El Último Vagón.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por BowieBear.
Ese domingo, yo regresaba a casa en un completo estado de calentura, muy alimentado por LSD, que aún no perdía efecto lo había consumo algunas horas antes y aún seguía el efecto y me había encerrado en el deseo sexual más incontrolable que había experimentado, Pero nada sucedía, los hombres todos en su propio mundo y yo ahí sudando de lujuria pensando en como me tragaria sus vergas, hasta que llegarán a mi garganta provocando arcadas, Pero yo soy una zorra obediente y los dejaría follar mi boca hasta correrse en mis labios, yo limpiaria toda esa deliciosa miel y les mostraría lo bueno que fui en no dejar desperdició alguno.
Cuando por fin llegamos a metro Guerrero yo tendía que transbordar para viajar a Metro Villa De Aragón, me fui al último vagon… Cuando aborde me encontré con un Jotito Pop, bailaba muy sexo y meneaba las caderas mientras veía a los hombres, Pero irónicamente no parecía que estuviera buscando macho, simplemente bailaba con sus auriculares, yo personalmente no siento atracción por los afeminados, de hecho aunque sexualmente soy muy "puta" por así decirlo siempre he preferido ser de un porte masculino, mucho de eso por la cultura mierdera acerca de la homosexualidad que existe en México.
Pero en fin. Cuando llegamos a metro San Lázaro se sube un tipo de muy buen ver, corto de estatura, cabello aplastado por gel color negro, un muy bien trabajado bigote, Y un delicioso bulto entre sus piernas, se mantuvo en la puerta y observó a su alrededor pero automáticamente sus ojos se posaron en el joto bailarín, se le acerco y pude notar que comenzó a hablar a su oído, y mi pene se puso duro al instante, vi las estaciones que me quedaban 6 aún tengo algo de tiempo, el sexi hombre seguía hostigando al joto que se mostraba cada vez más repelente, hasta que llegamos a a Oceanía, este se bajó.
Mi hombre se había quedado sin nadie que le otorgará placer, Y cuando por fin junte el coraje suficiente, veo que se le acerca un viejo de unos 60 años y le comienza a tocar el bulto, ¿Qué Hago? mis ojos se salían de sus cuencas observando tan excitante acto, Pero estaba atado a mis prejuicios y las miradas de disgusto de la gente que me encontraba paralizado, entre el placer y el juicio. Llegué a Villas. Y ninguno se bajó, se tocaban, susurros eróticos, su calor llenaba el último vagon, donde dos gozaban y uno sufría. Llegamos a metro dos estaciones adelante de Nezahualcolt(no recuerdo el nombre) y los dos se bajaron, Mi cuerpo como un imán se adhirió al dúo de lujuriosos, Cuando salí note que el anciano se había adelantando varios pasos a mi próximo hombre.
Cuando lo alcanze me sitúe a su lado y sin rodeos le dije:
– Oye, no se a donde vas con ese viejo, Pero yo te puedo hacer un jale mejor al que estas apuntó de recibir.
El se detuvo y me observó de pies a cabeza, su labio se pronunció y su cabeza hizo un gesto de invitación, iba con el y no dijimos palabra alguna.
Salimos del metro y lo seguí hasta una planta tratadora de agua negras, el viejo a metió a unos arbustos y yo estaba lleno de adrenalina, miedo, Excitación, todo en un torrente fuera de control, fuera de mi, Mi sexi hombre se pegó a los labios del anciano, sus lengua luchaban apasionadamente mientras sus manos buscaban sus vergas, yo los observaba esperando mi oportunidad cuando Sexi se vuelve hacia mi y me dice:
– ¿Bueno, Y que esperas?
Como un imán me fui directo a su verga, muy deliciosa unos 18 centímetros, gruesos, acompañados de una gordas bolas sin ni un sólo pelo, me la trague toda mientras mi otra mano masturbaba furiosamente la gorda verga del anciano que no se quedaba atrás, ligeramente más corta que la de sexy, Pero de un grueso increíble, y unas bolas que parecían no descargar desde hace un tiempo, mi lengua subía desde su tallo y llegaba a su glande mis labios cerraban su delicioso glande babeante de pre-cum que yo juntaba en mi boca para después escupirlo en su viril miembro, Cuando cubría su glande era momento de la proeza, su verga desaparecía en mi boca de un sólo jalón, y mi cabeza se autofollaba.
– AH, QUE RICA PUTITA, PERO SI TE LA TRAGAS TODA. mientras tiraba de mi cabello evitando que retrocediera, Cuando otra mano me jala y me lleva hasta su verga, Mi boca no ha problema alguno y me devoró la verga del anciano esta comparación tenía un olor y sabor raro, Pero estaba tan caliente que no pude hacer más que tragarmela, el viejo me tomó de mi cabello y lo apretó controlaba mi cabeza y metía su verga como si fuera mi ano el que penetra, mientra jadeaba de placer halagando mis habilidades bocales, Mi sexi hombre me ponía en cuatro y bajaba mi pantalón, me dijo:
– Te voy a enseñar como se te la mama la verija un Macho.
Mientras recibía su deliciosa lengua en mi boca, explotaba de placer y levantaba mi culo a la espera de su caliente beso, sentí su primer dedo, hurgando en mi culo y llegando a mi próstata que presionó en movientos de remolino que me hacían gemir, Pero mi boca estaba llena de verga el viejo que no paraba efe follarme, la sacaba de mi boca y golpeaba rostro, metía esas bolas a mi boca y me las tragaba mientras el viejo se masturbaba con furia, de pronto un dolor cegante me invadía, era mal verga de mi macho sin el menor aviso desgarrandome, Mi gemido se hizo notar y mi cuerpo se bañó en un placer inalcanzable, sus estocadas eran rápidas e imparables.
Fue así como tres minutos, yo me ocupaba de las bolas del viejo y mi hombre me cogía con furia, hasta su ambos comenzaron a gemir, el viejo disparo su carga en mi rostro calientes líneas de semen caían desde mi frente hasta llegar a mis labios, mi hombre me cogía cada vez rápido, sus manos apretaban mis muslos, lo nalgueban y lo dominaba, el viejo de acostó en el suelo y sacó mi verga, comenzó a mamar, podías notar que no era experto pero no importaba, su lengua subía y bajaba tratando de emular mi trabajo en su verga pero fallando en el intento, aún así no tarde demasiado en venirme mientras sentía las metidas que recibía de sexy, que parecía estar apuntó de venirse también, sacó su miembro y hábilmente pene llegó a mi boca donde el sabor a látex lleno hasta a garganta mientras dispara su caliente carga, espesa como Grosella.
Habiendo terminado nos arreglamos, no sin antes juntarnos y darnos un ardiente beso. Caminamos juntos al la estación de metro.
Fin.
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