El secreto de papá

Jovencito compartía su vida junto a su padre, pero todo cambio cuando entro a su vida una nueva mujer con su pequeño hijo. .
Cuándo yo tenía 14 años vivía con mi padre Adrián. Había decidido irme a vivir con el desde la separación con mi madre. Papá y yo habíamos desarrollado ese lazo de confianza, desde que me había pillado masturbándome viendo una de sus películas porno.

A partir de ese momento nuestra relación fue mejorando, hablábamos de sexo y me aclaraba todas mis dudas no solo en el ámbito sexual, mi padre también trataba de ser un buen consejero y yo lo veía como confidente y como figura de autoridad.

Papá sabía que yo era muy caliente y me confesó que en mas de una ocasión me había visto coger con algún amigo que traía a casa, algún vecino, incluso con algún amigo de el.

«Solo ten mucho cuidado y siempre usa condón. Si no estas de acuerdo con alguna práctica no tengas miedo de decir NO». Esos eran algunos de los consejos que papá me daba.

Esa charla entre otros juegos nos llevó a masturbarnos juntos, ritual que solíamos hacer de vez en cuando, pero cuando yo le pedía ser penetrado me dejaba a medias, supongo que papi luchaba con sus propios demonios y lo entendía, pues en mas de una ocasión lo había espiado mientras se desfogaba con una que otra amiguita que traía a casa.

Mi padre, como buen policía lucía apuesto en su uniforme. Creo que por eso jamas le faltaron las mujeres dispuestas a ser folladas por ese ejemplar de macho con cuerpo bien trabajado, de piel canela, pecho peludo, barba bien cortada y una sonrisa encantadora.

En cambio, yo era lo contrario a papá, piel clara, delgado, lampiño. Papá sabia que me encantaban los machos, siempre lo supo, pero no por eso dejaba de quererme pues de cariño me decía «Pollo» y me consentía lo mas que podía.

Cuando papá me dijo que había comenzado a salir con una mujer al principio me sentí mal, pues sabía que nuestra rutina cambiaría, pero al conocer a su novia supe que ella y papá debían estar juntos pues se llevaban muy bien. Poco a poco comenzó la convivencia y fue aquí cuando conocí a su novia y su hijo Ángel de 8 años, al que de cariño le decíamos Lito.

Lito y yo comenzamos a convivir como hermanos y papá hacia hasta lo imposible para que nos lleváramos bien, sin embargo por la diferencia de edad era muy difícil, sin embargo el chico era agradable y tenia pinta de que iba a ser gay ya que en mas de una ocasión lo había pillado espiándome y mirándome el bulto.

Lito y la novia de papá se quedaban con nosotros los fines de semana, otras veces Lito se quedaba en las tardes con nosotros.

Cierto día, venia de casa de un amigo y me encontraba caliente dispuesto a matarme a pajas. No vi el auto de papá así que imagine que tenia casa sola.

Entre a casa y todo estaba en silencio. Las llaves de mi padre se encontraban sobre la mesa y la tele de la sala se encontraba encendida. Apague la tele y decidí subir al segundo piso de la casa.

Mi instinto me decía que no debía hacer ruido así que me quite los tenis y subí tratando de no hacer ruido. La habitación de papá estaba con la puerta entre abierta…

Lo que vi me dejo sin habla. Papá yacía desnudo en la cama con las piernas bien abiertas mientras Lito, trataba de engullir su enorme trozo de carne.

El pequeño trataba de alojar esa verga en su boca, pero era evidente que no podía. Dejaba de mamar para tomar aire y volverlo a intentar.Estuve a punto de detenerlo, cuando escuche a mi padre decir…

– Lo haces mejor que la ultima vez, dale abre mas la boca.

Papá levantaba la pelvis lentamente, provocando que parte de su miembro entrara en la boca del menor, mientras Lito aguantaba la cogida de hocico que mi padre le estaba dando.

Así estuvieron por un buen rato, papá dejaba escapar uno que otro gemido mientras Lito se esforzaba por alojar solo una parte del pene de papá en su boca. Una que otra arcada lo hacían toser, la verga de mi padre se encontraba bañada con las babas de aquel chamaco caliente.

Mientras los observaba apretaba mi erección, sentía algo de celos y quizás esta era la razón de que papá ya no jugara conmigo se debía a que estaba entrenando a Lito para darle placer.

Desde la puerta podía observar el culito de mi hermanastro, blanco, paradito y redondo. Era un culo que seguramente papá ya había notado.

El morbo y la curiosidad que estaba despertando esta situación en mi me llevaba a preguntarme desde cuándo había comenzado esto.

Con cuidado baje el cierre de mi pantalón para liberar mi miembro adolescente, el cual se encontraba duro con toda esta situación. Me masturbaba lentamente mientras mi padre disfrutaba de la mamada que le estaba dando Lito.

– Así putito tragatela toda. ¿Ya quieres la lechita de papi?

– Si papi, pero tu pito es muy grande para mi boca.

– No te preocupes bebé, poco a poco vas a ir acostumbrándote. Ahora muéstrame la lengua…

Lito abrió su boquita y saco la lengua mientras se escuchaba como papa azotaba su pedazo en la lengua del pequeño…

Desde la puerta podía ver como papá tomaba su verga y la pasaba por la lengua del pequeño, mientras se masturbaba. Solo se detenía para dar un par de golpecitos y tallar el glande para continuar dándose placer con la boca del goloso de Lito.

Un gemido de mi padre me indico que sentía las señales de su corrida…

– Me vengo, me vengo…

Anunció papá mientras apuntaba la cabeza de su verga a la boca de aquel chamaquito caliente, que gustoso recibía el esperma de su macho.

Al mismo tiempo y sin hacer ruido me corría en mi mano, tratando de no dejar evidencia, mientras observaba aquella escena morbosa y erótica, mi padre sudado y agitado dando rienda suelta a sus instintos sexuales con mi pequeño «hermanastro».

Con mucho cuidado, tragué mi esperma y guarde mi verga antes de que me descubrieran. Estaba a punto de irme cuando escuche que Lito le decía a mi papá:

– ¿Cuando vas a metermelo?

– Pronto bebé, pero para eso debes practicar con el juguetito que te regale.

– Esta bien papi, estaré practicando.

– Solo procura que tu hermano no te vea.

– El otro día lo toque mientras dormía, Pollo tiene un pito grande y me gusta que recorte sus pelitos.

– Se cuidadoso con tu hermano, no se como vaya a reaccionar si se entera de lo nuestro, por el

momento guardemos el secreto.

– Esta bien papi.

– Venga, vamos a bañarnos.

Papá se llevó a Lito en brazos y juntos se fueron a bañar. Estaba seguro que en el baño le daría su segunda dosis de leche. Sentí celos del pequeño así que decidí bajar a la sala y tratar de despejar mi mente.

¿Desde cuando se dio todo esto? ¿Papá le había comprado algo a Lito para que practicará? Lo único que sabía es que estaría más al pendiente de este par.

En esas estaba cuando papá bajó las escaleras con una toalla atada a la cintura. La toalla no disimulaba nada su erección.

– Hola Pollo, recién llegas?

No hubo respuesta. Ambos nos miramos fijamente a los ojos. Sentía enojo y tristeza, pero mi morbo me obligó a callar.

– Si pa, como va todo?

– Muy bien. Hace mucho calor no crees?

– Demasiado… pero creo que tienes mas calor ahí abajo.

Papá solo miro su entrepierna y sonrió.

– Ya sabes que a veces no puedo esconderlo.

– Lo se pa. Lo se muy bien.

Nuestra conversación fue breve. Papá subió rápido las escaleras, seguro a poner a sobre aviso a su pequeño amante, estaba seguro que no se iba a arriesgar estando en casa, pero como les dije, estuve muy al pendiente de este par y descubrí muchas cosas que contaré en futuras entregas.

P.D.: Mi telegram antiguo fue borrado y quiero encontrar a mi amigo Anthony Mex (Alias Strange), mi nuevo telegram es @Artelyd15.