El profe de natación I: Mi primer acercamiento.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esto pasó en el verano del 2010, en ese entonces yo tenía 11 años.
Se puede decir que era un niño "lindo"; cuerpo muy desarrollado físicamente para la edad que tenía, ojos marrones claros, cabello negro y largo que me llegaba a la altura media de la espalda, 1, 60 de altura (siempre fui el alto del grupo), piel morena, piernas ya torneadas por el deporte, un culo bien formado, un pene que nunca fue ni es grande y una que otra cicatriz por aquí y por allá debido a varios accidentes con la patineta.
Estaba en el primer día de natación en el club, era un grupo entero de niñas y niños de mi edad; todos estaban hablando y socialuzando entre ellos.
Debido a que mi timidez no me permitía ser alguien sociable, decidí ponerme a jugar con mi teléfono hasta que llega un señor joven que aparentaba alrededor de 25 años (después descubrí que tenía 32 años en ese entonces) era un señor de piel bronceada, cuerpo que en ese entonces me parecía muy macizo y marcado, lo veía muy alto, ojos negros, cabello negro rapado al estilo militar, unas piernas y un culo que daban envidia y se marcaba un bulto prominente en aquel apretado traje de baño.
-Hola chicos.
Soy el profesor Lucas Zacarías, voy a ser su profesor de natación durante toda la temporada, espero que se diviertan y que aprendan.
Bueno, entremos a la pileta.
– Dijo para después tirarsea la piscina con un clavado perfecto.
Aquel hombre era irreal ante mis ojos.
La clase transcurrió normal y creo que no viene al punto contarles como aprendí a nadar.
Bueno, sigamos.
Una vez terminada la clase, todos los varones nos fuimos a bañarnos y cambiarnos de ropa, grande fue la sorpresa y los nervios al ver que las duchas no tenían ninguna separación entre si y que se podía ver perfectamente a los otros.
Eso me intimidó a tal punto que pensé en sólo cambiarme y después bañarme en casa.
En eso observo que el profe de acerca a la parte de los vestidores donde yo estaba y se sienta al lado mío al ver mi cara de nervios.
– David ¿Pasa algo?- Dijo mientras me daba una palmada en la espalda.
-No me siento cómodo bañándome con gente.
Mejor lo hago en casa.
-¿Por qué te acomplejas? Si tenés uno de los mejores cuerpos de acá.
– Aquello hizo que me sinrojara.
-Ví tus datos.
Vivís a más de 2 horas en auto y no sé a cuantas en transporte público.
Te va a hacer mal andar tanto tiempo con cloro y con la ropa mojada.
Me haces compañía mientras trató el agua de la pileta y después nos bañamos.
– Decidí no negarme, de todas formas, eso no era una propuesta sino una orden.
Esperamos media hora y ya se fueron todos.
-Vamos.
– Dijo mientras me guiaba a las duchas.
Nos empezamos a desnudar, quedé embobado al ver a ese hombre desnudo.
El se dió cuenta y se empezó a reír.
-Ahora entiendo, sos gay.
– Quedé blanco al escuchar eso.
-No te preocupes, es algo normal, no hay nada de malo.
Vamos a bañarnos y después te llevo a tu casa.
Nos empezamos a bañar de forma normal, hasta que siento que el profe me empieza a enjabonar la espalda, al ver que yo no oponía resistencia, decidió bañarme.
Pasó sus fuertes y suaves manos por todo mi cuerpo, haciéndole énfasis a la limpieza de mi culo y mi pene.
Una vez terminó de bañarnos, me cargó a los vestidores como si fuera un muñeco de trapo.
-No te quiero obligar a nada, no me voy a enojar si me dices que no quieres hacer nada conmigo.
Aunque sería hermoso hacerte cosas.
– Dijo mientras me dejaba delicadamente en la banca.
-Quiero hacerlo, pero estoy asustado.
-Tranquilo, nunca te voy a hacer daño.
– Dijo mientras me daba un beso, mi primer beso, sentí que mi corazón estaba por explotar en aquel momento.
Fue bajando su cara mientras me besaba, pasó por mi pecho, mordió ligeramente mis pezones y bajó hasta mi pequeña erección, la cual la devoró con habilidad.
Me sentía en el paraíso en ese momento.
-¿Te animas a hacerle lo mismo a mi pito?- Dijo mientras se agarraba su erección.
Le dije que sí.
Acto seguido me puso encima suyo y empezamos a hacer un 69.
Me costó mucho trabajo tragar esa gran erección, apenas llegué a la mitad con mi inexperta boca.
El placer era mutuo y enloquecedor, nunca había tenido esa sensación tan agradable.
No tardé mucho tiempo en acabar, unas gotitas de un líquido entre transparente y blanquecino fueron liberadas tras mi orgasmo, el profesor las tragó y dijo -Ahora es turno de que me hagas terminar.
– Dijo mientras nos cambiaba de posición, él estaba sentado en la banca mientras que yo estaba arrodillado en el piso,agarró con sus manos mi melena y empezó a marcar el ritmo de la mamada.
Sentía que me ahogaba en su mástil de carne dura.
-Que rico me lo haces.
Dentro de poco acabo.
– Dijo entre jadeos.
Estuve así cerca de 15 minutos más cuando escucho un gemido profundo y siento como se me llena la boca con espeso y amargo semen, el cual me vi obligado a tragar para evitar ahogarme.
El profe me besó nuevamente, mezclando nuestros fluidos.
-Me encantó como lo hiciste, mi bebé.
– Dijo mientras me daba un fuerte abrazo, en ese momento me sentí protegido por él.
-Bebé.
Quiero que me digas Papi cuando estemos sólos.
-Bueno Papi.
– Me besó nuevamente al escuchar esas palabras.
Nos vestimos y me llevó a casa.
Durante todo el viaje tuvo una mirada cómplice.
Acá termina por ahora el relato.
Comenten sugerencias.
Aclaro, esto me pasó en la vida real, es una vivencia mía.
Pero le agregué ciertos detalles para hacerla más excitante.
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