El tapado
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Por la década de los sesenta mi país estaba convulsionado política y económicamente la pobreza aumentaba y eso afectó a mi madre, mi padre nos abandonó cuando yo tenía 2 años, nunca más lo vi, no sé si aún vive, mi madre soltera tomó la decisión de laborar en un hotel de la capital como recamarera allí trabajó muchos años, a veces me llevaba a comer en la cocina del hotel cuando restaba algo
En ese lugar tenía muchos amigos, me querían mucho porque a mi corta edad era agencioso y humilde de eso se aprovechó Guillermo para conquistarme, él era un hombre maduro casi de cuarenta años, era encargado de la limpieza de los cuartos por lo general trabaja junto con mi mamá, a mi me gustaba quedarme con él cuando hacía burbujas con el detergente en el inodoro dejándola escapar varias veces me dejaba hacerlo poniéndose detrás de mí, al principio creía que era normal esos meneos que me hacía con su cuerpo en mi espalda y culito vestido, también las caricias por detrás de mi cuello pero me sentía raro cuando ya empezaba a cambiar su trato más dulce que consistía en besarme las mejillas, lamerme las orejas, chuparme mis labios con su boca y apretarme con su cuerpo sobre la pared de la ducha del baño su bulto se movía en mis nalgas, cada vez era más seguido estar así con él ya empezaba a gustarme cada vez más lo que me hacía.
Una vez que terminé de ayudarle a mi mamá de hacer su trabajo en una habitación me quedé con Guillermo que iba a reparar la ducha y me pidió que lo ayudara, mi mamá me ordenó que me quedara con él, yo estaba agachado jugando con el detergente en el inodoro de repente Guillermo pone su boca sobre mi pelo sentí los labios bajar a mi cuello allí tuve una sensación rara, vi su mano aparecer por debajo entre mis piernas que sobaba mi pene vestido, pasó a bajarme la cremallera y a hurgar mi pene dentro de la trusa, le hacía movimientos muy suaves, me dijo que no me moviera y le hice caso, estaba sorprendido de la primera vez que sentía eso de hurgarme el pene, me levantó y me hizo poner de frente a él, desabrochó mi correa, me bajó el pantalón y la trusa que cayeron al suelo, mi pene estaba algo tieso, eso le gustó a Guillermo al verme así semidesnudo que con mis manitos trataba de ocultarlo por vergüenza que tenia, pero me las abrió y comenzó a estirármelo, mientras el tiempo transcurría me lo hacía mejor, me gustaba esa rica sensación de suavidad, luego salió a la puerta de la recámara y escuché que ponía seguro al momento que regresaba yo estaba tratando de subirme la trusa pero me cogió de las manos me sujetó de las caderas me levantó en peso sacándome del baño llevándome a la cama blandita donde me acostó y me quitó la trusa, me dijo que íbamos a hacer un jueguito del que yo no debía decir nada, me dejé llevar por lo que me decía abrió mis piernas a los costados con las manos, me pasó su lengua por mi pene, sentí raro la saliva que chorreaba por mis testes, pero reconozco públicamente que sentía delicioso eso que estaba haciéndome, me marcó de por vida la primera mamada que le hizo a mi pene y fue cuando abrió sus labios acaparándome todo mi pene hasta mis testes, me preguntaba si me gustaba eso, yo seguía en silencio y cerraba los ojos por la vergüenza de eso que estaba sintiendo, era la primera vez queun tipo me tocaba mis partes intimas
Guillermo seguía, seguía y seguía mamándomela a cada embestida de su boca me intranquilizaba hasta que se detuvo me dio un beso en el pelo, se levantó, se bajó el pantalón y la trusa vi su pene en forma de barraganete que se acercaba a mi boca, agarró mi cabeza para que se la mamara me pidió que abriera mi boca, me dio miedo y recelo a la vez y no acepté le dije tímidamente que me dejara ir pero me dijo que el jueguito no terminaba me dijo que no me levantara, salió a ver si alguien por si acaso alguien estaba por el corredor, al poco ratito regresó poniendo seguro a la puerta yo estaba sentado con la intención de vestirme mi trusa estaba en las rodillas
Guillermo me las volvió a bajar y a ponerlas en el suelo, me dejé voltear por él sobre la cama, mi cara estaba sobre las almohadas sentí las manos de Guillermo abrir mis nalgas una cantidad de saliva chorreaba el huequito de mi culito al ratito sentí una sensación horrenda en mi culito tal cual como si fuera una cala o supositorio como me lo ponía mi mamá cuando tenía fiebres e infecciones moví desesperadamente mi culito, cadera y resto de mi cuerpo rechazando eso que me hacía doler no podía ver qué era eso porque Guillermo con su pecho sometía mi espalda y me resignaba con mis mejillas sobre la almohada, luego traté de incorporarme con mis brazos para quitármelo de encima porque el dolor que sentía se hacía más fuerte, él me decía que sólo estaba entrando no sabía de que me hablaba, ante todo, empecé a llorar de desesperación, quiso taparme la boca con sus manos pero yo sollozaba muy fuerte, fue en ese instante que se levantó me viré y vi su pene peludo lleno de saliva que se lo estiraba dio unos pasos atrás y segundos después botó un liquido blanco baboso cayendo al piso, para mi corta edad no entendía que era eso, me pidió lastimeramente que no llore que el jueguito había terminado, se vistió y salió de la habitación, de lo sentado que estaba sobre la cama mire hacia mi pene húmedo de saliva pasé mis deditos sobre la raja de mi culito algo lo metí y sentí molestia así que no insistí, me dieron ganas de defecar y orinar
En ese momento sentado sobre el inodoro, me quedé pensativo de todo lo que me había hecho, no me penetró totalmente pero su intención creo que era esa porque siempre me decía que era un niño muy lindo y quería dejarme un lindo recuerdito esto me lo decía siempre en forma de broma.
Durante el resto del día Guillermo no dejaba de mirarme cuando podía se me acercaba a tantear mi estado de ánimo haciéndome conversa de tontadas me daba recelo tenerlo junto a mi pero mi carácter humilde hacia que le sonriera a fin de cuentas no sabía a totalidad eso que me hizo.
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