El prometido de mi hermana
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por piesgay.
Yo soy Román, tengo 15 años y voy en primero de prepa. Tengo el cuerpo normal, de tez apiñonada y ojos miel; tengo el cabello castaño y un poco largo. Tengo novia y voy muy bien en mis materias, mi familia me dice que soy el hijo prodigio. Tengo una hermana mayor, Rosa. Ella siempre ha sido la más rebelde de la familia. Esta por casarse pronto con Raúl, un tipo que conoció en su universidad. Era muy atractivo el chico, tenía 29, alto y moreno; su cuerpo era muy fornido, sus músculos eran algo exagerados, siempre usaba playeras pegadas para remarcarlos más. Sus cabellos cortos eran de un negro intenso. Me llevo muy bien con él, hablamos de deporte y chicas, me ayuda a veces con mi tarea, es un chavo agradable.
Antes de la boda él se fue a la despedida de soltero que le organizaron sus amigos. Yo me había quedado solo en mi casa, mis padres se habían ido de viaje para traer a unos familiares que vivían en otro estado y regresarían mañana en la tarde. Mi hermana estaba con sus amigas en otra fiesta.
Así que decidí quedarme en casa a jugar videojuegos todo el día, me quedé en bóxers y seguí jugando. Al anochecer, me puse algo caliente. Subí a mi habitación, me acosté y saqué mi verga. Me estaba dando una buena manuela cuando escuché que tocaban la puerta, me reincorporé y salí abrir. Era Raúl, había llegado de su despedida de soltero, a pesar de llevar traje formal, se veía muy desalineado; tenía manchas de sudor en su camisa azul que le quedaba muy ajustada, marcando sus músculos. Al verme se sorprendió un poco, después entro y se tumbó en el sillón.
Yo: Te divertiste?
Raúl: Cállate cabrón! Estuvo bien chingona la fiesta. Pero la pinche cerveza, nos pegó a todos wey.
Yo: a huevo (Me senté a lado de él).
Raúl: y no mames wey, hubo una pinche vieja bien sabrosa que me dejó con el pito bien parado.
Ese comentario me molestó. Iba ser el futuro esposo de mi hermana y quería follar con la primera puta que encontró.
Yo: No seas pendejo. Vas a respetar a mi hermana o te chingo, cabrón. (Me miró sorprendido y se puso muy serio. Me levante y me di la vuelta, cuando en eso siento como me rodeó el cuello con su antebrazo y caí sentado sobre él. Me tenía bien sujeto, pegado a su pectoral, por más que intenté zafarme no pude, sentía su respiración en mi oreja.)
Raúl: No me vuelvas hablas así puto, yo hago lo que se me pegue la gana. Además, yo se que también fantaseas con otras mujeres. (Su aliento emanaba alcohol) está en la naturaleza del hombre, o fantaseas con hombres también?
Yo: Ya déjame wey. TE ESTAS PASANDO!
Raúl: No te hagas pendejo, wey. Te la estabas chaqueteando antes de que llegara. Aun la tienes parada. (Paso su otra mano por mi torso desnudo, lentamente. Bajó por mi abdomen y metió su mano dentro de mi bóxer, sacando mi verga parada) Que tenemos aquí? Aún sigue dura cabrón.
Yo: Raúl, no seas puto. No me toques.
Me metió entre sus piernas. Pude sentir su bulto en mis nalgas. Raúl empezó a pajearme suavemente. Cada vez subiendo la velocidad. Me comenzó a gustar. Por alguna razón me gustaba la forma en que me masturbaba. Empecé a gemir y me deje llevar. Estaba muy caliente. Dejó de rodearme el cuello con la otra mano y se puso a pellizcar mi pezón. Ohh era excelente. Me encantaba.
Raúl: Te está gustando verdad putito? (Por inercia rozaba mi culo con su bulto a cada instante. Me gusto sentir como crecía) Mmm me estas calentando Román. Tienes una cola muy rica. (Pajeando mi verga, llevó su otra mano a mis nalgas y las comenzó a frotar. Las estrujaba y me hacía gemir más. Sentí como metía dedos a mi ano sobre el bóxer) Ahh cabrón que culo!
Jaló mi cabeza hacia atrás y metía su lengua en mi boca, fue el beso más apasionante de mi vida. Ni mi novia me besaba así. Nos besamos varios minutos disfrutándonos.
Me cargo como princesa en apuros. Yo ya no decía nada, estaba excitado y este hombre me había puesto muy caliente. Subimos y entramos a mi cuarto, cerró la puerta con un pie. Me acostó delicadamente sobre mi cama, seguí masturbándome mientras lo veía. Se quitó sus zapatos y medias y desabotonó su camisa. Se la quitó lentamente para que disfrutara de ese enorme torso de fisicoculturista. Nunca se los había visto tan de cerca, eran enormes sus pectorales y cada músculo de su abdomen y brazos. Me pare de la cama y caminé hacia él. Me acerqué a su pecho y saqué mi lengua pasándola por esos enormes pectorales. Sentía el sabor salado de su sudor y la textura de su piel.
El cerró sus ojos y disfrutaba como chupaba su pecho. Jugué con sus pezones hasta dejarlos parados, mientras lo hacía el comenzaba a gemir más fuerte. Desabroché sus pantalones y se los bajé. Usaba unos bóxers rojos ajustados. Era tan masculino, su enorme pieza se marcaba sobre el bóxer.
Raúl: Híncate y hazme una mamada, Román.
Yo: Eso no wey, no soy puto. (Tenía miedo, nunca lo había hecho con otro hombre, para mí era imposible y chupar la verga de uno, más) será mejor solo pajearnos.
Raul: No empieces con pendejadas. (Se bajó el bóxer y sacó su enorme verga. Era mulata, grande y venosa. Muy gruesa, le medía como 19cm, tan jugosa y los pelos que la rodeaban la hacía ser más apetitosa. Me hincó y paso su verga sobre mis labios. Estaba caliente y tenía un olor natural muy delicioso.) Te gusta? Ohh sí, que labios. Vamos puto, chupa.
Mi lengua paso lentamente por los lados del enorme tronco de su vera. Era más salada. Estaba tan caliente que seguí lamiendo. Los gemidos de Raúl eran más fuertes. Chupe cada lado de su verga. Lamiendo la cabeza y chupando los enormes huevos que tenía. Raúl se pasaba las manos por la cara y el cuello, no aguantaba la excitación.
Raúl: Sigue, sigue. Ohhh Ohhhhhhh. No mames! Que boca! Tu hermana nunca me la quiere chupar y tú lo haces tan rico! Ohhhhhhhhhh aarrgghhhhhh No mames!!
Me metió su verga a mi boca, era muy gruesa. Me tragaba solo la mitad. La metía más y más. Tomó ritmo y me follo la boca sin parar. Poco a poco aumento de velocidad y me follaba más duro. Sentía como su verga atravesaba mi garganta. Él gritaba de placer, sus gemidos eran fuertes. Se tuvo que recargar en la pared, para seguir follando mi boca. Me cogió por la boca varios minutos, me parecieron eternos. Lo veía como se estremecía de placer, el sudor le recorría por las patillas y su piel empezaba a brillar. Me tomo de la cabeza y me levantó para besarme. Nos besamos como nunca, como en una película porno. Nos acostamos en la cama y seguimos besándonos.
Raúl: Ya no aguanto más, Román. Te voy a abrir ese culo.
Yo: Mmm sí, deja saco unos condones del cajón…
Pero antes que pudiera abrir, él me tomo la mano y la puso arriba de mi cabeza, yo seguía acostado bocarriba, levantó mis piernas y las abrió. Metió dos de sus dedos a mi boca, los chupé hasta dejarlos bien húmedos, y sin decir nada los metió a mi ano. Metió y sacó los dedos sin parar. Yo gritaba de placer. Podía ver en el sus ojos de lujuria. Juagaba con mi ano, estimulándome cada parte. Los sacó y me hincó en la cama dándole la espalda, me empiné recargando mis manos en la cabecera de mi cama.
Raúl: Estas bien bueno Román y por eso te voy a coger a pelo. (Al escuchar sus palabras me estremecí pero antes que pudiera reclamar sentí la punta de su verga en mi ano). Ohh puto, que culo tienes. Estás más rico que tú hermana.
Yo: lo sé.
Escuche una risita y ya había empezado a meterla. Era tan gruesa, costaba trabajo entrar. La metía despacio. Sentí cada textura de su enorme verga abriendo paso en mi culo. Me dolía, pero era un dolor que podía aguantar. Me quejé un poco. Al final sentí toda su verga metida en mí. Estaba lleno. Su verga me perforó todo. La dejo sin moverla para que mi culo se acostumbrara.
Raúl: Que apretado estas. Mmm Tan caliente está aquí adentro. Es un honor ser tu primer hombre Román. Te gusta que se a tu macho? El que te abrió primero?
Yo: Me encanta, Raúl. Mi hombre. Quiero ser tu putito siempre.
Raúl: Ya lo eres
Sacó su verga completa y la metió de nuevo hasta el fondo, yo grité. Comenzó a cogerme duro y con ritmo. Me daba unas embestidas duras. Cogía como bestia, sus bolas chocaban en mi cola sin parar. Raúl me daba nalgadas fuertes de vez en cuando. La cama se agitaba y pegaba fuertemente en la pared. Era un coro de gemidos, aunque los de él eran más graves.
Me tumbó bocabajo en la cama, y se encimó sobre mí. Sentía su pecho mojado, sudado. Besaba mi espalda. Abrió mis piernas y se montó sobre mí. Me embestía cada vez con más fuerza. El culo me cosquilleaba. En una de sus embestidas me corrí. Pero estaba más concentrado en las folladas que me daba que ni me di cuenta. Raúl gritaba de placer como bestia. Gritó ferozmente y poco a poco sentí como su semen me bañaba el culo. Estaba caliente y era bastante, me sentí todavía más lleno. Raúl se acostó sobre mí, exhausto, aun con su verga en mi culo. Nuestra respiración era rápida y estábamos bañados en sudor. Las ventanas estaban empañadas. Me ardía el ano. Raúl salió de mí y se acostó a mi lado.
Raúl: Ohhhhh cabrón!! Que culo tienes! Me sacaste todo…. Román eres mi puto.
Yo no podía hablar, estaba cansado, recordando lo que había sucedido. Me había acostado con un hombre, y que aparte era el prometido de mi hermana. Me sentía culpable, pero a la vez había tenido la mejor cogida de mi vida. Volteo mi cuerpo hacía él y me beso. Seguía besándome, metiéndome la lengua lentamente. Recargó mi cabeza en su pecho, nos cubrimos con la sabana y nos dormimos.
Abrí los ojos con mucha fuerza de voluntad, la luz del sol entraba con fuerza por la ventana. El cuarto apestaba a sudor, como si un equipo de futbol acabara de tener un duro partido y estuviera reunido en mi habitación; claro con un fuerte aroma que cualquier hombre reconoce después de una buena paja.
Unos besos me recorrieron por la espalda. Estaba pegado al torso de Raúl quien me abrazaba fuertemente. Nuestros cuerpos seguían pegajosos.
Raúl: Como dormiste mi putito hermoso?
Yo: Bien… creo aun me duele el ano
Raúl: así debe ser, es para que recuerdes que tu macho te estrenó y mmm lo tienes lleno de semen seco…hice un buen trabajo.
Yo: Como puedes estar diciendo eso?! Después de lo que hicimos
Raúl: No empieces con estupideces, sí en verdad te hubiera preocupado no te habrías dejado encular ayer (se levantó de la cama y comenzó a vestirse.) me voy, tengo que darme un baño porque apesto y tengo que ver unas cosas de la boda. (Se inclinó y me plantó otro beso, me sonrió y se acercó a la puerta y me arrojo sus bóxers.) Mañana pasaré por ti después de la escuela y… Ten, para que te masturbes pensando en mí.
Se marchó, me quede sentado en mi cama con los bóxers en la mano. Estaba confundido y la cabeza me daba vueltas. Me acosté mirando al techo, aun en pelotas. Acerqué el bóxer a mi nariz y aspiré suave. Cerré los ojos y sonreí.
Continuara
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