el taxista y yo exhibicionista
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por mirametodo.
Una de esas veces, de noches calurosas en casa de mi novia que iniciábamos un tremendo fajesote, que terminábamos los dos desnudos en el sofá de su casa y se prolongaban en su pórtico casi a mitad del andador donde vivía, nunca nos dimos el tiempo de consumarlo, era amor inocente, puro, yo tenía 17 años y ella 15, nunca cojimos, bueno hasta después en un reencuentro que tuvimos hacía varios años, pero esa es otra historia, la que contare ahora es lo que me sucedió al despedir a mi novia con los huevos hinchados de la contención, y mi verga roja por el roce con su culito. Ya me iba, pensando en la puñeta que me haría llegando a mi casa, pretendía irme en taxi aunque recordaba que no traía dinero para pagar, pasaba ya de medianoche, pero aún asi continue caminando, pensando en los fajes que le ponía a mi novia, nos gustaba mucho fajar en los taxis, que la vieran a ella bien cachonda y quitarle los calzones por debajo de su faldita, incluso le sacaba las tetas y de reojo veía al taxista ajustar el retrovisor para llevarse la sorpresa de unas tetas aun de niña, pequeños bultitos y pezón inflamadito, eso nos ponía a los dos mucho, en veces ni nos cobraban los taxistas después del show que les dábamos. Asi continuaba por la calle sola e iluminada hasta que le hice la parada a un taxi, era señor un tanto maduro, regordete, le dije mi dirección y cerre la puerta del coche. Al avanzar me empezó a hacer plática
-vienes de con tus amigos, de con tu novia?-
-si de con mi novia, fuimos al cine-
-y que onda llevan rato- me dijo mirando fijamente.
-pss como 6 meses- le dije cortante.
-y ya hacen cosas, ya te la clavas?- tomándolo a la ligera, vi que al hacer los cambios de velocidad, sin querer intentaba tocarme la pierna, sin darle importancia, seguí contestándole.
-pues no todavía, pero nos damos unos fajesotes, que orita la traigo bien rozada- le dije mirándolo.
-pss si se te ve, chavo- bajando su vista entre mis pantalones,-es que a tu edad uno anda como papaya, nomas le pones la uña y ya saca leche- los dos reímos y seguimos conversando. Así hasta llegar a mi casa que no era tan lejos de ahí.
-oiga espéreme aquí, déjeme voy por el dinero para pagarle- le dije y entre a mi casa rápido, como era ya tarde, mi mama estaba dormida, busque en un cajón para hallar efectivo pero no encontré, busque en su cartera y solo habían 18 pesos –chin—me dije – para que me lo gasté todo?- .
Con los 18 pesos Sali con el señor del taxi y le dije que me disculpara, que esto era lo único que tenia, que no había nadie en casa y nadie me podía prestar, que le dejaba mi credencial de estudiante y que mañana iba a pagarle el resto, que de verdad nunca me pasaba esto y que me sentía muy apenado que estaba seguro que el iba a entender, haciéndome el rogón. Solo veía su cara de seriedad, pensando que me iba a mandar al coño, cuando me dijo: -ok, pero vamos a dar una vuelta no?- al momento entendí lo que pretendía y un escalofrío recorrió mi espalda y mis piernas temblaron, era la excitación, la excitación y el miedo porque ya era tarde, pero como aun seguía caliente por lo de mi novia, acepte subir con el.
Ya en la seguridad del taxi le dije –pues si como que hace calor- y al momento empecé a bajarme los pantalones y los bóxers, todavía me olía al coño de mi novia y babas de ella y al sentir el flashazo se me paro rapidísimo, comencé a masturbarme junto al taxista, que me dijo –ya tan rápido, veo que tenias ganas, déjame irme por otras calles para no levantar sospechas y se fue despacio , yo seguí jalándomela, con una sensación muy extraña; era la primera vez que un hombre me veía en esa situación y en veces me desagradaba, pero me encantaba jalármela y con el solo recordar las noches con mi novia, me prendía mas, el taxi siguió avanzando, yo poco a poco iba cayendo como en un letargo de éxtasis, me detuvo y me dijo:- me dejas mamártela- yo le dijo que si, y antes de terminar ya lo tenía con la cabeza entre mis piernas, dándome una mamada tan efusiva, mas que las de mi inexperta novia e incorporándose rápido para seguir manejando; así estuvo un buen rato, jalándomela, incorporándose para mamarla y reincorporándose para manejar, yo seguía bien prendido pero ya no me sentía tan caliente, pero quería ver hasta donde terminaba, lo que mas me gustaba era estar en ese taxi sucio, encuerado de la cintura para abajo, con mis nalgas en ese asiento tan público, en calles oscuras y con el temor que alguien pasara que quería llevarlo al máximo nivel, asi que me quite toda la ropa, para tener mas libertad, y le dije al taxista que si quería que me sentara arriba de el para frotarle la verga con las nalgas, el accedió y me puse encima dándole movimientos circulares como si me la estuviera metiendo, el me decía cosas como: -estas buenísimo, con mi esposa nunca hago esto y lo vengo a hacer con un morrito, vas a ver como me la voy a tragar toda, como me voy a tragar toda tu leche, me pego como becerro a la verga, dejame mamarte el ano- y levantándome con fuerza llevo mi culo hasta su boca como un cáliz a beber de ahí mi sudor y el liquido preeyaculatorio de mi verga mezclado con los jugos de mi novia, esto me puso aun mas. A lo lejos vi a dos señoras que se acercaban caminando y rápido me senté a lado del taxista como si nada ocurriera, me quede sin playera ya que era demasiado tarde, esto lo vieron las señoras cuando s}se llevaron la extrañeza de ver a un chavo sin playera con un taxista maduro, al contrario de asustarme esto me excito mucho mas.
Mi amigo el taxista decidió irnos a un lugar aun mas solitario y estaciono el coche a lado de una bodega enorme donde divisábamos perfectamente los extremos, allí le di una vista de mis nalgas al pasarme al asiento de atrás y ponerme en cuatro para que me viera por el retrovisor como veían a mi novia, me puse con los pies encima de sus hombros para que siguiera mamándomela tan rico; hubo un rato en el cual sentía que me iba a venir, pero no quería entregarme a el asi, aun me disgustaba un poco, pero me animaba el simple hecho de seguir asi encuerado en la calle, quería sentirlo mas, sentir la brisa en mi cuerpo desnudo, correr por las calles, adentrarme en sus recovecos, que me siguiera tomando en alguna esquina y en medio de la calle, y mientras el mamaba asi se lo plantee. – vamos a bajarnos llevamos ya rato por aquí y no pasa nadie, vamos a que me la chupes allá, le dije, señalándole una esquina oscura. Tome la iniciativa yo y me baje, la sensación de libertad fue gloriosa, escuche la puerta del conductor cerrarse también y corrí a la esquina y me recargue en el poste de luz fundido. El rápido se hinco ante mi y siguió mamando, el goce era de lo mas delicioso, de las salientes del poste me trepe como pude, para dejar mi culito a la altura de su cara, allí el goce fue doble, cuando mamaba mi ano, yo bajaba mi pene erecto para dejarlo accesible a su boca, el lo babeaba todo tan efusivamente, que se saco la verga para satisfacerse, y me dijo ahora chúpamela tu, yo le dije que si; solo que si me alcanzaba y salí corriendo para en medio de la calle, él dudo un poco al ver que el juego incrementaba su riesgo. –anda no va a pasar nada, aquí se ve tan desolado que acaba la calle y a lejos se van a ver las luces de coches que vengan, nos dará tiempo para vestirme e irnos de aquí.- le grite, enseñándole el espectáculo de mis nalgas en un vaivén al caminar.
Segui caminando hasta un callejón que era una de las salidas de la bodega, y escuche los pasos de mi captor (o presa) a mis espaldas, seguí corriendo y divise la entrada directa a las bodegas, todo estaba abandonado y sucio y me sentía aun mas excitado por la experiencia, de estar tan vulnerable en un lugar tan desolado.
Casi me da un infarto cuando veo una silueta delante mío –pinche chamaco loco, que haces aquí asi, aquí nunca viene nadie, hijo de la chingada, lárgate de aquí cabron- era un indigente ya muy anciano, que estaba acostado en el suelo con su montón de periódicos, esto aparte de asustarme, me lanzo hacia atrás y quede paralizado por un momento, de pronto sentí las manos del taxista que me agarraba por la cintura- ora si ya te agarre chavo- me dijo sobándome el culito. –ahh! vienen a hacer sus cochinadas cabrones, pss si pinche morrito esta bien bueno-dijo el indigente- con razón lo andas persiguiendo, hey! morro acércate no te voy a hacer nada nomas déjame darte una mamada-. Increíble pensé, a donde había llegado, a ser la putita de un indigente, pero el simple hecho que me lo pidiera me calentó. –Ándale- me dijo el taxista, -si vas te doy 400 varos, yo mientras veo aquí y me la jalo, toma este condón póntelo y ve para allá.
Asi lo hice y me acerque al anciano, le acerque la verga a la boca y rápido que me agarra de las nalgas para empujársela toda hasta la garganta, esto era lo mas degradante que vivía, los ruidos del anciano silenciados por mi verga en su boca y los gemidos del taxista detrás de mi viendo como me satisfacían en este lugar tan abierto e indecente. El olor que venía del viejo era insoportable, pero mi espíritu libertino, adolescente y cachondo me hicieron ir por mas. –Oríname la cara- me dijo el indigente, anda y se pueden quedar aquí a terminar lo que hacían. Yo les voy a echar “aguas” de quien venga, andele-.
Y asi lo hice, me quite el condon y orine copiosamente en la cara del viejo y este se la trago toda, el taxista se puso detrás de mi para agarrarme la verga y apuntarla a la boca del viejo, el ruido de la orina en la garganta del viejo, me excito, yo para esto sobaba la verga de mi captor. Al finalizar el viejo se paro y se fue y yo seguí a lo mío, a darle placer con mi culo frotándome contra la verga del taxista. No sé de donde saco fuerza el taxista pero esto fue lo que mas disfrute de toda la velada: me cargo y me volteo para quedar en un 69 parados, con mis piernas al aire, mi verga en su boca, sentía como sus brazos me estrujaban y me sostenían para no caerme, me encanto porque rápido yo también se la empecé a mamar, así estuvimos dándonos placer mutuamente cuando los gemidos del taxista se incrementaron esto hizo que yo también reventara de la emoción en su boca, porque ya no me los podía aguantar, imagínate, el orgasmo que me salió, si desde las mamadas de mi novia la tenia guardada, al taxista también le gusto bastante, que se trago mi leche, yo no me la trague la escupí, me escurrió toda por la cara.
-Ufff que buena mamada me diste, vámonos chavo que ya es bien tarde-, y me llevo así, me subió a mamache sus espaldas.-como caballito- como el me dijo hasta el taxi, ya de vuelta a la seguridad del taxi, emprendimos el camino de regreso, yo me fui rendido, desnudo con un sopor y cansancio por lo que había vivido; al llegar a mi casa, el taxista me dio mis 400 y se despidió dándome unos cariñosas chupadas a mi verga, tome mi ropa, me baje desnudo del taxi, dándole la ultima vista de mi hermoso cuerpo me incline en la puerta del chofer, y el taxista me dijo: -Gracias chavo por lo que me acabas de regalar, espero esto se repita de nuevo-. Yo le dije que tal vez, pensando en realidad que ya no iba a ser posible, el taxista se fue, yo por dentro me sentía un tanto vulnerable y sucio, en el patio de mi casa me dispuse a vestir y entre a mi casa. Esta es la historia que me quito varios tapujos, comenta si te gusto, a mi encanto que lo he vuelto a hacer, luego les cuento mas.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!