El primer viaje de Culiverg
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Eran muchas las noches en las que me entre dormía pensando en un hombre; no importaba cual, no importaba quién; mis sueños siempre iban a su sexo no a su persona…, quería rememorar los momentos de lujuria que había tenido en mi niñez y juventud con mi hermano, mi gran amante de antaño.
Hoy tengo más de cuarenta años y la última vez que tuve un encuentro con un hombre fue allá como a los 18 años, y lógicamente…con mi hermano mayor.
Hacía calor y no me podía dormir, al otro día debía levantarme temprano ya que iniciaba un viaje de tres días junto a un compañero de trabajo, y si no dormía me iba a costar manejar toda la mañana hasta llegar a destino.
Me dormí masajeándome la pija pero sin que se me parara y menos que me acabara…el sueño, después de tanto esperar…, me venció.
La mañana temprana me encontró con el slip manchado y todo pegoteado, pero no recordé nada de lo que había pasado, indudablemente el flujo de la noche anterior se mostraba en mi ropa interior.
Me levante, una ducha, un buen café para despejarme y a buscar a Jorge por su casa, me despedí de mi pareja y salí. A los quince minutos veía la figura de Jorge que me esperaba en la puerta de su casa.
Cuando subió al auto, tuve un pensamiento que cruzó muy rápido por mi mente…me imagine a Jorge desnudo por la habitación yéndose a bañar mientras yo lo miraba desde la cama. Fueron dos segundos, inmediatamente volví y acelerando suavemente el auto nos fuimos alejando de su casa, luego de la ciudad; lo más extraño es que jamás había hablado de sexo con él y menos verlo desnudo, fue un flash sin sentido…, en ese momento.
No habrán pasado quince minutos que pare en la primer estación de servicio para llenar el tanque; baje le deje el dinero a Jorge y aproveché para ir al baño. Cuando baje el cierre de mi pantalón y la saque para orinar, sentí que el flujo nuevamente me había inundado el sexo y el slip; hice, me seque con un poco de papel, como nunca lo haría un hombre y volví al auto.
Llegamos a destino a las tres horas, luego de haber charlado todo el tiempo en el que nos fuimos conociéndonos como personas y fuimos organizando lo que haríamos comercialmente, el viaje transcurrió muy rápidamente gracias a la charla amena.
Antes de parar en un restaurante que vimos de camino para almorzar, decidimos ir al hotel y dejar las cosas, además de asearnos al menos las manos.
La habitación era amplia y con una muy buena vista a un lago que servía de fronteras con un país hermano; Jorge corrió las cortinas y parecía que estábamos en el medio del paisaje ya que todo era vidriado; yo me senté en el borde de la cama a deleitarme con esa foto natural mientras él iba al baño. Lo espere para salir.
Ese día fue el que más trabajamos, si se le puede decir trabajo a vender ropa íntima en dos o tres boutiques que yo tenía de clientes y a las que Jorge, a partir de este viaje atendería; razón por la cual viajábamos juntos, por única vez.
Volvimos cerca de las 21 hs y cuando entre a la habitación me tiré en la cama muy cansado, indudablemente el viaje se cobraba el esfuerzo. Jorge volvió a correr las cortinas y salió al balcón.
Creo que me entre dormí un rato, cuando desperté alcance a ver a Jorge salir del baño con un boxer muy fino y de colores suaves, fue lo primero que miré, creo que el lo notó. Me levante y fui a bañarme para salir a cenar; mientras Jorge se vestía lentamente delante mío…; buena espalda, lindas piernas, hermoso culo…, tuve que irme al baño porque me delataría la empalmada que me iba a pegar si seguía mirándolo de atrás imaginando lo de adelante.
Dormimos temprano viendo una película que lamentablemente no era porno, no nos teníamos tanta confianza como para ver quién elegía primero la porno, así que pasamos con una aventura hasta dormirnos.
El segundo día fue casi calcado, solo que tuvimos un rato a la tardecita y nos fuimos a un bar a tomar algo y ver pasar las chicas, lo que hizo que nuestros comentarios fueran subidos de tono y la confianza se estrechó más.
Cenamos allí mismo y nos fuimos tempranos al hotel. Mi confianza estaba por pasarse de vueltas, algo rondaba en mi cabeza pero como soy una persona que se diría normal y además su colega, no quería incitar nada directamente, menos en lo que era sexual…pensé que con una paja que me haría en el baño ya estaría y mi calentura pasaría sin que nadie se de cuentas..pero igual quería intentarlo.
Mientras Jorge se desvestía, lo cual me daba la oportunidad de verlo de espalda y agachado mientras ordenaba su ropa, mi tentación fue subiendo como mi calentura. Se me ocurrió que solo una película porno lo desataría y disimuladamente me puse a cambiar de canales buscando “algo”, mientras y para tentarlo más (eso quería yo) me desvestía parado al lado del televisor.
Pasaba y no miraba, disimulaba, pero sabía que al menor jadeo que escuchara del TV debía parar, justo cuando comienzo a bajar mis pantalones y tengo que dejar el control, Jorge que me dice…- deja ahí…mira que hija de puta la pija que se come…obviamente hablando de la porno que yo había puesto.
– que bueno, dije, y mirando al TV me fui acercando de espalda a mi cama pero del lado de su cama así el me veía desvestir completamente, lo que hice pausadamente y excitándome con solo pensar en su cuerpo. Me acosté, no apagué mi luz, solo le pedí a Jorge, que estaba del lado del balcón, que corra bien las cortinas y como excusa le dije que quería dormir un poco más al otro día así que no quería que entrara el sol temprano. Cuando se levantó note levemente que su boxer estaba algo agrandado de adelante…, y eso me dio pie…, – epa…que paso? Te gusta demasiado la peli…, le dije mirándole el bulto. Se puso colorado e inmediatamente se le bajo lo poco que se le había parado; se rió y se la toco diciendo que el era un calentón y que cualquier cosa de esas lo ponía a mil.
– a mi también me pasa eso, le dije mientras me sobaba el bulto sobre las sábanas; Jorge se acostó de nuevo pero no se tapo quedo así masajeándose la pija sin disimulo; indudablemente se había calentado y mucho…y eso me gusto porque más allá de nuestra relación, Jorge se jugaba a hacer lo que le salía de adentro, sin medidas.
Seguimos mirando la película y en una parte una mujer es penetrada por un hombre blanco de atrás y mientras este se lo hacía apareció un hombre negro y con una pija descomunal y penetró al hombre blanco haciendo un trencito ardiente…tanto como el culo le quedaría al actor de la película…
– faaaaa, que pedazo de verga se come el tipo…, dijo Jorge
– envidiable…, contesté
– qué?
– La verga del tipo
– Te gustaría tenerla? me preguntó
– Adentro…le dije sin darme cuenta de lo que expresaba y reí a carcajadas.
Jorge se dio cuentas de mi calentura y dándose vueltas hacia mi cama, se saco la verga del boxer para mostrármela diciendo…
– ésta es parecida a la del negrito, solo que mas blanquita…, cuando me di vueltas para vérsela me encontré con una zanahoria colorada, cabezona de medidas normales, más bien tirando a grande…,- una delicia… pensé.
No quise quedarme atrás, el juego se había abierto e inmediatamente me quité las sábanas de encima y pele mi normalita verga bien parada y ya con algo de flujo en la punta; no dije nada, sabía que me la miraba, la luz que había dejado prendida mostraba a Jorge como me pajeaba suavemente tratando de tentarlo pero disimuladamente; todo debía parecer como que ambos terminaríamos en unas pajas y a dormir.
Comenzamos a reírnos mirándonos a los ojos, aunque ninguno dejo de sacudirse lentamente los troncos que ya, mirados de frente, brillaban cabezones. Tome la iniciativa y me senté en el borde de la cama del lado de su cama y comencé a sobarme los huevos que ya se contraían de la calentura que tenía; miré a Jorge como invitándolo a que me siguiera, entendió…se irguió en la cama, se sentó al borde frente a mi, con ese hermoso aparato mirándome y comenzó a subir y bajar su cuero solo con tres dedos, sus huevos no se contraían, colgaban cual higos morados rodeados de pendejos que también brillaban…, no pude más y solté mi verga, me arrodille en el suelo y fui de rodillas hasta él; nos miramos y sin decir palabras quité su mano de la verga y la tomé para subirla y bajarla con muchas ganas, me gustaba llevarle el cuero hasta lo más bajo, que la cabeza de su verga brillara por tener la piel tensa, y en cada bajada de cuero Jorge daba un suspiro corto pero intenso, le dolía pero gozaba.
Me tomo de la cabeza y me llevo lentamente a que me la metiera en la boca, abrió sus piernas para darme el lugar exacto; sentí el calor de su sexo en mis mejillas, su verga hervía y había crecido lo suficiente como para tenerla con una mano de abajo y el resto metérmelo en la boca, era suave, tersa, con un sabor metálico dulce-salado…rica…!!!
Solté su verga y me dediqué a manejarla solamente con la boca, nunca pensé que me metería algo así…y tan adentro. Mis manos ahora le rodeaban la cintura, a veces buscando su raya vía sus nalgas para llegar abajo, pero sin poder.
Cuando comencé a sentir que mi boca se dormía me di cuenta que debía dejarle la verga un rato; empuje a Jorge hacia atrás apoyando una mano en su vientre quedando él acostado y con las piernas en el suelo; me fui parando despacio, a medida que le iba lamiendo los pendejos llegando al ombligo y luego a sus tetillas: duras, paradas saladas por la transpiración. Yo no llegaría jamás a su boca, siempre aborrecí a los hombres que se besan en la boca y yo no lo haría. Seguí subiendo hasta que nuestras vergas se juntaron allá abajo mezclando sus flujos, fui a besarle y morderle el cuello, lo quería bien caliente y lo estaba logrando…
– no aguanto más , me dijo
– shhh..esperá, no te toques que te vas a acabar y quiero tenerla…, le dije
Subí un poco mi cintura mientras besaba su oreja, y con la ayuda de una mano me coloqué su verga en la raya, cerca del agujero; se moverme, se tener un aparato allí, mi mujer me lo hace de vez en cuando, pero esto era distinto, esta verga estaba acompañada de un cuerpo y era caliente, lisa, jugosa, no como los juguetes que me metía ella.
Subía y bajaba rozándole la cabeza con mis nalgas, lo que lo ponía loco tratando de ponérmela…, creí que se acabaría sin ponerla y para no perder la oportunidad única, me separé de su cuello y nuevamente le tome la verga para manejarla; me arrodille sobre su cuerpo, pase su cabeza varias veces por mi agujero para que dilate un pocote ganas y a la vez se moje con su flujo…me latía el agujero.
Me fui sentando suave, solo la cabeza intentó entrar, era grande y el culo me ardía…Jorge con sus ojos cerrados suspiraba. Esperé un rato y comencé a subir y bajar despacio comiéndome primero la cabeza entera y luego la verga de a poco, disfrutándola prendido de las tetillas de Jorge hasta que me entró toda; me quedé quieto y metí una mano por debajo para tocarme el culo y saber hasta donde estaba metida…toda…!!!, solo los huevos quedaban afuera, mi felicidad era enorme y mi morbo más; mientras me movía imaginaba la redondez de mi agujero llenado por ese tronco de carne venoso..
Palmee a Jorge en su panza y cuando abrió los ojos me vio levantándome de su mástil…
– Espera, no me acabé, me dijo…
– Ya se…, levantate un minuto, le pedí
Me acosté en la cama sin dejar de mirarle la verga, estaba extasiado con ella, me abrí de piernas y le pedí que se metiera entre ellas, su verga se balanceaba como si la cabeza pesara un kilo…era hermoso verla sacudirse en el aire. Jorge se arrodillo entre mis piernas y yo levanté las mías para colocarlas sobre sus hombros, me apoye fuerte en ellos y me acerqué a él poniendo el culo sobre su verga, él se la tomó y me la pasaba suavemente por la raja, cerca del agujero…,
– dale, le dije
– ahora, ya…, me contestó
la belleza comenzaba a entrar, ahora más fácil; yo dilatado, ella mojada…era un verdadero placer…cuando toda entró, Jorge comenzó a taladrar; primero suave, luego más rápido y al final parecía que quería meterse dentro mío, sus huevos ya iban a explotar contra mis nalgas como explotaría en leche esa bella cabeza que entraba y salía a gusto.
Sentí que su cabeza se agrandaba en mi culo y presentí su acabada, metí mis manos bajo mi cintura y ayudado por ellas me elevé para que me la metiera totalmente adentro, quería sentir en mis tripas los golpes de leche que me entregaría Jorge en un segundo, y así fue…; mordiéndose para no gritar, me pego dos o tres estocadas que nos llevaron casi al otro borde de la cama; su verga llegaba a mis fondos y latía fuertemente mientras lanzaba sus chorros calientes y espesos…dos, tres, cuatro cien chorros inundaron mi culo…, y cayó rendido sobre mi traspasándome sudor, calor…, sexo puro!!!.
Estuvo dos minutos así hasta que su verga cayo de mi agujero totalmente flácida, la leche me corría por las dos líneas que forman las nalgas y las piernas; me miró, me sonrió y bajo a chuparme la verga, sabía que debía complacerme de los dos lados; me asombré en la forma que lo hizo y en la forma en que se trago todo cuando comencé a acabarme…, me la chupo hasta que se me puso blanda, aún así le pasaba la lengua a la cabeza.
A la mañana, cuando despertamos, estábamos abrazados en la misma cama, nos miramos y sonreímos, nos levantamos juntos y nos fuimos a la ducha donde comenzamos a jugar con nuestros cuerpos sin llegar a nada, ni decir nada; eso si nos sobamos un buen rato ambos…cada tanto yo me pasaba el jabón y la mano por el culo para ver cómo me había quedado…no había quedado mucho de la noche anterior…su leche en mi culo, mi leche en su boca y el aro de mi tesoro totalmente dilatado y con ganas de seguirla en cualquier momento, al rato estábamos trabajando en la calle sin hablar del tema.
Así fue que Jorge viaja cada tanto conmigo, a veces lo hago con otros compañeros, pero Jorge es el mejor compañero que tengo de mis viajes de Culiverg.
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