El Tío Poncho.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Chaketo.
Hola amigos de sexosintabues. Acá Rodrigo y como siempre es un gusto saludarlos y paso a dejarles este relato no sin antes agradecer a todos los que me escriben y me comentan pues con cada mensaje me impulsan a seguir compartiendo parte de mis anécdotas.
Les cuento de mi tío Poncho, en ese tiempo era un hombre rondando los 35 años, de tez blanca y algo velludo de piernas, brazos y pecho. Usaba el cabello corto y siempre se le notaba esa barba de esas de tres días y unos lentes tipo aviador, a mí siempre me dio un aire de chulería y por lo que yo había escuchado, había sido un cabrón de joven. No es hermano de mis padres sino que es un familiar político que después de tantos años de amistad con ellos se le ha llegado a considerar de la familia no solo a él sino a también a sus hermanos y a sus hijos.
Yo contaba con 16 años y estábamos celebrando Navidad en casa de su familia, los cuales viven en unos condominios, yo la verdad iba de mala gana pues no había gente de mi edad solo una prima que no me caía muy bien pues más que prima nuestros padres ya nos juntaban para que surgiera otra cosa… que evidentemente no surgió.
La celebración transcurría sin pormenores, la mayoría bebían y comían, yo me había llevado una cerveza de contrabando y me había ido al patio para tomármela a gusto y apenas me estaba empinando la botella cuando apareció mi tío Poncho.
-Eh ya te cache chamaco –dijo al tiempo que le daba un trago a su cerveza- Esta bueno, no diré nada a tu edad yo también ya empezaba a quitarle las cervezas a mi padre.
-Pues entonces salud tío –dije mientras le daba un trago a la cerveza- Aparte la fiesta esta medio aburrida.
-Aburrido es estar solo como yo, mi mujer se fue con su familia y se llevó a los chicos…
Mi tío Poncho después de tener fama de mujeriego la verdad es que solo le había quedado la fama había sentado cabeza, era un hombre trabajador pero esa fama le cobro la factura ya que corría el rumor de que su esposa le había sido infiel y pasaban por una situación delicada.
-Mejor solo que mal acompañado –agregué sonriendo- Venga arriba ese ánimo.
-Supongo que tienes razón Rodrigo- dijo mientras me revolvía el cabello- Venga vamos adentro.
Terminamos nuestras cervezas y volvimos a la fiesta, en eso estábamos cuando mi tío Poncho se despidió y dijo que subiría a dormir pero después de un momento bajo y dijo que había dejado las llaves dentro del departamento y que no podía entrar. La única opción era cruzar de un balcón a otro pero como su balcón tenia herrería solo alguien delgado y chico podría entrar por ahí siendo yo la única opción.
Así que con sumo cuidado su hermana que vivía en el departamento de al lado nos dio las llaves para que pudiera saltarme al balcón del departamento de mi tío Poncho. Al momento de ayudarme a subir al balcón no sé si fue mi imaginación pero sentí como mi tío Poncho me daba un apretón en el culo, yo no dije nada pensando que estaba jugando y trate de no darle importancia pero la verdad es que a partir de ahí empezaba a ver a mi tío con ojos de lujuria.
No tuve que hacer mucho esfuerzo para entrar pues pude deslizarme fácilmente entre los barrotes de la herrería y me dirigí a la puerta para abrirla. Desde abajo todos aplaudieron por la pequeña hazaña y volvieron a la fiesta, estaba a punto de irme cuando mi tío Poncho me detuvo y me dio las gracias con un beso en la mejilla.
Quede perplejo por un momento y el solo rio.
-No pienses que soy maricon Rodri, te agradezco lo que has hecho por mí.
-Vale tío, no ha sido nada, me da gusto poder ayudarle.
-Bueno si gustas puedes quedarte un rato, acá tengo unas cervezas. Tomate una en lo que me doy una ducha.
Acepte a quedarme un rato y mientras mi tío Poncho se bañaba por mi mente rondaba la idea de espiarlo, quería ver a ese hombre desnudo, antes lo había visto en la piscina con sus pectorales bien formados con esa ligera capa de pelos que me llamaban la atención pues iban desde su pecho, pasando por su abdomen y terminaban perdiéndose por dentro del short.
Y así pues fue que me decidí a espiarlo, la puerta de la habitación se encontraba abierta y la del baño solo estaba emparejada, me asome un poco y pude verlo de espaldas, un buen par de nalgas firmes, algo velludas. Yo ya estaba con tremenda erección pero decidí no ir más lejos, me puse a curiosear en la habitación, el closet no tenía puerta y solo vi ropa de él, nada de mi tía así que supuse que el rumor de la separación era cierto.
En una parte del closet pude alcanzar a ver varias películas, tome uno y vi que no me había equivocado, a mi tío también le gustaba el porno y tenía una película de esas de Private (Private Stories 2) que por aquel tiempo eran las mejores pelis porno.
-Pinche Rodri ya te cache cabrón!!
Mi tío Poncho había salido del baño con solo una toalla enrollada en su cintura y me miraba sonriendo con ese toque de chulo que tenía. Sin decir nada deje la película en su sitio y me senté en la cama dándole un trago a la cerveza, no sabía que decir.
-No es lo que parece…
-Descuida Rodri, es normal que sientas curiosidad además no dudo que a tu edad ya hayas visto una.
-La verdad… es que tengo mi pequeña colección, pero estas de Private son difíciles de conseguir sobretodo siendo menor de edad.
-Las de Private son las mejores, pongo esta que estabas viendo nomas para que veas.
Mi tío puso la peli y se sentó al lado mío en la cama. No sé si era por el alcohol pero yo ya me sentía caliente. La situación me daba morbo pues jamás imagine que a mi tío le gustara el porno y que además me invitara a ver una.
La película empezó con los avances de las escenas que incluía todo el video y la verga ya la tenía más que dura y escurriendo liquido pre seminal. La primera escena era de una mujer golfista que se la terminaba cogiendo un tipo de lo más rico en el patio de su casa.
De reojo veía como en la toalla de mi tío se notaba como su miembro se iba poniendo duro conforme avanzaba la escena, seguro estaba igual de excitado que yo.
-Voy por otra cerveza…
Sin decir más me levante y fui por otra cerveza, aproveche para acomodarme la verga, la tenía dura y me la acomode de forma que se me notara, estaba por entrar a la habitación cuando vi que el había metido la mano entre su toalla y se masajeaba su miembro. El me miro y me sonrió y fui a sentarme a su lado. Le di un trago grande a mi cerveza y la deje en el piso, desabroche un poco mi pantalón y lo imite con un poco más de descaro pues aprovechaba para marcar todo mi pene por sobre el pantalón.
-Esta buena le peli verdad Rodrigo veo que estas muy excitado.
-Y que lo diga, mire como lo tengo.
Dicho esto aproveche para bajarme el pantalón y quedarme en ropa interior, pero mi tío con un movimiento rápido jalo mis interiores hacia abajo antes de que pudiera sentarme, quedando en bolas frente a él.
-De una vez que ya quede todo al descubierto.
Mi tío Poncho retiro su toalla y fue ahí cuando vi aquel pedazo de carne, una verga normal, un poco gruesa, sin circuncisión la cual dejaba descubierto ese glande rosa cada vez que su mano masturbaba su falo, acompañada de un buen par de huevos que se veían gordos, seguro cargados de semen pero me sorprendió que en el área del pubis tenía el vello un poco más corto como si lo hubiera rasurado días antes.
Sin decir nada mi tío Poncho aquel macho que siempre me había parecido todo un galán acerco su boca a mi verga adolescente y se la metió toda, sentía como su lengua masajeaba todo mi pito mientras con una de sus manos acariciaba mis huevos. Me sentía en la gloria, pensé en apartarme pero estaba disfrutando tanto la mamada que me todo me dio igual.
Mire hacia abajo para ver como mi tío hacia desaparecer mis 17 centímetros de verga en su boca, saco mi verga de su boca y me pasaba la lengua por el glande mientras me miraba. Fue tanta la excitación que me hizo sentir que mis piernas temblaron por un momento. Mi tío me hizo recostar en la cama mientras me sacaba la camisa quedando desnudo frente a él.
-Rodrigo como he dicho no pienses que soy marica…
-No pienso que lo sea, solo continuemos con esto, no tengo ningún problema. Me gusta.
No iba a dejar que se echara hacia atrás, yo estaba consciente de lo que quería así que rápidamente lo atraje hacia mí para besarlo. Supongo que a esa edad mis besos eran torpes típicos de un adolescente pero muy calentones. Me gustaba sentir la barba de mi tío raspando mis mejillas, mientras nos besábamos aprovechaba para tocarle la verga y masturbarlo mientras el hacía lo mismo conmigo.
Nuevamente mi tío bajo a comerme la verga, esta vez se la metía toda hasta donde podía, yo movía mi pelvis arriba y abajo mientras él seguía tocándome los huevos, pude sentir como uno de sus dedos hacia presión en mi culito.
Finalmente se ensalivo uno de sus dedos y de a poco me lo fue metiendo en el culo mientras seguía masturbándome.
-¿Te gusta Rodri?
Entre gemidos entre cortados asentí, pues varias veces ya lo había hecho mientras me masturbaba.
-¿Se siente rico no? Eso me encanta mientras me la jalo.
Definitivamente mi tío sabía mucho del placer sexual, no tenía duda de que mi tío había tenido sexo tanto con mujeres como con hombres, ese toque de chulo que tenía, su sonrisa y las ganas de sexo, seguro que lo habían llevado a tener muchas experiencias sexuales y ahora me encontraba allí con uno de sus dedos en mi culo mientras me masturbaba y mamaba la verga, a mis 16 años no tenía idea de lo mucho que se podía disfrutar.
Sentía mi cuerpo caliente y estaba muy excitado.
-Me voy a venir…
-Dale Rodri déjame ver cómo te sale la leche.
Por un momento sentí como todo mi cuerpo se contraía, sentía como mi ano apretaba el dedo de mi tío, al mismo tiempo deje escapar unos cuantos gemidos mientras soltaba varios trallazos de leche de mi verga adolescente, algunos fueron a parar a mi estómago, otros mancharon mi pubis y algunos más alcanzaron la cara de mi tío. Mire a mi tío Poncho contemplando la escena, en su cama yacía un adolescente con las piernas abiertas, respirando agitadamente mientras tenia uno de sus dedos dentro de su culo y recién se había corrido.
Con sumo cuidado mi tío saco su dedo de mi interior, paso su lengua por mi pubis recogiendo la leche de mi corrida, subió a mi estómago para continuar degustando aquella leche de adolescente. Sentía cosquillas por todo mi cuerpo a causa de orgasmo. Mi tío se levantó sonriente y acerco su verga a mi boca.
La verga de mi tío Poncho acaricio mis labios y le di un beso para después meterla entera a mi boca, saboreaba su liquido pre seminal. Tuve que levantarme un poco para poder mamar esa verga a gusto y es que desde que probé mi primera verga desde ese día supe que me encantaba tener un pito en mi boca.
Baje a comerle los huevos gordos que tenía, me metía uno a la boca mientras chaqueteaba su falo, volvía a meterme ese pedazo de carne a la boca mamándolo todo.
En unos cuantos minutos mi verga ya estaba dura de nuevo y mi tío lo noto. Se acomodó arriba mío y mientras yo tenía su verga en la boca el volvía a mamarle la mía en un riquísimo sesenta y nueve. Tome a mi tío de sus nalgas para hacer entrar toda su verga en mi boca, estrujaba su culo, lo apretaba y llegue a darle unas cuantas nalgadas. Creí que apartaría mi mano cuando acerque uno de mis dedos para hurgar en su culo pero para mi sorpresa mi tío Poncho levantó más el culo invitándome a hacerle lo mismo que el me había hecho.
Su interior se sentía caliente y estrecho, mi dedo entraba lentamente mientras él me comía la verga. De vez en cuando dejaba escapar un gemido y eso me calentaba más.
Mi tío Poncho se levantó y se puso en cuatro a orillas de la cama.
-Cógeme Rodri, métemela.
Esa ha sido una de las imágenes que jamás olvidare. Un macho en cuatro ofreciéndome su culo peludo, abierto de nalgas y rogando que me lo coja.
-Cógeme… dale quiero tenerte dentro.
No tenía mucha experiencia como activo pero era algo que no dejaría pasar así que con cuidado me acomode detrás de él. Mi verga estaba babeando pero igual decidí ensalivarla un poco. La metí de golpe haciendo que mi tío gimiera…
-Dale despacito Rodri…
Mi tío me indicó como debía de moverme así que siguiendo sus indicaciones lo penetraba lentamente. Su ano se sentía apretadito, caliente, aprisionaba toda mi verga y me estaba encantando.
-Ah Rodri… dame más duro papi.
Comencé a bombear más rápido, mi verga entraba y salía de ese culito rico. A veces aplicaba lo que había visto en el porno, sacaba toda mi verga y se la metía de golpe para volver a bombearlo o le abría las nalgas para poder ver como ese culo hacia desaparecer todo mi pito.
Mi tío se masturbaba al tiempo que yo me lo estaba cogiendo. Sentía como nuestros huevos chocaban con cada embestida que le daba. No quería terminar pronto así que le pedí que se volteara porque me lo quería coger patas al hombro.
Sin decir nada más rápidamente se dio la vuelta y levanto sus piernas, las apoyo en mis hombros mientras empezaba a metérsela de nuevo. Era la gloria, mientras yo me lo estaba cogiendo podía ver su cara de excitación, mi tío Poncho se masturbaba mientras me lo cogía.
-Dale más rápido Rodri, dame verga sobrino.
Sus palabras me excitaban mucho así que lo penetraba más rápido y el gemía sin importar que alguien pudiera escucharnos.
De pronto sentí como su ano se contraía apretando más mi verga, la metí de golpe y se la deje toda mientras él se corría, gemía muy rico y pude ver como de su verga salían varios chorros de semen los cuales pararon en su estómago y en su pecho.
Seguí bombeando un poco más, estaba por correrme y quería hacerlo en el culo de mi tío. El me dejo hacer y termine llenándole su culito de semen. Sentía como me vaciaba dentro de él, fue una sensación placentera, su culo se sentía más caliente y a cada movimiento de mi verga podía sentir mi leche dentro de ese culo.
Cuando le saque mi verga mi tío dejo escapar otro gemido, supuse que su cuerpo estaba sensible y decidí hacerle lo mismo, pase mi lengua por su estómago y su pecho saboreando todo su esperma, los últimos restos que recogí con mi lengua los compartí en un beso con mi tío Poncho, demostrándole que todo esto me había gustado y que lo había disfrutado mucho.
-Rodrigo yo…
-No diga nada tío, lo he disfrutado mucho y usted no me ha obligado. Todo está bien.
-Lo sé, es que eres mi sobrino y…
-Y nada más, podemos repetirlo cuantas veces quiera. Por mí no hay problema.
-Está bien. Pero esto debe quedar en secreto solo entre nosotros.
-De acuerdo.
Nos levantamos de la cama y nos fuimos a duchar. Mientras nos bañábamos se me volvió a poner dura la verga. Mi tío Poncho tan bueno que es me masturbo bajo la ducha y me dejo correrme en su boca. Ese día antes de irme me regalo la película porno que habíamos visto con la cual me masturbaba casi a diario recordando nuestra pequeña aventura.
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