo.
Luis está más que consternado, también de descendencia morena, lo digo por sus facciones, aunque más claro que Carlos, no tanto como yo, cabello crespo, 178cm y 80 y tantos kg, se ve que va regularmente al gym, lo que note rápido que se puso rojo al toque, le mire tenso pero rojo, orejas rojas, muy rojas , igual que su colega a nuestro lado, que no se fue en ningún lado, solo se movió a un lado dentro del consultorio, Luis estaba en bata con un pantalón similar a su recepcionista color negro. Anteriormente dije que el doctor es un poco morboso por los manoseos y el beso negro en algunos momentos me hizo, sabía que no había pierde ahí, sabia que con él la batalla estaba ganada, y lo deduje porque sin hablar se pudo delante de su escritorio y se agacho delante de mi hijo, el Carlos se puso al lado, en perpendicular a ellos, mi hijo lo vio y seguía viéndole la verga que era demasiado notoria, solo que para esto, él ya no lo cubría , más lo exhibía, ¿por qué? Porque yo estaba igual, con la pinga parada que se notaba en mi short, aprisionada por mi bóxer, y tampoco hacia nada por ocultarlo. Lo curiosos que en ningún momento me preocupo mis temores, la policía, la denuncia, no; yo fui a ganador, y ahí estaba, conseguí y descubrí a dos colegas pedagogos más, nos descubrimos.
Luis: hola nene, ¿Qué edad tienes?, ¿por quieres pasar por consulta?
Hijo: tengo 4 años señor (llevando sus ojos al momento que Carlos agarrándose la pinga sobre el pantalón, delineando el tamaño y grosor; movimiento que no fue desapercibido por ninguno de los presentes)
Yo: él ya juega algunas veces, y estoy preocupado mi bebe, quiero que se encuentre bien.
El doctor me mira, se para acariciando la cara de mi hijo y sonríe, se quita la bata y la tira a su silla, se voltea y si, como lo sospeche, esta excitado, su verga al lado en crecimiento, yo estoy a mas no poder, mi hijito no puede con la visión, va de la pinga de Carlos a Luis (ambos sobándosela y marcándola sobre su pantalón, veo superficies húmedas y yo, ni me lo puedo tocar por no querer eyacular y acabar con toda esa magia ), aunque no es tan notoria en un pantalón negro, Luis, realiza el mismo movimiento de Carlos esbozando una sonrisa y mostrando las dimensiones de su verga con ambas manos, mete su mano al pantalón, yo supuse acomodarla, pero saco la punta de su verga que aún no mostraba el glande salía sobre la liga de su trusa el pantalón, él fue más descarado; yo feliz y mi hijo más que animado con lo que veía.
No hizo preguntas, no le importo, tomo la mano de mi hijo y dijo que lo revisaría, empezó quintándole el polito sobre la cabeza mientras lo guiaba a la camilla, le bajo el short sobre los pies (no sé si comente que no puse interiores a mi bebe, en realidad se lo quite antes de ir a la consulta) su penecito paradito a la vista de todos, le ayudó a quitarse las zapatillas y medias, saco su última prenda acariciando su delicado y liso cuerpecito, le indicó se suba a la camilla, los tres nos pusimos alrededor, Luis más cerca claro, pero sin intención de ayudar a mi bebe quien como pudo subió solito, montándonos su anito rosadito, ese anito que tantas veces me hizo disfrutar, al ser chiquito se demoró, pero ninguno quiso ayudarlo, al contrario ya estábamos sobándonos la verga descaradamente, Luis acariciaba la cabeza de su pinga rozando su glande visible y descubierta, Carlos abriendo el botón de su pantalón bajando la bragueta sin mostrar sus interiores apretando las dimensiones de su pinga sobre el pantalón y yo más que feliz por mis nuevos colegas.
Mi nene subió a la camilla y pregunto cómo se pondría, el único que hablaba, su voz nos excitaba mucho más, Luis lo hecho boca arriba sobre la camilla, fue cuando rompí el hielo.
Yo: esta haciendo demasiado calor por aquí, creo que estoy sudando de más; doctor usted me vio así que pido disculpas, además, no quiero que mi bebe entre en desconfianza.
Me empecé a quitar el polo y luego el short, quedé en bóxer, Carlos solo dijo, es verdad y empezó a quitarse la ropa, el polo, (no sabia que era un osos realmente, peludo, en el pecho, brazos y después sabría que en las piernas ) el no llevaba interior, por lo que se le marcaba mucho esa verga , se bajo los pantalones y salió su verga húmeda , una verga oscura y de cabeza roja de muy buenas dimensiones, mucho más de 19 larga y muy gruesa, la única parte de su cuerpo que no tenía mucho vello fue su ingle, estaba recortada, con el culo peludo, un oso realmente, si lo ponía al lado de mi hijo había mucho contraste entre ambos tamaño y color, que rico morbo; yo casi explotando y mi hijo mas emocionado y con carita rosadita, lamiendo sus labios, se quito las zapatillas y el pantalón, quedo en medias, Luis igual se quitó el polo, él si lampiño de torso la cabeza de la verga sobresaliendo , se quitó el pantalón y quedo en trusa y pues a empezar.
Hijo: pero por que ustedes no se sacan eso (sonriendo viendo nuestras vergas)
Nos quitamos los interiores y la verga del doctor era oscura, no tanto como la del recepcionista, pero si oscura al menos más que la mía, una verga curva hacia arriba, muy dura, cabeza descubierta, parecía que palpitaba a cada rato, se movía solo estimo de unos 19 cm, una buena verga , depilado totalmente, sin pelos en el cuerpo, no sé si se depilaba o era así, pero no tenía vello corporal, ni en su culo, ya me describí, yo si tengo los vellos de la verga recortadas, más no depilado, a mi “hijo” le gusta así, por que el es lampiño y le da morbo los pelos, le gusta jalármelos, supongo que por eso se le iba más la vista a Carlos el osos peludo, a mi verga y por ultimo a Luis, yo también tengo ese morbo, los pelos me da mucho morbo.
Luis se acercó y empezó a tocarlo, aun no decían nada, yo me masturbaba, mi verga estaba húmeda, la piel de mi verga la sentía más suave sobre mi dura verga, descubría mi glande y le mostraba a mi bebe sobre la camilla , el recepcionista se masajeaba, esa verga parecía que tuviera lubricante incorporado, super húmeda, las venas estaban más que hinchadas y con cada meneo que daba parecía una telaraña de líquido seminal, esa verga estoy seguro era la más deseada por mi bebe, una buena verga negra y peluda, él no se masajeaba mucho, el meneaba la cadera moviendo esa gigantesca pinga; la verga de Luis en contraste con las nuestras estaba muy dura, tanto que parecía que se rompería de sólo tocarla, se le marcaba mucho el surco del perineo, la cabeza del glande descubierta, circuncidado, muy roja y colorada, un glande grande a la dimensión de su verga pero seca, solo tenia algunas gotas de preseminal en la punta, con un hilo que iba cayendo perpendicular a su ubicación.
Desde un inicio supe que no sería una consulta a mi bebe, eso sería una violación corporal por tres degenerados, por tres pedagogos, tres colegas cometiendo un gran pecado, sería un gang bang que mi bebe algunas semanas antes me pidió, y por supuesto, yo siempre lo desee. El doctor empezó a tocarlo y acarícialo con los labios abiertos, mi nene nos veía alegre, ojitos brillantes, excitados y traviesos; manos inquietas y juguetonas, inquieto a cada toque recibido por el doctor.
Mi bebe tocó el pene del doctor, lo rodeo con una mano, e intento incorporarse tratando de tocarla con ambas manos, jugo con su liquido preseminal y fue cuando la verga se humedeció, rodeo con sus pequeños dedos su glande, jugo con ese hongo, entreabrió sus labios y pasaba su lengua húmeda mientras trataba de abarcar esa pinga.
Yo: creo que podríamos ayudarlo, y ver si mi bebe se encuentre bien, ¿podríamos ayudar al doctor hijito, crees que podríamos? (viendo a los ojos de Carlos, me encontró en la mirada, el seguía meneando la cadera, conocía la tremenda pinga que se manejaba estaba orgulloso de eso y que ningún inocente lo rechazaría)
Hijo: si por favor, por favor vengan (viéndome con voz temblorosa), y luego fijando su mirada en la verga de Carlos, que se acercó a la cabeza de mi bebe quien desesperado quiso agarrar esa verga que lo enamoro desde un inicio, lo deseaba, mi bebe se orillo en la camilla, quería tener el sabor de esa verga en su boca, como dije antes, el contraste fue increíble, esa gigantesca verga negra húmeda y llena de hilos seminales en esos labios rojitos de mi bebe fue increíble, solo podía abarcar su glande húmedo, Carlos más que agradecido lo tomaba de cabeza y acariciaba su pequeña cabecita, esas manos abarcaban más de la cuenta, tocaba sus orejitas, mi bebe estaba rojo de excitado, su verguita lo denotaba y el doctor lo probaba lo lamia y succionaba, chupaba sus pechitos, parecía que quería bañarlo con su lengua y recorrer cada parte de su cuerpo masajeando su verga con el muslo de mi bebe, y yo masajeaba mi pinga en los piececitos de mi bebe, esos piececitos que tantas veces saboree, lamí, yo conocía cada milímetro de ese delicioso cuerpo, cada lunar, cada borde y superficie de su cuerpo delicado, una delicia realmente. Con Luis veíamos el oral de mi bebe, sabíamos que no podíamos intervenir por que mi bebe deseaba tanto esa gigantesca verga que estoy seguro de que deseaba tenerla dentro, si lo pudiera estoy seguro de que sí. Decidí mover la camilla al centro del salón para poder ayudar en el oral de mi bebe y en las caricias que le proporcionábamos, ninguno me ayudo, solo se movieron la movía al centro del consultorio no me ayudaron, estaban muy concentrados en saciar su sed, acariciando a mi bebe lo coloque 4, pero él manteniendo su cabeza conectada a la pinga del recepcionista al ponerlo en esa posición acaricié su culito mientras lo ofrecía a Luis, se acercó a mí, me beso, mientras manoseábamos su culito, tome su cabeza y la dirigí al culito rosadito y paradito de mi bebe, lo devoró con gran entusiasmo , veía como lo penetraba con su lengua, mi bebe empezó a quejarse de excitación, fue cuando al fin se separó de esa verga que tanto le gusto, estuvimos un rato así, alternando entre las chupadas de culito que le dábamos y dilatábamos , entre el doctor y yo, cada que lo hacíamos masajeábamos nuestra verga con sus piececitos, yo sabia cuales son sus zonas erógenas y me puse a incitarlo para poder excitarlo más, que se relaje y pueda dilatarse, antes ya le metí mi pinga a mi bebe, fue un día grandioso, tengo muy buenos recuerdos de eso, siempre un poco más de la mitad, siempre se quejaba que lo sentía muy hondo, y al verlo quejarse de dolor, prefería esperar y que lo disfrutara para que me pida más; sólo una vez pude hacerlo completo, ya habrá oportunidad para contar esa historia. Bese su espalda y empezó a contorsionarse se arqueo y sacando más su culito lo que fue agradecido por el Luis, mientras ya metía un dedo dentro de su anito y mi bebe se movió algo brusco, vi que se estaba besando con el Carlos, la cara de mi bebe llena de babas y líquido seminal en intercambio de fluidos, cogí su verga y la recorrí a lo largo, y vaya que si era una señora verga, el recepcionista me cogió de la cabeza y me junto a su beso, un beso de tres, mi bebe me vio, me beso y me dio las gracias, la mano aun no se movía de mi cabeza y después del gracias la acerco a su verga, se la empecé a chupar, jugué y comprobé lo gruesa que era, estaba muy babosa, la misma verga que mi bebe comió y de la que se enamoró, y como no, su mano me apretaba y quería que me meta mas esa pinga, y lo hice hasta que me dio arcadas por lo hondo que llegó, me dolió la mandíbula por lo ancho, fue cuando escuche un quejido de mi bebe, el doctor estaba metiendo su verga, esa pinga estaba siendo estrangulada por el culito de mi bebe, lo quejidos no se hicieron esperar , mientras yo me atragantaba con la pingaza de Carlos y con esa mano que no dejaba de presionar como pude me incorpore y mi bebe me busco la boca, nos besamos, Carlos aprovecho y se puso a mi espalda, la beso y lamió bajando hasta mi culo, me dio un muy buen beso negro, mientras yo veía como el doctor metía su verga en el culito de mi bebe
Cuando fue a abrir su culito con ambas manos me doble y sentí la cabeza de la pinga del recepcionista intentando penetrarme, de lo excitado que estuve, logró su cometido, entro como un puño dentro de mi culo, no sé si fue el mismo pesar que sintió mi bebe con la verga del doctor o como la primera vez que yo lo penetre, porque él lloró, recuerdo que con solo meterle la cabeza de mi pinga el dejo de hablarme una semana, pero luego regreso por más, siempre hice lo que me pidió, siempre lo hice como quería, siempre lo cuide. Y ahí estábamos, siendo penetrados en el mismo instante, uno al lado del otro, el doctor le metía la verga hasta un límite, menos de la mitad porque ahí mi bebe le metía la mano de tope, decía que su barriguita le dolía, Luis lo respetaba, mientras que conmigo, la penetración era sin límite, lo sentí hasta la garganta, fue demasiado, cada que la sacaba sentía un tremendo vacío, fue rudo conmigo, y yo agradecía eso, mi excitación estaba al límite, mientras el doctor cuidaba de mi bebe, alternábamos entre besos en los labio y su espalda, siempre cuidando a mi bebe; Carlos se pegó a mí, sentí que se venía, falsa alarma, lo hizo para besarme desde la espalda y girarme de frente a él, beso nuevamente a mi bebe y le pidió permiso a Luis reclamando su turno, aproveché para que mi bebe me chupe la pinga un rato, mientras el doctor besaba su espalda, ambos queríamos ver como seria la real pinga en el culito de mi bebe, la ventaja que ya estaba dilatado.
El recepcionista se puso a chupar ese culito, succiono los líquidos que Luis dejó en él, y cuando paró tanto el Luis como yo abrimos su culito, mientras mi bebe seguía chupándome la pinga, Luis reclamo su boquita y cambiamos de lugar, me agradeció con un beso, lo corte porque quería ver la penetración de mi bebe; cuando acerco su glande y la rozo en el culito de mi bebe, no fue necesario mas lubricante, esa verga por si sola babeada parecía un caño mal cerrado, cuando entro la cabeza mi bebe giro acusando al intruso, le indique que sea suave, y me jalo a él, me besó y me dijo descuida que ya me desquité contigo, y si, era verdad. Poco a poco el glande entro y mi bebe se empezó a quejar, bese su espalda, lo relajé, esa verga se veía monstruosa en comparación de solo el culito de mi bebe, y ni que decir de su anito, la diferencia de tamaño es abrupto, hasta desalmado, aun no sacaba su pinga, solo metía y esperaba, y llego un momento que mi bebe dijo no más, su pinga no entró más que poco de uno o dos centímetros del glande, la dimensión esa demasiado, el grosor de esa pinga asemejaba mas del brazo de mi bebe, y él como todo valiente soporto esa super embestida, quedó ahí, empezó a entrara y salir y mi bebe se quejaba, y como no, ni siquiera yo estuve seguro de cómo lo aguante, mi bebe dejo la pinga del doctor y el ni corto ni perezoso me penetro de una, su pinga entro en una, fue un filo caliente, la situación fue muy excitante el ver una pinga negra gigantesca querer ingresar en un culito diminuto, un culito de mi bebe, el doctor entro una y otra vez, la curva de esa pinga llegaba a rozar mi próstata, quería venirme pero no podía ni tocarme, y lo disfruté, mientras veía la cara de dolor de mi bebe; lo besaba y le decía lo valiente que era, mientras sentía la ingle del doctor tocar mi espalda, el choque de sus bolas lampiñas chocar con mi culo, ese culo que fue profanado por Carlos, vine por pedido y fantasía de mi hijo (la idea salió de una película que vimos) y terminé compartiendo las arremetidas de dos machos deseosos de acabar y dejar su semilla en ese culito, e iba ser así, Luis dio signos de querer venirse y pidió preñar a mi bebe, Carlos cedió el lugar y fue ocupado por Luis que metió su pinga esta vez un poco mas de la mitad, gracias a que instantes fue profanado por la pinga que intentaba entrar nuevamente en mí, aún seguía apretado, decía que succionaba su verga que no iba a aguantar mucho, y después de un grito de desahogo, saco su verga y claramente vimos el anito dilatado de mi bebe, veíamos su interior rojo y las paredes de su culito de un rosado intenso, el primer lechazo lo apunto directamente al anito y dio en el blanco, antes del segundo tiro, lo penetro y trato de meterlo más, pero mi bebe se quejó, y le puso un tope, siguió con su mete y saca hasta que se le relajo la pinga mientras que Carlos me penetraba frenéticamente cuando Luis saco su verga, el culito quedo abiertito y con semen cayendo, Carlos me beso y dejo besando a mi bebe, ocupó el lugar de su colega y metió la pinga, esta vez con la ayuda del semen pudo meterla un poco más, no espero tiempo e inicio el mete y saca, mi bebe estuvo muy entregado esta vez y permitió que no haya pausas permitiendo la penetración. Mientras Luis puso a limpiar su verga llena de semen y sus fluidos con el oral de mi bebe, Carlos miraba más que excitado como su verga entraba en ese diminuto anito, esa pinga llena venas resaltadas y la batida de semen de Luis ayudando como lubricante, empezó a quejarse y soltar jadeos , un verdadero macho mientras comía el culito de mi bebe, con sus manazas tomaba su cinturita lo penetraba y así como todo un muñeco lo giro y puso su verga en la boca de mi bebe soltando un abundante fluido de semen, eso fue un caño no solo cubrió su boquita, su cara y parte de su pechito fueron bañados por su néctar, tremendo reguero del chamo.
Mientras mi bebe limpiaba la verga de Carlos lo penetré, estaba un poco flojito y como no, las dimensiones de las pingas en comparación de la mía, aun así, estuve batiendo la leche en su interior, estaba caliente su interior, acuoso y delicioso, ese es mi morbo, chupe el culito de mi bebe, probé el semen de Luis y nuevamente lo penetre, lo jale lamiendo su carita que estaba llena del semen de Carlos, ambos estaban sentados masajeando sus vergas mientras yo penetraba y lamia la cara de mi bebe, ellos se besaban viéndonos, me puse delante de mi bebe y le di de beber mi lechita, esa lechita que tanto le gustaba, esa lechita que desde que la probo, lo marco, no me importa si no fui el primero, su presente era yo, y estaría ahí hasta que él quisiera.
Un relato súper extraño, pero estuvo bien, aunque no lo suficientemente como para acabar
Espero poder satisfacer tu morno en futuros relatos