El precio de la lujuria. Parte 3
Más sobre la vida de Pedro. Cuando conoció al matrimonio que lo hizo cambiar de vida..
Ambos se volvieron hacia la puerta mirándose y riéndose de lo último dicho por Mike, salieron y cerraron echando de nuevo el pestillo.
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A Pedro no se le pasó el miedo, ya sabía quién había ordenado su encierro, y se maldecía por haberse follado a Javier. Sabía que le traería problemas pero no contaba con que fuera tan pronto y mucho menos en esa circunstancia.
Aunque el miedo lo tenía cohibido no pudo contenerse a devorar lo que había en la bandeja. Estaba muerto de hambre y ni siquiera pensó en que la comida lo pudiera matar. Le pareció exquisita y se preguntaba qué tiempo llevaba allí encerrado para tener tanta hambre.
El vaso de agua le pareció un manjar, aunque le notara un sabor raro.
Una vez que se relajó gracias a la comida siguió con sus pensamientos sin parar de maldecirse. Pensaba en su vida actual. Un abogado de éxito, donde consiguió muchos logros, pero por su maldita obsesión por el sexo dejó el derecho penal y acabó especializándose en el tema de gestión, finanzas y todo el tema burocrático que eso conllevaba.
Todo por el último caso penal que llevó.
Tenía que llevar el caso de una mujer acusada de atropellar a otra por venganza, dejándola postrada en una silla de ruedas porque le desgranó las caderas. Su defendida era Vivian, una morena de metro ochenta, pero con un cuerpo delgado pero a la vez atlético, gracias por el ejercicio diario.
Recordaba la primera vez que habló con ella y su marido Mario, un ecuatoriano algo más bajo que ella, también atlético aunque poco más robusto. Les aconsejó una amiga en común para que hablarán con él ya que su caso estaba perdido por las pruebas que tenían en contra.
La cuestión era que Vivian y la víctima, llamada Brenda, se conocían porque ambas tenían una relación de amistad basada en el sexo. Vivian y Mario eran una pareja liberal. Ambos eran bisexuales, y les gustaba el cuckolded. Les gustaba ver a su pareja tener sexo con otras personas, aunque la mayoría de las veces participaran los dos.
Vivian y Brenda eran amantes, compartían a Mario y participaban en orgías y en todo lo relacionado del mundo liberal. El problema vino porque Vivian si tenía sentimientos hacia ella, pero Brenda al sentirse más libre por estar menos amarrada, los sentimientos que tenía al principio se le fue diluyendo al tener más relaciones con más gente, para ella el sexo era su vida y nunca se casó ni tuvo parejas para no sentirse amarrada.
Brenda le confesó que no quería seguir con la relación a tres, que había conocido más gente y que quería disfrutar y aprender. Después de una discusión acalorada, Brenda, para hacerle daño por todas las barbaridades que Vivian soltó por la boca, le dijo que estaba enamorada de otra que la satisfacía mucho más y que le permitía relacionarse con quien le diera la gana, sin ataduras.
A los días de la discusión, mientras Vivian conducía para dirigirse a su empresa tuvo un despiste al caerse el ambientador que había en las rejillas de la ventilación justo cuando llegaba a un paso de peatones. Y con tan mala fortuna que justo pasaba Brenda y la atropelló causándole graves lesiones.
Esta era la versión de la treintañera, pero Pedro, empalmado a más no poder, solo pensaba en follarse a la morena. Así que después de un rato donde les hizo preguntas y recibió más información les convidó al día siguiente para ofrecerles una valoración y por donde encauzar el caso si ellos aceptaban sus servicios.
Cuando todos se levantaron para estrecharse las manos, el matrimonio sólo pudo fijar su mirada en el prominente bulto que el joven abogado, previamente ajustado para su exposición, tenía en la entrepierna. Pedro sabía que había conseguido su propósito, nada más le quedaba esperar al día siguiente para intentar probar las habilidades de esa experimentada pareja.
Toda la tarde estuvo buscando solución al problema de Vivian. En el tercer buche al Brugal con coca cola que se estaba tomando, como una rafaga de luz se le vino la inspiración. No es una cuerda de tres cabos. Hay un cuarto en discordia que no ha aparecido, y según la investigación parecía como escondido o anulado.
Poco más de las 9 de la tarde recibió una llamada. Una voz femenina le informaba que Don Mario lo emplazaba a las 11:30 horas del día siguiente para reunirse en casa de este que además junto a su esposa les invitaba a almorzar. Le dijo que encantado acudiría a la cita, y más si así podía ponerle cara a esa voz tan dulce que sonaba por teléfono. Con risitas coquetas la voz le contestó que esa dulce voz era de la secretaria personal de Don Mario, pero ella estaba en la oficina de la empresa y que el encuentro no se podía producir.
Para despedirse, Pedro le dijo que como ella ya tenía su número que lo llamara cuando quisiera para invitarla a una copa y poder disfrutar del timbre tan embriagador que salía de su boca. Con un, «ok, pronto la recibirás», acompañado de sus últimas risitas colgaron la comunicación.
Acabó su copa y se sirvió otra que se la fue tomando mientras anotaba en un folio las directrices que se le habían ocurrido además de comenzar un organigrama con flechas y nombres de los actores que participaban en el acto.
A las 11 y cuarto estaba tocando el interfono de la casa de los posiblemente nuevos clientes. Quien abrió fue Mario, que con una amplia sonrisa y un fuerte apretón de manos lo invitó a pasar, para dirigirlo a su amplio despacho. Le ofreció café y a sentarse en una de las amplias sillas que estaban frente a la inmensa mesa.
Cuando volvió con la bandeja con los cafés y un tarrito lleno de azúcar ya lo acompañaba Vivian.
Tras saludarlo y elogiar lo elegante que iba se sentaron alrededor de la mesa. Ahí Pedro les pidió más información sobre Brenda y si conocían a la persona que ella dijo que se había enamorado.
De esa persona no sabían nada, pero detallaron más sobre quién era su ex amante. Pedro anotó todo lo que le dijeron y quedaron en que pronto les informaría. Quería saber más sobre el presente de Brenda y para eso necesitaba ayuda.
Una vez acabado todo lo relacionado con el caso que les demoró por 2 hora y pico la pareja les dijo que los acompañará al comedor para almorzar.
La comida fue abundante, y el vino también. Gracias al alcohol la tertulia se hizo mucho más amena y el matrimonio le empezó a contar todas las aventuras sexuales que les gustaba.
A él le gustaba ver a su mujer follar con otros tíos. Y si eran más de dos mejor. Le gustaba verla gozar hasta que pedía que pararán. También le gustaba los trios con su mujer y otra, le gustaba los trios compartiendo a su mujer, pero lo que más le fascinaba era los trios con un bisexual.
A ella le gustaba lo mismo, aunque donde más disfrutaba era en las orgías. Les contó que cuando no tenían ganas o no podían quedar con alguien disfrutaban ellos mismos. Él la empalaba por todos los agujeros y ella lo follaba con un strapon.
Después de un momento de silencio Vivian le preguntó por sus gustos. Ahí el abogado empezó a desarrollar una lista que la pareja empezó a alucinar con las situaciones que había vivido el muchacho.
Pedro.- pero bueno, después de todas estas cosas que he vivido y las que me quedan por vivir, por que ya les he dicho que el sexo es mi hobby y mi manera de escapar de la rutina, con vosotros estoy alucinando. Me gusta la manera en la que vivís vuestra lujuria.
Vivian.- y a nosotros nos gustas tu. Nos gustaría que nos acompañaras a nuestra habitación y comprobar lo bueno que eres.
La contestación de Pedro fue levantarse exhibiendo de nuevo su paquete acomodado en el fino pantalón y mientras se acercaba a Mario se la fue sacando. Cuando estaba a su altura con una mano sujetaba su mástil y con la otra agarró la cabeza de su anfitrión por la nuca y jalandolo hacia su polla le colocó la punta del nabo en los labios. Mirando fijamente a Vivian le fue metiendo la polla en la boca hasta llegar a su garganta.
Pedro.- qué quieres comprobar? Como le doy polla al maricón de tu marido? Sabes que aunque me lo folle puedo ser más puta que él?
Con una amplia sonrisa y una cara de puro vicio Vivian se levantó y acercándose a Pedro por detrás le quitó la chaqueta y empezó a desnudarlo. La corbata y camisa volaron tras ella para comenzar a acariciarle el pecho pegando su cuerpo a la espalda. Con sus dedos finos le pellizcaba los pezones haciéndole gemir mientras le besaba el cuello y le susurraba al oído.
Vivian.- No es la primera vez que veo a este maricon comerse una polla ni vas a ser el primero en follártelo así que vas a tener que esmerarte para que tu fama no fracase con nosotros. Siiii, tu amiguita Flora no sólo te recomendó por tus dones judiciales. Nos contó que jamás follará como la vez que cayó en tus manos. Sácale el nabo de la boca a mi marido y vamos a la habitación de la lujuria. Allí está todo preparado para lo que se nos ocurra hacer.
Obediente apartó la cabeza de Mario que estaba apoyada en su pelvis y como dos corderitos siguieron a la espectacular morena que conforme caminaba por el pasillo rumbo a la habitación se iba quitando prendas hasta acabar desnuda delante de la puerta. Se giró ante ellos lo que provocó que ambos a la vez se bajarán los boxes que era lo único que les quedaba para estar desnudos frente a ella. Se volvió a girar para abrir las gos puertas correderas y pasar dentro.
La habitación era enorme. En el centro había una grandísima cama redonda de más de 4 metros cuadrados que no levantaba del suelo más de 40 cm, en la esquina delantera derecha había colgado del techo 5 columpios sexuales con amplias correas, en la izquierda una gran cama cuadrada también de unos 3 metros cuadrados, en la esquina izquierda trasera 5 sillas tantra bastante amplias y en la derecha un gran tatami en el suelo. Enfrente entre los columpios y la cama hay un espectacular mueble bar de madera con las estanterías llenas de todo tipo de bebidas alcohólicas, vasos y copas súper elegantes. Y en las paredes laterales había colocado unas estanterías con todo tipo de dildos, vibradores, bolas chinas e infinidad de juguetes sexuales. También colocados en huecos libres mirando hacia la cama central varios sofás.
Vivian.- Bienvenido a nuestra habitación de la lujuria. Una vez dentro nadie es totalmente dueño de su cuerpo, siempre con educación se respetaran los «no» de cada miembro pero no se aceptarán cuando las negativas constantes influyan negativamente en el desarrollo de lo que aquí acontece pidiéndole que abandone el lugar para no entorpecer.
El guión estaba automatizado en el vocabulario de la anfitriona que cogiendo a ambos de las manos los condujo a la cama central. Una vez en el centro los dos la abrazaron por cada costado para comérselas a besos y acariciar cada centímetro de piel.
Mario mientras le comía los pezones intercambiandolos de a poco, con una mano se apoderó de la vagina pasándole el dedo corazón por entre los labios y acariciando con la yema del dedo el sensible clítoris. Pedro le besaba el cuello y el hombro para dirigir su mano hacia el trasero carnoso y buscar, después de masajearlo bien, el ano de Vivian que solo al sentir la primera caricia se abrió para permitir al dedo recorrer bien el esfínter rugoso.
Cuando no pudo más de lo caliente que estaba se fue bajando poco a poco hasta quedar de rodillas ante ellos. Cojiendo cada polla con una mano las fué masturbando. Le encantó ver el nabo de Pedro, con su cabezona punta y su dureza. Fué a la que primero acercó su boca para sacar la lengua y darle varias lamidas que provocó que del prepucio emanara una buena cantidad de precum. Abriendo la boca empezó a comer como una experta mamadora, la lengua era como el rabo de una lagartija recorriendo todo el capullo.
Como un chupón sonó cuando la sacó apretando los labios, para dirigirse a la de su esposo que sin contemplaciones la empezó a chupar tragándola casi entera.
No tardó mucho Pedro en arrodillarse y buscar con la boca ese manjar. La esposa se la sacó de la boca y agarrandola la dirigió para que el muchacho la engulliera. Le gustó lo fácil que era comerse ese tronco que no era grueso pero si tan largo como el suyo. Se traspasada la garganta haciendo gemir a Mario al máximo.
El anfitrión le agarró entonces la cabeza y comenzó a culearlo metiéndosela hasta chocar los huevos en su barbilla. El roce que provocaba la garganta en el glande lo enloqueció y aumentando el ritmo de la follada hizo que tras tensionar su cuerpo descargara una buena cantidad de leche que sin ningún problema la fue tragando.
Mario.- uuuufff, dios que bueno. Como traga cariño. Sin duda la mejor garganta que me he follado. Uuuufff, vamos sigamos. Follate a la zorra esta, lleva desde ayer deseando que la empales.
Vivian se tiró en su busca abrazándose a su cuello para comerle la boca. Pedro, estando ambos de rodillas, la abrazó por su cintura acariciando toda su espalda. Las lenguas se entrelazan danzando entre ellas. Poco a poco se fueron tumbando hasta quedar él encima de ella, a la vez que se besaban le rozaba con la cabeza del pene su empapada vulva haciéndola gemir. Cuando comenzó a besarle el cuello ella le susurraba al oído.
Vivian.- ummmm, metemela, follame el coño, me tienes ardiendo.
Pedro fué bajando hacia sus hombros llegando a esos pecho puntiagudos con los pezones súper duros. Los fue lamiendo y degustando haciéndola gemir.
Poco a poco y a base de besos y lamidas se fue aproximando a su objetivo, el coño rasurado de Vivian. Cuando llegó a él posó su nariz entre la raja y fué bajando oliendo su aroma. Cuando llegó al final sacó la lengua y lamiendo muy lentamente subió hasta el clítoris donde hizo circunferencias alrededor de él. El gemido de placer pareció más bien un grito. Provocó que la morena lo agarrara por los pelos apretándole la cabeza para que sus lamidas fueran más profundas. No tardó más de 2 minutos en correrse llenando la boca de su mamador de flujos. Desvanecida echó su cuerpo a la cama con los ojos cerrados y una sonrisa de satisfacción que a Pedro le hizo mucha gracia. Pero su sonrisa era diabólica. Sin darle tiempo a coger aire cargó las piernas en cada brazo y acercando la verga a la entrada de su coño de un solo golpe se la enterró toda haciendo que Vivian despertara de golpe y abriendo al máximo sus ojos lanzó un gemido que retumbó en toda la estancia. Las metidas eran bestiales, la bombeaba sin miramiento. Ella echada con todo su peso en la cama solo podía gemir cuando podía, se dejó a merced de lo que Pedro quisiera hacerle. Se le tensionaba el cuerpo y lanzaba un alarido cada vez que tenía un orgasmo. Hasta que pidió clemencia.
Vivian.- aaaaahhhh, ahhhhhh, para por dios. Dame una tregua te lo suplicooo.
Pedro no quería acabar la tarde de sexo, así que apiadandose de ella aminoró las follada y permitió que cogiera aire.
Mario.- joder que follada le estás pegando tío. Nunca le oí pedir clemencia. Dios, quiero esa polla en el culo. Follame.
Parando la follada se deshizo de las piernas de Vivian dejándola tumbada de costado con la respiración agitada, y de rodillas como estaban sobre la cama, se acercó a Mario cogiéndolo de la nuca para hacerlo bajar hasta su verga y metérsela entera en la boca. Ahora tenía al ecuatoriano a cuatro patas con las manos apoyadas a la cama y sujetando la cabeza le metía y sacaba toda la polla despacio pero profunda. Mario chupaba como podía, cuando la punta llegaba a su garganta abría la boca y cuando salía y entraba cerraba los labios al máximo moviendo hábilmente la lengua.
La lujuria tenía que controlarla, debía bajar un par de punto la excitación porque ya a Vivian la dejó tirada en la cama con varios orgasmos y si se ponía igual con Mario la tarde se sexo llegaría muy pronto a su fin, y el quería disfrutar del matrimonio. Así que también bajó la profundidad de la follada de boca dejando a Mario que controlara la mamada. El anfitrión agradeció la bajada de intensidad y comenzó a balancearse sobre sus manos y rodillas para disfrutar chupando todo lo largo del nabo alojado en su boca.
Ya estaba Vivian tumbada de su otro costado observando como chupaba su marido. Había recuperado la respiración y ahora se estaba poniendo caliente de nuevo. Se incorporó y bajó de la cama dirigiéndose a una estantería para regresar con un arnés donde estaba incorporado un dildo de unos 23 cm pero solo de 3 cm y medio de grosor. Se lo colocó en la cintura y cogiendo un bote de lubricante se subió de nuevo a la cama colocándose detrás de su marido. Echó un buen chorreón en el culo y lo esparció por todo el ano introduciendo dos dedos.
Vivian.- quieres ver como me lo follo? Te lo voy a preparar para que lo disfrutes más.
Sacó los dedos y echando otro poco de lubricante en el dildo le acercó la cabeza al borde del ano para ir empujando poco a poco y meterle media verga haciendo a Mario soltar el nabo de la boca y soltar un gemido.
Se la fue sacando y metiendo cada vez más profundo hasta que después de varias metidas ya chocaba sus piernas contra los cachetes del culo.
Pedro volvió a sujetarlo por la nuca y comenzó a follárselo de nuevo por la boca al mismo ritmo que lo hacía la morena.
La escena le parecía un espectáculo, más al ver la cara de vicio y la mirada lasciva de Vivian, que mordiéndose el labio comenzó a subir el ritmo de la enculada.
Y ahí estaba Mario, le encantaba estar así, usado como una puta, saboreaba el nabo de la boca como un manjar. Pero el la quería en su culo. Y en un momento donde Pedro se la sacó para refregarsela por la cara así lo dijo.
Mario.- la quiero en mi culo. Quiero carne en mi culo. Follame. Preñame. Hazme tuyo.
Vivian.- hijo de puta, como pide carne. Que maricon tengo en mi casa. Follatelo y échale la leche en este culo de puta que tiene. Hazno padre, ya que el no me preña por maricon.
Diciendo esto le metió cuatro o cinco sacudidas más en el culo y se la sacó de golpe. Pedro le dijo que se tumbara, que quería verle la cara de zorra mientras se lo follaba. Le cogió de las piernas para ponerlas en el pecho y apuntando con la cabezona verga no le fué difícil clavarsela hasta que sus huevos chocaron con los cachetes. El ritmo fué frenético desde la primera metida. Mario sintió que lo llenaba, y el roce con la próstata le provocaba unos gemidos que retumbaban en la habitación.
Vivian se acercó entonces a Pedro por detrás y embadurnando bien el ano con lubricante le fue metiendo un par de dedos. Pedro se recostó más sobre Mario sin perder firmeza en la follada exponiendo más su culo para que Vivian pudiera dilatarlo mejor.
Cuando creyó que ya estaba preparado lubricó la polla del arnés para acercarla al esfínter del follador de su marido que al sentir la punta resbalosa paró la culeada para permitir la entrada.
Lo hizo lentamente arrancándole un gemido mientras sentía se le metía hasta la base. Se quedó quieta. Ahí empezó Pedro otra vez con el vaivén pero más lento, quería disfrutar de la sensación de ser follado mientras empalaba el culo de Mario.
Poco a poco fué aumentando el ritmo. No sabía describir el gusto que sentía. En un momento alcanzó un ritmo endiablado follando y follandose llenado la estancia de gemidos y chapoteo provocado por el choque de los cuerpos sudorosos.
Con ese ritmo enloquecido no pudo aguantarse de correrse cuando vió a Mario descargar su leche en su propio pecho. Se corrió sin tocarse porque el roce con la próstata lo enloqueció. Ahí Pedro paró en seco la follada para tensionar el cuerpo e inundar de lefa el culo de un desfallecido Mario.
Los tres quedaron exhaustos, abrazados en esa misma posición con los dos culos rellenos aún. Fué Vivian la primera en salir del culo y quedar tumbada boca arriba. Pedro hizo lo mismo y tumbandose cerró los ojos.
Con las respiraciones agitadas y cansado como estaban no pudieron evitar quedarse dormidos.
En esos pensamientos estaba Pedro cuando se sobresaltó por el ruido del cierre de la puerta. Eran Mike y Allen, este último armado.
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