EL PODER DE LOS DESEOS. (13)
Reto de “las tías”, pero no para mí. La preparación para llevar adelante el desmantelamiento de determinada corrupción me excita a niveles no esperados y alguien tenía que “pagar el pato”, claro que la cosa se estiró..
CARTA BLANCA – CORRUPCIÓN A DESMANTELAR – CALENTURA TOTAL. (13).
Fue un fin de semana de mimos, caricias, “polvos” en distintos lugares de la casa, ratos de recuperación estudiando el tema de las empresas, algo de comida y vuelta a comenzar, Elena parecía insaciable y yo respondía a la mínima insinuación. Cuando regresó a su casa, ya en la tarde-noche del domingo me tomé un momento de relax, preparé el agua con sales y me quedé un rato largo en el jacuzzi, ya tenía los nombres más importantes a los que debía “preguntarles” sobre el modus operandi de la estafa.
Estaba dándole cuerpo a una idea que tenía en mente, necesitaba a un Juez Federal que avalara todos los procedimientos, a un Fiscal emprendedor y a un Jefe de un Organismo de Seguridad que cumpliera las funciones de Policía sin que fuera precisamente gente de la policía provincial. El tema era conseguir las mínimas pruebas, interesar al Juez y al Fiscal, algo que con los “deseos” sería sencillo, detener a uno o dos Directivos de la empresa y hacer que confesaran todo el entuerto con lujo de detalles, desde esas confesiones se desataría todo el maremágnum de detenciones. No importaba quien cayera en la “volteada”, lo único que había que lograr era dejar en claro que la empresa en sí no obtenía ganancia de eso y que era toda una maniobra orquestada por hombres que se valían de su puesto para sacarle el dinero a la gente. La vibración de celular me sacó de mis elucubraciones y al ver que era mi suegro atendí rápido.
- ¿Cómo anda don Arcenosky?
- Hola Gustavo, si me llamás por el apellido es índice evidente de que estás enojado, entendeme un poco, yo te puedo explicar.
- Yo no tengo inconvenientes en darle una mano, lo que me pone mal es que no lo haya hablado primero conmigo, quiera o no la pone a Elena en una situación que puede ser peligrosa.
- Yo no lo creo, a los tipos los conozco y no los creo capaz de hacer alguna cagada que los comprometa.
- Me parece que usted se quedó en el tiempo, los empresarios puede que no sean de “armas tomar”, pero los dirigentes políticos que puedan estar metidos en esto no dudarán en buscar “soluciones drásticas”, hay mucho dinero en juego que pueden perder o dejar de ganar. Eso me obliga a apurar las cosas y no tengo por costumbre hacer este tipo de cosas a “la que te criaste” y hacerles tomar “decisiones” a ellos para que “desaparezcan” nos colocaría en el ojo de la tormenta, es mucha gente y daría lugar a que se abrieran investigaciones que no beneficiarán a la empresa.
- Creo que tenés razón, pensé en arreglarlo a mi antigua manera ayudado por vos y no tuve en cuenta ni la cantidad de personas ni las posibles repercusiones. ¿Cuál crees que podría ser la solución?
- Primero y principal, yo tomaré las decisiones pertinentes, segundo, la voy a obligar a Elena para que deje esta investigación de lado, no quiero que corra ningún peligro y tercero, mañana voy por su casa o la empresa y lo pongo al tanto de todo, por este medio no es conveniente hablar nada.
- Es evidente que estás un paso adelante, te espero mañana y charlamos de esto, gracias por entenderme.
No es que lo entendiera totalmente, tenía un poco de bronca contra la decisión de haberla puesto por delante a Elena para obligarme a ayudarlo, pero, estaba seguro que debería tragar porque estaba convencido de que “las tías” estaría imbuidas de la idea de ayudarlo. Si tenía alguna duda al respecto, me la saqué con la siguiente llamada telefónica. La pantalla del celular acusaba un “tías” y pronto sabría si me comía un reto o me felicitaban por lo que pensaba hacer.
- Hola mi cielo, ¿cómo anda mi humano preferido?
- Creo que bien o, por lo menos, tratando de hacer las cosas bien. A ustedes no les pregunto porque siempre anda y están bien, pero, ¿a qué debo este placer?
- Sos un lisonjero, esperamos que no estés molesto…
- Jajaja, es al cuete explicarles nada, ustedes siempre están un paso adelante, me enojé un poco al principio, pero está todo bien.
- Está bien, esa rebeldía o enojo es necesaria, nos desagradan los sumisos y los “si señora”, de todos modos, ya hablamos con tu suegro y le pusimos las cosas claras, él tiene que comprender que ya no tiene el Poder por obra y gracia de su decisión y si no puede solucionar los problemas por las de él y tiene que pedir ayuda, deberá ser sin engaños y actuar de frente.
- De todos modos, lo voy a ayudar, además está Elena de por medio y ella no tiene que tener complicaciones.
- Mirá, vamos a ser claras, nosotras lo queremos mucho a él, pero ya se lo hemos dicho, no puede recurrir a vos cuando “las papas quemen” y mucho menos “utilizar” a la hija para eso. Cada vez que te necesite y tendrán que ser las menos, deberá hablar con vos y si es necesario, rogar por la ayuda, él es inmune a tu Poder, pero no al nuestro y así como ganó mucho puede perder todo y de un soplido, él lo sabe bien, no somos muy buenas cuando nos disgustamos.
- Creo haber entendido como es la historia con ustedes, pero, en este caso, no creo que sea tan dramático.
- Todo, hasta lo más ínfimo puede llegar a ser dramático, él no tiene margen para equivocarse, es como que “ya fue”, el Poder es tuyo, vos mandás, vos decidís.
- Eso es lo que pensaba hacer, mañana nos reuniremos y le explicaré el plan al que deberá ceñirse.
- El plan es bueno, tiene una sola falla, el Juez que debería hacerse cargo de todo va a pensar en jugar “a dos puntas” y no es conveniente.
- ¿Tendré que hablar con él primero?
- No, no tiene solución, de eso nos ocupamos nosotras, es un corrupto sin medida, espera un par de días y arreglá todo con el nuevo Juez que será nombrado en ese Juzgado o se busca otro.
- Está bien, no preguntaré nada.
- Mejor así, con el Fiscal no tendrás problemas y menos que menos con el Comandante de la Fuerza de Seguridad. Otra cosa más, hay un par de “bobos” y una Ejecutiva que le andan “tirando los perros” a Elena, te paso los nombres, el “deseo” tendrá que ver con aceptar las renuncias apenas Elena se los pida, sin vueltas y que los demás se enteren de que con ella no se jode.
- Carácter no le falta…
- Lo sabemos, pero los demás no lo saben y viene bien que todos tengan en cuenta que la nueva Presidenta de las empresas no se casa con nadie, excepto con vos y por lo que sabemos, practica seguido, jajaja.
- Ni me lo digan, pero es muy placentero, jajaja.
- ¡Qué envidia!, si no te hubiéramos dicho lo que éramos, nos habríamos sacado el gusto, pero, es lo que hay, bueno, lo dicho, seguí con lo tuyo que está todo bien.
Luego de cortar la comunicación con la bruja-madre la llamé a Elena, le pregunté por los dos tipos y por la mujer cuyos nombres tenía anotados y le pedí que los citara a una reunión al mediodía en la empresa, porque yo quería hablar con ellos, “no me importa que tan buenos sean en su trabajo, no quiero idiotas trabajando cerca de mi mujer”, -le dije endureciendo el tono de mi voz-… “No hay problemas amor, papá me dijo que vos ibas a tomar muchas decisiones en la empresa y esos tres se estaban pasando de listos, pero te juro que yo ni les llevé el apunte”, -contestó con cierto temor ante mi posible reacción-.
No le dije nada más respecto a esos tres, me convenía que pensara que yo estaba enojado, además le pedí también que me juntara a los dos que ella estimaba que estaban robándole a la empresa por medio de las facturaciones de Energía en la provincia norteña, no podrían negarse a contestar las preguntas que les hiciera y, desde allí, sacaría pruebas y otros nombres involucrados, con todo eso en mi poder, debidamente grabado y filmado, me apersonaría a hablar con el Comandante de la Fuerza de Seguridad al que le daría el caso y con el Fiscal que emitiría las órdenes de allanamiento y detenciones, allí comenzaría la Causa Judicial y se vería que Juzgado tocaba y que Juez.
A la mañana siguiente apuré todo, las novedades en el Estudio fueron rápidas y me fui para la empresa en la que estaban Elena y su padre. Luego de saludarla a mi novia me fui con el padre a una oficina a solas y hablamos del plan que yo tenía para que ellos solos se desenmascararan, me aceptó todo sin ponerme ningún “pero” e imaginé que el tirón de huevos de “las tías” debía haber sido importante. La reunión con los dos “picaflores” y la lesbiana fue bastante corta, los tuve a los tres juntos y fue más fácil, el hecho es que, regresaron a su oficina y presentaron su renuncia indeclinable por motivos personales.
La reunión con los otros dos altos ejecutivos generó un poco de tensión cuando ingresaron a la oficina porque había una grabadora y dos cámaras a mis costados, pero el “deseo que” funcionó a la perfección y estuvieron más que de acuerdo en contestar las preguntas y presentarse ante las cámaras dando sus nombres y el cargo que ocupaban. El único problema que surgió estuvo relacionado con el tiempo de exposición porque una vez que se lanzaron a hablar, se “peleaban” entre ellos para dar nombres, modus operandi y datos de toda la operación que se venía dando desde hacía diez años, además de explicar donde, en que Bancos extranjeros tenían depositados sus dineros mal habido.
En esencia era el cobro de un porcentaje mínimo, un 2%, en todas las facturas del servicio eléctrico de toda la provincia de marras, lo cual figuraba como un Impuesto Provincial que jamás había sido aprobado por la Legislatura de esa Provincia, la suma de este importe era pagado por la empresa no bien se recibía el total de la facturación, pero jamás ingresaba a las arcas del erario provincial pues se “perdía” en bolsillos de funcionarios provinciales y ejecutivos de la empresa. Lógicamente, todo esto sería repetido ante el Fiscal y el Comandante de la Fuerza de Seguridad no bien se produjeran las interrogaciones posteriores a las detenciones y yo me aseguraría de tener un par de minutos con los detenidos para aplicar el “deseo que cuente toda la operación, con detalles y sin ocultar nada”, además de esto, todos los implicados dejaría a la empresa de lado sumiendo toda la estafa a título personal. Luego de tener todo grabado y filmado, los dos implicado se retiraron entendiendo que habían dado un informe relacionado con sus áreas.
Había salido todo muy bien, los que miraban con cierta “simpatía” a Elena, ya no joderían y no era por una cuestión de celos o de desconfianzas, ella dirigiría un emporio y ya no era lo mismo exponer determinado carácter siendo Secretaria a tener que poner los puntos y dar órdenes a permitir que se acercaran o la cercaran determinados “amigos de la palmada en la espalda”. Además de esto, tenía todas las pruebas necesarias para dar inicio a la Causa que desarticularía una estafa enorme.
Antes de retirarme volví a reunirme con mi suegro y le mostré lo que se había obtenido y no le cayó nada bien, pero su inquietud no tenía que ver conmigo, era contra él mismo, “la culpa es exclusivamente mía, esto no debería haber pasado si yo me hubiera dedicado de lleno a la empresa, me tiré a descansar, le dejé a los demás la potestad de hacer lo que quisieran creyendo que los tenía dominados y hay gente allí involucrada que nunca pensé que me fallaran de esa manera”. Le contesté que yo me mantendría cercano a Elena para que no sucedieran más de estas cosas y que no se hiciera más problemas, “el problema está y las soluciones también, usted dedíquese disfrutar como quería”.
Me fui de la empresa con las pruebas que les mostraría al Fiscal y al Comandante y me sentí conforme, pero, extrañamente, excitado, al punto de querer penetrar a cualquier culo que se me cruzara, debido a esto, se me dio por pensar que debía estar relacionado con el Poder o con la adrenalina que me generaba todo ese metier. Como fuere, me fui a las oficinas de la Fiscalía y averigüé que Fiscal era el que correspondía para esos casos y me presenté en las oficinas del funcionario. El mismo, de apellido Soto Valdivia, (es verdad, con doble apellido y si no lo tenían antes, apenas recibidos de Abogados, surgía, ¿sería para darle más letras a las tarjetas?) resultó ser un muchacho joven, muy atildado y amable que me atendió rápido y de modo deferente, mi carácter de Director del Estudio Jurídico al que representaba ameritaba un trato casi deferencial. La Secretaria me ofreció un café cortado y me senté frente al susodicho exponiendo el “deseo” para que me atendiera poniendo celeridad en las actuaciones.
- Usted dirá Doctor, ¿en qué le puedo ser útil?, -preguntó ya aleccionado-.
- Tengo una bomba en las manos que le puede interesar y le ofrezco la posibilidad de comenzar las actuaciones como si fuera una investigación de la Fiscalía, caso contrario haré la denuncia por las mías y le puede tocar a cualquier otra Fiscalía, pero usted me merece toda la confianza.
- Veamos que tiene, usted no es alguien al que se pueda tomar a la ligera, -le pasé el pendrive que insertó en su computadora y le expliqué a grosso modo en modus operandis de los delincuentes-.
- Yo represento los intereses legales de la empresa y, como comprenderá, esto no nos hace quedar muy bien, pero la decisión de la dueña de la empresa es que hay que exponer a todos estos corruptos, los que vienen operando y robando desde hace años.
- ¡Por Dios Doctor!, tiene usted razón, esto es una verdadera bomba, -opinó después de ver un rato de la confesión de los implicados-. Tendré que armar un equipo de trabajo con urgencia y ver con qué Juez debemos tratar.
- ¿No tienen ustedes un Juzgado determinado para esto?, -pregunté intrigado por saber qué habría pasado con el Juez a que había hecho referencia la bruja-madre-.
- Normalmente sí, pero el Juez que nos tocaría y con el que tenía cierta preferencia sufrió ayer un accidente que le costó la vida, fallaron los frenos del ascensor y se precipitó desde el décimo piso.
- ¡Qué espanto!, ¿iba mucha gente en el ascensor?, -pregunté a sabiendas que a la bruja-madre no le importaba demasiado el tema de la cantidad de personas que se podían perjudicar y experimenté un cierto escalofrío que me corrió por la columna-.
- Afortunadamente viajaba él sólo en el ascensor, sucedió luego del horario normal del Juzgado, el caso es que tendré que llevarlo a otro Juzgado Federal, pero no habrá mayor problema, las órdenes de allanamiento no tardarán en salir, pero esto no lo puede hacer ninguna fuerza policial común.
- Imagino que no, yo había pensado que podría intervenir el Comandante Sanchís con su fuerza de seguridad.
- Es una muy buena idea, ese hombre no se casa con nadie cuando se trata de delincuentes, – “conmigo tampoco tendrá ningún traspié”, pensé para mis adentros-. De todas maneras, tendremos que tomarnos unos dos días para decidir órdenes de allanamiento en conjunto y por lo que veo aquí, hay que hacerlas también en las oficinas del Gobierno Provincial, tendré que hacer intervenir las cuentas corrientes, tarjetas de crédito y bienes de los involucrados tratando de no hacer comentarios y que no trascienda en la Prensa, acá se verán involucrados hasta los familiares.
- Seguramente, no podrían estar desconociendo esto, el dinero mal habido era usufructuado también por ellos, en cuanto a la Prensa, eso será difícil de evitar, siempre existe algún “bocón”.
- Lo sé, pero trataremos de hacer todo lo más rápido posible, pero después habrá que hacer conocer toda la operación, primero déjeme que hable con el Comandantes, porque ya habrá que comenzar los preparativos.
Los “deseos” con el Fiscal también estuvieron dirigidos a hacer que yo participara de todos los planes a llevar a cabo y que participara “desde las sombras” en los interrogatorios que se les harían a los detenidos, para mí era fundamental “desear” que dijeran toda la verdad sin ocultar nada, además de desligar a la empresa de todos esos “manejos espurios”. Salí del Juzgado sabiendo que me esperaban unos días “movidos” y tuve que acomodarme el miembro cuando me senté en el auto, otra vez me volvía a asaltar una erección espontánea y casi inmanejable, hasta Gimena la Periodista se me cruzó por la cabeza, pero traté de aguantar y me volví a casa. Allí me encontré a Gloria que salía para la otra casa y a Yessica y el chinito Gao que había venido a jugar con ella.
Gloria se fue diciendo que se quedaba tranquila porque yo había llegado y los dos chicos vinieron a saludarme con un beso en la mejilla. En el viaje de regreso a casa había “manejado” bastante bien el tema de la calentura espontánea, pero la vista del culito gordito de Gao enfundado en un shorcito de lycra que parecía metérsele entre los cantos de sus nalgas fue como un cachetazo para que se me despertara la libido de golpe, me dieron ganas de reventarle el culito, pero no la quise hacer participar a Yessica y le “deseé” que se durmiera una regia siesta.
Yessica se quedó completamente dormida en el sillón, fue cuestión de un par de minutos y Gao me preguntó qué haríamos, pero enseguida dejó de preguntar cuando me vio bajarme los pantalones y él también se apuró para desnudarse y quedar con su cuerpo gordito y retacón a mi disposición. Se acercó rápido para apoderarse de mi verga erecta y casi sin darme tiempo a nada se la llevó a la boca, estaba preparado, saqué el tubito del lubricante anal con xilocaína que estaba en el cajón de la mesa de noche y me senté en la cama.
El chinito gordito de flequillo se atoraba de verga y, por momentos, tosía venciendo las arcadas, pero no aflojaba, “¿me vas a dar la lechita para crecer?”, -preguntó sacándose la verga de la boca-. Le dije que hoy la leche la tomaría por su culito y tras cartón, sin muchas ganas porque estaba obsesionado con su “chupete”, lo coloqué estirado y boca abajo. Una de mis manos abrió sus nalgas apretadas y gorditas y le mandé dedos lubricados, “yo “deseo” que hoy no grites, te aguantes y goces mucho”, -le pedí metiendo dos dedos de una-. Escuché un quejido y se notó que se mordía para aguantar y, en realidad, no me importaba mucho si gozaba o no, no saldría de casa sin haberse “comido” toda mi verga, aunque me hacía a la idea de que el chinito gozaría como el que más porque, sin dudas, su mente y su culito estaban hechos para recibir.
No le escatimé gel y pronto fueron tres mis dedos profundamente insertados en su ano, allí no sólo era entrar y salir haciéndolo desesperar, sino que los movía y los giraba buscando la mejor dilatación. Gao gemía y mordía la almohada para tratar de no emitir otros sonidos y le escuchaba decir palabras aisladas, “métala… verga… culo… mi pito… cosquillas…”, eso unido a los apretones que sentía en mis dedos me hacían saber de su orgasmo seco y, como ya desesperaba yo también por metérsela, le puse una de las almohadas debajo del vientre y me quedó a la vista el culito gordito, ya bastante dilatado como para recibirme. Claro que cuando apoyé el glande me di cuenta que la desproporción era tremenda.
No empujé como dicen muchos que hay que hacer, yo tomé la verga con la mano, fui moviendo y acomodando el glande para que el recto se alineara bien y fui metiendo despacio la cabeza, la lubricación ayudaba y la xilocaína cumplía su parte dejando la zona dormida, pero el movimiento de una de sus piernas pataleando y los golpes que daba en la cama con su mano abierta, me hacían saber que sentía la penetración y trataba de aguantar, aunque no fue suficiente, con media verga en su interior y con el culito dilatado al máximo, no pudo aguantar el llanto. Me quedé quieto acariciando su espalda y le dije que se tocara el pitito, comencé a moverme despacio y muy sutilmente venciendo las ganas de metérsela toda. Me costó bastante, los sonidos que hacía sorbiendo sus mocos y la presión que su conducto estrecho ejercía en el tronco me tenían mal, de todos modos, no pararía hasta atorarlo de verga y hacer rebotar mi pelvis en sus nalgas gorditas y duritas, para eso un poco más de gel ayudaría y fue lo que hice sin avanzar ni un centímetro.
Decididamente, no sé si es que era porque el nene era chino o porque su culito era redondito y más que apetecible, pero me gustaba más que el culito de Gabriel y ya no pude esperar más, lo poco o mucho que faltaba se perdió dentro de su culo en un movimiento y Gao no pudo aguantar la manifestación de su dolor. “Duele, duele mucho Gustavo”, -decía sollozando, pero mucho que digamos no me importaba-. ¡Ahhh, resultaba delicioso bombear en el agujerito que separaba las dos nalgas!, mis entradas y salidas se sucedían con algo de sadismo y mucho de morbo.
El chinito flequilludo había pasado de los quejidos a los gemidos o los alternaba acorde a la profundidad que le imprimía a mis pijazos, pero trataba de mover sus caderas queriendo acoplarse a un ritmo que no podía seguir. Intenté besar su espalda, pero ni en su cabeza podía hacerlo, mi cuerpo lo tapaba totalmente, el gordito oriental se perdía debajo de él y, por momentos, temblaba cuando lo asaltaba un orgasmo seco, su culito me apretaba más por sus contracciones y esto no hacía más que incentivar mis movimientos coitales.
De todas maneras, uno puede aguantar hasta que la leche te parece brotar de las orejas y me metí dentro de él haciendo fuerza para llenarle las tripas con mi descarga, “no la saques señor Gustavo, me duele mucho, pero me gusta”, -pedía el chinito mezclando el tuteo con el respeto y yo tenía ganas de seguir-. Se la saqué del culito observando el gran ojo abierto que parecía mirarme, lo coloqué con las piernas arriba para poderlo perforar nuevamente y mi mirada se posó en Yessica que dormía con las piernas abiertas.
La desperté y mi “deseo que” se anticipó a cualquier pregunta o sorpresa, la nena no perdió tiempo en prenderse a mis labios y la puse en cuatro con la cara frente al chinito que, apoyando la espalda en las almohadas, tenía las piernas levantada dejando a la vista sus bolitas, su verguita y su culito totalmente dilatado por la cogida reciente. El “deseo” tuvo que ver con que aguantara y le chupara el culito y la verguita mientras yo usaba sus huecos. Aún tenía gel lubricante en la verga y la conchita peladita se comenzó a “comer” mi verga sin hacer ningún tipo de dramas. El chinito ya era un putito declarado y desvirgado, pero Yessica no le iba en saga, ella también se demostraba como una putita en potencia, sus caderas se movían aceptando todo mi “aparato” y gemía con cierta desesperación mientras le chupaba el culito a su amiguito que levantaba la voz diciendo de las “cosquillas”.
Yessica tenía dos huecos a disposición y si bien es cierto que estaba gozando mucho con el “natural” y había tenido un par de temblores significativos, apenas me puse a jugar con su asterisco, me pidió que se la metiera un ratito por allí y no la hice esperar. No fue igual que con Gao, pero también sintió la penetración, claro que el agujerito del chinito se “comió” el grito y después de un par de entradas profundas y salidas completas para ver su redondel abierto, se me salió un poco la cadena y comencé a entrar y salir en sus dos orificios de placer inferiores.
Tanto ella como Gao estaban limpios en sus tripas, yo no se los había pedido y me hice a la idea que era algo que tenían claro de antemano, como fuere, la cogida fue monumental y la nena aguantó como si fuera o mejor que una adulta, tampoco se privó de gozar y de emitir unos sonidos guturales que semejaban gemidos de placer. Ya no podía más y junto con sus temblores y apretones al tronco de mi verga aproveché a llenarle la tripa de leche a ella también. Los tres quedamos para un “mírame y no me toques” mientras nos recuperábamos. Luego del baño y mientras nos cambiábamos noté que jugaban y reían entre los dos sin hacer alusión a nada sexual y, apenas un poco antes de “desear” que olvidaran la cogida en conjunto, se me adelantó Yessica para preguntar algo que, si tenía que ver con el sexo, “Gustavo, ¿podemos jugar a coger con Gao cuando venga a casa?, dudé un poco, pero finalmente les dije que podrían sólo si estábamos nosotros tres, participara yo o no y previa consulta, era lo único que recordarían, era muy claro que yo no quería que se estuvieran desnudando apenas se vieran.
Me tomé el tiempo para preguntarle a Gao como se sentía después de haber aguantado toda mi verga como si fuera un nene grande, se ruborizó totalmente y me contestó que le había dolido mucho, pero que cuando la sentía en la panza y yo me movía entrando y saliendo le había gustado muchísimo, que quería que lo siguiera cogiendo todas las veces que pudiera. Me calentaba la timidez del chinito, pero sabía que, habiendo tantos, no debería enfocarme sólo en algunos culitos, aunque a él le dije que lo volveríamos a hacer.
Ya cambiados se pusieron a jugar y yo me metí en el privado para seguir con el plan para decidir cómo llevar a cabo las actuaciones contra los involucrados, para eso, además de esperar el nombramiento de un nuevo Juez y en esto no tenía ni idea de lo que podía pasar, sólo me limitaba a esperar porque la bruja-madre así me había dicho que lo hiciera, es más, ni sabía a qué Juzgado le correspondería la supuesta Causa ni cuál era el nombre del Juez, aunque, claro está, no preguntaría y esperaría. Lo que me pareció más acertado era el tener una charla con los supuestos involucrados y eso solamente lo podría hacer en la empresa.
En un momento dado, estudiando los posibles pasos a seguir, me sentí nuevamente excitado, la adrenalina parecía actuar sobre mi libido y eso se traducía en ganas de ponerla nuevamente. Sabía que no debería, pero se me cruzó el culito del chinito por la cabeza. El golpe suave en la puerta me sacó de esos pensamientos, era Gloria que venía a pasarme las novedades y mientras me contaba la vi muy elegante con su pollera plisada y el “deseo que” surgió casi sin pensarlo, a la par que dejaba mi verga a la vista de sus ojos cargados súbitamente de deseos.
Pronto estuvo acuclillada entre mis piernas abiertas y la mamada se convirtió en mero placer, se atoraba, tosía, emitía sonidos guturales, pero se la tragaba toda y me estaba llevando a una acabada espectacular, pero, como ella también debía gozar, me saqué el pantalón y le dije que se sentara porque quería tener su culo. Me dio la espalda para llevar con la mano el glande a su asterisco y comenzó a penetrarse, “¡ayyy, por Dios!, la siento hasta la garganta”, expresó cuando la senté de golpe y, literalmente, la clavé.
Dos, tres segundos tardó para acostumbrarse y comenzó a moverse, subiendo, bajando y moviendo las caderas, yo me entretuve sobando sus tetas llenas y sus pezones erguidos hasta que la sentí temblar y contraerse en un hermoso orgasmo y ese fue el momento en que le llené las tripas escuchando sus gemidos de placer, luego de unos momentos de recuperación le dije que se fuera a lavar porque quería hablar algo con ella.
- ¿Qué es lo que quería decirme señor Gustavo?, -preguntó cuándo salió ya cambiada de mi baño privado-.
- Estuve hablando con Elena y es muy probable que ella se venga a vivir acá, ya no harías falta en su casa y yo necesito que te hagas cargo de la casa grande por completo.
- Como guste, pero ¿cómo haría acá?
- Hablá con Edith, la chica venezolana, para que venga todo el día tres veces por semana, Elena no tendrá problemas y por el colegio de Yessica no te hagas problemas porque se movilizará con un transporte escolar. Andá preparando la mudanza.
No tuvo problemas para eso, yo hablaría del tema con Elena, de hecho, lo hice telefónicamente apenas Gloria salió de mi privado y, por supuesto, no tuvo inconvenientes. Con eso me sacaba los culitos tentadores de encima, tanto así que esas calenturas repentinas las podía “manejar” pues, salir no saldría a buscar a nadie, pero, si los tenía a mano me tentaría utilizarlos y no era el caso, se haría repetitivo y esa no era la idea que imperaba en mi cabeza. Gloria se fue con los chicos y me dejó toda la cena preparada, me avisó que lo llevaría a Gao hasta el supermercado y me quedé solo, agradablemente solo, me encantaban esos momentos que eran únicamente para mí, además, aprovechaba a recuperar energías y estar solo me venía más que bien. Estudié un rato, revisé toda la documentación que tenía de los primeros delincuentes que el Fiscal y el Comandante se encargarían de apresar, luego de eso cené con ganas y me fui a dormir temprano después de haberla llamado a Elena.
En la mañana no me fui enseguida, me quedé esperando a Edith, la chica venezolana que tendría que ocuparse de la casa ocupando el lugar de Gloria. No la había visto nunca porque yo me iba temprano antes de que ella llegara y me llevé una sorpresa con la morocha, tenía treinta y un años, era alta para el común de las mujeres pues mediría un metro con setenta y dos, el cabello largo atado en una cola de caballo, jeans y remera que dejaban adivinar unas muy buenas formas. Nariz respingada y hermosos ojos negros imbuidos de plena picardía, no era gorda, apenas un poco rellena, pero, de esas mujeres que con diez años más encima comenzarían a desarrollarse para los costados, de todos modos, mi intención no era entablar con ella una relación basada en el sexo, aunque, si se daba, estaba en el punto justo.
- Buenos días Edith, la esperé porque quería hablar personalmente con usted, “deseo” que me cuente sobre su vida y que se haga a la idea de trabajar aquí mañana y tarde.
- No tengo inconvenientes señor Gustavo, yo soy soltera y vivo con una amiga en un departamento alquilado, ambas estudiamos por la noche y ya van a hacer tres años que nos vinimos de Venezuela.
- ¿Estaba difícil allá?
- Hay mucha gente que la está pasando mal, nosotros estábamos muy bien, pero se nos dio la oportunidad de salir de allí y no lo dudamos, no nos cabía en la cabeza eso de hacer largas colas para comprar un litro de leche o un pedazo de carne o un simple medicamento, acá, por ahora no tenemos ese problema y se puede estudiar más o menos tranquilos, aunque parece que, en muchos aspectos, en este bendito país parece que se repite lo que ya pasamos allí, espero que tomen conciencia de los que les espera con este tipo de Gobierno.
- Sin embargo, acá hay muchos que defienden ese tipo de vida.
- “Jarabe de pico” le decimos, hablan por hablar, no tienen ni idea de las necesidades que hay en mi país y es gente a la que le gusta vivir con migajas que les tiran desde el Estado, tampoco les pasa por la cabeza el progresar. Yo soy extranjera y no me puedo poner a juzgar, pero, espero que no pasen por lo mismo, eso nadie me lo puede contar a mí, yo sé de primera mano lo que se vive y cómo se vive allí.
- ¿Qué están estudiando?
- Mi amiga estudia Administración de Empresas y yo estudio Derecho, cursamos el tercer año.
- Ahh, bueno, me va a salir una competidora.
- Ni hablar, por lo que sé, usted está en un nivel altísimo, es joven y no cualquiera está a cargo de un Estudio tan grande y reconocido.
- Tuve suerte y la supe aprovechar. Mirá, vamos a hacer un trato, no es mucho lo que hay que hacer en la casa y te quedará tiempo para el estudio, en mi privado están todos los libros que puedas necesitar y podés emplear un método de dos horas al día, “deseo” que lo hagas así y luego veremos de tenerte en cuenta cuando necesitemos gente en el Estudio.
- ¡Eso es fantástico!, por la casa, la lealtad y la discreción quédese tranquilo, no se va a arrepentir conmigo.
- Ya lo sé Edith, ya lo sé.
Salí contento de casa, Edith ni siquiera me había preguntado cuanto es lo que le pagaría por tener más trabajo, yo no me consideraba un patrón explotador y ella cobraría lo que tenía que cobrar, incluso más que en cualquier otro lado, pero darme cuenta que sólo le interesaba tener un trabajo y rendir en él, la hacía digna de las ayudas que se le podrían brindar. Se decía y se dice que no hay trabajo y que la gente local pasa demasiadas necesidades, sin embargo, tomás un taxi y lo conduce un extranjero, los camareros, albañiles, enfermeros, médicos de urgencia, maestros y etcéteras, etcéteras, son extranjeros. Viven, comen, se dan gustos, pagan alquileres y muchos mandan dinero a sus países para ayudar a sus familias, unos ponen el lomo y tratan de progresar porque saben lo que es pasar necesidades y otros, mayormente “locales”, reclaman por ayudas estatales sin hacer nada y apoyan a Sindicatos que cada vez tienen menos afiliados, todo es resta.
Llegué al Estudio y me salió al paso Haydee, la morocha secretaria, mortal e infartante como siempre, estaba acompañada de un chiquilín de unos nueve años, al que me presentó como el hijo. El nene estaba vestido con un shorcito de jeans y remera, era más alto que el común de los chicos que yo conocía en esa edad y me miraba con cierto temor, pero se notaba que era un chico introvertido y delicado, aunque en sus ojitos oscuros brillaba un cierto tinte de picardía.
- Él es Julio Doctor Gustavo, espero que me disculpe, lo tuve que traer porque la hermana de mi madre fue internada de urgencia, mi madre salió a la disparada y no tuve tiempo de conseguir a nadie para que lo cuidara, trataré de que no se repita…
- No hay problemas Haydee, tratá de que se quede tranquilo en un lugar y si tenés que atender algún tema que te haga dejar la oficina, lo podés dejar conmigo, por un rato no me voy a mover de acá y puede usar la computadora. ¿Qué decís Julio, te animás a quedarte un rato conmigo?, -le pregunté con la idea fija de ver que tal estaba físicamente-, ¡si supiera la madre que a mí me salían los colmillos enseguida!…
- Sí señor, si mi mamá me deja yo me quedo, ¿tiene jueguitos en la computadora?
- Tiene o buscamos de bajar algunos, atendé tranquila Haydee, yo no estoy para nadie, excepto para el Fiscal Soto o el Comandante Sanchís.
- Está bien Doctor, ¿de verdad no le molesta?
- Para nada, si tengo que atender algo lo dejo con vos, traeme un cortado y vos Julio, vení, vamos a buscarte una silla alta.
Entré en mi oficina mirándole el culito a Julito, lo tenía como a mí me gustaba, durito, paradito y yo podría hacer que se mostrara querendón, los muslos llenos te incitaban, más aún los labios gordezuelos a los que me imaginaba rodeándome la verga, aunque no pensaba hacer nada de eso en la oficina, Haydee no entraba nunca sin golpear, pero no me podía arriesgar, de todos modos, le pudriría en algo la cabeza.
- Vení Julio sentate aquí, y “deseo” que quieras que te toque, te bese y que te den muchas ganas de chuparme la verga, además me vas a contestar todo lo que te pregunte sin mentirme en nada, ¿te estuviste tocando con algún amiguito o amiguita?
- Con mi amiguito Ismael nos tocamos los pititos hasta que se nos pusieron duritos, el que me toca la cola y dice que me quiere coger es mi vecino que tiene quince años, pero a mí me da miedo.
- ¿Ya sabés lo que es coger?
- Si, lo vi en los videos de la compu con unos nenes que le metían los pitos gruesos por la colita, aunque a ellos parecía que le gustaban. Esos videos me los mostró mi vecino y se sacó el pito duro y grande para que yo lo tocara y lo besara, pero yo no quise besarlo porque por ahí sale el pis, eso sí, cuando se lo toqué un poco soltó un líquido blanco que él dice que es leche y yo salí corriendo. ¿Vos me dejarías ver tu verga?
- Sí, yo te dejaría, pero primero vamos a besarnos y vas a dejar que te toque el culito y después de la vas a chupar metiéndotela toda en la boca, “deseo” que no te quejes y que te tomes toda la leche que salga, -no era lo que “se debía hacer”, pero, había calenturas que yo no dominaba-.
- ¿Es cierto que la leche es buena para crecer?, eso fue lo que me dijo mi vecino.
- Puede ser, pero hay que tomarla para saberlo.
No sé si era yo con mi Poder y mi casi obsesión con los culitos infantiles, pero lo que sí era cierto es que los chicos estaban más adelantados en materia de sexo, por lo pronto tenían acceso a videos de sexo, los padres, normalmente no se preocupaban de lo que los chicos veían en sus tablet o computadoras y los deseos de experimentar surgían a más temprana edad. Eso a mí no me importaba mucho y me prendí a sus labios llenos. Lógicamente, no sabía besar, tuve que ir diciéndole como debía hacer y como participar con su lengua, pero tardó muy poco en aprender y en gemir de placer por lo que los besos le provocaban. Mis manos se apoderaron de sus nalgas, luego se solté el botón del shorcito de jeans y metí mi mano en la zanja hasta encontrar su agujerito cerrado, entonces la yema de mi dedo medio comenzó a moverse allí y solté su boca para besar su cuello, escuchar sus gemidos placenteros y notar sus estremecimientos.
Una de sus manos me apretaba el brazo y la otra la llevé a que me tocara el miembro erecto aun escondido dentro de mis pantalones. “Tu pito es muy grande, no me va a entrar en la boca”, -me dijo mirándome con algo de preocupación-. Le dije que entraría y como tendría que hacer para no lastimarme y lo aceptó bajando los ojos y adoptando una actitud de sumisión, eso me decidió y saqué la mano para salivarla e intentar entrar en su culito con mi dedo. “Ayyy, Doctor, me está doliendo”, -expresó cuando la yema del dedo ingresó en su recto-. El “deseo” entonces tuvo que ver con que aguantara todo sin quejarse, aunque sabía que no podría incursionar demasiado sin tener un lubricante para la ocasión, como fuere, medio dedo pudo entrar y sus quejidos apenas si se escucharon pues pronto estuvo tirando el culito hacía atrás para que el dedo ingresara más, “¿ya la puedo chupar?”, -preguntó interesado-. Como pude la saqué por la bragueta y su cara de sorpresa me encantó.
Se llevó a la boca el glande y un poco más, pero no lo quise obligar a tragar más, la historia le gustó porque no hizo gestos ni se quejó cuando el dedo entró completo y comencé a moverlo entrando y saliendo. Con eso me era suficiente, para descarga estaba bien, pero debería buscar la manera de tenerlo conmigo un par de horas y dilatarlo para que mi verga se hiciera dueña de su culito virginal. Ponerle la mano en la cabeza y decirle que no tenía que dejar que nada se perdiera fue unos segundos antes de llenarle la boca de leche que tragó a las apuradas.
- No es fea tu leche, ¿lo hice bien?, -preguntó esperando una respuesta afirmativa a la experiencia que le había agradado-.
- Lo hiciste genial, me encantó, pero hay que mejorar y te la tenés que tragar toda.
- Me ahogo porque es muy grande tu pito, pero me tenés que enseñar.
- “Deseo” que tengas muchas ganas de que te coja, pero tenemos que buscar de estar solos.
- Mi abuela se fue por tres días y yo le puedo decir a mi mamá que me quedo solo, si me deja vos podés venir a mi casa, -expresó con una mirada cargada de picardía-.
Julito me dio la solución, quedaría caliente, aprendería a lavarse el culito, usaría los dedos o algún mango de cepillo con crema para ir preparándose, no le daría ni cinco de bolas al vecino y yo vería de ir a su casa cuando la madre estuviera trabajando en el Estudio. Claro que de ese momento no recordaría nada y no bien se arregló un poco se puso a jugar con la computadora, al rato Haydee me pasó una llamada del Fiscal, éste quería tener una reunión conmigo y el Comandante porque ya estaba la posibilidad de un Juez de otro Juzgado que tomaría la Causa sin inconvenientes.
La reunión fue fructífera y nos fuimos los tres a hablar con el Juez, hacía poco que había sido nombrado en un Juzgado Federal y esta Causa le venía de perillas para trascender, claro que cuando salí de la reunión ninguno de los tres haría nada sin que yo lo supiera y el propio Juez me autorizó a estar en los interrogatorios, aunque, sin dar la cara. La idea era condenar a todos los que se pudieran, incautar sus bienes y ya me encargaría yo de que los Abogados defensores les “patearan en contra” a sus propios defendidos.
Pronto estuvo encima la hora del almuerzo y me fui para la empresa a ver a Elena, pretendía almorzar con ella, pero, además, como ya me había pasado anteriormente, mi entrepierna me exigía “algo” más y con mi novia la cosa no era por mero placer sexual, con ella existían sentimientos y el sexo se convertía en un acto rayano en lo sublime y, por lo menos para mí, no había nada que se le comparara.
GUILLEOS1 – Continuará… Se agradecen comentarios y valoraciones.
Gracias!!! Me encantaría esta historia, espero que tenga muchas más caps, me encanta cuando lo hace con todo tipo de mujeres, pero me encanta más cuando lo hace con los nenes, pero ambas son buenas xd