El secreto de papá (Parte 5)

Jovencito compartía su vida junto a su padre, pero todo cambio cuando entro a su vida una nueva mujer con su pequeño hijo.
Como relate en la entrega anterior, papá no se andaba con juegos con este crío, mas de una vez pude ver como se daban amor, como aquel pequeño de labios golosos disfrutaba con gusto la verga de papá mientras yo los espiaba.

En el auto, en la sala, en su habitación, cuándo tenían tiempo suficiente, podía escuchar como disfrutaban, pues mi padre sabia que era su cómplice y me dejaba ver como su pequeño amante se retorcía de dolor y placer mientras sus gemidos inundaban la habitación.

Yo deseaba ser poseído por mi padre, tal y como lo era mi pequeño hermanastro, pero las evasivas de mi padre me hacían desistir de esa pervertida idea. Después de todo papá ya me había dejado en claro que eso estaba mal y que no podía ser.

Cierta tarde, papá y yo estábamos solos. El había salido de bañarse y solo traía una toalla atada a la cintura mientras yo veía una película en la sala.

Papi daba varias vueltas, sentía que tenía algo que decirme y dudaba en hacerlo. Al final tomo valor y se sentó a mi lado en el sofá.

– No se como decirlo hijo…

– Venga, no le des tantas vueltas. Solo dilo y ya.

– Estoy por formalizar mi relación, quiero que Lito y su madre vivan aquí conmigo pero no hay espacio suficiente. Aparte… -papá trago saliva antes de terminar- yo se que esto que tengo con tu hermano te afecta. No te he dejado de querer, pero no se como acercarme a ti.

– Descuida papá. No voy a darte molestias. Si crees que esto es lo mejor para los dos…

– Lo mejor para ti hijo, quiero lo mejor para ti. Crees que no me siento mal? Eres mi hijo y me duele que esperes que pueda corresponderte de la forma que deseas.

– Hace tiempo que deje de esperar… no soy estúpido.

– Ves, ahí esta otra vez esa hostilidad. Cada vez que intento acercarme respondes así. Baja la guardia, soy tu padre y te quiero campeón. Papá me tomo por el brazo y me atrajo hacia el. Fue una maniobra rápida para poder envolverme entre sus brazos.

Me quede inmóvil porque no lo esperaba. Mi viejo me abrazaba fuertemente. Su aroma a colonia me volvía loco, su pecho cálido me relajaba. Poco a poco cedí y subí mis brazos para corresponder su abrazo.

Allí sentados en el sofá, un hombre semidesnudo abrazaba a su hijo adolescente y mientras lo hacía no pudo evitar recordar la imagen de su hijo desnudo, bombeando el culito de su hermanastro mientras jadeaba.

Esa imagen la había tenido en la cabeza por varios días y aunque el hombre trataba de negarlo, aquel recuerdo despertaba pensamientos morbosos.

El menor levantó la cara al sentir la dureza de su padre. Sus ojos se encontraron con los del mayor. Mientras acariciaba aquel miembro su boca se abrió levemente y fue ahí cuando papá sin dudarlo me plantó un beso en la boca. Este beso era diferente, no era como los que solía darle antes.

Su lengua jugaba con la mía, sentía como su sabor invadía mi boca, comiéndola como hacia con su pequeño amante.

En un instante padre e hijo se dejaron caer sobre el sofá mientras el mayor le quitaba la playera a su hijo de 14 años.

No duraron ni un momento separados, sus bocas volvieron a fundirse en un apasionado beso. El muchacho sentía las enormes manos de su padre recorrer su pecho, acariciar sus pezones duros, estaba a merced del mayor.

Cuando sus bocas se separaron, papá observaba fijamente a su hijo, mezcla de niño y hombre, con una cara de pícaro que lo incitaba, deseaba tener los labios gruesos y rosados del chico recorriendo cada centímetro de su hombría.

En un momento papá trato de separarse pero volví a traerlo a mi boca, besándolo como hace tiempo no lo hacia.

Al separarnos me dedicó una sonrisa, ahí entendí que todo estaba bien entre los dos. Jale la toalla, aunque papá trato de resistirse quería apreciar su cuerpo desnudo.

El cuerpo de papá era un monumento, piel morena, esbelto, con unas piernas y brazos bien trabajados, una ligera capa de vellos en el pecho, piernas y los vellos de su pubis recortados y bien cuidados al igual que su barba. Era un hombre guapo que llamaba la atención a mujeres y unos cuantos hombres, en mi hermano y en mi despertaba un deseo prohibido para algunos.

Sin pensarlo, papá acercó su verga a mi boca, abrí lo mas que pude para recibirla. Ahora entendía porque Lito se ahogaba. El pene de papá era grueso, pero conforme bajaba iba aumentando su grosor. Trataba de mamar lo mejor que podía, quería demostrarle a papi que podía darle placer mejor que mi hermanastro.

Lamía la punta del pene para meterlo de golpe a mi boca, me provocaban arcadas pero no me importaba. Sentía como su glande llegaba hasta lo mas profundo de mi boca, mientras papá gemía y me tomaba por el cabello cogiéndome la boca.

– Chupa campeón… chupala toda.

Las palabras de papá me daban ánimos para seguir y me ponían muy caliente. Saque su verga de mi boca, le mostré la lengua y acaricie su glande, bajando hacia su tronco para comerle sus huevos peludos. Mi viejo gemía mientras me llevaba sus bolas a la boca. Eran grandes y peludas y lo que mas me gustaba era que colgaban y se veían imponentes.

Volví a subir, recorriendo con la punta de mi lengua sus huevos, el tronco del pene hasta llegar al glande. Ahí le guiñe un ojo a papá y volví a meter su miembro en mi boca. Estaba afanado en comerle el rabo a mi padre, incrementaba el ritmo de mi mamada haciendo desaparecer la verga de papá, deseaba ordeñarlo hasta sacarle la última gota de semen.

Papá me miraba fijamente mientras mamaba dedicándome una sonrisa. No se que tan caliente habrá estado que note como su pito se hinchaba. Sacó su verga de mi boca y dejo que mis labios solo acariciaban su glande mientras mi viejo se la jalaba.

– ¡Ahí te van campeón! Abre grande, ah que gusto…

Recibí uno, dos, tres chorros de abundante esperma, cayeron dentro de mi boca y los recibí gustoso. Tenían un gusto fuerte y agradable, calientes y espesos, sabían a macho. Sin pensarlo los trague, me gustó su sabor mientras papá recogía con su dedo las ultimas gotas de esperma de su glande. Me lo ofreció y lo tome con mi lengua.

Papá se levantó sin decir nada y se fue a su cuarto dejándome en el sofá con una enorme erección. Me dolían los huevos, así que termine masturbándome en la sala sin saber que desde las escaleras tenia un espectador que veía como jalaba mi verga mientras terminaba vaciando mis huevos, disfrutando comer mi propia leche.

Horas mas tarde apareció la novia de papá en casa junto con Lito. Tenía turno nocturno en su trabajo así que cenaron y papá fue a dejarla. Imagine que papá ya tenia planes con su pequeño amante así que me fui a mi habitación, me quedé en bóxer y encendí la consola para evitar pensar en ellos.

Mientras trataba de relajarme jugando videojuegos Lito apareció en la puerta de mi habitación, vestía un pequeño bóxer rojo pegado y sin playera, pues papá ya lo estaba entrenando también en el nudismo y andar solo en ropa interior cuando los hombres nos quedábamos en casa.

– ¿Puedo ver como juegas?

– Esta bien, pero no toques mis cosas.

Lito se recostó al lado mio, mientras yo me dedicaba a matar hordas de zombies mi hermanito tenia otro plan en mente. Su mano acariciaba mi pierna disimuladamente pero al ver que yo no reaccionaba decidió ser mas directo, llevando sus caricias hasta mi entre pierna.

Pause el juego y lo mire extrañado mientras el me dedicaba una sonrisa. Le acaricie la cabeza en señal de aprobación y el chiquillo sin mediar palabra metió su mano dentro de mi bóxer. Lito liberó mi miembro que se encontraba en reposo y lo llevo a su boca, acariciando mi glande con su lengua mientras su mano libre acariciaba mis huevos. Podía sentir como mi verga se iba poniendo dura en su boca mientras Lito seguía mamando con delicadeza.

Tome al pequeño por el cabello y le hundí toda la verga en la boca, la sacaba y se la volvía a meter de golpe provocandole arcadas. Lito me miro con los ojos llorosos, lo tome por la barbilla y le plante un beso en la boca. Era la primera vez que lo hacia.

Papá le había enseñado como besar, los movimientos de su lengua ya no eran torpes, el pequeño había aprendido a entregarse. Mientras nos besábamos, Lito había aprovechado para quedar sentado sobre mi. Frotaba su miembro contra el mio, como si estuviéramos cogiendo.

En un momento, Lito me miró a los ojos y sonriendo acomodo mi verga en la entrada de su ano. Aquel chamaco caliente bajó lentamente ensartándose solito mi verga mientras apretaba los labios, dejando escapar un gemido al sentirse ensartado por completo.

Lito apoyo sus manitas en mis hombros y comenzó a subir y a bajar lentamente mientras sentía como mi verga abría su colita.

Mientras lo cogía pensaba que todo esto se lo había enseñado papá, había transformado al nene en un putito insaciable al que le encantaba la verga. Tome por la cintura a Lito y le ensarte toda la verga. Mi hermano abrió la boca dejando escapar un gemido y aproveche para besarlo como hacia papá.

– Vaya vaya cabroncitos, así los quería encontrar.

Ahí en el marco de la puerta estaba papá observando todo con el pantalón desabrochado mientras se sobaba la verga.

– Papá yo…

– No tienes que explicar nada hijo. Solo disfruta de este culo.

Papá entro y se sentó al lado de nosotros mientras Lito seguía subiendo y bajando evitando que mi erección bajara.

– Sabes que a tu hermano le gusta esa forma salvaje de coger, cada vez que le sacas y le metes la verga de golpe lo vuelve loco, aunque le queda doliendo el culito por días a el le encanta. También lo he sorprendido oliendo tus boxérs usados. De hecho la primera vez que lo encontré haciéndolo termino chupándomela.

Papá despertaba mis pensamientos mas morbosos con sus declaraciones. No sabia si era cierto lo que decía pero estaba tan concentrado en disfrutar del culito de Lito que no me di cuenta de lo que hacía papá hasta que regrese a verlo.

Había bajado sus pantalones con todo y trusa hasta los tobillos y se masturbaba mientras veía como Lito se ensartaba solito. Su mano jalaba su verga al ritmo de la cogida mientras observaba con atención.

– Ahora ponlo en cuatro y déjalo bien preñado.

Sin decir nada, Lito se levanto y se acomodo sobre la cama. Mi hermano abrió sus nalgas dejando a la vista su anito abierto.

Papá se levantó y dejo caer un escupitajo en el culo del pequeño y me hizo de señas. Sin decir nada me levante con la verga dura, me acomode detrás mientras papá tomo mi verga y la encaminó al agujero de Lito, al sentir mi glande en su entrada gimió mientras papa se colocaba detrás de mi y me susurraba al oído…

– Cogetelo cabrón, déjale el hoyo bien abierto.

Mientras bombeaba a Lito sentía en mis nalgas el pene de papá. Mis nalgas chocaban con su glande húmedo mientras mi viejo me pedía que follara a mi hermanito de forma violenta. Lito jadeaba con cada metida de verga mientras papá nos observaba. Era un momento morboso y excitante, jamas me imagine compartiendo a mi hermano con papá.

En un momento mi viejo se pone frente a Lito, este al ver el pene de papá a escasos centímetros de su cara, abrió la boca para recibir esa barra de carne, la cual mamaba con glotonería. Verlo con la boca llena de verga tan de cerca me excitaba. Quería venirme y llenar todo ese culo con mi esperma pero al mismo tiempo quería seguir disfrutando…

Me fue imposible contenerme, sentí como mi verga se hinchaba y expulse mi esperma en el culo de mi hermanito. Mis gemidos evidenciaron que me había venido dentro de Lito, papá me miro sonriendo.

– Ahora veras como aguanta la mía…

Papá se acomodo detrás de Lito y de golpe le ensarto toda la verga. Mi hermanito gemía mientras papá metía y sacaba la verga de aquella funda de carne.

– Lo has dejado lleno campeón. Uff, se siente tan caliente.

Esta vez era yo quien miraba todo, mi padre tomaba fuertemente de la cadera a Lito mientras la hundía su virilidad. Mi hermanito gemía con la boca abierta y se mordía los labios.

– Si papi, me gusta…

– ¿Te gusta la verga?

– Me encanta, me encanta ser el putito de la casa.

Lito se aferraba a las sabanas y las apretaba con sus manos mientras papá lo embestía con fuerza. Mi viejo tomo a Lito por la cadera y le ensarto la verga hasta el fondo para vaciarse en su ser. Papá gruñía mientras llenaba de leche el culito de Lito, provocando que su pequeño amante gimiera al sentirse lleno.

Los tres nos dejamos caer en la cama, cada uno al lado de papá, sudados y con olor a sexo. Papá nos beso en la boca mientras nos sonreía.

– Siempre he querido que se lleven bien, que esta sea una casa de machos. Si les da por coger entre ustedes solo tengan cuidado de que no los descubran o estamos jodidos. ¿Entendido?

– Si papi.

– Entendido pa.

Lito fue el primero en levantarse y se metió al baño. Papá y yo quedamos desnudos en la cama platicando…

– Tal vez no sea lo que esperabas campeón. Pero lo he pasado bien. Solo quiero que tú y yo estemos bien. Que nuestra relación sea como antes. Papá me beso en la frente y se fue a bañar con Lito. Dentro de poco pude escuchar risas seguidos por los gemidos de mi padre.

Ahí de rodillas, Lito volvía a comerle el rabo a papá mientras el agua caía sobre ellos. Mi verga volvió a ponerse dura y decidí unirme.

Mi hermanito goloso nos la comía a papá y a mi, mientras mi viejo me comía la boca. Esa noche Lito y yo volvimos a coger mientras papá observaba todo. Al parecer a mi viejo le gustaba mirar, igual que a mi y disfrutaba ver como dos chicos jóvenes follaban. Nos cambiaba de posición como si de una porno se tratara mientras se la jalaba.

Después de aquella noche, mi relación con mi hermanastro mejoró, cuando se quedaba en casa dormía en mi cama y cogíamos seguido, le encantaba sacarme la leche y a mi me gustaba dársela en la boca.

Los encuentros entre Lito y papá fueron disminuyendo gradualmente cuando se casó con su novia, pero cuando tenia oportunidad nos espiaba. Conforme Lito iba creciendo buscaba otros chavos y señores que le dieran verga. Aunque no me contaba, sabía que mi hermanito tenía cierta fama en el barrio y mas de una vez me toco cogérmelo con el culito roto. Yo fingía que no me daba cuenta al principio, después le ponía crema y lo ponía a mamármela, así estuvimos un buen tiempo sin que su madre sospechara que era mi perrita, quien se tragaba mis mecos cada noche.

Por mi parte, a finales de ese año decidí ir a vivir con mamá por un tiempo, lo cual me llevó a vivir nuevas experiencias, y de vez en cuando visitaba a mi padre y hermanito.

Fin