El repartidor de Oaxaca
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Morgan35.
Hace unos días de la semana pasada estuve más caliente que de costumbre, recorrí diferentes categorías de videos porno, tríos, interracial, anal, maduras, etc.
, debo confesar que leí en alguna ocasión en esta página algún comentario sobre la estimulación de la próstata y el orgasmo anal y me llamó mucho la atención, lo intenté de diferentes formas, metiéndome un dedo, un cepillo, un pepino, un palo de escoba e incluso llegué a comprar un dildo con vibración como de 17 cm pero nunca pude conseguir un orgasmo sin tener que tocarme y era cada vez más frustrante el no poderlo conseguir.
En mi desesperación había consultado ya algunas páginas de escorts gay, transexuales hermosas con grandes herramientas pero en realidad no me animaba a contratar algún@ por la mala situación de violencia que vivimos en el país y en especial en la CDMX que es donde vivo yo.
Tenía miedo de que me fueran a drogar para después robarse mis cosas o tener una mala experiencia de la cual arrepentirme por lo que decidí no hacerlo.
Realmente NO me gustan los hombres de ninguna forma pero había fantaseado con mamar una buena verga por lo menos más grande que la mía y que se corriera en mi boca para probar el esperma de otro hombre, el mío ya lo había probado pero la verdad no me gustó el sabor.
Como lo mencione anteriormente, ese día hasta me hice un lavado de culo para poder jugar con el dildo sin ensuciarlo y tenerlo que limpiar a cada rato, por cierto ya tenía el culo algo dilatado y lubricado pero nuevamente sin haber conseguido el misterioso y tan deseado orgasmo anal.
Eran aproximadamente las 5 de la tarde por lo que ya tenía hambre y tenía una flojera terrible de prepararme algo de comer así que llamé a un restaurante con servicio a domicilio, nunca imaginé lo que iba a pasar unos minutos después.
Sonó el timbre para avisarme que había llegado el repartidor, abrí la puerta y recibí el pedido en la mano, olvidé la billetera en mi habitación por lo que apenado le dije al repartidor que iría rápidamente por el dinero para pagarle y me respondió que no había problema y que en la puerta me esperaría.
Debo mencionar que el aspecto de ese tipo me hizo fantasear de camino a la habitación, un hombre joven entre 25 y 30 años, 1.
85 mts de altura, complexión fornida y atlética, de tez morena, cabello oscuro, ojos y labios grandes, su acento al hablar era diferente, sin duda pertenecía a alguna comunidad indígena de provincia; tomé la cartera y saqué el billete más grande que tenía con la malévola intención que me dijera que no tenía cambio y así poderme aprovechar de la situación.
Me sentía nervioso de que las cosas no fueran a salir tan bien como las imaginé, caminé hacia él con la mirada abajo buscando alcanzar a ver su bulto en los pantalones, llevaba un pantalón negro del uniforme pero le quedaba algo ajustado, era la primera vez que mis ojos se quedaban viendo los genitales de un hombre.
Estiré mi mano hacia él con el billete para pagarle y llegó la respuesta que buscaba: “¿No tiene cambio?” le respondí que lo lamentaba por no haber avisado a la persona que tomó mi llamada en el restaurante.
Me dijo que no me preocupara, que iría rápidamente en su bicicleta a traerme el cambio.
Era momento ya de empezar a sondear si sería posible comerme ese gran paquete por lo que le dije: “¿oye, espérame, qué tal si ya no regresas y te quedas con el cambio? es mucho dinero”.
Me respondió: “de ninguna manera señor, yo soy honrado y además puedo perder mi trabajo y no puedo, debo enviar dinero a mi pueblo porque mi mamá está muy enferma”.
Esa respuesta me dio la pauta perfecta para dirigir mi deseo y convencerlo que me dejara mamarle esa verga que se veía mejor que la que había soñado.
“¿Cómo te llamas? le pregunté, me respondió: “Hugo”.
“Lamento mucho que tu mamá esté enferma, ¿en dónde está?”.
Me volteó a ver a los ojos y me dijo que en un pueblo cerca de Oaxaca y empezó el diálogo:
Yo: “Me encantaría poder ayudarte, podría darte lo que queda de ese cambio de propina e incluso otro billete igual a ese pero tienes que ayudarme tú también a mí, ¿qué te parece?”
Él: “Muchas gracias señor pero no se preocupe, estoy trabajando duro para poder ayudarle a mi “jefecita” no quiero molestarlo”
Yo: “En verdad no es molestia, puedo hacerlo y lo que te pediría que hicieras es muy fácil y que no te quita mucho tiempo”
Mostró una ligera sonrisa pensando en que ese dinero era lo que él ganaba quizás en un mes y medio, por lo que agachó la cabeza como respondiendo afirmativamente y me preguntó:
Él: “¿Pero qué tendría que hacer? Casi no tengo tiempo de tener otro trabajo, salgo muy noche de la taquería y el fin de semana voy a mi pueblo a llevar el dinero”
Yo: “Voy a ser muy directo Hugo y te pido por favor que me dejes terminar de explicarte bien lo que necesito y espero no te molestes ni te saques de onda”
Él: “Está bien señor no hay problema”
Lo recargué contra la pared cercana a la puerta, no fue tan sencillo de mover porque era por lo menos unos 20 cms más alto que yo y mucho más fuerte, empecé a quitarle la camisa y me di cuenta que sus pectorales estaban bien trabajados y sus brazos eran algo musculosos; al estar más cerca de él me di cuenta que era lampiño, casi no tenía pelos en el cuerpo y eso me gustó mucho.
Llegué más abajo y quité su cinturón, abrí el botón de su pantalón y comencé a arrodillarme hasta quedar justamente frente a su verga que para ese momento empezaba a despertar y se marcaba más en el pantalón.
Al parecer se sintió incómodo por primera vez y me dijo: “No, no puedo hacer esto, es la primera vez que un hombre me chupa la verga, es muy extraño para mí, solamente lo ha hecho mi novia, no, no creo poder” y dio un paso de lado alejándose de mí, lo tomé de los muslos y lo regresé a la posición inicial y le dije: “Hugo, te doy otro billete más pero por favor déjame meterlo en mi boca, quiero saborear ese gran pedazo de carne que tienes ahí y sacarte hasta la última gota de leche” se quedó quieto y pude por fin bajar su pantalón para que se quedara solamente en bóxer, era negro y ya dejaba menos a la imaginación, su verga parecía una serpiente enrollada larga y gruesa; por un momento pensé que quizás no tendría mucha higiene y que su olor y sabor podrían ser algo muy desagradable para mí y me arrepintiera.
Me llevé una sorpresa cuando por precaución acerqué mi nariz para olfatear y me di cuenta que era un olor normal e incluso agradable, su ropa parecía recién lavada aunque aún hacía falta oler su miembro y obviamente verlo para saber si estaba sano y no tenía alguna rareza.
Con mi mano izquierda le sobaba el paquete mientras que daba besos y lamía sus testículos por encima de su calzón, ya para ese momento el gigante dentro había despertado y aunque era una semi erección la cabeza morena se había asomado por encima del resorte, qué delicia!!! ya salía algo de líquido preseminal, con las dos manos bajé el calzón para poder admirar ese tronco completo, fue hermoso ver como se levantó su verga hacia arriba como si fuera impulsada por algún resorte, impresionante miembro moreno de unos 23 cms y bastante gruesa, no tenía la circuncisión así que se veía monstruosa la cabeza de ese delicioso pene; lo tomé de nuevo con la mano izquierda y estaba durísimo y su temperatura caliente, era la primera vez que tomaba con mi mano una verga que no fuera la mía, tomé la carne que sobraba y la hice para atrás para poder observar la cabeza y que estuviera limpio todo, aproveché para dar un par de jalones de arriba abajo y escurría tal cantidad de líquido transparente que pensé, este repartidor se ve que no había tenido acción en un buen rato porque estaba muy excitado y apenas estábamos empezando, le pude decir: “qué rica verga tienes cabrón, es una delicia, te la voy a arrancar de una mordida” yo creo que se asustó mucho y pensó que yo era un maniático sexual y que estaba en peligro su tieso tronco y se subió de inmediato el calzón sin dejarme siquiera recorrer mi lengua un poco.
Me puse de pie inmediatamente, lo tomé de los brazos y me hizo a un lado, por su fuerza me alejó bastante y se subió de inmediato el calzón y me dijo: “¿estás loco? Y abrió la puerta para salirse, de nuevo le dije: “Hugo no es literal mi comentario, quería decir que se ve suculenta tu vergota y que me urge meterla en mi boca, es una expresión nada más, no te la voy a arrancar, te aseguro que te va a gustar, verdad que te está gustando?
Me dijo: “Sí, se siente bien y hace mucho tiempo no saco toda la leche de los huevos, si me haces algo te mato a golpes” le dije: “Tranquilo, claro que no lo haré, sólo te sacaré la leche y me la comeré, hasta lo último que salga” me volví a poner de rodillas frente a él y tomé su verga, por el susto había perdido fuerza la erección, acerqué mi boca a su miembro la abrí y saqué la lengua para probar por fin su sabor, la recorrí de abajo hacia arriba y su sabor era algo salado como de sudor, al masturbarlo recuperó de nuevo la erección y fue cuando con la punta de la lengua quité algo de líquido que brotaba ya considerablemente, era algo dulce nada desagradable por lo que me animé a meterlo todo en la boca, para mi sorpresa rápidamente golpeó el fondo de mi garganta y no tenía ni siquiera la mitad adentro, lo tuve que sacar para iniciar de nuevo y de arriba hacia abajo.
Mi verga también empezó a palpitar y mi erección ya era notoria también.
Me dijo que ni siquiera pensara que él me la mamaría a mí, no presté atención a su comentario porque no cruzó por mi cabeza la idea de que lo hiciera conmigo, fueron unos 10 minutos de estar saboreando ese enorme fierro, ya la tenía muy mojada entre mi saliva y sus fluidos, cada vez que se la jalaba con más fuerza emitía unos gemidos que me excitaban aún más.
De repente me preguntó “¿quieres mi leche cabrón?” fue extraño escuchar esa palabra, ya había roto la distancia social y los protocolos para hacerme sentir como suyo.
Yo seguí mamando como si no quisiera que el momento se acabara, me tomó la cabeza con sus dos manos y me movía a su antojo dándose placer con mi boca, parecía que me estaba follando la cara, creí que se me saldría la verga por la nuca debido a las embestidas violentas que me daba, sospeché que pronto inundaría mi garganta con sus mecos por lo que decidí hacerme un poco para atrás, yo quería que se viniera en mi cara y en mis labios y así yo poder meterme la leche que quisiera y probarla poco a poco.
Inesperadamente se detuvo, soltó mi cabeza y me extendió su mano para ayudar a levantarme, pensé que esta vez habría ya terminado y se había arrepentido de llegar al final de lo prometido, pero para mi sorpresa una vez en pie, me tomó de los hombros, me dio la vuelta, y me empujó suavemente sobre la pared y de un solo jalón bajo mis pantalones y los calzones dejándolos a la altura de mis rodillas, de su boca salió un comentario que me prendió mucho, dijo: “que rico culo tienes cabrón, lo voy a romper” y es que no es por presumir pero tengo un muy buen par de nalgas, levantadas y grandes ya que jugué mucho tiempo al futbol, por un momento sentí miedo porque no tengo experiencia en recibir verga, he jugado con mi dildo dándome placer pero siempre a mi ritmo y cuando me duele lo hago despacio, pero esta vez era diferente, estaba de espaldas con dos manos grandes y fuertes en mi trasero intentándolo abrir, vi de reojo como llevó su mano a la boca y tomó algo de saliva para llevarla directamente a mi ano, mientras la untaba poco a poco metió su dedo índice para ir abriendo espacio para su descomunal verga, cabe señalar que unas horas antes tuve mi consolador dentro del culo pero esto sería algo diferente ya que por lo menos eran 7 centímetros más de largo y unos 3 más de ancho.
Por la calentura de saber que sería penetrado por una verga de verdad me olvidé de todo; ya que caí en la cuenta de que no conocía a este sujeto le pregunté con voz nerviosa si quería que trajera un condón de la habitación, y su respuesta me la dio con el glande que estaba ya en la entrada en medio de mis nalgas, empujó la cabeza de la verga poco a poco y no entraba tan fácilmente,la tenía muy gorda y ancha, fue entrando lentamente, pude sentir lo caliente que la tenía, sabía que el resto que estaba por entrar sería increíble, solamente con la punta dentro de mí y yo ya escurría a chorros de líquido preseminal, levanté un poco el culo como permitiendo ya la entrada de toda su masculinidad.
Tomó mi cintura con fuerza pero hundió muy despacio su verga caliente abriendo a su paso cada pliegue de mi culo, sentí que llegó al tope y quedaban aún unos 5 centímetros fuera, inevitablemente salió de mi un primer gemido mezclado de dolor y de placer que no pude contener, así fue como empezó el bombeo, estaba yo parado de puntitas y el tomándome de las nalgas metiendo y sacando, ya para ese momento estaba relajado y sólo concentrándome en disfrutarla, incluso había momentos donde yo me movía solo hacia atrás empujando mi culo para comerme a mi manera su durísimo trozo de carne.
Pasados algunos minutos se hizo para atrás sacándome la verga, por el placer que me había provocado me temía que tal vez hubiera ensuciado su verga ya que sentí que me llegó hasta lo más profundo pero no, no había residuos de nada, solamente algo de mucosidad que mi excitación arrojó.
Me tomó de los hombros y me bajó al piso para ponerme en cuatro, es decir, de “perrito”, ya que estaba en el suelo me tomó de la cintura con una de sus manos y con la otra tenía sujeta su enorme barra morena, la puso nuevamente en la entrada y al ir doblando sus rodillas con su mismo peso la fue hundiendo pero esta vez entró ya sin tanto trabajo, había dilatado muy bien mi culo y estaba perfectamente lubricado con sus fluidos y los míos para que entrara y saliera como a él le diera la gana, así estuvo dándome por unos 5 minutos más, mis gritos de placer, su respiración jadeante y sus gotas de sudor cayendo en mi espalda eran testigos de ese momento que no quería que terminara, incluso empiné más el culo para que apoyado sobre los codos la penetración fuera más profunda.
Vaya que lo sabía hacer de maravilla este oaxaqueño, sin duda se había ganado ya cada peso de esos billetes que le daría.
Entre mis gemidos y los suyos escuché su voz que me decía: “¿te gusta putito, quieres más verga, quieres que te inunde el culo de leche?” en primera instancia debo confesar que su primer pregunta no me agradó, no me gustó que me llamara putito, yo sólo era un hombre caliente con ganas de disfrutar de otra verga y saber si podía correrme sin tocarme la mía.
Su segunda pregunta tuvo una rápida respuesta, solamente dos palabras: “dámela toda”….
“pero por favor todavía no te vengas que aún no me vengo yo”….
empezó a darle un poco más duro pero yo sentía que no podría llegar así, sentía muy rico pero no había llegado ese orgasmo anal tan esperado.
Creo que esa posición le empezó a cansar las piernas y su movimiento fue disminuyendo por lo que hice un movimiento hacia adelante para sacarme su verga, irremediablemente salieron gases de mi culo provocados por tanto bombeo, quiero aclarar que había momentos donde la sacaba toda y la metía toda de un solo jalón.
Me levanté, lo tomé de la verga y di unos cuantos pasos para llevarlo al sillón que estaba más cerca, lo tiré ahí e inmediatamente me subí en él decidido a montar ese semental, tomé nuevamente su verga con mi mano derecha y me la metí hasta el fondo, ahora quería ser yo quien tuviera el control del movimiento, me tomó del cuello y me acercó a él para besarme pero no me dejé, le pedí por favor que respetara mi decisión.
Fue muy generoso ya que con una de sus manos me agarró la verga y me la empezó a jalar, yo tenía mis manos sobre sus muslos para poder moverme mejor, puedo decir que literalmente empezaba a ver estrellas, comprendí por un momento por qué hay tantos hombres que les gusta ser penetrados.
Después de unos minutos sentí que me venía pero era debido a que él me la estaba jalando, sin decirle nada me levanté y me di la vuelta, esta vez para montarme dándole la espalda, creo que la posición no era igual de placentera que la anterior porque me dolía un poco, su verga había adquirido una dureza que literalmente parecía un fierro caliente.
Se dio cuenta que yo no estaba disfrutando igual por lo que sin levantarse se acercó a mí, me abrazo y fue haciéndome lentamente para atrás; ya que mi espalda estaba pegada a su pecho me tomó por detrás de los muslos haciendo mis piernas hacia arriba y dejándole completamente a él la libertad del bombeo….
¡qué delicia! no puedo negar que lo estaba disfrutando demasiado, ya había perdido la noción del tiempo y del espacio hasta que su celular empezó a sonar, me dijo: “ya se preocuparon porque no he llegado, tengo que ir a llevar otro pedido seguramente ” ….
le respondí: “noooo, por favor espera unos minutos más, ya casi acabo, ¿y tú?”….
de ninguna forma quería que se fuera, tenía una verga digna de comerla por largas horas y además me estaba dando la cogida de mi vida.
Me levanté y le dije: “quiero tener mis piernas en tus hombros, que me penetres y me hagas venir sin tocarme la verga”, me fui caminando hasta llegar a la mesa del comedor, quité rápidamente lo que había encima me subí y quede acostado con las piernas levantadas esperando a que Hugo las tomara y las pusiera sobre sus hombros y así fue, me sujeto de la cintura y me acercó a él, por su altura y en esa posición quedaba completamente a su merced, inició otra vez su movimiento de cintura sacando y metiendo su enorme verga, no es mentira, cuando se la estuve mamando la tomé con las dos manos y quedaba libre parte de su tronco y la cabeza libre.
Para ese momento ya los dos estábamos bañados en sudor, mientras me bombeaba tenía cerrados sus ojos, yo creo que estaba pensando en su novia porque tomó mis pies y empezó a lamerlos de arriba abajo y su lengua entre mis dedos, eso fue muy raro para mí, a mí me encanta hacerle eso a las mujeres mientras me las cojo, es una verdadera delicia para mí, pero esta vez me lo hacían a mí, creo que eso me calentó demasiado y sentía ya como un gran orgasmo se aproximaba, por fin iba a comprobar la veracidad de ese mito, abrí los ojos y vi en su cara múltiples facciones de placer, se mordía los labios, levantaba la cabeza, miraba hacia arriba y jadeaba, creo que también estaba a punto de venirse, me quedé callado para escucharlo y disfrutar los últimos minutos con el hombre que me había desvirgado el culo, la primera polla de verdad que mamé….
era tal el grosor que su verga había alcanzado que claramente podía sentir sus venas rozándome y cómo le palpitaba esa tremenda macana dentro de mí.
Ya sentía que estaba a punto de explotar de placer pero quería que él lo hiciera conmigo al mismo tiempo para fundirnos en un orgasmo simultáneo, hice un ligero arco para alcanzar a tomar su verga con mi mano, ya que llegué a ella mientras él la metía y sacaba yo se la jalaba y masajeaba sus enormes huevos, fue sorprendente sentir cómo se le habían hinchado y estaban a punto de vaciarse para mí, toda esa leche guardada era para mí, yo me la había ganado y quería saborearla y sentirla escurriendo en mis labios.
Volví a cerrar los ojos, mi respiración ya era sumamente agitada, por un momento pensé cómo ese desconocido se estaba dando placer conmigo, cómo si se estuviera “masturbando” con mi culo haciéndolo una funda para su espada de carne.
Todos esos pensamientos y su verga anclada hasta el fondo y rozando mi próstata hicieron que mi sueño se hiciera por fin realidad, sin tocarme llegó ese anhelado orgasmo, empezaron a salir de mí verga paradísima chorros descomunales de semen expulsados con una fuerza tan considerable que cayeron en la barba y en el pecho de Hugo también, yo entre nubes y viendo estrellas sentí como si todo se moviera en cámara lenta, sentí cómo Hugo se detuvo de un solo golpe metiéndomela toda completamente hasta la base del pene, me apretó con fuerza las nalgas y vació violentamente dos abundantes chorros calientes de esperma llenando mi esfínter, desperté bruscamente de mi sueño y le dije “cabrón, te dije que los quería en la boca” sacó su herramienta y me la acercó a la boca, no me importó si estaba limpia o sucia y me la metí en la boca, tomé con una mano el tronco y le jalé la verga para que se terminara de vaciar completamente en mi boca, era tal la cantidad de semen que expulsaba que se corría a los lados de mi boca, me había llenado también la garganta de su leche espesa y caliente, veía cómo su cuerpo vibraba y eso me hacía pensar que yo lo había hecho muy bien también.
Me quitó su verga con la mano para llevar el semen que estaba en mi barbilla directo a mi boca para que no se desperdiciara nada, ahora sí no pude evitarlo y lo dejé que me besara, me metió su lengua como si estuviera buscando lo que quedaba de su deliciosa leche de hombre, fue un beso como de dos minutos pero creo que ambos nos lo merecíamos por habernos provocado tremendo orgasmo.
Tomó mi playera que estaba tirada en el suelo para limpiarse el sudor y mi esperma que le había caído en el pecho, tomó su camisa blanca y se la puso, de igual forma su bóxer y el pantalón, se me quedó viendo a los ojos y me dice: “gracias, necesitaba sacar ya toda la leche acumulada en los huevos, a veces me dolían por no venirme”….
yo le contesté: “gracias a ti por superar mis expectativas y hacer mi sueño realidad, toma, todo este dinero te lo ganaste con el sudor de tu frente, jajajaja” lo tomó y lo guardó en su billetera con una sonrisa en los labios porque sabía que podría ayudar con la enfermedad de su mamá.
“Adiós y gracias” fueron sus últimas palabras, abrió la puerta y se marchó.
A las pocas horas no me podía ni sentar del dolor de culo que me dejó monumental verga, pero había valido la pena cada segundo con él.
Quién iba a pensar que entregarme por calentura a un desconocido fuera a ser una experiencia que me encanta revivir una y otra vez en mi mente y en cada “paja”.
Hace poco llamé al restaurante para ver si Hugo me podía traer la comida pero me dijeron que se había ido a su pueblo y que ya no regresaría….
donde quiera que estés Hugo gracias por cumplir mi fantasía.
—-Gracias por leer mi experiencia, si te gustó compárteme tus comentarios.
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