El secreto de papá (Parte 2)
Jovencito compartía su vida junto a su padre, pero todo cambio cuando entro a su vida una nueva mujer con su pequeño hijo..
Como les había dicho en el relato anterior, había estado al pendiente de mi padre y de Lito.
El solo pensar que papá estaba planeando en meter su verga en aquel culito redondo, pequeño y
virginal me provocaba una erección, aunque después aparecían los celos ya que papá jamas se había
animado a hacerlo conmigo aunque yo se lo había pedido en varias ocasiones.
No lograba comprender porque papá buscaba otro culo teniendo a su disposición el mio. Ademas el
sabía muy bien que yo lo deseaba.
La novia de papá seguía trayendo a Lito a mi casa todas las tardes. Lito y papá buscaban pretextos para
estar a solas, yo me negaba a salir para evitar que sucediera lo que mas temía.
Pero papá no se iba a rendir tan fácil, por mis constantes interrupciones intentó salir con Lito pero hice
hasta lo imposible para ir con ellos, me había dispuesto a hacerlo difícil para papá, pensaba que quizás
así desistiría de su idea.
Supongo que papá me notó a la defensiva y decidió tantear el terreno para saber que pasaba conmigo.
Una mañana al despertar noté que mi padre estaba recargado en el umbral de la puerta de mi
habitación vistiendo solo una trusa blanca. Era evidente que me había estado observando pues su
erección era notoria.-Buenos días campeón.
-Buenos días… que haces aquí?
-Solo contemplo a mi pollo. Lo mucho que has crecido, ya casi eres un hombrecito.
Papá se acerco y se sentó en mi cama mientras yo estiraba todo mi cuerpo. Mi viejo posó una de sus
manos sobre mi pierna. La retire, pero papá volvió a insistir. Esta vez su mano se fue directamente a mi
erección matutina, tomando con su mano mi miembro.
-Papá, que carajo?
-No hay nada mejor que una erección mañanera hijo, puedo sentir tu pito bien duro palpitando.
Papá había comenzado a subir y bajar su mano por mi hombría, masturbándome suavemente mientras
yo me entregaba al placer que su mano me daba.
Sentía sus manos grandes acariciando mi verga y con su otra mano mis huevos, no había duda de que
papá sabía como hacer disfrutar a un menor inexperto.
-Habra días en lo que amanezcas cachondo hijo, una paja mañanera te ayudara a liberar esa tensión,
nada mejor que una vagina o un culito pero cuando no se tiene a la mano no queda de otra.
Papá escupió en su mano y paso su saliva por toda mi verga, provocando que esta resbale mucho mejor.
-Contempla tu verga en todo tu esplendor hijo. Mira que dura la tienes.
Mi pene se veía imponente, bien duro y con el glande al descubierto, se marcaban todas las venas y en
la base se podían ver mis vellos recortados. Hasta a mi se me antojaba probarlo.
-No es tan grande como el mio, pero tienes buena herramienta. Aun te falta crecer más Pollito, pero no
dudo que ya andes haciendo feliz a mas de uno con este pedazo.
Papá sonrió, me miro a los ojos y me dio un beso en los labios como solía hacerlo cuando yo era mas
pequeño.
-Te quiero campeón.
-Papá… metemela, quiero sentirte.
Papá solo dejó escapar un gruñido alejando su cara de la mía. Continuaba masturbándome hasta que
sentí como mi cuerpo se tensaba. Traté de evitarlo, quería seguir disfrutando pero estaba tan entregado
al placer que termine corriéndome en su mano mientras gemía, podía sentir como mi semen salía
disparado y terminaba en su mano.
Aun me sentía excitado cuando papá acercó su mano para ofrecerme mi propia leche. Pasé mi lengua
por su enorme mano, lamiendo sus dedos para recoger los restos de mi semen y no pude evitar
recordar aquella escena dónde papá le había llenado la boca a Lito con su esperma.
-Te quiero hijo, espero que lo hayas disfrutado.
Papá abandonó mi habitación dejándome tendido en la cama aun con las piernas abiertas y tratando de
aclarar mi mente.
Me había rechazado otra vez. Era claro que el cabrón no quería mi culo, quería cogerse a Lito, no a mi.
Trate de despejar esa idea de mi cabeza, no quería estar cerca de el, pero ese día era sábado y papá
me había prometido llevarme a la playa. Estaba casi seguro de que era una tactica de mi viejo para
bajar mi actitud, mis defensas y mi mal humor.
Ni bien llegamos a la playa y ahí estaba la novia de papá haciéndonos señas. Junto a ella mi pequeño
«hermano» Lito, con un shorcito verde que resaltaba su culito parado y una playera blanca de Spider-
Man sin mangas.Papá rentó una sombrilla y unas sillas y platicaba con su novia mientras Lito jugaba en la arena. La
actitud de papá demostraba que estaba caliente pues pude ver como disimuladamente tocaba la raja de
su novia, quien le apartaba la mano o cerraba las piernas tratando de disimular.
Supuse que papá no intentaría nada con ella presente, así que me quite la playera y me encamine al
mar. Quería estar solo y disfrutar el día.
Estuve nadando un buen rato, cuando iba regresando pude ver que ni Lito ni papá se encontraban
presentes, solo se encontraba su novia leyendo una revista.
Por mi mente pasaron varias ideas, me había descuidado, seguramente en este momento papá estaría
follandose a Lito, entregándose al placer que le brindaba su putito.
Seguro entraba y salía del pequeño mientras este trataba de aguantar la verga de papá.
De pronto, pude ver a papá que venia con Lito en brazos. El pequeño venia muy bien abrazado a papá,
mientras comía una paleta de hielo.
Lito chupaba la paleta mientras papá lo miraba con atención. Seguro imaginaba que era su pene el que
entraba y salía de esa boquita mamadora.
El día transcurrió tranquilo para ellos, para mi fue estar al pendiente de esos dos. Una vez en casa papá
anunció que su novia se quedaría a dormir y que Lito dormiría en unas colchonetas al pie de mi cama lo
cual no me hizo ninguna gracia pero al menos me tranquilizaba un poco, sabía que papá no intentaría
algo esta noche.
Horas después, el pequeño dormía plácidamente, mientras se escuchaban los gemidos de la novia de
papá que disfrutaba de la cogida que le estaba dando mi viejo. Deseaba ser yo quien estuviera
disfrutando de ese macho y su pedazo de carne, poder sentir como entraba y salía de mi ser hasta
dejarme lleno.
Con esos pensamientos comencé a masturbarme mientras me imaginaba empalado por mi padre. Una
vez que me vine, me limpie con mi bóxer y me quede dormido.
El reloj marcaba las 3:00 am cuando desperté, el sueño se esfumo al no ver a mi «hermanastro». Con
mucho cuidado me levante y me puse el bóxer con el que había limpiado mi semen.
Abrí la puerta del cuarto de papá y su novia dormía. Entre en la habitación y revise el baño, tampoco
estaban ahí.
Decidí bajar a la sala con el corazón latiendo a mil, trataba de no hacer ruido pero cuando estuve cerca
pude escuchar aquel sonido familiar de chupeteo.
La luz del patio se colaba por las ventanas e iluminaba un poco a mi padre sentado en el sillón con las
piernas abiertas, mientras Lito estaba acomodado entre las piernas de mi viejo mamándole la verga.
-Así pequeño, uff tragala toda. Por fin estamos solos. Tenía tantas ganas de darte verga.
Papá lo tomaba de la cabeza y lo obligaba a mamar más rápido. Su verga entraba y salia de la boca del
pequeño, a veces la sacaba por completo para besarlo.
Era una escena demasiado morbosa ver como el adulto se comía la boca del pequeño y como este le
correspondía torpemente. Al separarse Lito volvía a tomar el pene del adulto en sus manos y lo llevaba
a su boca. Aunque no podía mamarlo todo el pequeño puto se esforzaba tratando de alojar todo ese
pedazo de carne.
Papá estaba como desesperado, pues sus movimientos eran mas bruscos, bombeaba la boca del
pequeño con rapidez y cuando se la sacaba mi pequeño hermano tosía.
-Mas despacio papi.-Lo siento bebé, es que hemos estado separados tanto tiempo que quiero hacerte el amor aquí mismo.
¿Me dejas cogerme tu colita?
El pequeño no decía mucho, solo asentía con la cabeza dejándose guiar por el adulto, el cual le abría las
nalgas para acariciar su ano. Estaba claro que Lito deseaba ser cogido por mi padre y no pondría
ninguna resistencia a su macho.
En la penumbra observaba a los dos amantes, sentía celos, pero me ganaba mi lado morboso pues ya
tenía una mano dentro del boxer, masturbándome viendo aquella escena, era mejor que ver una porno.
Deseaba ver como papá se iba a coger a Lito, me preguntaba si ese niño de 8 años iba a ser capaz de
aguantar una verga de adulto, si mi padre lo trataría con cariño o si sería salvaje como cuando culeaba
con sus novias.
Papá tomó a Lito y lo puso en cuatro patas sobre el sillón, se colocó detrás de el y le abrió las nalgas
dejando a la vista su hoyito.
El mayor comenzó a lamerle el culito a Lito, el cual trataba de ahogar sus gemidos mientras papi le
comía el ano con maestría, alternando sus dedos que entraban y salían lentamente.
Así estuvo un buen rato dándole placer al chamaco hasta que papá se levantó y comenzó a frotar su
miembro erecto en el trasero del niño, el cual se movía delante y atrás esperando recibir la verga
gruesa del adulto. Lito movía su culito en círculos provocando lujuria en mi padre.
-Quédate quieto bebé. Aguanta, si te duele mucho paramos y lo volvemos a intentar.
Papá coloco la punta de su verga en el culito de Lito haciendo algo de presión para abrir su anito
cerrado.
Yo observaba todo sin perder detalle de lo que estaba pasando, aun no podía creer como ese putito
goloso estaba recibiendo la verga de papá.
-¡Ay papi! ¡Duele!
-Aguanta bebé, no hagas ruido. Ya esta entrando.
No pude soportarlo, no podía continuar viendo aquella escena. Mis celos se apoderaron de todo mi ser y
decidí detener todo esto.
-¡Papá! -exclame sin dejarme ver- Papá… ¿Dónde estás?
Deje pasar un momento antes de dejarme ver, cuando baje por completo a la sala encendí la luz y pude
ver a papá vistiendo un short que no ocultaba mucho su erección. Mi viejo estaba sentado en el sillón
donde momentos antes recibía una mamada de su pequeño amante.
Mis ojos se fueron directamente a su miembro y luego lo vi a los ojos.
-¿Esta todo bien?
Tenía que disimular, por supuesto que nada estaba bien. Esperaba que papá me golpeara o me
regañara por haberlo interrumpido.
-Todo esta bien hijo. ¿Que pasa?
-Es que Lito no esta en mi cuarto y me preocupe…
En eso mi pequeño «hermano» venía saliendo del baño, aquel mocoso tenía el descaro de fingir que aún
estaba adormilado y simulo un bostezo.
-Ves, no pasa nada, ahora sube a tu habitación.
-Vamos Lito.-Pero yo quiero quedarme con papi.
-Venga, vayamos a dormir.
Papá me miró fijamente mientras tomaba de la mano al pequeño Lito. Lo único que podía ver en sus
ojos era enojo. En ese momento no me importó, mi padre estaba decidido a estrenar ese culito pero no
lo iba a lograr fácilmente.
Si el quería que yo cediera, tendría que darme algo a cambio. Y no pensaba detener este juego hasta
obtener lo que quería.
P.S: Agradezco por sus mensajes, amigo, pero lamento decirles que el relato no es mio ni una experiencia propia, solo lo ando publicando ya que me pareció muy interesante, gracias.
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