El sabor del mamey – primera parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Los veranos del norte del Perú no solo tienen días calurosos, tienen hermosos jóvenes que se pasean exhibiendo hermosos cuerpos con ropa muy ligera, y no puede faltar el dulce sabor del mamey.
Ese día salí del trabajo como a eso de las 5.00 de la tarde, el sol aún estaba alto y fuerte, pero decidí ir unas cuantas cuadras a pié para tomar el colectivo cerca del mercado y desetresarme un poco.
Lo que me ocurrió fue más que maravilloso.
Llegando a la esquina de mercado vi un vendedor de mamey, como de 18 o 19 años de edad, tenía 1.68 de estatura aproximada, y un cuerpo bien trabajado, se notaba que era gente de campo pero vestido con un bermudas que dejada ver una hermosas piernas de futbolista, piel trigueña, u cabello ondulado de esos que caracterizan a la gente de mi tierra, rostro agradable con una mirada dulce y angelical, y al acercarme me fije en la bermudas y se le notaba un buen paquete.
Que ta está tu mamey – le dije mirándole el paquete – el se dio cuenta de cual era mi verdadera intensión, y con una sonrisa de complicidad, me dice en voz baja.
Acá todo es bueno.
seguro que le va a gustar.
sin dudarlo dos veces le dije – Me gustaría probarlo.
claro respondió el chico.
cuando guste.
pero al menos me irá a comprar algo.
no??
(Yo) Ponme ese, y ese otro.
acto seguido sacó un pequeño cuchillo, caló uno de los frutos de mamey y cortando en cuatro la fruta sin partirla, cor{o un pedazo y me lo ofreció.
Pruebe señor.
para que vea que no miento.
El fruto era de un intenso color naranja, y su pulpa muy consistente, un aroma que sabe a gloria y dulce como la miel.
(el) puso los dos frutos en una bolsa de despacho, y me dijo.
son 10.
00 soles.
y me entrega un papelito doblado diciéndome.
acá le dejo mi nombre y mi número .
para que se le ofrezca casero.
Sin dudarlo cogí la bolsa y el papel, le di los 10 soles, y le dije.
ten otros 10 de propina, porque me has caído bien.
Te llamo mas tarde.
Efectivamente, a eso de las 6.
00 pm le llamé a su celular.
El – Hola, soy Heyner, me dijo.
Yo -Hola, soy el señor que te compró el mamey.
El – Hola caserito.
usted dirá para que soy bueno.
Yo -Gracias Heyner.
Podemos vernos hoy, como a las 7.30
El – Ya casero.
dígame donde, y le doy alcance.
Yo -7.30 en la plaza de armas, de allí vamos a un telo.
El – Ya casero, por mi no hay lío, eso si.
supongo que saldrá aunque sea para el pasaje.
no? .
y no es que sea interesado, solo que vivo lejos.
Yo – Normar Heyner, cuenta con eso y puede ser algo más.
eso depende de la chamba que hagas.
El – Serio caserito?.
déjelo eso de mi cuenta.
ya verá que me voy a lucir.
A las 7.30 estaba en el lugar de la cita, todo cambiado, con un jean azul ajustado que dejaba ver sus gruesas piernas y un tremendo paquete.
Llevaba un polo de color amarillo con negro, ceñido al cuerpo que mostraba un torso muy bien trabajado.
Lo saludé y nos dimos la mano.
luego cogí un carro y nos dirigimos a un hotel no muy lejos de centro.
Ya dentro, se quitó la camisa y con esa sonrisa tan linda que tiene, me miró a los ojos mientras me abrazaba y y me besaba el cuello, mientras yo le cogía el paquete, y si que tenia un tremendo morcillón como para saciar la gula del más exigente.
Acto seguido, me baje y le empecé a besar el pecho y a chupar los pezones mientras Heyner dejaba escapar gemidos de placer, y fui bajando hasta la cintura para quitarle el pantalón.
luego bajé el cierre y dejé liberar el hermoso miembro aprisionado por el calconcillo.
Era grande,,y bastante grueso, como de unos 18 centímetros de largo, y tan grueso que hubiera cabido exacto dentro de hueco de un rollo de papel higiénico, la cabeza, era cosa aparte, grande y dura, cubierta por grueso prepucio que se despasaba con facilidad, dejando ver un hermoso falo.
Sin pensarlo dos vece me di a hacerle un rico oral,mientras Heyner se retorcía de placer sobre la cama, y así estuvimos como 15 minutos.
hasta que dijo:
Basta.
!! Ya no.
que se le viene.
Luego se incorporó de la cama y me puso boca abajo.
Ahora me toca a mi.
Abrió con ambas manos mis nalgas y se dió a meter la lengua en mi trasero, mientras me daba ligeros mordiscos en as nalgas.
De cuando en cuando media un dedo dentro de mi ano, y lo volvía a sacar para ponerle mas saliva,,,ese esa tarea estaba ocupado cuando sentí una cosa gruesa dura que pugnada por entrar en mi ano, pero no la introdujo,,,solo se limitó a dar pequeños empujones pero sin penetrarme.
así estuvimos un buen rato, mientras yo, relajado gemía de placer con cada estocada que iba eliminando poco a poco toda la resistencia anal a tremenda verga.
En esas circunstancias en que estaba disfrutando de ese delicioso masaje anal, siento toda la presión de su juvenil cuerpo sobre mi, mientras que sus brazos inmovilizan los míos, y centímetro a centímetro introdujo toda esa morcilla en mi culo, mientras me retorcía de dolor y placer.
era como si me estuvieran metiendo un cuchillo en el trasero, quería gritar pero me contuve, no quedaba mas remedio que relajarme y dejarlo, hacer, así logró consumar la penetración en el preciso instante que disparaba chorros de líquido seminal dentro de mi.
quemaba como fuego, como si fuera un rió de lava volcánica dentro de mi, y sentía que se hinchaba mas y más aquella morcilla que con tanta gula me había comido.
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