EL PROFESOR SUPLENTE DE MATEMÁTICAS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
El relato empieza así: los alumnos del primer año del polimodal no teníamos profesor/a de matemáticas porque la profe que estaba a cargo de esas horas había tomado licencia y faltaban unos días hasta que venga el profesor suplente. El día llegó, entramos al aula y ahí estaba él, era un profesor morocho de unos 28 años, no muy alto, pelado (los pelados me vuelven loco). Se presentó y nos dijo que sería nuestro profesor durante el año y esperaba que nos llevemos bien (él con nosotros y nosotros con él).
La clase transcurrió normal, su rostro me parecía conocido. Mientras lo miraba me ponía a pensar de donde lo conocía. Los días, semanas y meses fueron transcurriendo, todos nosotros nos hicimos muy amigos de él, ya que eramos un curso muy unido y él era muy buena onda. A veces nos traía galletitas dulce para acompañar con el mate mientras nos daba la clases. A mi en particular cada vez me llamaba más la atención y ya sabía de donde lo conocía, resulta que vivía a unas 7 cuadras de mi casa y como vivo en un pueblo chico, nos conocemos entre todos.
Cuando comentamos en un grupo de amigos sobre lo bueno que era el prof, con nosotros, uno de ellos nos contó que un tiempo hubo rumores de que era gay, eso me prendió por dentro pero tuve que callarme porque nadie sabía sobre mis preferencias sexuales. Me encontraba allí, desconcertado, sin saber como averiguar si ese rumor era verídico o simplemente era un puto rumor. Estuve así por varios días, pensaba y pensaba como hacer para tenerlo conmigo en mi cama, ya para ese tiempo yo era muy sexopata y calentón, hacía dos años que me habían desvirgado y desde ese momento fui muy sediento de leche y hambriento de pija.
Cada día todo se hacía más difícil, aunque siempre fue difícil la situación ya que él era mi profesor y yo su alumno, tenía miedo de que me rechazara y de que alguien se enterara de que yo lo miraba al profesor con ojos lujuriosos. Entonces seguía pensando como hacer para acercarme más a él.
Un día, como era tanta la buena onda que teniamos con él, veo que le pasó su número a algunos/as compañeros/as ya que estaban organizando una joda donde iba haber alcohol, comida, etc. pero todo en tono tranquilo. Entonces aproveché la ocasión para anotar su número en mis contactos que tenía en mi celular. Ya había dado el primer paso, tenía que escribirle o buscar cualquier excusa para hacerlo. Esperé que pase el tiempo y como yo era bastante pirata tenía un celular, el cual nadie conocía de su existencia ni del número, entonces le escribo.
Yo -Hola como estás?
Después de un rato me llegó un mensaje y era él.
Prof. -Quien sos?
Yo -Me llamo Martín (le inventé el nombre), tengo tu número hace un buen tiempo y nunca supe quien eras (me hice del pelotudo)
Prof. -Ah, yo me llamo Luis, de donde sos?
Le dije el nombre del pueblo donde vivía (en eso no le mentí) y él si lo hizo porque me dijo que vivía en otro pueblo que quedaba a 100 kilómetros de donde vivía realmente, me mintió diciéndome que trabajaba en una fábrica y en muchas cosas más. No le dije nada porque yo también le había dado mis datos erróneos. Bueno así fuimos charlando por muchos días, mucho tiempo. No sabía como dar el siguiente paso ya que si nos veíamos, él sabría que le había mentido desde un principio. Hasta que un día tomé coraje y le dije que tenía algo para decirle, yo ya sabía y había confirmado sobre sus preferencias sexuales ya que me lo dijo por mensaje de texto, entonces creo que eso me hizo tomar más valor para decirle toda la verdad. Él me responde el sms y me pregunta que era lo que tenía que decirle, entonces le digo:
-En realidad no me llamo Martín, y sé que vos no trabajas en esa fábrica que me dijiste y también sé que no vivís en el pueblo donde me dijiste porque soy tu alumno. (ese fue todo el mensaje, quería decirle la verdad pero a la vez quería darle un poco de misterio a la situación)
Prof. -Eh? Cuál de todos mis alumnos
Yo -Bueno te digo mi segundo nombre a ver si te das cuenta de quien soy. Entonces le dije mi segundo nombre y me dice:
-Tu apellido es ….
Y yo le digo sí, soy yo. Entonces empezamos a hablar sin caretas, él ya sabía quien era yo y los nervios me consumían ya que no sabía con que cara lo iba a mirar en la clase. Como estaba solo en mi casa ya que mis padres se habían ido a visitar a mi abuela, aproveché y lo invité a tomar unos mates, él aceptó y vino a mi casa.
Cuando lo vi los nervios se hicieron más agudos en mi, lo invité a que pase y preparé el mate. Tomamos mientras conversábamos como si fuésemos amigos de hace años, hasta que en un momento me atreví y lo besé… él respondió a mi beso y así fuimos pasando el limite de profesor y alumno.
En un momento le saco la remera y el jean dejándolo solo en boxer, él hizo lo mismo conmigo y seguíamos con el beso y el franeleo. El choque de nuestros cuerpos en ese franeleo intenso me dejó loco, en un principio tenía miedo de que llegaran mis padres pero después de sentir su cuerpo rozando con el mío ya no me importó nada más, solo pensaba en que estaba viviendo un sueño húmedo.
Seguíamos con los besos y nos acariciábamos todo el cuerpo, todo eso estaba pasando en el living de mi casa. Después me levanté del sofá, lo agarré de la mano y lo llevé a mi habitación, ahí lo tiré en la cama y lo empecé a besar desenfrenadamente, empecé a bajar por su pecho lampiño, recorría con mi lengua y de vez en cuando volvía a sus labios, después baja nuevamente y así sucesivamente, él solo estaba acostado y gemía mientras yo seguía mi trabajo de calentarlo más. En un momento bajé más hasta llegar a su entrepiernas, lo besaba y mordía despacito esa verga por encima del boxer, le fui sacando de a poco su ropa interior y saltó su verga súper erecta, era una belleza… de color morena y bastante venosa, no era muy larga pero sí bastante gruesa. Lo empecé a mamar de arriba a abajo, me lo metía toda en la boca hasta mi garganta produciéndome arcadas pero no me importaba, solo quería aprovechar ese momento rico que estaba pasando con mi profesor, él gemía cada vez más fuerte y yo seguía.
Después de estar mamando esa verga por 10 minutos él se levantó y me acostó en la cama, empezó a repetir el mismo trabajo que el mío, me besaba todo el cuerpo hasta llegar a mi verga, me sacó el boxer y me la mamó un buen rato, pero yo no me conformaba con tan poco, quería llegar a más, quería sentirlo dentro mío, se lo hice saber. Entonces me empieza a acariciar el ano, hasta que me metió un dedo… me resultó un poco incómodo, entonces le pedí que por favor me cogiera de una vez por todas, entonces me hizo acostar boca abajo (amo esa posición) y puso su verga en la entrada de mi ano, de repente siento que empieza a entrar y como yo ya no era virgen, entró sin problemas. Me sentía en la gloria y sentía que había cumplido con mi objetivo, lo tenía a mi profesor en mi cama cogiéndome. Me la metía y me la sacaba completamente, después la metía de nuevo produciéndome una sensación genial, yo estaba a mil, disfrutando de esa cogida. Bombeaba cada vez más fuerte y mis gemidos se convirtieron en gritos de placer. Se recostó en mi espalda y mientras seguía bombeando me besaba el cuello, las orejas, se levantaba un poquito (sin sacar su pija dentro mío) y me besaba la espalda. Yo le pedía que me coja más fuerte, que se olvidara de que era su alumno y me coja sin piedad, él solo asintió y así lo hizo.
Después cambiamos de posición, puso mis piernas en sus hombros y la dejó ir toda en mi abierto y hambriento ano, mientras me cogía me decía que a partir de allí esperaba que en clases no se le notaran las ganas de volver a cogerme como me lo estaba haciendo. Yo solo gemía y le hacía saber cuanto me gustaba que me hiciera suyo. Así me cogió por 15 minutos más hasta que sentí que su verga se hinchaba más y más, su ritmo había aumentado, el bombeo era cada vez más intenso y me decía que me iba a llenar de leche el culo, yo le respondí que quería sentirlo todooo adentro. Me agarró de la pija y comenzó a masturbarme, en menos de diez segundo yo estaba gimiendo más fuerte y me bañé de semen en el pecho al mismo instante que él me llenaba de semen el culo. Quedamos exhaustos, se tiró arriba mio sin sacar si verga de mi cola, nos fruncimos en un rico y largo beso.
Fuimos al baño a limpiarnos, mi cara de felicidad no la podía ocultar. Salimos del baño, nos vestimos y se despidió de mí sin decirme cuando lo repetiríamos de nuevo, me quedé algo triste porque no sabía si quería volver a repetirlo.
Unos días después tuvimos clases, nos mirábamos sin que nadie se de cuenta y eso era lo mejor, porque nadie se imaginaba que el profesor suplente de matemáticas me llenó de leche el culo y lo bien que habíamos pasado. Así pasaron los días hasta que tuve la oportunidad de volver a chuparle la pija y sentirlo bien adentro.
Se los voy a contar en otro relato, espero que les haya gustado y acepto críticas.
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