El Vecino
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por SebasPotterM.
Hola. Aquí estoy de nuevo con otra historia. Lo que voy a relatar es una especie de continuación de mi relato anterior Entre primos (http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-31654.html). No es necesario leerlo pero sería mejor. Sin más, a lo que vinimos.
Después de que mis aventuras con mi primo terminaron, todo seguía normal y yo no sabía que uno de mis vecinos me había visto con él. Hasta un día que recuerdo perfectamente.
Llovía fuerte y yo estaba solo en casa. Me quedé haciendo la cena. Mi casa estaba al lado de una pequeña cancha de fútbol, y como algo común en mi región, mientras llovía los chicos jugaban con su balón. A mi el fútbol no me gusta. No entiendo bien sus reglas y no me interesa aprenderlas. Pero resulta interesante ver chicos guapos mostrando piernas. Así que mientras jugaban yo los veía por mi ventana. Al rato me aburrí y me fui a mi cuarto.
Ahí estaba leyendo mientras la lluvia cesó y los chicos del barrio seguían jugando. De pronto escuché un sonido estrepitoso proveniente del techo, por lo que supuse que el balón había golpeado. Me dirijí al patio y me encontré con mi vecino de pie sobre la pared con el balón en la mano. Le dije que se bajara enseguida. Entonces lanzó el balón a sus amigos y después se bajó de un tirón pero cayendo de pie sobre el piso del patio. Eso me enojó por atrevido, pero también estaba algo nervioso. Les comentaré como es. Alto (como 1,80 m), delgado, aunque cin brazos y piernas fuertes, con los pectorales delineados mas no marcados. Vamos que era atractivo y yo ya lo había visto varias veces sin camisa, así que obvio estaba algo nervioso. Súmenle el hecho de que iba todo mojado y sus ropas se pegaban a su piel. Me pidió el favor que le prestara el baño para orinar y yo accedí. Me dieron ganas de espiar un poco, pero el susto me ganaba así que fui a la cocina y eché un vistazo a lo que tenía sobre la estufa.
Noté que se demoraba un poco más de lo normal y me empecé a preguntar que estaría haciendo. Y mi mente fantaseó con que tal vez lo de orinar era una excusa y que lo que realmente quería era que yo me metiera al baño con él… Y no precisamente a verlo orinar. Mientras pensaba esto, salió del baño y se acercó a la cocina. Cuando volteé me dijo "Sebas mira" señalando hacía su pantaloneta y lo que ví me sorprendió. Se notaba algo duro ahí abajo… Duro, largo y grueso. Yo traté de disimular y le dije "Aja ¿Qué hay con eso?". Para completar mi asombro se la apretó y me preguntó "¿No quieres ver?" ahí no sé realmente porqué pero me reí. Tal vez era por lo que había pensado sobre sus intenciones. Entonces con una determinación que no sé de donde salió, me acerqué y le toqué su pene sobre la tela de la pantaloneta. Inmediatamente le tomé por el borde y abriendo su bóxer pude ver su pene y lo toqué. Se bajó su pantaloneta y el bóxer y ahí lo ví en todo se esplendor. Su pene era realmente duro, largo y grueso. Mediría como 19cm de largo pero en realidad lo que destacaba era el grueso. Era más grande que la de mi primo. Su glande se veía rosado y gordo. El miembro de mi primo me pareció más estético Jajajaj pero igual se veía rico. Entonces lo agarré y descubrí todo su glande, me arrodillé y le di un lametón. Después introduje el glande en mi boca y empecé a hacer una mamada.
De pronto me sentí un poco vulnerable ahí y le sugerí mejor ir a mi cuarto. Accedió y me siguió. Estando allí me senté en la cama y el quedó de pie. Entonces ya con más confianza empecé a hacer eso en lo que había adquirido habilidad de tanto hacérselo a mi primo. Se la empecé a chupar como mejor sabía pero era tan grueso que en verdad me costaba un poco. Al principio, cuando intenté tragármela toda, sentí que algunos músculos tiraban de mi mandíbula. Me dio un calambre en los pterigoides* por abrir mucho la boca para intentar que cupiera. Me saqué su pene un momento y cerré mi mandíbula hasta que pasó el dolor. Luego volví a la marcha. Agarré su pene de la base y empecé a moverme, introduciéndolo y sacándolo.
Aunque no emitía palabra o sonido alguno, el ritmo de su respiración me daba a entender que le gustaba. Yo, con mi corazón latiendo de forma acelerada todavía, puse más empeño en mi labor. Y seguí mamando. Por instantes la sacaba y le daba lengüetazos al glande, después le pasaba mi lengua por todos lados. Hasta los testículos le lamí. Cuando hice eso dio un pequeño salto de sorpresa por la sensación. Yo se la chupaba alternando el ritmo, iba lento y después aceleraba.
Entonces empecé a sentir pequeños espasmos en su pene. Señal inequívoca de que iba a eyacular. Seguí chupando más rápido y finalmente descargó su leche en mi boca. Fueron varios trallazos. Su semen tenía el sabor saladito pero no me lo tragué. Lo mantuve en mi boca hasta que no salió más y luego lo escupí sobre mi mano. Al ver que acercaba mi mano a la boca me dijo "Heyy noooo. No te comas eso". Yo sólo atiné a sonreír y le dije que no iba a hacer esa porquería. Me fui al baño y me lavé la mano y la boca. Él se acomodó su ropa y sigilosamente, salió por la puerta. Luego me acosté en mi cama y me hice tremenda paja.
Cuando empecé a asimilar todo no podía creer que hubiera sucedido. Especialmente porque ya había fantaseado con algo parecido exactamente con él. Y me preguntaba el por qué él se insinuó. Parecía seguro de que yo se la iba a chupar. Tiempo después le hice la pregunta y me dijo que en una ocasión me había visto con mi primo, y se le había antojado probar mi boca.
Está de más decir que las sesiones de felaciones se repitieron. Sólo bastaba con que él viera que me quedaba solo para venir a mi casa y ponernos en la labor. En una ocasión me preguntó "¿Cuál te gusta más? ¿Esta o la de tu primo?" refiriéndose a la verga obviamente. En realidad la de mi primo me gustaba más, pero para alimentar un poco se ego decidí mentirle y le dije que la suya. Me dio una sonrisa pícara. Ese día más tarde, el de la sonrisa pícara fui yo cuando, estando sentado en la sala, con la puerta abierta, teniendo una vista directa a su casa también con la puerta abierta, lo veo salir del baño sólo con una toalla anudada a su cintura. Me vio y agarró su paquete, el cual creció inmediatamente, por encima de la toalla y lo empezó a zacudir, moviendo la cadera hacia el frente, mirándome fíjamente y mordiéndose un labio. En ese momento creo que hasta me sonrojé. Repitió su acción varias veces como por cinco minutos. Afortunadamente nadie vió nada. Después de un tiempo su novia tuvo un bebé y yo le dije que no iba a seguir haciendo eso con él. Y ahí estamos hasta ahora tratándonos igual que antes de que me viera con mi primo, es decir, pasando el uno del otro porque en realidad no era que fuéramos cercanos ni nada.
*Pterigoides: Músculos qué se adhieren a la mandíbula y participan en la masticación.
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