El tío Jaime, después de muchos intentos, por fin me mete su verga lechosa y rica
El tío Jaime, borracho, me metió la verga sin decir agua va…me dejó los mecos escurriendo.
De los hechos del último relato, cuando tenía 9, y este donde por fin mi tío Jaime me mete la verga, pasaron poco menos de dos años. Lo que pasó en ese inter de tiempo, da para otro relato, pero prefiero resumirlo. Me fui del pueblo cuando terminé el año escolar, tenía yo 10 años, me vine a la Ciudad de México con mi papá. Ya tenía trabajo estable y era el momento. Obvio no tuve ni qué decidir, en esos años se hacía lo que decían los padres.
En ese lapso de tiempo, el tío siguió, aunque en menor cantidad, intentando cogerme, pero por una u otra razón no se podía. Todo se quedaba en manoseos o dedeadas. De hecho, cuando ya me fui a la CDMX y regresé al pueblo en vacaciones, hubo dos periodos de tiempo que no hizo ni intentó nada. Algo me decía que ya no sucedería, porque yo jamás intenté o provoqué el acercamiento. Después de años y conocer más del tema, tuve claro que tal vez ya mi edad no le atraía, sino que le gustaban más peques.
Llegó el verano y vacaciones, yo tenía ya 11 años, en ese periodo que eran casi dos meses, me fui al pueblo. Para eso yo iba a entrar ya a la secundaria, tenía incipientes pelitos en el pubis y ya conocía sin querer la masturbación, pero yo lo hacía con un peluche que tenía en mi casa, me frotaba más bien, hasta que sentía rico, todavía no soltaba semen, pero ya sabía lo que era el orgasmo, así, como muchos niños, descubriéndolo.
Regreso a lo de las vacaciones…todo iba normal, hasta que una tarde, yo estaba recostado en la recámara leyendo una revista de esas tipo «El libro vaquero», pero de esas más explícitas. No recuerdo el nombre, pero sin duda, a esa edad se me hacían súper graciosas y excitantes. No conocía porno ni nada parecido.
Era normal que estuvieran en el baño, no es que las escondieran, entonces estaba yo cómodamente leyendo. Mi tía había salido a comprar unas cosas al súper, en eso se tardaba de mínimo hora y media. Mi tío Jaime entró al cuarto, a guardar unas cosas y me vio, me dijo: «Qué haces»…»leyendo», le respondí. «A ver qué lees», me dijo. Le di la revista sin pena, pues como dije antes, es algo que ya había leído.
Yo me senté con la espalda recargada en la cabecera de la cama, para no seguir acostado como tal, él revisó la revista como muy interesado, mientras me decía cosas de la historia, una de sus manos acariciaba mis piernas desde abajo, suave, como solía hacerlo, pero como ya tenía tiempo no lo hacía.
Me preguntaba cosas de la historia, que si las viejas tenían chichotas, él todo el tiempo acariciaba, mi cuerpo, me rozaba los pezones que ya estaban duros, de pronto me repegó su verga parada, pero sin bajarse el short, a la altura de mis brazos, y tomó mi mano y me hizo que se lo rozara y agarrara, todo por encima del short.
Luego, medio me levantó las piernas, y sin quitarme nada, chupó su dedo, y aun con el calzón puesto, quedaba un espacio para que el pudiera rozar mi ano con su dedo. Le daba vueltas y lo metía poquito. Yo estaba ya mega excitado y él también. En eso, se oye que viene uno de mis primos y entra al cuarto, no vio nada, dio tiempo de que él se moviera y como ambos teníamos ropa, hice como si estuviera leyendo.
Mi primo quería que su papá le ayudara con un juguete y tuvo que salirse del cuarto. Yo estaba excitado, sentí tan rico las caricias. Y en ese momento no se pudo hacer más, al poco rato llegó mi tía, salimos mis primos y yo a jugar. Por ahí de las 5 de la tarde llegó un hermano del tío Jaime, eso pasaba seguido, y se pusieron a tomar.
Yo seguí jugando en la calle, hasta que dieron como las 8 de la noche. Yo había entrado como a las 7 y vi que mi tía estaba dormida en una recámara, no donde había yo estado antes.
Mis primos siguieron jugando, y yo entré a la recámara, en eso entra el tío Jaime, ya con copas de más, su hermano siguió en el patio tomando, y así casi de la nada, me comenzó a bajar el calzón, y a rozar con su verga que ya estaba bien parada. Yo me dejé…no estaba como preparado por decirlo así, y ojo, esta era la primera vez que yo sí quería sentirlo.
Su aliento a cerveza me encantó, la verga no entraba y es que la tenía grande y mi culito de 11 años no era abierto, todo lo contrario. Se escuchó como escupió, en su verga, e intentó meterla. Sabía que no debía hacer ruido, porque mi tía estaba en la recámara de a lado. Y sí, entró como pudo, wooow, no recordaba esa sensación como tal, porque con el dedo no es igual.
Comenzó a jadear, a meter y sacar la verga, yo sentía entre dolor y rico, me encantaba la sensación de ver cómo gozaba mi culo. Y me inclinó más, como de perrito en el piso, porque en la cama haría ruido. Wooow, ahí entró super bien la verga, literal hasta el fondo…hasta que él se vino, me dejó chorreando el semen, aclaro que yo no sabía eso bien, no había visto nunca el semen, a mí no me salía aún.
Mi tío Jaime terminó, y su hermano comenzaba a llamarlo, fue entonces que se subió rápido el short y se fue con él, así con la verga sin limpiar. Yo como pude me escabullí hacia el baño, porque eso que sentía en la cola pensé era otra cosa, pero no, era ese líquido blanco y espeso, olía raro pero me gustó.
Salí por otra puerta que daba a un callejón, como para que el hermano del tío Jaime no se diera cuenta, la verdad no sé si supo, lo supuso o no. Estaba igual de tomado que su hermano así que pudo no notarlo.
Salí a seguir jugando, como si nada, cenamos como hasta las 9:30, y todo normal. El tío Jaime entró hasta como las 11, súper tomado, y directo a dormir, esa vez, en la recámara de su mamá. Yo me bañé y me fui a dormir. Pensando en lo que había sucedido.
Espero les haya gustado, les cuento que es 100 real, no le incluyo nada de fantasía, todo es real. Mi TG @York85n
Excelente. saludos al tío Jaime.