El sudor de tus bolas
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ElMarques.
Parte 1
El partido de juego había terminado y los muchachos en la cancha reposaban, se despedían y de su cuerpos (algunos el con torso desnudo) el sudor corría y con la camisetas, secaban y aire se daban. Diego que veía desde afuera de la cancha, esa noche estaba viendo a su primo Sergio jugar con lo demás chicos del barrio.
Ese momento de ver los cuerpos casi desnudos, con short de poliéster sudado; diego casi que podía ocultar su erección dentro del pantalón. Imaginaba a todo los chicos al quitarse la ropa y dejarla en la cesta. Si fuese por él, en su fantasía deseaba tener todas aquellas cestas de ropa sucias de los chicos deportistas.
A demás de su primo Sergio, otro joven veía. Diego juraba estar enamorado en secreto con Fabián; lo que él, no sabía, es que eso era casi imposible. Siendo unos de los más guapos, era también rebelde (por no decir malo) y a sombrerazo se quitaba a las chicas.
Esa noche Fabián reposaba en el piso totalmente acostado; su abdomen marcado se veía por completo y, la piel morena que le brillaba por la luz de los reflectores. Era un momento único, no solo todo su cuerpo se veía, sino que también en su short blanco de tela poliéster; su entrepierna se marcaba abultada y de lado.
I
Llego esa noche a casa, antes que Sergio. Se acostó en la cama y en su imaginación; veía a Fabián desnudo, mordiendo su labio inferior y mirándolo con esos ojos avellanos y achicados. Metía una mano dentro del calzoncillo y jalaba su verga parada. Diego se espantó con la voz de su primo cerca por el pasillo de los cuartos, pero algo más le dejo atónito ahí sentado en su cama.
Al oír la voz de Fabián, fue como sentir que el mundo se le venía abajo; el corazón le late con fuerza y la orejas se le enciende, lo desea pero le teme, por la razón que ese chico guapo le intimidad y para Diego que es introvertido, eso es mucho.
Petrificado en la cama, su cuerpo temblaba, y las voces de los otros dos chicos en el pasillo, le oía jocosa, gruesa y varonil de muchacho adolescente.
Se estremeció y apretó las manos entre el medio de la piernas. Diego se miró al espejo; el cabello negro casi cubre sus ojos grises, los labios finos y rojos casi le arden a igual que sus mejillas del calor corporal que experimenta en ese momento.
II
En el baño se oía la regadera abierta. Sergio ha bajado a la cocina y le explica para donde sale esta noche con Fabián. Diego aventurado está dentro de la habitación del primo, oye que alguien se baña y no sabe quién es. Cuando está mirando al suelo, ve cerca de la puerta del baño, un short junto con el bóxer todo ahí enrollado.
Se oye los paso de las escaleras y diego sale espavorido de ese cuarto; entra a la suya y de espalda a la puerta solo piensa en algo… << ¡ojala y quede ahí esa ropa! ¡Que quede por favor! >>. Lo deseo y lo pidió como una oración de perdón.
III
La fragancia corría por todo el pasillo de los cuartos. Ambos jóvenes casi adultos han dejado la casa llena de perfume de hombres. Diego sentía una mezcla de deseo y por mucho que reconozca al de Sergio, él lo asociaba a Fabián.
La abuela cerraba las puertas y dejaba solo la luz del porche, encendida. Diego le veía desde arriba hasta no dejar de oír ruidos de abajo. A lo que la noche estuvo calmada, anduvo por el pasillo y por un momento vio una sombra al mira hacia abajo en la sala. Sintió miedo y pensó que ha de ser la abuela, rogo para que se fuese a dormir ahora mismo y al sentir la calma; diego a la habitación de Sergio llego. Ahora rogaba que su primo no haya dejado con cerrojo la puerta de su cuarto.
La perilla cedió sin dificultad alguna. Entro a la habitación y el olor le espeto con calor directo a la cara.
Una mezcla de olores juntos, se sentía en el ambiente oscuro; el olor de toallas húmedas en la cama, el olor de ellos ante de bañarse y también el aroma del perfume se unían junto con ello. Al atravesar la puerta, encendió la luz de la habitación, y tras ella, cerró la puerta a su espalda.
Anduvo con cuidado y dio los pasos suaves, como si fuera necesario.
El corazón se le detuvo y luego arranco con fuerza, latiendo fuertemente, la piel se le crispo y en el estómago un leve vahído de excitación lo mareo. No pensó que aquello que hacía, se le iba hacer tan fácil y por muy introvertido que fuese. Diego añoro un poco de dificultad a la cosa, pero de igual modo, el morbo corría por todo su cuerpo. Se detuvo y se acercó lento a la ropa sucia en el suelo. Sus plegarias fueron escuchadas, lo mejor era, que sabía que esa ropa pertenecía a Fabián. Al estar de rodilla, termino por sentarse en el suelo, luego en sus manos obtuvo lo que deseaba; la agarro y la dividió; el short lo puso a un lado y el bóxer en su mano quedo. Lo explayo y el bóxer gris quedo antes sus ojos abiertos de admiración.
Diego acerco la prenda lentamente y al estar cerca de su nariz, la olio como si su respiración dependiera de ella. Fue oxígeno para sus pulmones, el olor le embriagó, que el chico, cayó al suelo arqueado su cuerpo.
Como si tuviese convulsiones en el piso, diego olio hasta extasiarse de tanto sudor impregnado en aquella prenda íntima masculina. Abrió los ojos y por un momento se alejó de sus fantasía; pensaba en robar el bóxer de Fabián, pero el temor que estaba recóndito en su mente le decía que no.
Miro aquel bóxer y en la zona de las bolas le olía y le picaba en la nariz, olio la mancha de un lado que ha dejado y la lamio hasta hacerle la boca agua. Diego quería más, deseaba mucho más que aquello. Solo olía el aroma del manjar y él quería comer aquel manjar, de machito sudado.
IV
Le dolía de lo prensada que estaba. En su cama diego se tocaba y en la cara, el bóxer le asfixiaba. Eran las 2:20 y era la tercera paja que se hacía diego en su habitación. El olor de semen ya colapsaba en la habitación y aun una última paja diego necesitaba con el bóxer de Fabián. Luego iría a ponerlo en su lugar.
Parte 2
Sentado en las gradas, un domingo en pleno medio día. Diego veía el partido de futbol, esta vez lo veía tranquilo, sin estar escondido, de igual manera, otros más, lo veían.
Los muslos morenos de Fabián se marcaban y se veía cuando caía al suelo, y en ese momento recordó el bóxer que olio esa noche. Recordaba el olor e imaginaba que ahora mismo el bóxer que tae puesto Fabián ha de oler igual; el leve movimiento que hacía, diego no le perdía la mirada. Como un montículo se hacía a un lado y se ceñía la tela.
La erección de diego estaba arrecha. Prensada a la tela del bóxer, la mojaba de precum. Encimado en la imaginación; casi cree poder ver a través de la ropa y, con ello visualizaba el sudor que pudiese correr por la bolas de Fabián y hasta de los demás jugadores. Diego lo hacía siempre ir a ver a los pavos jugar futbol y salir de ese encuentro todo caliente por la fantasía que creaba ahí sentado en las gradas.
I
Al finalizar el juego, escasa la cancha fue quedando. Sergio por vez primera, se fue a casa, sin ir junto con Fabián. Al ir quedado poca gente, por alguna razón Fabián ha quedado en la cancha con otros dos muchachos, jugaban con la pelota y hablaban. Al final has quedo solo, y solo el guardia de la cancha ha quedado con los dos muchachos.
En un principio, como un si fuese un imán, quedo pegado al asiento. Diego pensaba en irse ante de que terminara el juego (como hacia siempre), pero esta vez se quedó hasta al final. Después de un rato había quedado tan solo, que ahora se sentía expuesto a la mirada del resto de los muchachos. Cuando Fabián quedo solo, y el guardia se veía descansando; diego se sintió abrumado, ya no era el deseo de quedarse, el chico estaba intimidado, que no sabía ahora cómo salir de ahí de la cancha.
Esperando que fuese Fabián, el primero en irse, diego le veía chutando al arco, una y otra vez. Fabián se percató de diego, conociendo que es el primo de Sergio, le miro de reojo y al alcanzar la mirada del chico, le giño y le hizo gesto de llamado.
Con el cabello que le cae en la frente y casi tapa a los ojos, diego se vio chiquito ante aquel gesto de Fabián. Las mejillas se coloraron como maquillaje natural, y el color gris de los ojos, con brillo se veía, ante la timidez del joven.
Le falto mirar para los lados, cuando Fabián le comenzó a señalar con el dedo, pero no lo hizo. Como un pillo regañado, bajo de la gradas; iba cabizbajo, penoso y tembloroso. Tal vez Fabián se ha dado cuenta, pero él, ha de saber qué él lo causa con su físico y malicia.
Con el gesto que le veía, era asimétrico. Diego no adivinaba si era, burlándose de él, o le veía tan feo que le causaba tal gesto en su cara. Pero había una cosa que sus ojos y el, no negaba… ¡se veía bello!
II
Fue muerte súbita, cuando Fabián le dijo que hiciera de portero. Diego sentía que iba a morir en instante, y en su mente lo deseaba. Arrepentido de haberse quedado hasta el final del partido, lo lamento tanto, que creyó que esto era un castigo divino.
El arco era grande para él, y diego se sentía más un pequeño en el medio de él. Con pánico y agazapado, vio como el primer pelotazo entro directo y sin detener. Fabián lo miro de arriba abajo, sonrió con una sonrisa de lado y los ojos se le achicaron; le giño y se acercó a diego.
– ¿No sabes jugar? – pregunto con suavidad en sus labios.
El silencio de diego fue la repuesta para Fabián y, el joven siendo bueno, no le dio importancia y le invito a casa.
Parte 3
El vecino hippie, de al lado de la casa de Fabián, escuchaba un rock psicodélico de los 60s. Un helado lamian ambos, Fabián se lo brindo cuando iban de camino a casa. Diego lo escucho, por qué motivo no estaba ahora con Sergio. No le dio importancia, le daba importancia, que el en ese momento iba casa de Fabián a jugar Nintendo, sin pedir permiso previo.
I
Yo hago mi sueño el domingo, Oh yeah Y todos mis domingos intrigantes. Cada minuto, cada hora, cada día Oh, estoy con la esperanza de descubrir Un cierto tipo de amante ¿Quién me mostrará el camino? << Etta James >>.
El blue, sonaba del vecino hippie. El cambio fue repentino, el sol era caliente y el calor desespera. Fabián le ha dicho para ir a la piscina de seis personas, para bañarse.
Salen al patio, y una piscina desarmable esta que rebosa el agua. Diego no puede con los nervios y, no esperaba con esto. De solo imaginar de, el quedar en bóxer, ante la presencia de Fabián le abruma hasta crispar la piel.
II
…Y mis brazos se necesitan a alguien
Alguien que envuelven
Para mantenerme caliente, cuando los lunes y martes se enfrían
El amor por toda mi vida para tener y mantener
Ah, y quiero UN Sunday Kind of Love
Oh sí sí sí…
La mirada de diego fue lenta al verle quitarse el short. Fabián con pequeño slip, muy apretado a su silueta; el trasero que mostro era duro y firme. El color rojo del slip, jugaba con su tono de piel morena y, cuando entro al agua; como un modelo dio el frente y el bulto se dibujó. Sonriendo de éxtasis Fabián, al mojar su cuerpo en el agua fresca, lo demostró mientras chistaba entre diente y se ocultaba bajo el agua.
El bóxer negro que lleva puesto, palidecía aún más, su piel. Diego era relativamente más chico que Fabián; la diferencia de cuerpos, dentro del agua se veía.
No era el agua que estuviera helada, era los nervios de diego, que lo hacían titiritar del frio. Arropando con sus brazos con las manos, tembloroso y todo se metió a la piscina, y sintiendo que era el hermano menor de Fabián, este le sonrió y le termino de mojar.
El relinche de ambos, era estrepitoso. Fabián le jalaba de un pie y le hacía hogar bajo el agua. Y así de un momento a otro, diego desaparición su temor a su amor.
III
De frente, uno del otro; Fabián miraba al agua calmada, y luego de ella un gas salía a la superficie, formando burbujas. Se reía y con las piernas abiertas, veía la entrepierna y otro gas salía burbujeante. Fabián los disfrutaba y miraba a diego para verle la expresión que hacia; se dio cuenta que el chico, no solo prestaba atención a los gases expulsados, sino que también miraba fijo a su entrepierna.
La malicia se unió al oportuno momento, y el deseo comenzó como juego. Fabián oculto el torso bajo el agua, solo la cabeza quedo fuera; abrió las pierna, más de lo que tenía, levanto la cintura y del agua emergió su bulto mojado. Aunque no miraba a los ojos de diego, podía sentir la mirada del chico, mirando atónito.
Cerró los ojos y gimió como romano. Fabián simulo descansar dentro del agua, el silencio fue oportuno o inoportuno, ni siquiera la colección de Master blues, del hippie se oía. Con sus dedos grueso, recorrió el camino de músculos en el pecho y bajo por el abdomen. Los dedos de Fabián acariciaban su cuerpo con erotismo. Aun con los ojos cerrados, Fabián dejo crecer su erección, en el apretado slip rojo; levanto la cintura, y con la mano se la apretó, y diego lo vio.
No podía ocultar la sonrisa de lado en sus labios. Fabián siguió apretando su verga y con la otra mano se masajeaba el cabello. La axila peluda le excita a diego y mira a otro lado para calmar la sensación.
Fabián se calentó de verdad, esperaba que diego se desinhibiera solito, pero aun así mostrado su erección palpable no surgió tal efecto. Osado el muchacho, con las piernas abiertas, se deslizo bajo el agua, su cabeza se hundió, y como si fuese tijera; entre sus pierna atrapo, al delgado joven diego.
El brinco le cogió por sorpresa, al sentir tales piernas afeitadas, el cosquilleo en su cuerpo le estremeció. Fabián todo pesado quedo encima del chico, le miro serio a los ojos, y vio bonito al muchachito cómplice y asustado a la vez. Su espalda ancha quedo más expuesta, mientras rodeaba con los brazos a diego; el chico tembló. Nunca vio aquella mirada de Fabián en el juego.
IV
El roce de los labios fue leve e intenso, rápido pero como para nunca olvidar. Fue el único que hubo y el resto fue lo deseado de diego.
Sintió la erección en su estómago y al bajar la mirada, bajo el agua la vio con la cabeza afuera. Estremecido del morbo, quedo trémulo sin saber qué hacer. Fabián miro a los lados, le miro a los ojos de nuevo y se puso de pie.
El agua caía de su cuerpo esbelto, como cascada. La reluciente verga, asomaba el glande, prensado y palpitante. Le miro desde abajo y vio que estaba frente a un adonis. Fabián apretando su verga templada, se la saco más por un orillo de slip. Luego de eso salió de la piscina y a nos pasó entro a la cocina. Desde la puerta, vio a diego le hizo seña que se viniera, y diego sin pensarlo mucho entro a la casa y con Fabián a su cuarto se esfumo.
V
La verga parada, pego a sus labios rojos y finos, en la mejilla cayo de nuevo pesado y templado. El calzoncillo rodo enrollado por los muslos de Fabián, y en lo tobillos fuero a dar. Diego de rodilla ante el monumento joven, dejo que esa erección viril le cacheteara la cara; se sintió humillado y caliente a la vez. Lo que más le daba morbo era esa expresión de Fabián, le ponía arrecho estar de frente de su virilidad.
Como esperando su momento, el glande grueso entro entre los labios de diego. Fabián abrió y sintió los dientes del el muchacho y con su verga en mano, la apunto y presiono leve, para que abriera la boca, el joven de rodilla.
De las mejillas le sujeto con los dedos, le pellizco y se enrojecieron; su miembro viril entro en esa boca, y la magnitud de tamaño le calentó a mil. Fabián dejo que entrara en la garganta del muchacho y lo pelos de la ingle rozaron con la nariz. Diego arqueo y detuvo la arqueada al momento. Como instinto propio el chico le tomo en su mano, la apretó y jalo el capullo en su esplendor; prensada y palpitando, diego abrió la boca y la sintió caliente, quemando su garganta, el sabor era neutro pero su textura era la sensación de máximo placer.
Fabián le cogió por el cuello y moviendo la cintura lo clavo por la boca en un vaivén lento y acompasado con las mamadas de diego.
VI
A la orilla de la cama, esta diego de espalda y apoyado casi acostado. Con el culo en pompa y abierto por las manos de Fabián; con dedo le hurgaba y escupía directo al hoyito cerrado. Se puso detrás del muchacho, acerco su hombría al trasero; la ancha verga y palpitante verga retumbo en la raja, y entre ellas se deslizó con la saliva.
Diego con los nervios y todas las sensaciones juntas en el estómago, por mucho que lo disfrutaba y ahora con el temor de no avisar a la abuela que salía, el chico deseo que esto terminara pronto.
Las suplicias fueron oídas, y después de varios brochazos en la raja del culo, con la verga de Fabián. Le levanto el culo y apunto al objetivo; prenso al muchacho, y el culo de diego cerro todo adolorido. Pero no había vuelta atrás, bajo el cuerpo de Fabián, diego quedo atrapado, la intrusa erección iba a cavar hasta el fondo de su hoyo.
La carne cedió en desgarro, el dolor fue el pago por tal fantasía cumplida. Las lágrimas corrieron en sus mejillas y justifico el pago de su pecado. El miembro viril atravesó sin compasión del muchacho, rompió y hasta el tope llego, las bolas y la ingle peluda de Fabián, hicieron contacto con las nalgas de diego. La barbilla afeitada le acaricio la espalda y todo junto fue el consuelo que recibió por parte de Fabián.
Su aliento tibio le calentaba la piel. Diego sintió la estocada profunda y el gemir de Fabián le calentó de nuevo. El delito estaba hecho que cometiera el crimen completo, de igual manera una paliza en casa le esperaba por parte de la abuela. Diego mando de nuevo su temor al fondo de sus emociones y relajo su cuerpo para recibir las embestidas arremetidas de Fabián.
Con el culo abierto y levantado, el miembro grueso y venoso de Fabián entraba y salía, sacando pujidos de la boca del muchacho. Raspando la barbilla en la espalda de diego, Fabián afinco el mete y saca hasta sentir que se venía.
Alzo el torso y empino el cuerpo de diego en cuatro. El chico gimiendo como chica, quedo totalmente ensartado, cuando Fabián, acabo por completo todo su semen en el interior del ano de diego.
Espasmódico termino de vaciar la leche en el culo de diego, y dejando todo el peso de su cuerpo; Fabián arriba de diego quedo.
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