El tio abusador de Cristina 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por volcomsonico.
Voy a dividir mi historia en cuatro partes, y será la última vez que comente esto, no sé en donde mi amigo las publique, pero ahora que comencé a escribir, pues diré algo que me pasó a los 11 años, a los 12 y luego a los 13. Es una historia real, no tienen por qué creer, nadie los obliga, sé que hay gente que se excita al leerlas, sé que hay otras que entienden porque lo cuento y sé que hay otras que se molestan con gente como mi tío, pero para que sepan, después de todo lo que paso, cuando todo se descubrió, fui a un psiquiatra, mi familia me ayudo, y ahora mismo a mis 21 estoy en mi 4to año de universidad, me gradúo el año que viene de relaciones públicas, y gracias a Dios mi tío sigue preso y con muchos años mas allí adentro. Tengo novio y soy feliz con él, les confieso que se me ha hecho difícil confiar en los hombres, pensaba que era lesbiana, porque la verdad es que si estuve con mujeres, pero también hay mujeres que son dañinas, mi novio con el que llevo dos años, me respeta, me apoya y me cuida. Mis clases de baile siguen siendo una gran distracción en mi vida y más después de lo sucedido.
En el relato anterior no les dije como soy, pues al llevar tantos años bailando ballet, tengo el típico porte de bailarina de ballet, soy delgada, soy tan blanca que no parezco haber nacido o ser criada en una isla tropical. Mi cabello es marrón oscuro y lacio, mis ojos son marrones. Soy una mujer normal, eso es lo más que puedo describir de mí.
En este relato tenía 11 años, desde los diez mi tío me obligaba a practicarle el sexo oral, el nunca me tocaba mis partes, bueno, no constantemente, algunas veces mientras se lo mamaba me pellizcaba mis pezones, aunque mis senos en esa época eran tamaño AA, no tenía nada. Le encantaba estrujar sus dedos en mi cabello cada vez que introducía su bicho en mi boca, tanto así que le pedí a mi madre que cortara el cabello y ella pensando que era por algún tipo de moda, así lo hizo. Mi tío se molestó, ya que me lo corte al nivel de mi quijada, cuando lo tenía por mi cintura.
Siempre me amenazaba, y un día cuando decidí decirlo sin importar sus amenazas el provocó que mi abuela tuviera una caída, ella se fracturo un brazo, y lo peor era que yo lo había visto como le había puesto unas cosas en el medio a ella para que se tropezara y cayera, había llorado bastante esa semana me sentía muy mal, mami me preguntaba algunas veces que me pasaba, pero no decía nada, solamente que estaba cansada por los ensayos. Cuando me quedaba en mi casa me sentía feliz, pero cuando iba a casa de mis abuelos me deprimía, mis abuelos algunas veces lo notaban y sobre todo cuando pedía dormir con ellos, odiaba dormir sola, sabía que mi tío iría a hacerme daño.
Cuando el salía en las noches con sus amigos llegaba borracho y bellaco, me hacia practicarle el sexo oral y algunas veces me tiraba su leche en mi cara y la regaba con su miembro, yo lloraba demasiado.
Un día mi abuelo como casi todos los sábados se iba a jugar golf temprano con unos amigos entonces no estaba en la casa. Cuando salí de la práctica de ballet mi corazón se aceleró bastante porque me había ido a recoger mi tío, el abusador, y no abuela. Cuando le pregunté por ella me dijo que abuela le había pedido de favor que me fuera a buscar, porque ella tenía que hacer unas cosas con unas amigas de la iglesia ya que ese día había una actividad en la iglesia luego de la misa, mi abuela era bastante católica. Entonces no sé porque pero había comenzado a llorar, el me miro sin entender. Cuando íbamos de camino a la casa, vi como se abrió el mahón y se sacaba su bicho, mis sollozos se hicieron fuertes y había comenzado a decir que no. El sabia que me iba a buscar así que fue comando.
“Ya sabes lo que tienes que hacer mami, si te portas bien hoy voy a darte un regalito.”
Yo me bajé hasta su miembro y a pesar del asco que me daba, lo hice. El olor de él siempre variaba, como cuando lo hice la primera vez olía a playa, cuando llega de sus jangueos era a sudor, y en ese momento olía a jabón. Estaba totalmente asqueada, el hacia presión en mi cabeza, y nadie nos podía ver porque los cristales del carro tenían tintes. Se vino con fuerza en mi boca y me hizo tragármela como siempre, mientras mi estomago se revolvía.
“mami, cuando lleguemos a la casa quiero hacer algo contigo, siempre tan buena.” Me dijo mientras me acariciaba la cabeza y yo le empujaba la mano llorando, el solo reía, odiaba que me tocara.
Yo ya sabía lo que era el sexo, el me obligó a ver algunas películas, solamente que nunca me penetraba, y agradecía eso, porque su bicho era bastante grande y mi chochito era pequeño, me podía lastimar. El me decía que le encantaban mis nalgas ya que estas eran bastante paradas y redondas, era algo hereditario y las clases de ballet me habían ayudado, eso me decía él, que iba a pensar yo. Sabía lo que era coger por el culo, por la chocha, me pedía algunas veces que metiera mi pequeño dedo en su ano cuando se lo mamaba, el tipo me tenía mal, me quería morir, lo odiaba.
Cuando llegamos a la casa no tenía ni hambre, me dijo que me metiera a bañar y que me lavara bien mi chocha, que me pusiera un bata sin panties y me metiera en su cuarto. No sé porque, pero le hice caso, aunque solo por joder ni me lave bien mi parte privada. Me puse una pijama que me llegaba hasta las rodillas y me metí en la habitación de él. El aire acondicionado estaba prendido, las ventanas estaban cerradas y solamente las luces de las mesitas de noche estaban prendidas.
“Acuéstate en la cama Cris.” Me dijo él quien estaba buscando un bóxer suyo y se lo colocaba, el también había terminado de bañarse, se notaba por su cabello y olor. Mi tío tenía 21 años, no era un chico feo, tenía el cabello algo rizado, largo y negro y uno de sus pasatiempos era ir al Gym, aunque no estaba marcado.
Me acomode en la cama y todo mi cuerpo estaba temblando nervioso. Coloqué mi cabeza en la almohada de él que estaba ubicada en el espaldar de la cama.
“Perfecto” Fue lo único que el imbécil ese dijo. “Cris dobla las piernas y ábrelas.”
Abrí los ojos asustada, no sabía que él pretendía. Tampoco era para hacerle caso.
“No tío, no…”
El resoplo y rodó los ojos con fastidio. Mi tío se trepó en la cama y gateó un poco hasta donde yo estaba, de mala manera me separó las piernas, pero yo empecé a forcejearlas.
“Okay, Cris no quiero hacer esto por las malas, coopera.”
Por las malas? Por las malas? Me preguntaba yo, no bastaba con el daño y las amenazas que había hecho y él me decía eso.
“Vamos baby, coopera” me dijo nuevamente
Odiaba que me diera apodos así, odiaba que me tocara, lo odiaba completamente. El dobló mis piernas y las separó bastante haciendo que mi bata cayera hasta mi cintura, lo escuche gruñir cuando vio mi vagina. Era una niña de once años, no tenía ni un vello, ni tan siquiera me había llegado la regla.
“Mami que bella la tienes” me dijo y luego sentí sus dedos acariciando mis labios vaginales, esto provoco que me sacudiera en un sollozo.
“Tío, por favor, no, no…”
“Mami, pero es que no te voy a hacer nada malo, simplemente quiero que goces un poquito, deja las piernas así y pon tus manos en el espaldar, apriétalo, si te sientes rara.”
Mis manos se colocaron en el espaldar de madera y mis dedos se metieron entre las líneas divisoras de este apretando con fuerza y coraje. Cogió una correa de el y amarró mis manos al espaldar, después lo veía como se acostaba completamente y ponía su rostro cerca de mi vagina. Lo sentí inhalar fuertemente y luego suspirar, su aire choco con mi vagina y temblé levemente por el escalofrió que me dio.
“Quiero que goces Cris, tu siempre me haces pasarla bien, ahora soy bueno y te hare pasarla súper bien.”
Cuando me dijo esas palabras les juro que lo quería matar, BUENO? Era el ser humano más malo que había conocido en toda mi vida, me hacía daño y me obligaba a hacer coas que no deseaba.
Sentí sus dedos fríos separar mis labios vaginales y esculcar profundamente, en aquel momento no sabía que buscaba, hasta que hoy entiendo que era mi pequeño clítoris.
“Leí que a las nenas de tu edad pueden llegar a tener un orgasmo mami, y te quiero dar muchos hoy, quiero que te vengas y que gimas mucho.”
Yo sabía más o menos lo que eran los orgasmos, el me había enseñado como hacían las mujeres cuando los tenían, y cuando él se venía en mi boca me decía que eso era un orgasmo, me daba asco el tan solo pensarlo.
“Mírate aquí” Dijo el, no sabía de que hablaba, hasta que lo sentí succionar algo en mi, algo que me hizo retorcerme en la cama, sentía raro, mi vientre estaba contraído con cada succionada que el daba en mi clítoris.
Yo solamente lloraba, y algunas veces gemía, pues no entendía que me pasaba, con cada succionada que hacía, ya de grande entiendo que lo que quería hacer era excitarme, pararme el clítoris, que estuviera caliente, y humedecerme, pero todo era a la fuerza, y bajo amenazas, estaba harta y asustada, no sabía de lo que él era capaz.
“Eso es Cris, gime mami, quiero escucharte” me dijo con esa voz tan asquerosa de pervertido, mientras chupaba mas fuerte mi clítoris y me hacia cosquillas con su lengua, logrando su cometido, maldita sea lo odiaba tanto.
Sentía que mis piernas se sacudían bruscamente, y yo jadeaba sin cesar, mis dedos apretaban fuertemente las barandas del espaldar.
“Mmm..Ti…tío, no quiero…” decía yo gimiendo.
El simplemente reía y hacia ruidos para que mi clítoris vibrara, eso me hacia más débil, sentía en mi vientre un nudo enorme y como mis partes intimas estaban húmedas, sentía hasta mi ano totalmente húmedo, y estaba asustada.
“baby, esto es solo el principio, tú no sabes cuantas veces te voy a hacer venir hoy, y después me mamas un poquito.”
Eso provoco un sollozo en mí, no quería hacer nada de eso, solamente me quería largar de esa casa, alejarme de el. Mi tío coloco mis piernas encima de sus hombros y rodeo mis muslos con sus enormes brazos. Lo sentí separar más todavía mis labios vaginales y como su lengua recorría toda mi parte intima, desde el hueco en donde uno penetraba hasta mi clítoris.
“Tio!” jadeé tan fuerte que el rio.
“Te gusta verdad?” me pregunto
Yo sacudí la cabeza y llore más fuerte, el evito mi llanto cuando metió su lengua dentro de mi hueco vaginal y comenzó a penetrarla lentamente, sentí como uno de sus dedos había comenzado a mover mi clítoris rápidamente, ya no podía mas, sentía que me iba a orinar.
“TIO! YA BASTA POR FAVOR!” Le grite asustada
El no dijo nada solamente movió sus dedos mas rápidos en mi clítoris de forma circular, mientras su lengua entraba y salía de mi, el volvió a pasar su lengua por toda mi vagina y la posó nuevamente en mi clítoris. Yo gemí fuertemente, en mi cuerpo recorría algo que nunca había conocido, sentía mi respiración atorada en mi garganta, mi vientre estaba en un nudo, estaba hundiendo mis talones de los pies en la espalda de el, mis manos se apretaron fuertemente en el espaldar. El volvió a succionar mi clítoris y sentí como mi cuerpo temblaba y se arqueaba con brutalidad, no podía controlarlo, sentía que me orinaba encima.
“Tío me orino” Gemí.
“No Cris, te vienes, no te orinas, suéltalo.” Dijo mientras volvía a tener mi clítoris entre sus dientes, ya ni sabia.
“¡AAAAAH!” grite con fuerza, con toda la que mis cuerdas vocales y pulmones permitían, el seguía pasando su lengua por todas partes, sentía sus dedos, me dolía mi vagina, me ardía, solloce fuertemente, no sabía si me había orinado encima o que, sentía hasta mi ano húmedo y latiéndome con fuerza.
“Eso mami, te viniste!” Me dijo
mientras mi cuerpo volvía a caer en la cama.
El soltó mis manos del espaldar y las puse en mi cara, estaba llorando fuertemente, tenía tanta vergüenza y dolor, no podía, estaba cansada, ni tan siquiera podía respirar bien.
“Hey, hey, hey!” me dijo mi tío mientras sacaba mis manos de mi sonrojado rostro, no lo podía ver bien, pero sabía que sonreía. El colocó mis manos a ambos lados de mi cabeza y se acerco a mí para besarme, les juro que en ese momento tenía ganas horribles de vomitar, era lo peor, sabia a salado, como si yo misma me estuviese mamando mi chocho. La lengua de el se metió en mi boca y era como si le hiciera el sexo a ella. Mi estomago estaba revuelto, sentía en ese momento la bilis en mi garganta, no podía mas.
Mi tío me separo las piernas y coloco su erección encima de mi vagina, agradecí en ese momento que él tuviera su bóxer puesto, no iba a soportar la idea de que me penetrara también, me tensé. Entonces sentí lo peor cuando comenzó a embestirme y su pene rosaba mi vagina, mi ano expuesto, todo. Lo tenía tan parado y duro que me lastimaba. El me dejo de besar y escondió su rostro en mi cuello sentía su respiración frenética, me daba asco solamente me limitaba a apretar mis ojos y llorar silenciosamente, no podía creer que me pasaran estas cosas, le pedía a Dios que alguien abriera la puerta que lo viera haciéndome daño.
Movía sus caderas con fuerzas, y me hacia gemir de dolor, aun estaba sensible por el brutal orgasmo que había tenido, y lo peor de todo era que mientras más rápido el embestía, su respiración se agitaba rápidamente, el también gemía y gruñía, yo volvía a sentir ese nudo tan conocido en mi bajo vientre, sabía que tendría otro orgasmo, estaba muy sensible, el levantó su rostro y me miro sonriendo, su frente estaba llenándose de sudor, era asqueroso todo aquello, cerré los ojos. Una de sus manos subió mi bata, mientras la otra apretaba con fuerza mis manos encima de mi cabeza. El sacó mis tetas, y se llevo una pequeña a la boca, succionando el pequeño pezón.
“Mami, me voy a venir” me dijo jadeando.
Lo malo era que yo también me iba a venir, sentía mi vagina palpitar nuevamente cuando el mordió mi pezón, mi ano latió nuevamente y me arquee, odie mi cuerpo por ser un traidor, sentí que algo me mojaba mi vagina, y me di cuenta que el se había venido también cuando gimió y gruño con fuerza. Eso que me mojaba era su leche, no podía con el asco.
“Ah Cristina, me hiciste venir con fuerza mami, esa carita tuya de bellaca me puso a mil. Ven límpiame el bicho mami.”
El se paró de la cama apoyando una pierna en el piso y una de sus rodillas en la cama, se bajo su bóxer el cual estaba mojado y me enseño su semi erecto pene lleno de semen. Me quería morir, yo estaba llorando con fuerza. Mis piernas estaban abiertas en la misma posición en las que él las había dejado, tenía la bata hasta la garganta enseñando mis diminutos senos, mi cabellos estaba despeinado, tenía que tener los ojos rojísimos, me ardían. Sentía mi vagina muy mojada, el interior de mis muslos, mi ano aun latía fuertemente.
“No llores mas puñeta que te hice venir dos veces, límpiame este bicho y cállate ya.” Me dijo mientras me tomaba del pelo y me pegaba a su miembro, sentí ganas de vomitar y tuve que pasar saliva, el olor era fuerte, abrí la boca y lo mame, el soltó un gemido de satisfacción. Mi lengua le limpio las bolas y el bicho, me pidió que le succionara un rato el glande y sentí que le salió un chorro de leche, había tenido un pequeño orgasmo, quería morir. Me pidió que me quitara la bata y me acostara en la cama.
“Tio ya por favor, no digo nada, déjame en paz, te lo suplico, ya.”
“Tu lo que eres es una puta malagradecida Cristina, tú haces lo que yo te digo y te callas, ya ves lo que le pasa a abuela y abuelo si no me haces caso, verdad?”
Me dijo el mientras se levantaba de la cama y se cambiaba el bóxer, luego buscaba algo en su gaveta. Luego de el hacerle aquello a mi abuelita, a mi abuelo le había provocado un golpe en la cabeza y estuvo varios días en el hospital, mi tío había provocado aflojar el lugar en donde estaban las cajas de herramientas de abuelo, y estas le cayeron encima provocándole una contusión, fue horrible, y no podía decir nada, me quería morir.
Tío pidió que abriera nuevamente las piernas y casi entumecida de dolor lo hice. El se arrodillo enfrente de mí, me acaricio las piernas y uno de sus dedos recorrió mi vagina haciéndome mover incómodamente por el dolor.
“Ves esto mami?” me dijo mostrándome algo que parecía un huevo plateado. “Es un vibrador, es un egg, lo compre hoy para ti mamita, quiero ver cómo funciona, ábreme esas piernas.”
Fue me tío, ese ser humano si se le podía decir asi, prendió el aparato aquel y lo coloco en mi clítoris, yo salte y me aleje de él, estaba sensible en esa parte. Mi tío me haló por una pierna y yo peleé con él para que me dejara en paz, entonces me metió una galleta para tranquilizarme como había hecho en otras ocasiones, lo malo de todo era que nunca me marcaba, y no tenía pruebas.
“Quédate quieta, no me hagas enojar Cris.”
El abrió mis piernas nuevamente y paso el huevo ese por todas partes, hasta lo dejo un rato en la entrada de mi ano provocando que tuviera un pequeño orgasmo y lo hizo reír.
“Te gusta baby?” yo sacudí la cabeza diciendo que no.
Eso parece que le molesto porque lo próximo que sentí fue el vibrador en mi clítoris, y yo venirme de manera salvaje, mis manos se enredaron en las sabanas, el estaba casi encima de mí para que no me pudiera mover.
“Ti…ti…tío” -Gemi con fuerzas- “sácalo please, me duele, me duele” le lloré, le suplique, y lo dejo ahí un rato.
“Mami, pero si mira que mojaita estas,” Dijo y metió unos de sus dedos dentro de mí.
“OH OH OH!” gemí con dolor
El movió con fuerza el vibrador y me sobre vino otro orgasmo, y detrás de ese otro, mi cuerpo estaba entumecido, no podía moverme, estaba totalmente agotada, después no supe que paso, todo se había vuelto negro.
Me levante después en mi cuarto en casa de mis abuelos, tenía la bata puesta y un panty puesto, eso habia sido el lógicamente. Fui al baño y caminé con mucha dificultad, al parecer me había desmayado, no sé si el me violó, solo sé que lo ultimo que sentí fue el dedo de el dentro de mí. Cuando fui al baño mi vagina se veía hinchada, mucho, me limpie y gemí, pues seguía sensible, pero no vi sangre. Odiaba los orgasmos en ese momento.
Chicos lo peor de todo es que luego de eso me pedía hacer 69 y cosas asi, yo ya tenía la malicia de lo que era el sexo, pero le estaba cogiendo asco y miedo a este acto.
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