El Policía de la motora
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Da la casualidad que ese día, yo estaba muy sentimental, deprimido y al bajar del trabajo a coger mi "brake" del trabajo, al cruzar la calle, el dió el alto a los automóviles, para que yo cruzara, pues le miré y le agradecí su amable gesto…parece que él notó, que yo iba taciturno, en el limbo.
Era la primera vez, que lo veía de pie y de cerca…wow!!, que hombre guapo y bien atlético, aquel uniforme que vestía, parecía que le iba a reventar encima de lo ajustado, y mi mirada se fue a detener a su entrepierna, dónde sobresalía un llamativo y hermoso bulto. Cambié la vista y segui mi camino, pero quedé impactado por ese hombre, yo de por si, soy muy timido y no sabía que hacer o como llamar la atención, de ese policía; quería conocerlo!
Sucede que a los pocos días de ese incidente, él va a mi oficina a buscar un servicio personal de cierto permiso de ley. Me correspondió a mi atenderlo, me esmeré en ello, y al final le agradecí, el que me ayudara a cruzar aquel día. No hay porque, ese es mi deber. En mi interior yo me babeaba y pensaba, "por ti me dejo arrestar y si voy a la prisión de tu amor, con mucho gusto"…ja, ja, ja, estaba loco por ese papi." Muy amable, él me pidió un papelito y ahí me escribió algo, y me lo entregó disimuladamente, los lees me dijo y si lo crees pertinente, llamáme.
Moría yo de nervios y ansiedad por leer aquello; le dije a mi compañero de trabajo que iba un segundo al servicio (baño) y me fui con mi papelito, bien apretadito en el puño. "Ya supiste mi nombre, Emmanuel, quiero conocerte y te invito hoy a mi departamento, si aceptas llamame a este # de celular"…quedé catatónico no sabía si reir, llorar, como si me hubiera pegado, en los Millones de una LOTO. Lo llamé y acepté.
Esa noche, llegué a su depa, muy elegantemente vestido, toqué el timbre y él me abrió, joer como dicen los españoles, aquel nene, me recibió en un pequeño short de satin color negro, que resaltaba su blanca piel y sus musculosos muslos, la camisetilla que lucía, de tirillas, dejaba ver aquel hermoso torso y fuertes brazos. Y no les hago esperar mas, luego de hablar un buen rato y contarnos cosas de ambas partes, comenzamos a tirarnos indirectas del sexo. No iba a desaprobechar esa oportunidad, asi que le dije que era gay, muy timido y que solo había tenido, par de relaciones en mi adolescencia…(mentí, como hacemos todos, ja, ja, ja). Me abrazó y yo me estremecí como una hoja por el viento, me empujó por los hombros hacia abajo y mi cara quedó frente a su pene del cual me separaba, solo la tela de su boxer de satín, aquel pene estaba bien parado y comenzé a restregar mi cara encima de él, lo cogía con mis labios por encima del pantaóncito, muy sexi, pero él gimiendo, se quitó todo y quedó como Adan en un menos, ná! Me lo metí en la boca, era una verga (o es) preciosa, curveada a la derecha, venosa, de una descomunal cabeza. Que cosa rica, que delite fue y es, hasta hoy mamar ese pene! El mismo me desvistió y me dijo que él solo daba, no cogía. Yo le dije, el pasivo soy yo, y tu mi hombre, quiero que seas, tu mi papi desde hoy.
Me mamó el culo, me besó mis nalgas y yo estaba en el cielo. Desde que te vi, presentí esto me dijo, y me dije que este culo me lo comía yo…si papi, comételo, comételo es todo tuyo, claváme, gozáme, te necesito adentro mio… y ese macho me lo metió, esa noche hasta por las orejas! Sus primeros besos en la boca fueron timidos, pero luego de la primera cogida, entró en calor y era él, el que mordía y chupaba mi lengua vorázmente. Me chupaba el cuello y mis tetillas, que se pararon, como velitas de un biscocho.
Me cogió boca abajo, con las piernas hacia arriba en sus hombros, de perrito y de lado levantándome una pierna… que aquel bicho, me llegó hasta el corazón! Desde ese día cogemos a cada rato, se que él mismo se niega, ser gay y me dice que es que él, me ve como a una mujer. A mi eso, no me importa, me tiene sin cuidado. Lo importante es que está conmigo, hasta hoy y me da lo que yo quiero… DAGA y de la buena! Es mi policía y su macana de carne, yo me la, saboreo y no lo cambio por nada del mundo, pues Emmanuel es, eso mi mundo.
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