El precio de la lujuria. Parte 9

Coincidencias. Conociendo a Allen .
Buenas, por motivos laborales y personales tuve que dejar de escribir. Falta de tiempo. Perdón.
Está es la novena entrega de esta historia. Ahora intentaré dedicarle un poquito de tiempo a ella. Para los que no han leído las otras partes están en mi perfil. Les agradecería que lo hagan y me den sus opiniones. Gracias.

Coincidencias. Conociendo a Allen.

El agua fría les limpiaba los poros abiertos de par en par. Una vez que el calor desapareció se abrazaron y besaron. Las manos recorrieron los cuerpos desnudos, la piel la tenían tan sensible que se erizaba con cada caricia. Cogiendo gel se ayudaron a enjabonarse para volver a abrazarse y limpiarse a fondo.

Después de secarse el cuerpo se fueron hacia el pasillo y en la puerta de la habitación de Pedro se despidieron hasta el día siguiente con nuevos besos y caricias.

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Pedro se tumbó en la cama mirando al techo. Empezó a sonreír, a reír y soltó una carcajada que retumbó en la habitación. Pensaba en el día que tuvo, el polvazo con Mike que le dejó el culo abierto a todo lo que daba, la conversación con Ignacio y los deberes que le endosó y por último el comerse a esos dos chavales tan ricos. Se mentalizó que debía cooperar en el trabajo asignado y que la oportunidad de un sexo tan rico y variado lo tenía que aprobechar al máximo. En esos pensamientos estaba cuando, por el cansancio, se quedó dormido.

Fruto de una pesadilla se despertó sobresaltado. No recordaba lo soñado pero estaba acelerado. Se miró el cuerpo y se vió desnudo, se sentía descansado, no sabía cuánto había dormido pues desconocía la hora que era, tampoco el día ni el mes ni nada relacionado con el tiempo que llevaba allí. Miró hacia el ordenador y se preguntó si estaría el típico reloj en la base de la imagen. Se levantó de la cama para coger su ropa y vió tres pantalones y tres camisetas tiradas en el suelo. Buscó la talla mayor y se vistió. Encendió la pantalla del ordenador y vió la hora que era. Las 07:05 marcaba, se dijo a sí mismo que era temprano pero quería aprovechar para ponerse a trabajar.
Abrió el archivo con las miles de carpetas, cogió un folio y un bolígrafo para anotar y se puso a abrir documentos para leerlos y tomar indicaciones.
Tocaron a la puerta, Miró el reloj y marcaba las 07:50. Dió permiso para que entraran y cuál fué su sorpresa que era Allen.

Allen.- Buenos días. Me ha dicho Cris que cree que no te dijo la hora del desayuno. Es en diez minutos. He venido a acompañarte por si no sabes donde es.
Pedro.- ah, vale gracias. Pues me calzo y nos vamos ya si quieres.
Allen.- vale perfecto.- miró hacia el escritorio y observó el organigrama con el nombre de Fermín anotado.- te puedo hacer una pregunta?
Pedro.- claro, por supuesto.
Allen.- ¿Quién es ese Fermín que tienes anotado ahí? ¿Ese Fermín trabaja para Don Ignacio?
Pedro.- sí, a ese mismo Fermin pertenece esa anotación. ¿Lo conoces?
Allen.- claro que lo conozco, viene por aquí de vez en cuando.
Pedro.- y sabes a qué viene?
Allen.- jajaja, pues a que va ser, viene a que me lo folle. El Don nos pide un trato especial para él, aparte de ser empleado suyo también es amigo de la infancia. Tiene acceso a todos los videos que hacemos aquí y alguna vez que otra le pide al Don una cita conmigo. Es un adorador de la verga y le gusta que le follen a saco.
Pedro.- vaya con Fermín. No me lo esperaba de él. Está casado y tiene dos hijos, si no ha sido yá lo será pronto abuelo de una nieta. Es buena gente y muy servicial para Ignacio. Lo tengo anotado porque es la cabeza del laberinto que tengo que resolver. Me gustaría hablar con él cuando viniese. Si no te importa me avisarías cuando él venga de nuevo?
Allen.- claro, sin problema. Nos vamos?
Pedro.- si,si claro, vámonos.

Salieron al pasillo en dirección contraria a las duchas. Quedó mirando, mientras pasaba, la puerta número 100. Atravesaron una puerta automática y se adentraron en otro pasillo con una puerta grande a cada lado y entraron en la de la derecha. Un grandioso salón los recibió, con paredes estucadas de color crema que parecian espejos. A la izquierda había billares, futbolines, dianas para dardos, estanterías con libros y varias filas de sofás y amplios sillones con sus mesitas. Al fondo varias mesas con sus cuatro sillas y a la derecha algunas estanterías con juegos de mesa y más libros. También una mesa larga con 12 sillas delante de una puerta doble abatible. Había sentadas 7 personas entre las que se encontraban Cris, Alex y Mike presidiendo la mesa.
Dieron los buenos días y Allen se sentó en una silla vacía a la derecha de Mike. Cris le ofreció a Pedro una entre él y Alex.

Cris.- Pedro, te presento a Riki, Aiko, Oscar y Hugo. Chicos él es Pedro, nuestro nuevo compañero. Mike me ha pedido que después de desayunar que no lo abordemos demasiado, que tenemos trabajo y que luego a la tarde tendremos aquí en el salón una convivencia para celebrar su bienvenida.

Pedro los observaba y se mantenía callado mientras ellos charlaban y desayunaban. Al acabar se fueron despidiendo y cada cual a sus quehaceres. Allen al ver que se quedaba sentado como esperando se dirigió a Pedro.

Allen.- Pedro, ¿ya sabes el camino no? Puedes andar por los pasillos libremente. No tiene por qué acompañarte nadie, no eres un prisionero. El salón lo puedes usar cuando quieras, viene bien desconectar. El almuerzo es a las 14 horas.
Pedro.- ah, vale. Perdona. Gracias por tu generosidad.

Allen le despidió con una amplia sonrisa. Era la primera vez que le veía sonreír. Le pareció maravillosa.
Una vez en su habitación volvió a la faena revisando archivos. Anotando cada cifra, cada empresa, cada dato que le parecía sospechoso. Estaba tan metido en su cometido que le permitió por primera vez desde que estaba ahí no pensar en sí mismo ni en su situación.
Llevaría algo más de tres horas trabajando cuando por primera vez miró el reloj. El golpe de llamada en la puerta lo sobresaltó. Dio permiso y abrió la puerta Allen entrando con una tablet en la mano.

Allen.- Hola Pedro, espero no molestar.
Pedro.- ay no, no es ninguna molestia. ¿Qué se te ofrece Allen?
Allen.- pues que pensando en la conversación que tuvimos esta mañana se me ha ocurrido enseñarte algo.- Dijo encendiendo la tablet y abrir una carpeta.- mira estos son los encuentros que he tenido con Fermin, por si querías verlos.
Pedro.- ah vale, pues como quieras, gracias. Siéntate por favor. A ver, a cuál le doy?
Allen.- El mejor es el cuarto. Por lo menos es el que más me gusta a mi.

Sentado en la silla de escritorio pulsó el archivo 4 y la imagen que apareció fué a Fermín totalmente desnudo dando vueltas por la habitación. Era un hombre alto y canoso, con 52 años se veía en forma, no era un cuerpo gym porque él no practicaba pero se le notaba que en su juventud sí practicó deporte y que vivía una vida sana.
En la habitación había una cama de 2 metros cuadrados y en un costado se veía un columpio sexual.
Se ve que se asusta al abrirse la puerta y sonríe cuando ve entrar a Allen. Cuando se juntaron se abrazaron y besaron comenzando a hablar. De nuevo volvieron las bocas a comerse y el maduro le echó mano al paquete para sobar por encima del pantalón. Bajó los beso por el negro pecho de Allen mientras se arrodillada para quedar justamente enfrente de la polla marcada en el pantalón. Se agarró a las costuras del pantalón para bajarlo hasta los tobillos y quitárselos. Agarró la base del rabo y lamió todo el tronco hasta la punta que la emgulló hasta topar con su garganta. Comenzó con ganas a chuparla y masturbarla. Llevando un rato así le levantó y guiando al moreno hasta la cama lo invitó a tumbarse.
Lo hizo para ponerse boca arriba con los brazos cruzados en su nuca. El maduro gateando se colocó entre las piernas y metió la cara entre los muslos para lamer toda esa parte, las piernas, las inglés y los huevos eran su objetivo. Cuando se acabó con el festín de huevos pasó la lengua hacia arriba por todo el contorno de la verga y acabó tragando todo lo que su cavidad le daba. La mamada era lenta y saboreaba cada centímetro haciendo hincapié en el capullo donde lamia haciendo circunferencias y chupaba relamiéndose los labios de la cantidad de precum que recogía.
El video duraba 56 minutos, caliente como se estaba poniendo deslizó el dedo hasta ver a Fermín de cuclillas sobre Allen metiéndose el rabo por el culo hasta rozar los huevos en el ano. Con las manos sobre el pecho bajaba y subía las caderas flexionando las rodillas. La cabalgada era bestial. Nunca se imaginó que el bueno de Fermín fuera una puta amante de la verga.
Volvió a deslizar para adelante para encontrarse con la imagen del maduro amarrado en el columpio con las piernas abiertas y su amante follandolo agarrado a las correas. Lo follaba con un ritmo trepidante ayudado al vaivén que facilitaba el columpio. Los cuerpos estaban sudados y Fermín reflejaba en la cara que estaba al borde del desmayo con su pecho y barriga empapadas con la leche que había soltado por la follada.
Le dio más adelante hasta casi el final para ver como deteniendo las embestidas le preñó el culo llenándole de lefa. El final era que con el cansancio se mantuvieron un rato parados intentando coger aire y después le desabrochó las correas y le ayudó a bajar.

Pedro.- madre mía. En mi vida me hubiera imaginado que Fermín fuera tan maricón. Jooder que follada le pegaste. Si con esto tu intención era ponerme caliente lo has conseguido. Ahora solo tengo ganas de comerte la polla y que me revientes el puto culo.

Soltó la tablet en el escritorio y se desnudó. Estaba empalmado a más no poder. Se dirigió hacia donde estaba sentado Allen y se arrodilló entre sus piernas. Le acarició las piernas dirigiendo las manos hasta el botón del pantalón para desabrocharlo y tirar de él hacia abajo para desnudarlo.
Agarró la polla flácida y se la metió en la boca. Le gusta comenzar las mamadas así, le encanta notar como, poco a poco, crece en la boca hasta que se le llena de carne. Una vez tiesa como un garrote su objetivo era traspasar su propia garganta. Al principio con arcadas pero cuando coge el ritmo de la respiración las metidas son cada vez más profundas.
El chapoteo de la mamada causado por la gran cantidad de saliva que emanaba era ensordecedor. Llevaba días queriendo comerse esa polla y ahora la iba a disfrutar bien. Se la sacaba de la boca para pasarle los labios por todo el contorno y detenerse en los huevos para chuparlos y llenarlos de saliva. Volvía otra vez al glande para tragarlo entero y continuar chupando disfrutando cada traspase por su garganta.
Allen con los brazos apoyados en la cama veía como su descomunal rabo desaparecía y aparecía de esa boca. También le tenía ganas al abogado y ese día fué a por él. Esperó a que su situación se normalizara para ir a catar ese culo tragón.

Allen.- uffff, para, para de chupar que me vas hacer correr. Joder como tragas polla cabrón, eres una buena puta. Vamos, súbete aquí a la cama. Quiero tu culo.

Se tumbaron en la cama y se abrazaron y besaron con pasión. Las lenguas se hacían un ocho, las salivas se mezclaban y la calentura los tenía llenos de lujuria.
Pedro fué girando sobre sí mismo hasta quedar su espalda pegada al pecho del negro. Se acordó del lubricante que dejó allí el pelirrojo. Estaba encima de la mesita de noche, lo alcanzó a coger y se lo dio a su amante.
Allen lo tenía abrazado comiéndole el cuello y refregando su verga por el culo. Con el bote de gel en su mano se echó una buena cantidad en su polla y lo soltó sobre la cama. Con un par de dedos recogió un poco y lo untó en el ano haciendo presión para meterlos hasta los nudillos. Los fué metiendo y sacando separándolos para abrir más el culo.
Sacó los dedos y agarró su mástil para apuntarlo hacia la entrada. Colocó la punta y empujando un poco metió la cabeza. El gemido explotó en la boca del abogado. Agarrándose a la cadera le fué empujando más carne hacia dentro. Poco a poco la fué tragando hasta que los cuerpos se juntaron sin dejar un milímetro de polla fuera. Ahí se quedaron quietos para acostumbrar el recto con la tranca metida hasta que Pedro pidió que lo follase.
Con un movimiento suave de caderas lo culeaba lentamente. La posición fetal le permitía recibir cada estocada hasta el tope.
El ritmo aumentaba poco a poco. Con el roce del capullo en la próstata se le escapaban gemidos sordos debido a ese pequeño dolor mezclado con gusto, más cuando los golpes de la penetración hacían moverse y chillar la cama.
Por fin era follado por ese negro, desde que lo vió deseaba su polla. Ahora ahí estaba, a su merced. Se dejaría hacer lo que quisiera. Ahora era su puta.
Allen poco a poco aumentaba el movimiento de caderas. Sacaba casi al completo su polla para enterrarla de nuevo en un movimiento rápido. Abrazaba el cuerpo de Pedro para apretarlo hacia él y profundizar más su polla y darle más fuerte sus estocadas.
Pedro notaba su culo abierto a todo lo que daba, le encantaba sentir todo el recto lleno de carne y Allen lo rellenaba al completo. Pero él quería más duro.

Pedro: rómpelo, rómpeme el culo. Quiero que lo destroces.
Allen: eso quieres maricon, quieres que te rompa? Ponte boca abajo puta, te voy a reventar.

Giraron sobre ellos mismo quedando Pedro tumbado a lo largo sobre la cama con Allen encima de él sin sacar la polla de su culo. Movieron sus cuerpos para acomodarse, sacando más el culo el abogado y el negro apretó sus rodillas más a la cama para empezar a follarselo salvajemente sacando completamente el nabo y meterlo con empujones secos provocando el gemido del pasivo que notaba como el roce con la próstata lo hacía orinarse.

Pedro: asiiiii, siiii, follame el culo, rómpelo. Dios que gusto, que polla joder, follame, follame.

Tras muchos minutos sin parar el ritmo Allen empezó ya a cansarse, pero no quería parar, ese culo le causaba un gusto espectacular y quería disfrutarlo. Pedro lo notó y tampoco quería que la follada se acabará.

Pedro: déjame que te cabalgué, quiero trabajarte tú polla. Quiero que veas lo puta que puedo ser. Túmbate que ahora me toca a mí.

Salió de a una de su culo provocándole una sensación de vacío. Se tumbó a todo lo largo en la cama observando como el abogado poniéndose en cuclillas y agarrando su polla la guiaba hacia su culo.
Muy despacio la fué introduciendo hasta topar con la base. Soltó un gemido mezclado con una risa al notarse otra vez relleno.

Pedro: uffff, que polla joder. Que ganas tenía de sentirla.
Allen: es toda tuya, y lo será siempre que quieras.

Agarrado a su pecho, fué inclinándose hasta topar su boca con la de su amante, fundiéndose en un morreo lleno de lujuria. Se separó del beso y soltando un “uffff, allá voy”, fué flexionando las rodillas sacando casi al completo el nabo de su culo y volviéndolo a introducir hasta sentarse sobre la pelvis de su negro.
Lentamente, disfrutando del roce de esa verga negra en las paredes de sus entrañas, fue subiendo y bajando. Su polla babeaba como un caracol, manchando el vientre de Allen. El gusto era abrumador. Con los ojos cerrados y la boca abierta gemía como una puta.
Era tal el gusto que poco a poco fue aumentando las flexiones provocando el clásico ruido de dos cuerpos sudorosos chocando.
Pocos minutos después ya saltaba sobre el mástil tieso de Allen, las clavadas eran demoníacas. La habitación se lleno de gemidos, gritos y los “plas, plas” de los cuerpos.
Agotado y con las piernas temblorosas fue amainando las flexiones hasta quedar clavado. Paro en seco intentando recuperar el aliento.
Pero Allen no le dió tregua. Agarrándolo de la cintura comenzó a mover las caderas frenéticamente follando el maltrecho culo de Pedro, que solo pudo apretar sus manos sobre el pecho clavándole los dedos y disfrutar de las arremetidas de ese falo.
Allen no aguantó mucho más, llevaba muchos minutos aguantando la corrida. Así que apretando el cuerpo de Pedro hacia su pubis paró la follada y lo inundó con varios trallazos de leche.
Pedro la recibió exhausto, la notaba tan caliente que le daba la sensación que le ardía el recto. Eso le encantaba, sentir las convulsiones de una polla dentro de él mientras sentía la leche caliente en las paredes intestinales le daba un morbo tremendo.
Una vez que recuperó un poco el aliento, intentó levantar su pierna izquierda para girarse y dejarse caer boca arriba en la cama al lado de Allen.
Ambos respiraban intensamente, muertos de calor y el cansancio solo podían exhalar aire por la boca abierta.

Pedro: ufffff, que follada Dios. Que bueno. Dios que polla, que gusto da.
Allen: uufff, te ha gustado? Vaya, se han quedado cortos cuando me contaban lo puta que eres, y el gusto que da tu culo. Me ha encantado follar contigo. Ha sido bestial.

Una vez recuperados Pedro decidió ir a las duchas a quitarse el sudor. Allen dijo que él iría después ya que había dejado un recado de Ignacio sin hacer. Quedaron entonces para el almuerzo despidiéndose con un largo morreo.

Cuando llegó a su habitación ya no estaba Allen. Recogió las sábanas de la cama, se vistió y salió de allí rumbo a la lavandería.