El tapado 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Sus otros hermanos siempre han sido fríos conmigo igual que la mamá de mi padrastro, nos bañábamos con mangueras con agua en el jardín o aceras, fue la primera vez que vi ese bulto de pene abultado de Pablo era prominente, se dio cuenta que lo miraba y fue tan directo al preguntarme si le gustaba, sonreí y miré a otro lado, se acercó sobándome disimuladamente mis piernas tocando mi trusa al instante mi pene se estiró, me quedó viendo con una sonrisa de oreja a oreja
Disimuladamente me abrazó y rodamos sobre el césped simulando que jugábamos a las luchitas pero en realidad me estaba haciendo sexo, le permití todo esa tarde, calladito me daba de lamidas en mis mejillas y cuello, me gustaba tanto su cuerpo atlético con músculos firmes y gruesos que con cada apretón me domaba haciéndome suyo, ese fue nuestro primer contacto, me dejó con mucha expectativa.
Desde aquella vez quería estar más ratos con él, por eso en una de mis vistas a su casa lo sorprendí detrás de la casa entre matorrales dándole sexo a su vecinito Fabricio que lo tenía boca abajo él encima moviendo a lo loco las caderas, al notar mi presencia, ambos se levantaron como rayo vi su pene grueso en comparación con el pene chiquito lleno de tierra y paja del vecinito, ambos se vistieron y se quitaban la paja de monte que tenían en su pelo, pecho y espalda sólo me limité a sonreírme algo sorprendido y a dejarlos corriendo del lugar, me senté en la entrada de su casa, vi pasar a Fabricio que se agarraba su nalga y se ajustaba su trusa que sobresalía de su short, Pablo se acercó para suplicarme que no dijera nada, acepté su petición, me dio un a bonita sonrisa, yo era virgen por ese entonces, mi corta inocencia me hacía deseoso de mirar el pene de Pablo, se acercaba a tocarme el cuerpo cada vez eran más frecuentes sus roces a mi piel que se ponía de gallina, coloreaba, respiraba hondo, se atrevió poco a poco a seducirme con su pene por detrás de mi cuerpo, su olor de macho me excitaba y no dudé ni un instante acompañarlo a ese lugar donde había hecho sexo con Fabricio el vecinito, miramos primero si alguien se acercaba, al sentirnos solos nos quitamos la ropa, estábamos muy ardiente exhalando aires de placer, cerré mis ojos para sentir su primer beso con lengua aprendí a hacerlo con él, luego sus labios y su lengua pasaban por mi pecho hasta llegar a mi pene abrí un poco las piernas con la intención de que me mamara el pene pero no lo hizo y fue directamente a mi ombligo haciéndome cosquillas
Juntamos los penes moviéndonos un buen rato con besos suaves mordiendo dulcemente los labios, bajó su cabeza con dirección a mi pene mamándomelo, me dejó para arrodillarse y ponerse saliva en su culo, se acostó sobre la hierba dejándome a exposición su culo diciéndome que lo culiara me decía métemelo, métemelo ahora rapidito antes que nos vean, para mi era sorpresa y a la vez grato culiar un culo así, se lo abrió con sus manos mi pene entraba con molestia en mi prepucio el que se corrió descubriendo mi glande rojo amoratado saqué mi pene pero me pidió que se lo metiera lo volví a hacer con más paciencia aunque me molestaba el glande, de repente de atrás cogió torpemente mis nalgas empujando mis caderas a su nalga para que mi pene ingrese más allí sentí ardor y la tibieza de su culo que palpitaba junto a mi pene todo fue un tanto rápido hasta que nos vestimos.
Me dijo una vez en secreto que aprendió el sexo siendo muy chiquillo con el papá de Fabricio, que le había roto el culo, que primero dolía pero que después era como una adicción en pedir pene a cada rato, yo tenía mis recelos pero me nacía la intención de probar aquello y lo hice en su casa.
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