El Regalo Prometido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Vivo en Venezuela, en una hermosa Ciudad llamada Puerto Ordaz. Era un viernes de Junio, explícitamente ese día estaba de cumpleaños, andaba muy entusiasmado con la celebración de mis 32 años, en la actualidad tengo 36 de edad.
En casa me preparaban una fiesta, claro con todo lo concerniente a la misma pagada por mi y uno más que otro amigo quien había colaborado para el agasajo personal. Iba y venía con las cosas para arreglar la sala, eran las 4pm cuando mi sobrinito se acerco, expresándome que me buscaba mi padrino. Deje lo que estaba haciendo y me dirigí a la puerta principal y allí estaba en su flamante carro que le daba un toque varonil a su buen aspecto físico, haciéndome señas me indico que me montara al auto.
El era un hombre para ese entonces de 42 años, pero bien cuidado, mide 1.70 cts. de altura y tiene un peso proporcional, comparado conmigo que siendo un tipo tradicional mido 1.75ctms y peso 80kilos, aun me mantengo en mi peso. El tiene un rostro súper agradable, su cabello canoso lo convertía en un Don Juan para las mujeres.
Yo tampoco estoy mal de rostro, me consideran una persona simpática y alegre, muy dado a las amistades. Mirándome serio me dijo:
-Necesito que me acompañes un momento a mi casa, quiero hablar contigo.- extrañado lo mire para contestarle.
-Hablemos aquí, estoy ocupado con lo de la fiesta.
-Me urge hablar contigo en privado, aprovechando que mi esposa está de viaje.
-Siempre y cuando no tardemos.- le dije.
-Tranquilo solo será un rato.-Me tranquilizo.
El arranco el auto, la verdad es que para ser mi padrino solo me llevaba 10 años de edad, pero mi padre considero que deberíamos tener padrinos jóvenes y fuertes que no fueran a morir tan rápidos como lo de él, me sentía intrigado y extrañado pero no pregunte nada por el camino.
Al llegar a su casa bajamos del vehículo, me senté en el sofá de la sala y el saco dos cervezas de la nevera, me dio una y me quedo mirando:
-Ok, dime para que me has traído hasta tu casa.- Por su edad y la mía, somos muy directos al hablar, existía el respeto común pero no excesivo como cuando somos menores. El me miro, temblándole la voz me dijo:
-Quiero darte tu regalo de cumpleaños, el cual me he prometido solo para ti.
-Y para eso me trajiste hasta aquí, pudiste dármelo en la casa.
-No, este es uno muy especial.- Sonrió, entonces yo exclame
-¡Sí! A ver, dámelo.
Más vale que no hubiese dicho eso, basto para que de inmediato se quitara la camisa, mostrándome su hermoso pecho, cubierto por delicados vellos, pegados a su piel, realmente es muy bonito, delirio de muchas jóvenes del barrio, quise levantarme pero no me dejo, apresurado se bajo los pantalones, quedando en un tierno interior blanco.
-¿Qué haces, estás loco?.- le dije.
Tocando el bulto que se le empezaba a formar bajo la tela, se lo tallo resaltando su asta que por el camino que iba, amenazaba con salir de la prisión, hizo otro gesto para tratar de levantarme pero él me comento violentamente:
-Te deseo desde hace años, quiero sentirte dentro de mí, hacerte mío, no tienes idea de cuantas veces te traje a la casa solo para tocarte y besarte esas hermosas nalgas. Y he pensado que hoy es un día para nunca olvidarlo.
-Que le pasa padrino.- apenas pude expresar, me sentí nervioso un instante, sobre todo viendo el cambio de actitud conmigo, no dejaba de estrujarse la polla palpitante que pedía a grito que la dejaran libre, para ese entonces estaba casado y no diré que nunca mire otra verga, claro que si, solo que nunca las vi empalmada.
La situación se me estaba poniendo embarazosa, intente nuevamente levantarme del mueble pero él se monto encima de mí con un movimiento ágil, tomando mi mandíbula llevo sus labios a los míos y empezó a besarme, era obvio que yo cerré mi boca, pero en la posición en que me encontraba el pudo dominarme con facilidad, al sentir su lengua pasar bajo mis orejas, la pinga me dio un salto como automática, tocaba mi zona erógena, y él lo sabía porque yo le había confesado en una oportunidad el inmenso placer que sentía cuando era atacado por allí, me mantuve quieto por un momento y lo deje hacer, no sé que me paso, imagino que el maricon oculto salió, sentía su respiración cerca de mis oídos, se movía, estrellando su culo contra mi verga como si quisiera devorarla por encima de mi pantalón. Atine a decirle:
-Esto está mal, eres mi padrino.
-Déjate hacer, luego vemos las consecuencias.
Allí abrí mi boca y deje que entrara en mi, su lengua, la removía con intensidad y vi en su cara un morbo indescriptible, mi palo estaba que reventaba, no me di cuenta cuando saco mi franela, lo note porque se apodero de mis tetillas para succionarlas con avidez, comprendí que no era la primera vez que él, estaba con un hombre, lentamente bajo dándome sensuales besos por mi barriga, desabrochándome la correa me quito el pantalón arrancando de una vez mi interior, toco con suavidad mi verga, sintiendo el tacto, la llevo a su cara para pasearla por ella completamente, parecía que mi verga lo volvió loco, no debo mentir, tengo buen garrote, me mide 18ctms, es grueso y su cabeza va a tono con el tronco, tiene venitas, en ese momento, peló la cabeza de mi pinga y la saboreo como un rico caramelo, de allí paso a una succión rápida en momentos y en otras oportunidades le daba lento como saboreando el dulce palo que parecía un garrote de hierro. Me estaba llevando al cielo mismo.
Dejando mi verga por un momento se dirigió nuevamente a mi boca besándome con frenesís, hasta ese momento yo no sabía lo que era el sabor de una verga mezclada con saliva pero allí estaba yo, saboreando la mía. Quitándose el interior me mostro su pájaro, la verdad es que me quede asombrado, era casi del tamaño de la mía, pero más gruesa y muy recta, surcada de venas, muy blanca, él es blanco yo un poco mas moreno.
-Espera un momento, quiero protegerla.- Me miro dulcemente a los ojos.
-estoy 100% sano, me cuido y sé que tu también, pero hoy es un día especial.
Camino un poco hasta quedar parado frente a mí, tomo su pollaza con ambas manos y la dirigió a mi boca, intente rechazarla pero con sus ojos me suplico que no lo hiciera, me dio cierto sentimiento verlo así, tomándola por el tronco la descapulle metiéndome primero la cabeza como él lo hizo, la chupe lentamente. Mire su cara y tenía los ojos cerrados, jadeaba del gusto, eso me motivo más y empecé a repetir la lección que me había dado minutos antes, el empezó un ritmo frenético que en momentos me daban arqueadas en la garganta, como pude lo separe de mí y le dije:
-El regalo prometido, debe ser completo padrino.- lo apoye del mueble, abrí sus nalgas y sin miramientos le metí la lengua hasta chocar con su hoyito, me supo a sudor al inicio pero el morbo me subió a la cabeza y tome su culito en todo su esplendor para mamarlo como si fuera lo último que pasaría por mi boca, le metí un dedo con saliva y soltó un suspiro entre dolor y deseo, le removí su interior hasta que pude ensartarle dos, veía en su cara cierto gesto de molestia pero no me decía que parara todo lo contrario el movimiento de su culo me pedía que siguiera, sin esperar arrepentirme batí una cerveza y la eche en su ano, embardune mi pinga que estaba chorreando como loca precum, cerrando los ojos le apoye mi verga en la entrada de su culo y le dije:
-Gracias por el regalo.
Con ganas, rabia y mucho morbo se la deje ir toda de un solo golpe, había clavado hasta el fondo al ser que tanto admiraba y quería, el trato de zafarse pero ahora era yo quien lo imposibilitaba, no le di tregua y de una vez empecé un mordaz mete y saca. Escuchaba sus quejidos pero aumentaban mas mis ganas de romperle el culo, en un momento la verga resbalo saliendo del culo y el suspiro como dando gracias, no dije nada, camine a la nevera y sacando un frasco de mayonesa me unte en la pinga, el miro, le ordene dar la vuelta y también le unte en su adolorido ano, inclinándose otra vez me invito con un movimiento de deseo, sin pensarlo dos veces se la enterré, esta vez con mayor facilidad, sentía que le había aderezado bien el culo porque ahora meneaba su cintura pidiéndome más, no aguante tanta presión en mi palo y gruñendo le dije que iba acabar, ya mi respiración no me ayudaba a seguir y sentía la bruma de la leche subir por el tronco, como un maestro se lo saco del culo y mis chorros espesos fueron a parar a su boca, no dejo escapar ni una gota, los saboreo como si de un manjar se tratara, para mi sorpresa tomándome del hombro me bajo hasta su cintura y allí pude sentir por primera vez los chorros calientes de leche de un macho, estampillarse contra mi cara, sentir la sensación de calentura mientras bajaba por mi cuello, no la probé en esa oportunidad me dio un poco de asco pero si le talle la pinga hasta que se le volvió espuma pegajosa. Mire mi verga y permanecía dura.
Mirándome me dijo:
-Para ser tu primera vez, estas que arde,.
Trato de tocármela otra vez pero yo lo di por terminado, me dirigí al baño sin decir una palabra, me duche, me vestí, el me dijo que esperara un ratico para también ducharse y así regresarme a casa, mientras él se bañaba, el sentimiento de culpa llego a mí y me fui sin avisarle. Al llegar a casa me esperaban, me cambie de ropa y aunque trate de quitármelo de la mente no pude, un sentimiento empezó a crecer desde lo profundo de mi ser, a pesar que me daba vergüenza lo sucedido, en el fondo quería que apareciera, tome el celular para llamarlo pero no pude….fueron pasando las hora y llego el momento de apagar las luces para cantarme cumpleaños, en la oscuridad una voz me dijo al oído:
-Pensaste que no iba a venir. -Volví mi rostro y lo mire sonriente, susurrándole le dije:
-Si lo pensé.- volvió a sonreír para decirme.-
-No te preocupes, siempre vendré por ti.- Yo sonríe y seguí escuchando las notas de mi cumpleaños que por casualidad no eran nada agradable ya que todos estaban borrachos.
Tuve muy pocos momentos de intimidad con él no quejo para nada, fueron muy buenos, pero ya pasaron, recién termine mi matrimonio, tengo un hijo y me considero un hombre libre y feliz. Siempre lo recuerdo y me dan ganas de llamarlo, pero no quise estar atado a mi padrino por razones de familia y respeto, me encantan las mujeres pero no puedo negar que el sexo con otro hombre es otra cosa, es otro mundo y otra experiencia. Mi relato es 100% real, no es imaginario y es el primero que publico prometiéndoles que los siguientes también serán reales y no imaginarios.
Si te gusto mi historia puedes indicármelo a mí correo que con gusto responderé a tus comentarios:
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