El Príncipe Roto
Oscura y secreta historia medieval en la que un pequeño es el objeto de una cruel venganza imperial..
Hace un tiempo pude viajar a Italia, y visitar una de sus bibliotecas. Siempre me han gustado los libros antiguos y empolvados por lo que estuve buscando un buen rato en la sección de «Literatura Antigua» algo interesante… Y encontré «Gli oscuri segreti dell’amica di Juana» escrito por un tal «Maximilian Serperosso».
Ahora deseo compartir con ustedes las oscuras historias medievales que pude leer en este texto antiguo que permaneció culto, quién sabe cuántos siglos, en el rincón más oscuro de esa biblioteca. Espero les guste este primer fragmento de esos textos:
En la antigua Italia del siglo XV existía un rey llamado Ludovico I que se caracterizaba por tener un carácter afable, amoroso con su reina, amable con sus súbditos, cruel con sus enemigos y en general, un maravilloso gobernante. El rey Ludovico también era un hombre de piel blanca marfilada, barba abundante, negra y pulida, cuerpo musculoso e imponente, voz gruesa y un rostro bastante atractivo y juvenil que concordaba perfectamente con sus 27 años de edad.
Ludovico fue huérfano de padre desde que tenía 2 años, por lo que creció bajo la tutela de su madre; la fallecida reina y sus cuidadoras. Fue educado en las nobles artes de la diplomacia, la literatura, la música, la pelea con espadas, entre otros. Esta educación estructuró a un hombre digno del trono que luego ocuparía. Un rey benevolente con sus allegados, pero un cruel y peligroso oponente con sus adversarios.
Aproximadamente en el año 1490 (según los textos secretos que pude revisar), el rey Ludovico y su reina tuvieron a un hermoso bebé de cabello rubio brillante como el de su madre, piel blanca y suave como la de su padre y ojos grises claros como el de ambos progenitores. Realmente era un niño precioso al que llamaron Federico.
Ludovico volcó en el pequeño Federico una actitud paternal hermosa impulsado por la soledad paterna que él mismo sentía. Pasaba su tiempo contemplando al bebé mientras dormía, acariciando sus rosadas mejillas, su rubio cabello, sus suaves piernas, respirando su aliento y limpiando la saliva que salía de su boca. Cargaba al bebé por todo lado no dejando ni que sus cuidadoras le ayudaran. Él mismo se encargaba de limpiar al bebé cuando era necesario, de vestirlo, de bañarlo… Solo lo soltaba cuando la reina debía alimentarlo y aún así, el rey estaba cerca, observando a su pequeña criatura como comía.
Tal era la entrega de Ludovico con su hijo que incluso la reina aprovechó que su esposo estaba absorto en el bebé para tener un amorío en secreto con el caballero principal de la corte, la mano derecha de la corona y mejor amigo del rey. Mañanas, tardes y partes de las noches la reina se perdía entre los bosques con el caballero, argumentando que salía a dar paseos y que requería de la mejor guardia del reino. El rey, inocente de la situación, ni le prestaba atención porque estaba feliz de ser el padre que la muerte no le permitió tener.
Así pasaron 4 meses desde el nacimiento de Federico. 4 meses de profundo amor y de descarado engaño hasta que, en plenas festividades de primavera, en las que se invitaban a todos los nobles del reino y a todos los pueblerinos a un gran banquete de celebración, el mismo caballero principal acusó a la reina de infidelidad, diciendo que él y su cuadriga la habían encontrado teniendo un amorío con el capataz de la caballeriza sur y que debía ser juzgada por faltar gravemente a la corona. La reina sorprendida por la acusación, avergonzada y un tanto atontada por el evento, replicó la acusación contra el caballero diciendo que él también debía ser juzgado por la misma falta ya que hasta ese momento llevaban 4 meses de amoríos ellos dos también y que sus palabras solo eran infundadas por los celos que le daba verla a ella sosteniendo una bonita amistad con el capataz. El salón guardó silencio luego de esto, sorprendidos, avergonzados y confundidos por la situación. Hasta que la retumbante voz del rey desde su trono, y cargando a su bebé, indicó a los guardias que arrestaran al capataz, al caballero y a la reina acusándolos de alta traición.
Un mes pasaron los tres personajes en las mazmorras del reino, siendo torturados por tres verdugos despiadados, que los azotaban, los golpeaban, los mojaban constantemente, no les daban alimento e incluso orinaban y defecaban sobre ellos, todo esto bajo la sonriente presencia del rey y la inocente mirada de Federico que ya tenía 5 meses de edad en ese momento.
Cuándo finalmente la sentencia fue dada, los tres reclusos fueron condenados a morir emparedados esa misma noche, pero antes se les permitió asistir a un banquete exclusivo dónde podrían comer todo lo que quisieran, sin embargo, deberían estar desnudos y vigilados por la guardia real, el rey y el príncipe.
Así se cumplió y los tres comieron, bebieron, cantaron y bailaron hasta que llegó la noche y fueron conducidos a sus respectivos calabozos dónde morirían. El rey estuvo cargando y alimentando al niño mientras observaba como sus verdugos colocaban ladrillo tras ladrillo y veía como las figuras de su ex esposa, ex mejor amigo y capataz se perdían tras esos muros para jamás volver a ser vistos.
El rey entristecido y melancólico pidió a los guardias que vigilarán las paredes mientras él se iba con los verdugos a comer y a conversar en el palacio. Resulta que en el tiempo de tortura de los reclusos, el rey se había vuelto muy amigo de los verdugos pues sentía que compartían y entendían su dolor, pero el rey no se dió cuenta que en ese tiempo también se había corrompido su noble corazón y lo había vuelto un ser cruel y vengativo.
En la sala real el rey y sus tres verdugos tomaron tanto vino que estuvieron borrachos y sin razón por toda la noche. Hablaron de lo que había pasado con la traición, con las torturas y con la sentencia, rieron y lloraron. El rey aún se sentía vacío, sentía que su venganza aún no estaba completa, quería que su ex mujer aún sintiera más dolor, pero no sabía qué hacer, hasta que uno de los verdugos le dijo que le hiciera daño con algo que ella también amara. «El dolor emocional suele ser más doloroso que el físico» le dijo a Ludovico.
El rey en medio de su ebriedad pensó una macabra forma de lograr ello. Borracho de vino y de ira fue por el bebé que yacía dormido en su cuna, lo tomó bruscamente entre sus brazos y lo bajó, junto con los verdugos, a los calabozos dónde horas antes habían sepultado vivos a los tres condenados. Una vez allí, entre risas ordenó a los guardias salir y cerrar la mazmorra hasta que él lo ordenará. Los guardias salieron de inmediato y se escuchó un sonoro «TRACK» en la puerta principal de este lúgubre recinto, lo que indicaba que ahora estaba cerrada con llave.
_¿Creíste que te iba a dejar morir en paz zorra?_ Dijo el rey contra el muro que correspondía a la reina.
_Me las vas a pagar por humillarme frente a todo el pueblo y por creer que podías pasar por encima de mi autoridad. Te voy a dar donde más te duele._
_ ¡Mi bebé no por favor!_ respondió la reina asustada.
El rey y los verdugos comenzaron a reír mientras un llanto intramural se escuchaba.
_ Mi señor, desquite con él príncipe la rabia que siente contra la reina, rómpale el corazón a esa perra por lo que le hizo a usted y a la corona. ¡Por faltar al honor de este reino!_ Dijo uno de los verdugos riendo.
Los ojos del rey se abrieron mientras que sus cejas bajaron en señal de profunda irá, despojó al pequeño de sus ropajes y desnudo lo colocó en el frío y húmedo suelo. El niño comenzó a llorar de inmediato mientras que su madre gritaba y golpeaba el muro que los separaba.
_ ¡Deja a mi hijo en paz desgraciado! ¿¡Qué le estás haciendo!? ¿¡Por qué está llorando mi bebé!?_
Los verdugos le dijeron al rey que el niño tenía frío que le diera calor, el rey loco de la borrachera y la ira les ordenó a ellos que le mostraran la mejor forma de darle calor, a lo que los tres hombres con sonrisas perversas se colocaron de pie alrededor del niño, sacaron sus enormes, velludas, olorosas, sucias y malintencionadas vergas y comenzaron a descargar grandes chorros de orina caliente y amarilla sobre el niño.
El rey solo miraba sonriente lo que pasaba mientras inconscientemente tocaba su pene erecto bajo sus ropajes reales.
El niño lloraba ahogado por la orina que le entraba por la boca y que se veía forzado a tragar para poder respirar. Tres chorros de orina bañaron a este pobre niño mientras su madre gritaba que lo dejarán en paz, que él no tenía la culpa de nada.
_ ¡Pero si es tu viva imagen! A de ser igual de perra que tú. Míralo como disfruta de la verga de tres machos. Míralo como se traga su orina. ¿Eso hacías tú con mi mejor amigo cuando me decías que se iban a pasear por el bosque, cierto? Te arrodillaste en el suelo a chupar su verga, a tragar su semen y a beber su orina. ¿¡Cierto que hiciste eso!?_ Le gritó el rey a la reina.
_¡Estás loco Ludovico!_ Le contestó ella.
_¡Deja de creer que soy un tonto!_
Respondió él mientras sacaba su enorme y peluda verga de su ropa, se colocaba de rodillas cerca al bebé de 5 meses y lo ponía a chupar a la fuerza ese enorme trozo de hombre mientras que él se la chupaba y masturbaba a los verdugos.
_¿Qué le estás haciendo a mi bebé maldito loco? ¿Por qué ya no lo escucho?_
Preguntó la reina entre llantos.
_ Le estoy enseñando a ser la perra que fuiste tú, le estoy enseñando a respetar a su rey y a valorar lo que le doy _
Respondió Ludovico.
El rey introducía gran parte de su verga de 20 cm dentro de la boca del bebé, era tanto lo que metía que incluso ya se estaba marcando en su garganta la cabeza de ese enorme pene grueso.
_ Mi señor, se ve maravilloso como está castigando a la bastarda _ miré como se ancha la pequeña garganta del príncipe, tóquela con sus manos y siéntalo_ Dijo uno de los verdugos mientras introducía más profundo su pene dentro de la boca del monarca.
El rey colocó sus pulgares en la garganta del infante y empezó a meter más profundo su pene sintiendo como se expandía aquel pequeño orificio, cómo era ultrajado y usado como objeto de venganza.
_ Mira como sacude sus piernitas y sus bracitos intentando liberarse jajajaja. Mi señor someta a este rebelde que no se comporta como si usted fuera el rey _ Dijo uno de los verdugos mientras se masturbaba sobre el rostro de Ludovico.
_ Voy a acabar adentro de su garganta y quiero que ustedes también metan sus sucias vergas adentro de su boca y acaben en su garganta _ Le ordenó Ludovico a los depravados hombres.
_ ¡Que honor el que nos permite tener gran León del Amanecer (así le decían a Ludovico en el reino para honrarlo). Con muchísimo gusto cumpliremos su mandato!_
Respondieron felices los tres hombres.
_ Dejen a mi hijo en paz malditos bastardos, locos de mierda!_
Gritó la reina que ya se estaba quedando sin voz y sin fuerzas de todo lo que había llorado, gritado y golpeado los muros.
El rey soltó un gran suspiro y frenó sus embestidas contra aquella delicada boquita de bebé descargando chorros de leche en su interior. Luego la saco y pudo ver qué su hijo tenía la quijada desencajada, estaba medio desmayado y sus ojos estaban mojados como si hubiera llorado en toda la faena.
_ Les toca _ dijo el rey sin importar nada.
Los tres hombres se pusieron en fila uno detrás del otro y de rodillas metían sus fétidos penes dentro de aquella boquita, la follaban como si fuera algo sin valor y uno tras otro descargaron su semen dentro de la garganta del hermoso niño de 5 meses.
Luego el rey levantó el cuerpo de su niño, tomó sus signos vitales y comprobó que seguía con vida. Lo arropó y de un movimiento con su mano le encajó de nuevo la mandíbula. Le agradeció a los tres hombres y se fue de aquel lugar, pero antes le dijo a la reina
_ Voy a venir cada noche a torturarte con este bebé. Te vas a arrepentir de haberme humillado en público y de haber creído que eras más inteligente que yo. Y te juro que cada noche va a ser peor. Solo voy a parar cuando te mueras tú o este niño _
_Así se habla mi rey. Demuéstrele quién es el gobernante de este reino_
Dijeron los tres verdugos mientras se masturbaban entre ellos.
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Si les gustó este nuevo formato de historia me indican por favor. Quise colocar un toque más oscuro y sádico a mi estilo. Espero sea de su agrado.
Continuaré con el relato, compartiendo con ustedes las bestialidades que encontré en esos textos antiguos, si veo que este primer relato les gusta.
Un saludo y nos vemos en telegram @MaxSerRos
Por allá recibo sus comentarios y ojalá fotos de lo que mis historias les hicieron a sus penes jajaja
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sigue contando mas amigo saludos….:) 😉 🙂 😉