El regalo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por luisjose1985ab.
La vida tiene cosas buenas y son para disfrutarlas.
He dicho.
No sé como muchos se niegan a disfrutar del sexo, mi vida sin ello no sería vida.
Nada como el palpitar de mi culo cuando la cabeza del guevo está en mi puerta y empieza a entrar, ese dolor que te inmoviliza pero que luego da paso a un placer al que no me puedo negar.
Cuando mi verga se endurece mientras me están dando leña y unas gotas de un líquido transparente empieza a parecer por la rajita de mi glande, mi pareja de turno pasa un dedo y lo lleva a mi boca para luego probar un poco él, son cosas que realmente me vuelven loco.
Los roles son la cosa más estúpida que he escuchado, gozas con un buen pipe en el culo o un buen culo que te apreté la verga hasta botar la leche.
Debemos vivir para buscar placer sin limitarnos, algunas cosas duelen al principio pero con la práctica casi que desaparecen.
Me gusta cuando agarro con una mano por los pelos a mi pareja mientras le doy por el culo con todas mis ganas y hago sonar unas nalgadas, que lo hace gemir más duro.
Me gusta dominar y que me dominen, pero hacerlo bien sin dañarnos el futuro o el momento.
Y sobre el sexo oral, cuantas bocas no he llenado de leche, muchos chavos casi me vomitan pero luego aprenden a metérsela toda como me gusta y los dientes que a veces interfieren pero he encontrado hasta cierta excitación en el dolor.
El sexo es diverso, cada cabeza es un mundo y tal vez lo más loco para mi es lo más sano para otros, solo sé que me gusta el sexo y si fuera por mi lo haría varias veces todos los días de la semana pero el trabajo, el sujeto y los quehaceres no me dejan.
A veces pienso que todavía no he superado esa parte de la adolescencia en donde todo tiene que ver con sexo.
Me gusta hacerme pajas cuando puedo así tenga pareja fija o no.
Disfruto de las variantes del sexo, soy adicto al placer.
Por eso de vez en cuando, si el bolsillo lo permite hago reuniones entre panas, eso de ser sociable me ayuda y mucho.
Hace unos días, conocí a Carlos un chamo de 22 años por manhunt.
Estuve dándole vueltas varios días hasta que por fin quede con él.
Un chamo flaco bastante agraciado, lo pasaría buscando por el Xpress Mall uno de los centros comerciales de la ciudad, a las 6 de la tarde.
El resulto ser una gran sorpresa para mí.
Una vez que pase por él, se monto en mi carro y nos dimos el típico saludos para romper el hielo.
No llevábamos ni 5 minutos recorridos cuando se vino hacia mí, desabrocho mi pantalón y se metió mi verga en su boca.
Yo estaba que moría del placer y de los nervios, mamaba de una forma que casi me saca la leche cuando estaba en un semáforo y un señor que estaba en el carril de al lado se quedo sorprendido con esa imagen.
Me provocaba agarrarlo con las dos manos y hundirlo para que se tragara hasta la última gota de mi leche espesa y caliente pero no podía, quería más.
Cuando llegamos a mi urbanización, tuve que despegarlo de mi y como pude, trate de disimular mi erección para bajarnos del carro aunque él me seguía tocando y hasta me robo un beso que me dejo mal de lo rico que fue, tener sexo en los carros me vuelve un demente lo admito.
Bajamos del carro y nos dirigimos al edificio, yo más caliente no podía estar, estaba que me lo cogía allí mismo.
Salude al vigilante alto pana mío y nos paramos frente al elevador el cual tardo unos segundo que me parecieron eternos, lo suficiente para darme tiempo a pensar en algo más excitante.
Aprovechando el tiempo, empuje a Carlos a uno de los cuartos de mantenimiento donde Chuchu el vigilante guarda las cosas y cerré la puerta.
Sin más me baje el pantalón y al segundo estaba su boca húmeda en mi guevo que estaba más duro que nunca.
Tome su cabeza y empecé a metérsela hasta el fondo, dominándolo completamente.
El solo se dejaba hacer así me gustaban estos chamos, que no protestaran y fueran lanzados.
Saque mi guevo y le pegue unas cachetadas en su cara llenándolo todo de saliva y presemen, cosa que le excito y trato de atrapar mi verga con su boca pero no lo deje.
De repente se abrió la puerta y chuchu nos vio en plena acción, el solo levanto su mano y me guiño un ojo, yo solo le sonríe y se fue.
Le llene la boca de guevo hasta la pata y seguí cogiéndosela sin contemplación, había perdido la cabeza con esta situación y estaba que acababa por lo que tuve que parar.
Puse mi mano en su barbilla e hice que subiera a mis labios, nos dimos tremendo besos que de vaina lo dejo sin respiración de lo caliente que estaba y aproveche para meterle mano por debajo del bermuda que tenia.
Toque su culito, estaba cerradito y caliente como me gusta.
Su verga estaba erecta y aproveche para masturbarlo, me llene la mano de liquido preseminal lo que me excito más aun.
Esta situación me había llevado demasiado lejos, como dicen las mujeres realmente estaba pensando era con la cabeza del guevo.
Le hice seña para que colocara sus manos en un banco de madera que estaba cercano a una pared y baje sus pantalones hasta sus tobillos.
Un culito blanco y lampiño se presento ante mí, yo lo salude con mi lengua que acariciaba sus pliegues y trataba de hundirse mas y mas al igual que dos dedos que no tuvieron que trabajar mucho.
Me levante y escupí mi mano, le eche un poco de saliva en el culo y con otro lapo lubrique mi verga.
Coloque el glande en la entrada y le entre de un solo carajazo, haciéndolo gemir.
Su culo estaba caliente y apretadito, como lo esperaba.
Agarre su cintura y empecé a darle machete, no sé que me pasaba estaba dominado por la ganas de placer y ese culo me lo estaba dando en serio.
Empujaba una y otra vez haciéndolo gemir de placer, sus nalgas eran pequeñas aunque duritas, las masajeabas y no espere mucho para empezarlas a nalguear.
Hice que se levantara y lo pegue contra una pared, sujetando sus brazos en su espalda quedando atrapado entre mi verga, el sacaba sus nalgas hacia afuera para facilitar la penetración y le di lo que quería, guevo.
El chapoteo de nuestros sexos inundaban el lugar, el sudor corría y nuestras ropas dispersas por el lugar no hacían sino aumentar más el morbo.
Aumente mi ritmo, haciéndolo aullar, no me importaban si alguien se daba cuenta.
Quería dejarle el culo bien abierto y mi leche adentro, eso no tardo mucho en ocurrir.
Entre espamos y groserías, lo sujete más fuerte y deposite unos cuantos chorros en su culo, siguiendo con mi ritmo de penetración hasta depositar todo.
Le bese la espalda, solté sus brazos y salí lentamente de su culo.
Nuestras piernas estaban chamuscadas de mi crema espesa.
Reposamos un par de segundos y luego recompusimos nuestras ropas.
Salimos del cuarto y nos encontramos al vigilante saliendo del ascensor, soltamos la risa y me dijo que me quedara tranquilo.
Carlos y yo entramos al ascensor vacio, allí nos besamos de nuevo y le metí mano por detrás sintiendo mi semen saliendo.
Aprovechando que estábamos solos, le baje de nuevo el pantalón, me agache y absorbí mi liquito de su culo que estaba sabroso.
Cuando llegamos a mi piso, estábamos como si nada hubiese ocurrido y nos dirigimos a mi apartamento en donde nos esperaba una noche llena de perversiones.
Abro la puerta casi que corriendo para comenzar con otro polvo que últimamente estoy recaliente…
-¡FELIZ CUMPLEAÑOS!-Gritaban mis amigos, los coño de madres esos.
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Gracias por sus valoraciones, comentarios y correos, me dan más energía para escribir.
Para los que me piden consejos sexuales, no se nada solo vivo 😉
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