El reencuentro con mi amigo
Después de años de haber tenido nuestra primer experiencia la vida nos puso otra vez juntos.
Este relato ha sido mi última experiencia gay, pero espero no la última.
Todo empezó hace ya 30 años, tengo 40 ahora, con mi mejor amigo. Como suele pasar se empieza jugando, mismas edades, mismos gustos.
Vivíamos en casas pegadas, por lo que éramos realmente cercanos y al empezar la pubertad nos sentimos curiosos y atraídos, nos veíamos desnudos y masturbabamos juntos, así fue como una cosa llevó a la otra. Pero dejó las primeras experiencias para otro relato y me centro en lo que paso la semana pasada.
Hacia más de diez años no nos veiamos, él en una ciudad, yo en otra. Por trabajo viaje y le escribí para vernos, a lo que él me invitó a quedarme en su casa. Casado, con 2 hijos y una vida «normal», pero con el deseo de nuestro secreto intacto.
Tenemos físicos similares, 1.88 cm, y dos pijas casi iguales, 22 cm la de él y 20 la mía, pero la suya más gruesa, con pocos vellos, cosa que siempre me encanto.
Me recibió como un excelente anfitrión, presentacion de la familia, cena y charla. Todo bien hasta ahí, yo fui con cero expectativas, pero todo cambió en un un segundo. Su esposa le dijo que aprovechaba que yo estaba para irse el finde a casa de su madre con sus hijos. En ese momento mi corazón empezó a latir de deseo y seguro el suyo también. Ninguno se hubiera atrevido a hacer nada con ellos ahí.
Pero lo note un tanto nervioso, no quería ser yo el que tomara la iniciativa en su casa, y sabía que él hubiera hecho lo mismo, así que café meditante nos fuimos a dormir.
Nos duchamos cada uno en su baño, en cuartos separados y a la cama, yo estaba muy excitado y tuve que controlar para no acabar en la ducha, sentía muchos deseos de volverme loco e ir a cojerlo, pero no me atrevia.
Estuve como dos horas dando vueltas en la cama hasta que me decidí ir a verle. Fui despacio hacia su cuarto y abrí la puerta con cuidado, ahí lo vi, vi esa pija increíble, erecta y su mano la recorria despacio. Yo estaba parado ahi, desnudo, viendo y deseando comerla. Me agache y fui con cuidado hasta el borde de la cama. Él no me vio hasta que sintió mi lengua en sus huevos enormes. Se sonrio y me dijo… Por fin has venido. Acto seguido me ofrecio su enorme cabeza para comerla a lo que me corrio un extasis que casi me hace acabar. Sentir las primeras gotas de leche luego de tanto tiempo fue un sueño.
Como siempre trate de meterla toda en mi boca, haciendo arcadas, pero me fue imposible, la moje, la escupi, pero no me entraba toda. Lo que sí entró fue mi dedo en su culo, que seguía abierto como siempre, se lo metí todo y lo puse en mi boca para saborear, luego repeti y se lo puse en su boca a lo que me lamio todos los dedos, ya sabía lo que quería.
Mi lengua estaba dormida de tanto chupar esa pija, a lo que siguieron los huevos y finalmente su culo. El gemia de placer y yo dejé de tocarme para no acabar.
En ese momento me dio vuelta y paro mi culo, sentí su boca comiendo mi ano, su lengua tratando de cojerme y sabía lo que venía… Me escupió el culo y apoyo su cabeza, presionando suave hasta que entró, ese primer empujón hizo que saliera mi primer chorro de leche, siempre me ha pasado, acabo varias veces mientras cojo.
Tenia su boca en mi nuca y su pija en mi culo, sus 90 kg me empujaban contra la cama y mi culo solo quería moverse hacia arriba y él empujaba su pija más adentro hasta que sentí sus huevos haciendo tope en mi.
Fue tal la dureza de esa primer cojida que sentí me había roto el esfinter, a lo que cuando pude liberarme fui a chuparla esperando ver sangre. Pero no, tenía el jugo de mi culo y algo de leche, la lami de arriba a abajo dejándola limpia.
Él se puso en 4, que era como más le gustaba, y me ofreció su culo para cojer, sabía que con la calentura que tenía si se la metia 2 o 3 veces me iba a acabar, por lo que le avise y me pidió que le dejara toda la leche en su culo, pero le dije… Tu leche sabes donde la quiero.
Lo penetre y en pocos segundo explote de placer, dejé casi toda la leche en su culo, sus huevos y sus piernas. Sentí que se masturbaba y baje a su pija. Él puso sus huevos húmedos con mi leche en mi boca y me volvió loco. Lo estaba gozando de verdad, sacó mi cabeza de abajo y me miró con esa mirada que siempre tuvo antes de acabar, y supe que hacer… Tomé su pija para el último movimiento antes de que acabará y la metí hasta la mitad en mi boca.
Trague no menos de 6 o 7 chorros de leche gruesa, salada y caliente, fueron directo a mi garganta, haciéndome ahogar casi. Luego con mucha suavidad la empeze a limpiar y no dejar nada de leche en ella.
Nos miramos, nos sonreímos y me dijo… 10 años fue mucho tiempo cabron.
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